Hola
chicas, aquí London, sé que hemos estado muy desaparecidas de pero Konoha y yo
hemos pensado en publicar dos veces a la semana, ella el lunes y yo el jueves,
trataremos si fallamos perdón, trataré de estar actualizándoles los jueves Los
Archer, sé qué me han pedido mucho de Sasuke y de Itachi pero… la verdad es que
no sé qué escribir si tienen alguna sugerencia es súper bienvenida, muchas
gracias por seguir aquí, les deseo todo lo bueno en esta situación tan
complicada para todos, que su familia este con bien, y que se cuiden mucho.
Henry
Archer
-¡HENRY
ARCHEEEEER!-Estaba nadando en el lago bastante campante cuando escuché el grito
de mi madre furiosa.
Mi primo
Robbie y yo nos miramos con miedo, mi madre nos había descubierto para nuestra
sorpresa, tal vez nuestro plan de pre adolescentes de doce años no había sido
tan bueno como habíamos pensado, pero se había intentado y dentro de todo nos
habíamos estado divirtiendo.
Los dos
nos miramos como condenados y empezamos a nadar a la orilla donde mi madre furiosa
nos estaba esperando.
¿Qué
había pasado?
Estábamos
en la casa del lago, así que mis tíos, mi primo más pequeño y mi padre habían
ido a hacer el súper.
Mamá se
había quedado por Easton y Reed, tenían un resfriado horrible, yo también pero
ya estaba casi perfectamente bien, solo estaba terminando mi tratamiento
asqueroso que había dictaminado el doctor, así que mi madre se había quedado a
cuidarnos a todos, a mis hermanos, a mí y a Robbie, mi primo el hijo más grande
de mis tíos, su madre era la hermana mayor de mi padre, Robbie y yo nos
aburríamos como ostras en la casa cuando le dijimos a mi madre que si podíamos
ir lago, como ella siempre ha sido una exagerada dijo:
-No
pueden ir solos al lago, aparte sigues enfermo Henry, y no es buena idea. -Dijo
ella mientras leía en la sala, mis hermanos se acaban de dormir después de
estar lloriqueando toda la noche así que por fin teníamos un poco de paz.
-Ya ni
siquiera estoy enfermo, mamá-Me quejé.-Y quiero nadar.
-Sí, tía
aparte estamos aburridísimos, y no hay nada que hacer.
-No,
chicos. No puedo dejar a Reed y a East solos, y ustedes tampoco van a ir solos
al lago, esperen a que llegue tus papás e Ian, y que los lleven.
-Pero
mamá ¿por qué no?
-Porque
no es seguro que vayan solos.
-Pero...
-Ya te
dije, Henry.-Finalizó el asunto.
Yo me
senté enojado en el sillón de enfrente y voltee los ojos de mal humor.
-Aunque
hagas caras y espavientos, nos vas a ir y mejor deja de estar de mal
educado.-Me advirtió.
Yo no
contesté porque estaba muy enfurruñado con mi madre, tenía doce años que
tontería que no me dejara ir con Robbie que también tenía doce años ya al lago,
como si no supiéramos nadar perfectamente, ya nos éramos niños estúpidos, mi
madre se concentró en su libro entonces Robbie Soltó:
-¿Entonces
podemos ir a jugar videojuegos a la otra casa?-Preguntó Robbie, la otra casa
era la de mis tíos.-Digo... aquí no podemos.
La casa
de mis tíos prácticamente estaba al lado de la nuestra pero los grandes
jardines hacían que fuera mucha la distancia.
-Bueno...
pero me llaman cuando estén ahí, del teléfono fijo.-Nos dijo.
-Si
tía.-Respondió Robbie.-Vamos.
Yo aún
estaba bastante enfurruñado porque yo no quería ir a la casa del lago a jugar
videojuegos yo quería salir y divertirme con Robbie, para eso podíamos jugar en
nuestras casas de California, ahí era para salir pero aun así no me iba a poner
en mi plan de odioso porque si no mi madre me iba a regañar y tampoco quería
que me castigara, así que seguí a Robbie hasta su casa, llamamos a mamá y luego
Robbie me convenció de que fuéramos al lago, tal vez fue al revés o a lo mejor
fue idea de los dos, pero nosotros nos fuimos al lago sin pensar que mi madre
era demasiado paranoica como para no darse cuenta.
El lago
estaba a unos quince minutos caminando de las casas, así que para cuando nos
descubrió mamá habían pasado una hora, ya sé, ni siquiera lo habíamos
disfrutado tanto.
Cuando
llegué a la orilla del lago mi mamá no se esperó un segundo, me tomó del brazo
y me soltó la primera tanda de nalgadas del día.
-¡AUUUUU!-Solté
adolorido, lo único que traía puesto era mi traje de baño y en ese momento se
pegaba a mi piel por lo mojado así que me ardió mucho más que cualquier nalgada
cualquiera. -Mamá nooo...-Sin contar que me da daba mucha vergüenza frente a
Robbie, a pesar de no ser la primera vez.
-¿Qué
hacen aquí?-Nos regañó-Les dije que no podían venir solos, los dejé ir a la
casa de tus tíos, no aquí, sino suena la alarma para tu medicina, yo ni en
cuenta. -Me soltó otras cinco duras palmadas-Súbete al auto Henry y ahorita en
la casa vamos a arreglar cuentas.
-Pero
mamá...-Lloriquee adolorido.
-Obedece.-Me
ordenó enojada soltándome otra dura palmada que claramente me impulsó hacia el
auto.
-Y tú
también Robbie-Le dijo enojada.
Cuando
Robbie pasó frente a ella le regaló una dura palmada también a él, fue un
camino muy rápido a casa pero bastante tortuoso para mí, mamá casi nunca se
enojaba pero siempre que se enojaba sabía que estaba en demasiados problemas, y
Robbie también estaría en los mismos problemas cuando sus padres regresaran y
mi mamá les contara todo.
Entramos
a la casa y mi mamá sin perder tiempo se sentó en el sofá, y me jalo hacia su
regazo, comenzó otra vez a soltarme duras palmadas que gracias al efecto del
agua sonaban por toda la casa, en especial en una casa tan silenciosa, yo
intentaba zafarme pero mi mamá me tenía muy bien agarrado, continuaron las
nalgadas hasta que escuchamos voces, era mi padre y mis tíos. Mi madre me dejó
levantar y yo me fui a sentar junto a Robbie quien no sólo tenía una cara de
asustado, se le veía que empezaría a llorar enseguida.
Mi madre
se levantó y fue a la cocina, y tomó del desayunador una botella café, sirvió
el asqueroso jarabe y dijo:
-Ven acá.
-Mamá...-Sollocé,
odiaba esa cosa, y sabía que no era parte del castigo pero si mamá no doblegaba
sus manos no estando enojada menos estando así. -Ya ni siquiera estoy
enfermo...
-Una...-Me
empezó a contar.
Yo me
levante sollozando de coraje porque me dolía y aparte no quería esa porquería,
ya ni siquiera estaba enfermo, no era justo pero sabía que no era buena idea
ponerme a discutir con mi madre.
-Mamá ya
no estoy enfermo...-Dije otra vez cuando estaba llegando.
-Tomate
la medicina.-Me ordenó.-Y ya no quiero tonterías Henry.
-Pero es
que...
-Tomate
la medicina, no me importa si crees que sigues o no enfermo, se tiene que
terminar el tratamiento que mando el doctor.
Yo
comencé a llorar con más ganas porque en verdad odiaba tomar jarabes, no podía
me daban mucho asco por más que intentaba ignorar el sabor grotesco que tenía.
-Henry,
no estoy de humor para estas escenas... tomate la medicina.
-Ya
voy...-Dije con un sollozo.
Mi mamá
era un poco cruel, otra madre me hubiera agarrado de la cara y hecho tomármelo
a fuerza, mi mamá era de hacerme responsable de poner esa porquería en mi boca
a pesar de que no la quería, y era más fácil que me diera más nalgadas a que
ella misma pusiera eso en mi boca.
Tome el
recipiente donde se ponía el jarabe, el que tiene las medidas, y me lo lleve a
la boca, sentí lo espeso en mi boca el sabor asqueroso disfrazado de un
saborizante que hacía que supiera aún peor, me lo tome como pude.
-Tómatelo
bien. -Efectivamente había dejado como la mitad en el vasito.
-No... Ya
no quiero...-Solo de pensarlo me dieron arcadas.
-Henry.
-Me advirtió
-No quiero
ya, ya me lo tomé-Gimotee
Justo en
ese momento entraron todos a la casa, mi padre fue el primero en vez la escena
o así me lo imagino yo porque fue el primero en intervenir:
-¿Qué
pasa?-Era muy obvia la escena, porque mi llanto tampoco es como que fuera muy
discreto.
-Henry no
se quiere terminar la medicina.
-Ya me la
tome-Le gruñí a mi mamá entre lágrimas.
-¿Y por
eso estás llorando de esa manera?-Preguntó muy confundido, usualmente mi mamá
si peleaba un poco conmigo por las medicinas pero era cierto que jamás me
hubiera puesto así si mi madre no acabara de darme una paliza.
-No, pero
cuando se termine la medicina, Robbie y Henry les van a explicar que está
pasando.
-¡Mamá!-Lloriquee
Yo.-Nooo...
-Una...-Comenzó.
-Deja de
contarme...-Esto no ayudaba solo me hacía llorar más.
-Dos...
Nunca me
enteré de que pasaba si mi madre llegaba al tres porque siempre obedecía antes
del dos y medio, así que me termine la medicina que entre el llanto y el asco
me dieron arcadas, mi mamá me sirvió un vaso de agua, pero aún estaban todos
esperando una explicación.
Como
todos menos mi madre sintieron pena por mí, mi tío volteo con Robbie que seguía
a punto de ponerse a llorar y le dijo:
-¿Qué
pasó, Robbie?
-Es
que...-Tragó saliva.-Es que...-Robbie comenzó a llorar porque sabía que en un
minuto sus padres estarían enojados con él.
Mi mamá
viendo nuestro llanto y sufrimiento, no insistió en que contáramos la historia
y ella dijo:
-Henry y
Robbie, se fueron al lago cuando les dije que no, me dijeron que irían a la
otra casa para jugar y cuando los llamé para que Henry tomara su medicina nadie
contestó, y los fui a buscar al lago y ahí estaban.
La cara
de mis tíos pasó de confusión a enojo, mis tíos eran buena onda, como mis
padres pero vaya que también tenían su carácter.
-Si té
dejamos con tu tía es para que te portes bien, Robert, no para que le des
problemas, si ella dice que no es no.-Comenzó mi tía Bella.- ¿Si sabes eso, no?
-Si...-Dijo
Robbie entre lágrimas.-Pero es que... estábamos muy aburridos... pero no
queríamos dar problemas...
-Aparte...-Intervine
yo aún entre lágrimas.-Ya ni siquiera somos tan pequeños como para no ir solos,
papá.
-Si tú
madre o yo decimos que no, es no, ¿lo sabes o no?
-Si pero
es que...
-¿Si lo
sabes o no, Henry?
-Si...
-¿Y tú
también sabes que si tú tía te dijo que no era que no, verdad?-Le preguntó mi
tío Robert a mi primo.
-Si...-Sollozó.
-¿Entonces
a los dos les importo muy poco y aparte le mintieron a Alison? -Dijo tía Bella.
Los dos
solo nos hicimos más pequeños, yo no sabía dónde esconderme y mucho menos sabía
que decir era obvio que no teníamos alguna excusa.
Mi tío se
acercó a Robbie lo levantó de un tirón del sofá y le regalo diez duras palmadas
que sonaron en toda la casa y luego mi primo comenzó a sollozar con más ganas,
Robbie se abrazó a su madre para esconderse, mi tía no lo obligo a zafarse pero
le dijo:
-Discúlpate
con tu tía, y vas y nos esperas en tu cuarto Robbie.
-Nooo, ya
no voy a desobedecer, Má. -Robbie empezó a llorar más fuerte. Mi primo era
mucho más susceptible que yo, y aunque sus padres no eran padres permisivos, no
estaba acostumbrados a que lo castigaran. Yo tampoco pero yo no era de dar
espectáculos y para mí ya mi dignidad estaba súper en el suelo como para
empeorarla.-Ya no lo voy a hacer de nuevo.
-Robert.-Le
advirtió su padre.-Discúlpate y obedece a mamá.
Robbie se
tardó un poco pero al final, sorbió mocos, se intentó calmar y volteo con mamá.
-Perdón,
tía, ya no te volveré a desobedecer. -Prometió arrepentido.
Ese día
no la pase nada bien, y seguro que Robbie tampoco, al final termine más enfermo
que antes, no sabía porque pero al parecer la vida quiso darme una lección,
pero recordando esta aventura en específico recordaba a mi primo, aunque
teníamos muchas más, Robbie era de las mejores personas que estaban en mi vida,
más que mi primo era como mi mejor cómplice, yo adoraba a mis hermanos con
locura, pero Reed siempre había sido distinto a mí, más en su rollo y a pesar
de que le gustaba salir conmigo a fiestas o así, a veces no me agarraba El Paso
porque para todo era ODIOSO para todo, y no me molestaba pero si a Reed no le
gusta hacer algo así se lo dijera su autor muerto favorito el seguía en su
punto, aparte de que por mucho que mis padres jamás me habían metido la idea de
que tenía que ser el ejemplo a seguir, siempre me tomé ese papel por voluntad
propia siempre trataba de no ser tan irresponsable cuando salía con ellos,
aunque especialmente por Easton, Reed se controlaba muy bien pero Easton se
dejaba llevar tanto por el momento que algún día cuando Reed me contaba sus
anécdotas pensé que un día mi hermano sería “la tragedia” de aquella fiesta,
Easton y yo habíamos ido a juegos y fiestas y se notaba sus actitudes
descontroladas pero era obvio que en el último año que no había estado empeorado
sólo lo tuve que ver dos veces cayéndose de borracho para saber qué estaba
teniendo problemas, así que era obvio que cuando salía con ellos sentía una
obligada responsabilidad de cuidarlos y de comportarme, a diferencia de que
cuando salía con mi primo, ahí podía ser yo, podía hacer lo que quisiera sin
sentir que estaba enseñándole algo malo a personas que me admiraban de cierta
manera, así que Robbie me hacía sentir que podía contar con el pero que no
tenía esa responsabilidad, aparte era un tipo buena onda y con demasiado
estilo.
Me había
visitado dos veces en Londres, nadie lo sabía solo él y yo, y jamás admitirá en
voz alta pero fue la persona con la que más hablé cuando murió mamá, porque me
sentía igual en confianza de decir cómo me sentía sin tener la responsabilidad
de extender la mano para no ver tristes a los demás.
Robbie
adoraba a mi madre pero no de la misma manera que mis hermanos y yo, así que
era alguien con quien podía hablar sin tener que hacerme El Fuerte, que era mi
especialidad, gracias al carácter de mi madre.
Así que
el venir a la casa del lago me estaba brindando la oportunidad de verlo y
estaba contento, emocionado, al menos eso haría que el humor de Reed no me
arruinará el viaje, porque cuando Reed se proponía ser un pesado, se lo tomaba
muy enserio.
Íbamos
camino hacia el restaurante de los abuelos, según ellos estaba a quince minutos
de ahí, Reed ya tenía una cara de pocos amigos que nadie se la iba a quitar,
Easton iba en el celular y yo hablaba con Cath por mensaje.
Chat Dyer
says:
¿Qué tal
todo por allá?
Henry
Archer says:
Podría
estar peor. ¿Y allá?
Cath Dyer
says:
Podría
estar mejor, haha
Henry
Archer says:
Quiero
verte ya.
Cath Dyer
says:
Y yo a
ti. Joyce está extraña, mamá también, me urge volver a mi apartamento.
Henry Archer
says:
Te
entiendo. Estamos en las mismas, pero la próxima semana estaremos juntos
Cath Dyer
says:
Al fin.
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