El pequeño asintió, pero él ya no planeaba volver a esa
estúpida escuela.
Y realmente ya no hablaron mucho. Kai se rindió ratito
después al verlo igual de desanimado y decidió que al día siguiente le iría
mejor.
-Ponte a hacer la tarea, Gou- le pidió cuando acabaron de
comer.
-No tengo- sólo eso le faltaba, que el primer día le
hubieran dejado tarea.
-¿No?- bueno, pero a estos niños de ahora los dejaban hacer
lo que les viniera en gana.
-No- Afirmó él- ¿Puedo ir a mi cuarto?-
Eso sí que preocupo a Kai, siempre le costaba trabajo
convencer al pequeño de que fuera a su habitación, o viera la televisión para
que el pudiera terminar su trabajo, y siempre jugaba con el luego.
-Pues... Sí,
está bien- se le hizo muy extraño pero lo dejó subir, ya iría a revisarlo
después.
Gou no tenía muchos ánimos de jugar, pero tampoco de no
hacer nada, y entonces sacó sus colores y se puso a dibujar en sus libros para
colorear.
Mientras tanto, Kai sí tenía mucho que hacer. Empezó a
trabajar y antes de que se diera cuenta ya habían pasado horas. Y se le hizo
rarísimo que su hijo no hubiera dado señales de vida, era El Niño de seis años
más inquieto del mundo, no entendía como ese día no había hecho ni un poco de
ruido.
-Gou, ¿estás bien?- entró a su cuarto como una hora más tarde.
El pequeño lo miro.
-¿Ya terminaste de trabajar?
-Sí, ¿necesitabas algo?-
-No...- respondió el niño.
-¿Qué haces aquí encerrado, eh?-
-Estaba coloreando-
-¿No quieres colorear abajo y vemos la tele un rato?- al
menos en lo que daba la hora de cenar. Enserio era preocupante que ese niño
estuviera tan tranquilo.
-Ya no quiero colorear, pero si quiero ver la televisión
contigo- el chiquillo respondió levantándose y recogiendo sus cosas.
-Me alegro- Kai respondió cargándolo con todo y sus colores-
Yo también quiero ver la televisión contigo-
-No quiero llevarme esto- Gou le dijo a su papa, dándole las
cosas y aprovechando para abrazarse a él de nuevo.
-Sí, ya sin eso- Kai dejó todo en la cama.
Gou le sonrió y se abrazó lo más fuerte que pudo. Aún se
sentía triste, pero lo hacía sentir mejor que su padre lo tuviera cerca.
-¿Y qué vamos a ver?-
-Las caricaturas- respondió el niño de mejor humor.
-¿Caricaturas?-
-Pues sí...-
-¿Cuáles?-
-La que sea- Gou no sabía si sus caricaturas favoritas las
pasaban en Rusia.
-Bueno, hoy puedes tener el control de la televisión tú...
Pero sólo hoy-
-Graciaaaas-le dijo contento.
-Pero hoy- lo acomodó para bajar.
-Está bien... Oye, papa-
-Dime-
-Te quiero mucho-
Kai le sonrió.
-¿Enserio?-
-Siii- le sonrió el pequeño.
-Yo también a ti- bueno, eso era de las pocas cosas buenas
de su vida ahora porque cuando Gou vivía con su mamá no le decía esas cosas.
-¿Mucho?-Le preguntó el pequeño.
-Sí, muchísimo- le respondió esperando que esa fuese la
respuesta correcta.
-Pero yo te quiero más- le apretó.
-Ja, claro que no-
-Claro que siiii- le dijo besándole la mejilla.
-Claro que no, y si me discutes no vemos la tele-
-Eso no es justo, papá-
-Pero soy tu papá y no tengo que ser justo-
-Hum- se acomodó en su pecho.
-¿Entonces?-
-Tu más- puso un puchero.
-Gracias-
Papa e hijo se sentaron a ver la televisión, Gou se quedó
dormido un rato hasta que su padre lo despertó para cenar.
-Gou, arriba, ya está la cena- además de que no lo quería
despierto toda la noche.
-No tengo hambre-
-Tienes que comer algo antes de irte a dormir-
-¿Que vamos a cenar?-
-Carne y pasta-
-Hum bueno- Gou hizo una mueca.
-¿Qué? Pensé que te gustaba la carne-
-Esque no tengo mucha hambre, y tampoco tengo ganas de
dormir-
Eso era. El único problema de diario era la hora de dormir, Gou
siempre armaba un berrinche y Kai no entendía por qué si el niño siempre lucía
exhausto.
-Tienes que dormir temprano porque mañana vas a la escuela-
no lo iba a discutir, su hijo se iba a dormir y se iba a dormir temprano, así
que por eso tenía que cenar sino a última hora cuando ya se quedaba sin
recursos para continuar el berrinche salía con "pero tengo hambre" y
siempre lograba convencerlo de darle algún maldito dulce de cenar.
-No quiero ir a la escuela...y tampoco me quiero dormir-
El hombre exhaló cansado.
-Bueno, pero tienes que ir a la escuela y para eso necesitas
dormir-
-Hum-
-Vamos- lo ayudó a levantarse del sofá.
-Ay...- Se quejó, pero se levanto
-¿Ay qué? ¿Te duele algo?-
-No...- le contestó otra vez serio.
-Bueno, ¿vamos ya a que cenes?-
El pequeño asintió resignado, y Kai no pudo evitar hacer una
mueca… Ugh... esa cara de Gou de condenado a muerte otra vez.
-Quizás mañana sí quieras ir conmigo a comer antes de
visitar mi oficina-
-Sí quiero- el niño le medio sonrió.
-Muy bien, tú me dices qué quieres comer-
-Pero no se a dónde ir aquí-
-Tú me dices qué quieres comer y yo te llevo a algún lugar
donde vendan eso-
-Bueno- Gou le medio sonrío a su papá y se sentó a la mesa.
Kai le medio sonrió y le sirvió de cenar y esperó que al
menos para eso no hubiera berrinches. Y no, El Niño comió tranquilamente su
carne y la pasta, y hasta se fue a bañar sin poner pretextos. Hasta le dio
esperanzas a Kai de que quizás se fuera a dormir tranquilamente.
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