-Ya lo sé, pero aquí está mi trabajo y hay que
acostumbrarnos- además era una oportunidad de empezar de nuevo, en la otra
ciudad Gou se acordaba muchísimo de su mamá.
Eso definitivamente no consoló al pequeño, hasta lo hizo
sentir peor. Se soltó de su padre, entró corriendo y subió a su habitación (Que
por cierto tampoco le gustaba) y se tiró en la cama.
El joven negó con la cabeza y sacó su teléfono para llamar y
pedir la pizza. Eso no había salido bien en lo absoluto... De seguro si Gou comía
algo se iba a tranquilizar aunque fuera un poco.
Gou se quedó en su cuarto bastante afligido aún, pero al
menos ya no estaba llorando, sólo se sentía bastante intimidado, el cuarto era
muy grande y frío, ni siquiera sus juguetes lo hacían sentir mejor y en las
noches las ventanas hacían ruido con el aire, y el pequeño se asustaba.
Por su parte, Kai se dedicó a hablar con la directora, quien
a la vez se dedicó a regañarlo... La vida podía llegar a ser muy injusta a
veces. Ella decía que era el primer día, y que él tenía que estar comprometido
con la escuela y el pequeño porque su papel era muy importante para el niño y Bla
Bla Bla…
-Sí,
entiendo... Mañana mismo voy- estuvo a nada de gruñir. Su día tampoco
había estado tan divertido, ¿pues qué pensaba todo mundo?
-Me alegra, señor Hiwatari, aquí lo espero. Que tenga buena
tarde- se despidió la directora.
-Sí, igualmente- pero que estresante mujer...
Mientras tanto, su pequeño hijo se había quedado
perdidamente dormido, aunque claro que eso no le importó mucho al hombre cuando
llegó la pizza.
-Gou, arriba- entró a la recámara- Ya es hora de comer-
Gou despertó, pero se veía tan desanimado que cualquiera se
hubiera sentido mal por él.
-Me quiero cambiar primero...- le dijo quitándose el suéter.
-Pero no te tardes que hace frío-
El pequeño se apuró lo más que pudo, pero no se puso un
suéter, no tenía muchos y ninguno le gustaba demasiado, así que para él no
hacia tanto frío y bajó a comer así.
-¿No te dije que te cambiaras?-
-Ya me cambié- le dijo- Aparte yo me cambié solito, no
porque tú me dijiste-
-Ya lo sé- puso los ojos en blanco- Pero no quiero que andes
así, hace frío-
Gou suspiró.
-Pero no me gusta ninguno de mis suéteres...- Aun así, el
pequeño se dirigió a las escaleras
-Pues ponte uno mío o no sé-
El pequeño se fue a poner uno suyo, que no le gustaba casi,
pero le agradaba más que todos los demás, y bajó a comer.
La comida fue demasiado silenciosa. Kai no podía creer que
el pequeño estuviera tan afectado, nunca se callaba con nada, y ahora estaba triste y comiendo con cara de ponerse
a llorar en cualquier segundo.
-Gou, ¿no quieres que
mañana te lleve al parque?- quizás eso lo animase un poco.
-No, hace mucho frío-
-Bueno, sí, tienes razón...- se abofeteó mentalmente- Pero
podemos hacer otra cosa. Puedo llevarte a conocer mi oficina-
-¿En vez de ir a la escuela?- le preguntó ilusionado.
-Saliendo de la escuela-
El niño puso una mueca y asintió.
-Está bien-
Kai se lo pensó un momento. No sabía cómo explicarse, pero
al menos lo quería intentar.
-Gou, quizás no me creas ahorita, pero enserio mañana todo
va a salir mejor. Hoy sólo fue un mal día-
[29/08/2015 03:14:45 a.m.] London Wayne: El niño bajó la mirada
al plato y no dijo nada, él no quería y no se sentía con ganas de volver a la
escuela.
-Y te estoy diciendo la verdad, eras el único niño que se
veía bien con ese uniforme. No porque seas hijo mío, pero todos los demás
lucían rarísimos a comparación contigo- le acarició el cabello.
Su hijo lo miró y le medio sonrió. Pues no le quedaba de
otra, él quería irse de ahí, pero no es como si pudiera.
-Aparte de la clase de deportes, ¿las demás te gustaron?-
Gou negó con la cabeza. La verdad es que todavía le costaba
trabajo poner mucha atención porque no entendía del todo, y más con su maestro
de matemáticas nuevo, hablaba muy rápido.
-¿Por qué
no?-
-Porque uno me regañó- frunció el ceño.
-¿Enserio?- no sabía si estar molesto con el niño porque lo
habían regañado o si estar molesto con el maestro por haberse atrevido a
regañar a su hijo- ¿Cual?-
-El de matemáticas, es que... Dijo que no le ponía atención,
pero es que hablaba muy rápido y no le entendía-
-Eso dijo, ¿eh?- ya hablaría con el tipo ese- No te
preocupes por eso, ahorita te explico yo lo que sea que haya dicho en su clase-
Gou no estuvo muy contento con eso, pero le medio sonrío a
su papa.
-Gracias-
-De nada. Siempre
que tengas problemas con alguien, sea en la escuela y sea maestro o alumno,
quiero que me digas- sino no podría ayudarle.
El Niño asintió no muy convencido.
-Está bien-
-Pero bueno... sólo fue el primer día, mañana pueden pasar
muchas cosas- vaya que Kai se estaba esforzando, él no era del tipo que se la
pasaba de animoso por ahí, pero lo único peor que tener a Gou triste y no saber
qué hacer con él era tener a Gou llorando y no tener ni una mugrosa idea de qué
procede.
El pequeño asintió, pero el ya no planeaba volver a esa estúpida
escuela.
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