One-Shot ShikaIno Especial San Valentín
¡Mi problemática rubia adorada!
Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen; sí fueran míos, les juro que NaruHina no existiría en la serie; lo más forzado del anime 😠 y emparejaría a Sasuke con Temari y obviamente ShikaIno sería canon. <33333
N/A: Amo está parejita, es de mis favoritas, así Kishidrogas
no haya querido juntarlos; Shikamaru e Ino son el uno para el otro, me encantan
juntos en cualquier etapa, los shippeo muchísimo; así que espero que les guste
este capi único, tengo más ideas con ellos, pero me falta tiempo para escribir,
sin más disfruten de la lectura.
_
¿Ya estás listo hijo? _ preguntó Shikaku, acercándose a su pequeño de cinco años que estaba sentado en la
entrada de la casa del clan Nara sin muchos ánimos, como era muy usual en él la mayor parte del tiempo.
Shikamaru
Nara había sido inscrito en la Academia Ninja de Konoha, e iba a iniciar su
primer día de clases, pero como de costumbre para cualquier actividad que
implicara esfuerzo, por muy mínimo que este fuera, él no tenía intención de cooperar, así que
mientras su padre le hablaba sobre la importancia de convertirse en un shinobi
responsable para representar su clan, el mocoso solo se limitaba a bostezar muy
apático. El señor Nara suspiró en lo que
miraba hacia arriba, luego frunció el cejo y volvió a mirar a su vivo retrato.
_
Vamos hijo, no te pongas así ahora, por favor. _ aquella frase había sonado a
suplica y se sentó justo a su lado _ Sí
pierdes la clase me vas a meter en un problema con mamá.
Era
sabido que quien mandaba en esa casa, era Yoshino Nara y fue quien le insistió
a su marido que matriculara al vago muchachito en la Academia Ninja; cansada de
verlo perder el tiempo, ya que el pequeño Nara solo era dormir y mirar las
nubes, y por supuesto que ella no iba a permitir que su hijo siguiera de
holgazán.
_ ¡Lo
sé, ella te tiene domado, así son las mujeres! Siempre quieren que las cosas se
hagan a la manera de ellas, y por el
mínimo detalle se enojan. ¡Todas son unas problemáticas sin excepción! Por eso
no pienso enamorarme de ninguna niña y mucho menos casarme; que fastidio solo
de pensarlo _ el gran pensante, terminó su reflexión con carita de aburrimiento,
su papá solo pudo abrir los ojos muy sorprendido con sus palabras,
definitivamente ese mocoso era su copia,
pero aun así con todos los argumentos que le dio el pequeño genio, él
insistió.
_ Hijo
no digas esas cosas _ lo reprendió con cariño y continuó _ Seguro en el futuro
habrá alguna niña que sea de tu agrado, _ Shikamaru rodó los ojos, jamás
imaginaría una posibilidad así; según él era inmune a esos asuntos tan
problemáticos, como los relacionados al amor _ pero bueno ese no es tema ahora;
lo importante es que asistas a la clase de Iruka-Sensei, estoy convencido, que
te gustará y te dará mucho gusto volver
a ver a tus amigos Choji y Naruto, ellos también han sido inscritos a la Academia.
Trató
de animarlo, pero con ese niño; casi siempre era imposible, nada lo motivaba y
se lo estaba dejando muy en claro a su progenitor, con su típica vocecita
apática.
_ Ay
viejo, no insistas, entiende que no tengo ganas de ver a nadie, no quiero
estudiar, no quiero entrenar, ya no me interesa ser ninja, no quiero nada, esas clases serán muy
aburridas, así que no seas problemático y déjame tranquilo _ Había terminado un
poco más altanero de lo normal. Su
progenitor botó el aire y se frunció una vez más, tratando de estirar su
paciencia; él que casi no se enojaba, realmente le estaba costando porque el
tono que usó su hijito en la última frase, no le había gustado para nada y se
lo hizo saber de inmediato.
_ ¡Shikamaru
Nara no te permito que me hables de esa manera, recuerda que soy tu padre y me
debes respeto! _ Exclamó muy serio, tanto que el pequeño genio tragó saliva
asustado porque su padre casi nunca lo regañaba, siempre era comprensivo y muy
flexible con él a diferencia de su madre Yoshino, que era la estricta en esa
familia, no solo con su unigénito sino de igual
manera con su marido _ Y levántate por favor que ya es
tardísimo, hemos perdido mucho tiempo.
El
niño Nara miró a su padre entre confundido, nervioso y molesto, no entendía
porque tenía que tomar esas estúpidas clases, a él no le gustaban las artes
marciales, no quería problemas, solo deseaba mirar a sus amigas las nubes y
luego echarse a dormir a pierna suelta, que fastidioso se había puesto su papá,
ya estaba igual o peor que su madre, de mandón.
Shikamaru
no se movió de su lugar y Shikaku volvió a insistir, esperando que el mocoso
diera su brazo a torcer antes que llegará Yoshino, que se encontraba en uno de
los mercados comprando algunos vegetales que le hacían falta para preparar las
comidas diarias.
Al
final el padre del niño suspiró, en está ocasión con tranquilidad, ya que había
conseguido que el muchachito finalmente obedeciera y ambos caminaron hasta la
Academia Ninja. Cuando alcanzaron el lugar, el señor cariñosamente despidió a
su pequeño, tocándole la cabeza con cariño.
El
geniecito flojo iba arrastrando los pies hasta el salón de clases; aburrido y
fastidiado, diciéndose para sí, que él tenía los padres más problemáticos del
mundo. Al llegar a su destino, sin emoción dio los buenos días a quienes estaban presentes, pensando; tanto
apuro para que llegará y tan pocos estudiantes; observó con su semblante
perezoso a un niño muy extraño que no dejaba ver sus ojos; con un montón de
insectos alrededor, los cuales lo rodeaban; tan raro le parecía ese chico que
no paraba de hablar con esos bichos como sí se trataran de personas sentado en
el último escritorio.
Llegó
Naruto junto a un chiquillo con marcas rojas en la cara; ambos compitiendo por
ver quien llegaba primero; según el rubio, él había ganado con diferencia, pero
el de cabello castaño no lo aceptaba y no paraban de discutir, ¡vaya que
escandalosos! Sobre todo el rubio, que no demoró en conseguir otro amigo, o en este
caso rival; volvió a pensar el Nara en
su sitio, fijándose ahora en un tal Sasuke Uchiha, ya había escuchado hablar de
él, pero no le cayó bien y no entendía que de especial le encontraban las niñas
de la clase. Todas peleándose por sentarse a su lado. Una chica de pelo rosa no le quitaba la vista
de encima junto a otras dos niñas, la única que no estaba interesada en él, era
una niña de cara pálida perteneciente al clan Hyuga que se moría por el
Uzumaki, pero ese chico era tan despistado como para darse cuenta de sus
sentimientos, sin embargo así mandara su timidez a volar y se le declarara,
estaba claro que sería en vano porque Naruto solo tenía ojos para la peli-rosa
a quien no dejaba de cortejar en cada momento que se le presentaba la
oportunidad, aguantando groserías y desplantes, pero le valía, estaba decidido
a conquistarla, ese rubio inquieto, sí
que era perseverante; volvía a analizar el Nara, terminando de decirse para sí,
que todos eran unos problemáticos.
Unos
minutos más tarde, entró su mejor amigo
con una bolsita de papitas, amablemente le ofreció coger mientras se sentaba a
su lado; Shikamaru tomó un par de esas cosas que no eran sanas, pero que al
gordito le encantaba comer a todas horas y pues el genio flojo le siguió la
corriente. Empezaron a hablar, el Nara se quejó de su situación y el Akimichi
le decía que no se preocupara que se iban a divertir mucho, que era genial
compartir y estudiar juntos, más porque tenía ganas de probar la cafetería de
la Academia; Shikamaru solo movía la cabeza de lado a lado en señal de
negación; definitivamente Choji no tenía remedio, parecía que lo único que le
importaba en la vida era comer.
Apareció
Iruka-sensei y no demoró en iniciar con la primera lección del día; Shikamaru
bostezó un par de veces en lo que cerraba los ojos, el maestro se molestó
mucho; acercándose a su escritorio y le gritó haciendo que el chico se
sobresaltara, luego le advirtió que de incidir en lo mismo le mandaría una
advertencia a casa. El pequeño Nara prometió que no volvería a pasar, pero le
era muy difícil mantener su palabra y mientras Umino seguía con las lecciones,
Naruto no paraba de lanzar papelitos a Kiba; el niño de cabello marrón que
siempre estaba acompañado de Akamaru; su perrito. El Inuzuka fastidiado que el
pequeño Uzumaki lo tomará como su blanco en esa ocasión, amagó con intención de pegarle un puñete
fallando en su intento, y Naruto se descojonó; obviamente sus actitudes
provocaron que Iruka se enfadara, y acabó llamándole la atención a ambos.
Shikamaru por su parte iba a perderse en un sueño profundo, cuando alguien
entra de forma muy escandalosa y precipitada a la clase; al tiempo que se
disculpaba por la tardanza, haciendo varias venías de respeto en el proceso.
Con tanta bulla el vaguito despertó de golpe y miró en dirección a esa personita;
una niña rubia de cabello corto; que no paraba de hablar; rayos era más ruidosa
que su madre, pensó mientras sonreía y se enderezaba de inmediato. Antes de
tomar asiento, la chiquilla pronunció su
nombre completo y el mocoso no demoró en anotarlo con la rapidez que jamás lo
había caracterizado, en su cuaderno.
Shikamaru
no le quitó la vista de encima en toda la clase, pero había un problema, la
niña también estaba loca por el tal Uchiha, eso le reventaba de celos, y no
sabía cómo hacer para no quedar en evidencia frente a ella o peor aún frente al resto; jamás en su vida se había interesado
tanto por una niña, problemática Ino Yamanaka, que demonios le había hecho; que
hasta el sueño se le había esfumado; era amor lo que estaba sintiendo a tan
corta edad; era ilógico, inaceptable y demasiado problemático para él, sin
embargo no podía negar, que le gustaba lo que sentía.
Sonó
el timbre del recreo y fue tras ella, quería compartir, conocerla mejor, pero
la vio acercarse a ese chico tan indiferente y carente de sentimientos; ahí
estaba ella peleándose con la peli-rosa
por el tal Sasuke. La escena le hizo hervir la sangre por dentro y se alejó
molesto.
Las
horas pasaron hasta que llegó la salida y por primera vez deseo que el tiempo
se alargara, tenía que saber más de esa niña,
pero su papá responsable y puntual como solía ser, lo estaba esperando para regresar juntos a la
residencia. En el camino lo sintió muy callado, bueno tan poco era como sí
Shikamaru fuera un hablantín consumado, pero en aquella ocasión estaba en mutismo absoluto, sin embargo su padre
decidió dejarlo tranquilo y no preguntó nada, ya era suficiente con obligarlo a
hacer algo que no quería, para todavía seguir complicándole la vida con un
interrogatorio, así que simplemente llegaron a casa y luego de almorzar, el
niño se encerró en su cuarto con la excusa
de hacer la tarea que había mandado el profe Umino,
pero su verdadera tarea no era otra más
que Ino Yamanaka; a quien no había podido sacarse de la cabeza.
A la
mañana siguiente, ni Yoshino, ni Shikaku tuvieron que despertar a al muchachito
pues este madrugó y se alistó, más rápido de lo que canta un gallo, desayunó
con el mismo ritmo y no solo eso, lo hizo con muchísimas ganas; e incluso apuró a su papá para que lo
encaminará a la Academia.
_
Vaya hijo, ¡¿y esos ánimos a que se deben?! _ preguntó extrañado ya afuera de
la casa, con Yoshino cerca de ambos muy sonriente sin salir de su asombro, finalmente las clases de Ninjutsu habían
resultado mejor de lo que había esperado, decía su madre sin borrar su
contentura del rostro.
_ ¡Nada
importante, decidí que debo entrenar muy duro y nada va a detenerme! _ aseguró
convencido, ya hasta se parecía al pequeño Uzumaki en lo determinado que sonaba
_ ¡Hasta pronto mamá!
Su
madre levantó la mano en señal despedida, Shikaku se regresó a abrazarla antes
de volver con su hijo.
_
¡Nos vemos ahora mujer! _ terminó de despedirse de ella, ahora sí encaminándose
con su muchachito _ ¡Me alegra escucharte hablar así Shikamaru!
Una
vez llegaron, se despidieron tal como ayer. El pequeño Nara alcanzó el salón y
esperó a que Ino llegará, una vez la vio, se aproximó a ella, tenía que cruzar
aunque fuera un par de palabras con ella.
_
¿Ino Yamanaka es tu nombre cierto? _ preguntó como si no lo supiera, pero es
que el pobre no tenía tema de conversación.
_ Sí,
vago sin remedio _ Shikamaru abrió mucho los ojos, ella tenía la desfachatez de
llamarlo así _ ¿Qué quieres Nara?
_
Yo… yo quiero ver sí puedo ir a entrenar a tu casa después de clases, es que
observé que eres muy buena en taijutsu y quisiera que… _ se quedó con la frase
en el aire.
Llegó
Sasuke Uchiha e Ino perdió la cabeza, se le tiró encima, y aunque el pelinegro
mostraba un semblante de fastidio por los repentinos arranques de la loquita
chiquilla, el Nara no lo soportó y pateó su escritorio con fuerza para hacerse notar.
Ino se frunció en su sitio soltando a Sasuke y este último displicente como
solía ser, se ubicó en su lugar.
Las
horas pasaron con una Yamanaka demasiada coqueta con el antipático del Uchiha para el gusto del
pequeño Nara, que estaba más que furioso. Choji entendía que le pasaba, lo
notó desde ayer, pero había optado por
la discreción.
La
hora de salida llegó y Shikamaru juntó a su papá regresó a casa, entró molestó
a la casa, no saludó a mamá y corrió a su habitación para echarse a la cama a llorar de rabia porque la
problemática de Ino no le hacía el menor de los casos, sus padres se quedaron
boquiabiertos con tal reacción tan inesperada, Yoshino pensó que lo habían
suspendido e iba a exigirle las debidas explicaciones, pero Shikaku la detuvo,
le dijo que le diera tiempo al niño para que se adaptara a su nuevos
compromisos, ajenos ambos al problema real de su unigénito, en esos momentos, ninguno de los dos insistió en preguntar nada.
El
geniecito se prometió así mismo que conquistaría a esa niña porque aunque todo
lo que pasaba por su cabecita relacionado a ella, era demasiado problemático,
la escandalosa le gustaba, así que secó sus lágrimas, volviendo a armarse de
valor. ¡Lo intentaría una vez más! Los
días pasaban, y con ellos los planes que ideaba el estratega para atraerla a
él, acercándose a ella una y otra vez, pero en todos sus intentos o era
ignorado por la mocosa o aparecía el inoportuno de Sasuke, que si bien no
estaba interesado en ella, al genio flojo la sola presencia e incluso la mínima
mención del nombre de ese engreído le incomodaba.
Los
días siguieron así, pasó un mes y luego otro y era lo mismo; siempre la niña lo
trataba con distancia; lo regañaba y le recriminaba su falta de voluntad y de
espíritu de pelea y resaltaba las cualidades del Uchiha, todo era Sasuke esto y Sasuke lo otro, se
estaba hartando de esa situación, pero hoy sería el día que le enseñaría a esa
problemática, quien era Shikamaru Nara y así fue como lo hizo, después de salir
de clase en lugar de esperar a su progenitor, se fue detrás de ella hasta su
casa; ventaja para él, ellos vivían
cerca, así que no creyó que tendría líos
si llegaba un poco más tarde, su papá comprendería. Shikamaru vio que la nena
entró a su casa y en solo unos cuantos
minutos, ya estaba él en la puerta principal de aquella residencia.
_
Hola pequeño, ¿Eres el hijo de Shikaku y Yoshino cierto? ¿Qué se te ofrece? _
La señora Yamanaka lo saludó y preguntó amablemente invitándolo a entrar.
_
Vine a ver a su hija… _ dijo el pequeño ya dentro.
_
Ah, ella está en su cuarto, ya te la llamo, pero puedes entrar a su habitación,
estás en tu casa _ sonrió y recordó que tenía que hacer algo _ Tengo que salir,
pero no tardo, cualquier cosa mi marido está con tu papá.
La
señora se retiró y Shikamaru se aproximó a la habitación de la niña, la puerta
estaba abierta de par en par, la encontró de espaldas y escuchó lo que era un
llanto, sigiloso se acercó a ella y la abrazó por la espalda, lo que la asustó.
_
¡AH! ¡¿Qué demonios haces aquí vago?! _ preguntó dándose vuelta apartándose
violentamente y no demoró en secar sus lágrimas con la mano.
_
Lloras por ese niño idiota eh? _ No tardó en reclamar, odiaba verla así, tan
bonita que era, no tenía que estar sufriendo por ese tonto.
_ ¡¿A
ti qué diablos te importa vago?! _ lo empujó con ambas manos haciendo que
trastabillara un poco.
_ Me
importa porque, es problemático, pero
tu…, pero tu… tú me gustas mucho
Ino _ luego de decir, mejor dicho tartamudear sus sentimientos, le regaló un
rápido piquito en los labios, el movimiento fue tan estratégicamente inesperado
como su técnica de sombras, que ella no pudo anticiparlo, una vez él cumplió su
cometido salió huyendo antes que la muchachita lo golpeara o bueno era lo que
él creía que pasaría.
Shikamaru
corrió y corrió y acabó por perderse en un bosque, uno realmente peligroso, no
le permitían a los más pequeños que lo atravesaran solos como lo estaba
haciendo el muchachito perteneciente al clan Nara porque según él, no
regresaría más a la Academia, ni a la casa, quería morirse, la niña que le
gustaba no se fijaba en él y como no quería sufrir, le pedía a Kami que le
enviará una bestia gigante que lo hiciera picadillo en un santiamén, así sería
una muerte rápida con el mínimo dolor.
Mientras
tanto sus padres buscándolo por todas partes, preocupados por lo tarde que era
y el chiquillo no aparecía por ningún lado, Yoshino llorando desesperada y
Shikaku junto a Inoichi decidieron salir a buscarlo por los alrededores; Ino
salió a casa de Shikamaru, pero una vez allá, le dijeron que estaba perdido, la niña se echó
a llorar igual o peor de desesperada que la señora Nara, intentaron calmarla,
pero no había manera.
Siguieron
buscando, hasta que Shikaku se fue por su lado; ya desesperado se metió
en un bosque frondoso, uno de los
tantos que había olvidado frecuentar, sin embargo para
su suerte, al irse muy adentro del mismo pillo a su pequeña fotocopia sentado
en un tronco hecho un mar de lágrimas. Llegó y no demoró en abrazarlo con
fuerza al tiempo que revisaba que estuviera bien, nunca había estado tan
angustiado; cuando vio que el chiquillo se calmó, se puso de pie, muy serio y empezó a hablarle; el geniecito
tragó saliva, su papá le estaba pidiendo explicaciones sobre su
comportamiento, el niño no tuvo más remedio que contarle la verdad, el señor
Nara comprendía que quisiera mucho a esa niña de la cual hablaba con tal
inusual efusividad, pero irse detrás de ella y no avisar o esperar al menos
regresar con él a casa y todavía andar
en un lugar sumamente peligroso, dónde un mocoso de cinco no debería siquiera
asomarse, sin embargo antes de regañarlo preguntó el nombre de la tan mencionada chiquilla que
lo traía tan deprimido y cuando el niño se lo dijo completo, supo que se
trataba de la hija Inoichi su mejor amigo, sonrió contento porque Shikamaru
iniciara una amistad con esa niña tan activa, inteligente y extrovertida,
seguramente le ayudaría mucho y quizás su influencia podría cambiar un poco su
actitud indiferente hacia la mayoría de las cosas, reflexionaba el hombre aun
sin quitarse del todo el enojo porque por más que le daba vueltas; sabía que su
niño había actuado de forma irresponsable; había desobedecido, lo había
preocupado no solo a él sino también a su madre y vecinos; todos pensaron que
algo muy malo le había pasado, así que hizo algo que nunca antes había hecho;
sin darle oportunidad de procesar nada, cogió a Shikamaru del brazo, se sentó
en el tronco y lo ubicó en su regazo;
acto seguido le bajó los pantaloncitos junto a los calzoncillos justo debajo de
las nalgas, levantó la mano y le dio
unas buenas nalgadas; a la número quince
el chiquillo empezó a llorar fuerte, su
padre le dio las últimas cinco con un poco más de intensidad en la unión del
trasero con los muslos, el pequeño Shikamaru se retorció pataleando a cada una,
sorbiendo sus mocos. Papá le sobó la espalda con cariño y le acomodo la ropa
con cuidado. Lo puso de pie, el niño se frotó las nalgas mientras Shikaku le
limpiaba la naricita, cuando el muchachito se tranquilizó por segunda vez,
caminaron ambos hacia casa.
Al
llegar los esperaba Yoshino hecha un mar de lágrimas, el pequeño Nara sabía lo
dura que era su madre con él a la hora de reprenderlo por lo que nunca pensó
verla así tan frágil, ella se agachó frente a él, abrazándolo y lo lleno de besos, feliz de tenerlo de
vuelta en casa.
_
¿Dónde estaba? ¿Dónde lo encontraste? _ preguntó ahora, poniéndose de pie ya
más tranquila.
_ El
niño, no me espero, decidió ir a ver a Ino Yamanaka, su compañera de clases, de quien está muy
enamorado, pero según él no es correspondido, razón por la que escogió el
bosque más peligroso de la aldea para morirse allá… _ después de explicar todo tal como el pequeño
le había dicho, la señora Nara pasó de la tranquilidad al enojo en segundos,
comprendía los sentimientos de su hijo, pero actuar arbitrariamente como había
hecho, no se lo iba a pasar, y menos con esas ideas de muerte a tan corta edad,
definitivamente no podía, si con cinco añitos era así que se esperaba cuando
tuviera diez. Ella tenía que enseñarle una buena lección para que no se le
cruzara por la cabeza semejantes ideas tan descabelladas, nunca más. Shikamaru miró a su padre con la típica cara
que se le lanzan a los traidores.
Yoshino
jaló a su hijo y prácticamente lo arrastró hacia la cocina; ahí sin miramientos
le bajó toda la ropa hasta medio muslo y lo puso boca abajo en la encimera,
advirtiéndole que no se moviera, el niño obedeció sin rechistar, sabiendo de
ante mano lo que le esperaba. Ella rápidamente abrió una gaveta y cogió el cucharon
de madera que había comprado recientemente, solamente para corregir a su indisciplinado hijo en caso
que este cometiera una falta gorda, pero ella no pensó que usaría tan pronto,
así con aquel objeto en la mano se acercó de nuevo a Shikamaru, sosteniéndolo de
la espalda con una mano y con la otra levantó el cucharon y le marcó diez
fuertes cucharazos en el centro de las nalgas, el peque vibró en su sitio y
lloró con ganas de principio a fin, aquello picó y dolió, más porque esa área
la traía sensible
debido al castigo
de papá. Su madre lo bajó, le acomodó
los interiores y pantaloncitos; el pequeño genio puso una mueca de dolor al
sentir el contacto de la ropa con la piel colorada mientras su señora madre le
decía:
_
Qué sea la primera y la última vez, que haces algo así, y más vale que borres
esas absurdas ideas de muerte de tu
cabecita, o tus nalgas sufrirán serias consecuencias ¡¿He sido clara?! _ retó
ella, el pequeño genio asintió gimiendo
bajito con una mano en su culito; frotándolo levemente mientras con la otra
refregaba sus ojitos. Yoshino cogió una servilleta y le limpio la naricita en
lo que le daba otra orden _ Y le debes una disculpa a Ino; la pobre se preocupó
mucho por ti, así que irás ahora mismo a su casa _ Al niño se le subieron los colores a la
cara, pero hizo lo que su mamá le ordenó, después de todo no era como si
tuviera otras opciones y además como sea y a pesar de la vergüenza que cargaba
encima, porque seguro sus gritos se escucharon hasta la casa de su adorada
rubia cuando su problemática mamá lo estaba castigando, se moría por ver a esa
ruidosa niña.
Unos
minutos más tarde, en la casa del clan Yamanaka…
_
Eres un tonto, vago sin remedio, mira que meterse en un bosque tan peligroso
como ese, pudiste haber muerto idiota _ lo regañó mientras le tiraba de la
oreja, ella ya se había enterado de
todos los acontecimientos y como Shikamaru lo había predicho había escuchado
cuando fue corregido, pero no dijo nada, no quería apenarlo más; suficiente
tenía el pobrecito con la buena zurra que le había dado la mamá, era tan
notable, que el mocosito no podía evitar llevarse una mano a la nalga,
disimulando que buscaba algo en el bolsillo trasero.
_Au no
hagas eso problemática, que me duele _ se quejó, Ino lo soltó y ahora él no
paraba de frotarse su orejita, tratando de enfocarse en ese otro dolor y no en
el de su traserito.
_ Te
lo tienes bien merecido, me tuviste muy preocupada _ infló los cachetes
molesta. Mi mamá ya me dio una tunda y no me puedo sentar bien; se decía para
sí el genio flojo, que también pensó que esa niña ya estaba actuando igual que
su madre.
_
Cuando te enojas, te ves más bonita de lo que ya eres, mi problemática rubia
adorada _ lanzó ese comentario para ella,
sin pensar e hizo que la pequeña se pusiera más roja que una fresa y él
también enrojeció por lo que le dijo.
_ No
digas esas cosas, me apenas cerebrito _ mencionó ella, sin saber cómo salir de
la situación.
_ Es
problemático, pero ya te lo he demostrado y te lo voy a volver a repetir y lo
haría las veces que fueran necesarias, me gustas Ino, me gustas mucho _ Se
acercó a ella y la volvió a besar igual de rápido que la primera vez, lo que
seguía pareciendo improbable para cualquiera que perteneciera al clan Nara, pero está vez su beso fue en la mejilla,
Shikamaru pensó que lo golpearía, y se estaba preparando para ello, pero lo que
menos se imaginó pasó.
Ino
se lanzó sobre él y le dio un besito en los labios, fue tan veloz, pero a la
vez tan tierno, que el pequeño Nara enrojeció mucho más de lo que ya estaba,
esa niña despertaba todos sus sentidos de una forma impresionante.
_
También me gustas genio flojo, _ admitió ella haciéndole una propuesta bastante
indecente para su corta edad _ y quiero que seamos novios.
Y
aunque a Shikamaru las dudas lo abordaban constantemente y a pesar de no saber
si Ino hacía eso solo para competir con Sakura o bien sacarse a ese niño
engreído de la cabeza, aceptó más feliz que un mono en feria.
_ Sí
estoy de acuerdo en ser tu novio.
_
Nunca te lo pedí, quiero que seamos novios y punto, es mi decisión y tú tienes
que hacer lo que yo digo _ dijo tan demandante como era su costumbre.
_ Eres
muy mandona, pero eso me gusta _ la última frase la dijo solo para él, pero la
nena lo sabía, como no saberlo, sí era una experta del control mental aun con sus
cinco añitos, dominaba lo básico bastante bien.
El
pequeño Shikamaru puso su tranquila sonrisa mientras Ino lo jalaba para
llevarlo a quien sabe dónde, pero dónde fuera, el Nara sería feliz de recorrer
el mundo con su problemática rubia adorada.
N/A: Espero que hayan
disfrutado mucho este episodio con dos de mis personajes favoritos, me encanta
el Nara e Ino por su puesto es mi personaje femenino favorito. Y nada me haría
más feliz que me dejen un comentario para saber sí les gustó el escrito sin más,
nos leemos pronto.
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