Esos 5 minutos en el carro habían sido hasta ese momento los más incómodos y asfixiantes en la vida de Daniel. Cada movimiento que hacía provocaba que el niño se estremeciera y, aunque fuera discretamente, como le afectaba…
Lo peor era el silencio aplastante… Daniel había pensado en al menos 10 posibles cosas que pudiera decir, pero la situación es que no se le ocurría nada que pudiera hablar en específico con ese niño. Incluso si se tratara de algún extraño, él pudiera estar ya en medio de una conversación, pero el hecho de que no se trataba de un desconocido hacía todo mucho más complicado.
En la siguiente luz roja no pudo evitar exhalar frustrado cuando movió la mano por la palanca y Danny casi brinca.
-Daniel, no te voy a hacer nada.- Punto.
-...No sé de qué hablas.- Daniel tenía que reconocer que, aunque el muchachito estaba extremadamente atento a cada movimiento que se daba en ese auto, hacía un excelente trabajo disimulando. Por supuesto, justo en ese momento el hombre no tenía ni las ganas ni la paciencia para esos jueguitos.
-Mira, dejémonos de rodeos. Ayer puede que haya dicho…cosas que no debí en un momento de enojo.- No es como que se fuera a disculpar en sí. Al menos no por eso. -Yo no te voy a andar pegando por todo, tampoco quería dar eso a entender.- Porque la regañiza no había sido un error; la forma en que sus advertencias se habían malinterpretado, se pudiera decir, quizás.
-Eso no me importa.-
Vil mentira… Había tenido que ser eso, porque los gritos y los regaños ya los habían hecho antes y no había habido ningún cambio. Por el contrario, justo entonces después de un par de palmadas parecía que Daniel había cambiado de hijo.
-Muy bien. Vamos a suponer que estás diciéndome la verdad.- Era muy temprano para discutir… -Me parece perfecto, pero no creo que ayer hayamos hablado seriamente de todo lo que teníamos que hablar…- Daniel suspiró una vez más, tratando de reunir valor para una conversación que realmente no hubiera querido tener nunca. -¿No sé si tú sepas algo acerca de Child Protective Services?- Para ser claros.
Danny sólo se encogió de hombros. Sabía que era una organización del gobierno y lo había escuchado mencionar un par de veces en noticias de maltrato infantil o cosas así donde algo malo pasaba en una familia y tenían que mover a los niños a otra casa, a una foster home casi siempre.
-Mira, es una organización que, como casi todo en el gobierno, es un mugrero, pero supuestamente se encarga de velar por los intereses de los menores de edad. La cosa es que al estar tú afuera en la noche grafiteando paredes se entiende que no estás en un lugar donde haya adultos responsables que puedan cuidarte.- Porque lamentablemente los trabajadores sociales no se iban a poner a pensar en lo malcriado que tenía que ser ese niñito para muy probablemente haber desobedecido las reglas de la casa, no, seguramente todos iban a pensar que Daniel lo había sacado de la casa o no lo cuidaba o no estaba al pendiente… Que bueno, no había estado mucho al pendiente, eso lo aceptaba, pero tampoco es como que salir a esas horas sin ningún tipo de supervisión estuviera permitido, obviamente no. -A ellos no les va a importar si yo te di permiso o no. Si a ellos les da la gana, bien pueden decidir que no soy apto para tener un niño a mi cuidado y existe la posibilidad de que abran una investigación. Ahora, yo sé que no somos muy cercanos pero considero que en mi casa puedes estar muy bien… Si ellos deciden que eso no es cierto, entonces pueden sacarte de ahí y ponerte en un hogar temporal en lo que deciden qué hacer contigo. En México sería tan fácil como llamar a tus días para que te recogieran y pudieras quedarte con ellas, pero aquí el sistema es distinto… Yo no creo que tú quieras irte a vivir a casa de algún extraño.-
Y vaya que Danny no se sentía tan valentón como los días anteriores, pero tampoco podía desperdiciar una oportunidad de ser petulante como la que tenía enfrente.
-No quería irme a vivir a casa de ningún extraño y aquí estoy.- Por supuesto, lo dijo pretendiendo mirar por la ventana, de modo que Daniel no pudo verlo a los ojos cuando volteó.
-Daniel, mira…- Pero que complicado. El hombre había tratado de huir de ese niño la última década, y ahora lo estaba pagando caro. -Yo sé muy bien cuál es el estado de nuestra relación.- Inexistente. -Y estoy muy consciente de qué es culpa mía, y no está bien, pero ya estás en mi casa y tú y yo podemos dejar de ser extraños.- ¿Cómo? Daniel no tenía ni idea… y eso le aterraba. -Y tú vas a estar bien porque yo quiero que estés bien, porque eres hijo mío. Ahora, si te ponen en la casa de otro extraño, yo no tengo manera de saber que vas a estar bien y no quiero que por nada el mundo lleguemos a ese punto. ¿O tú sí?-
…No. Danny no es que precisamente fuera un muchacho temeroso para conocer gente, pero tampoco era ningún bobo y la idea de vivir con adultos que ni siquiera conocía o había visto nunca no era para nada atractiva. Tampoco es que conociera mucho a su papá, cierto, pero si sus tías lo habían mandado es porque seguramente el tipo no era un maldito loco. A final de cuentas, a lo mejor no se la iba a pasar bien pero tampoco le iba a pasar nada horripilante en casa de Daniel. Con algún loco a cargo de una foster home, quién sabe…había escuchado varias historias espeluznantes acerca de esos hogares también en las noticias.
-Muy bien, entonces estamos en la misma página.- Daniel interpretó el silencio. -Tranquilo, ¿sí? No hay nada de qué preocuparnos siempre y cuando mantengamos un par de cosas básicas en orden. Definitivamente tenemos que cortar con las faltas de la escuela y las grafiteadas.- En otras palabras, ausentismo escolar y vandalismo. -Esas cosas que te pueden conseguir un cita para la corte las tienes que dejar. No salgas de noche y mucho menos sin permiso…- la lista probablemente era larguísima y seguramente cualquier padre normal competente se la sabía, pero Daniel no podía pensar en más cosas justo en el momento. Es decir, todo era sentido común, ¿no era así?- Pareces un niño inteligente, vamos a tratar de llevarlo en paz.-
El niño asintió con la cabeza, pero después de eso se mantuvo en su mundo. Daniel estaba bien con eso, porque si bien el resto del viaje todavía fue silencioso, al menos Danny estaba ocupado pensando en lo que acaban de hablar y no atento a cada movimiento que hiciera.
-Voy a venir a recogerte.- Fue la única otra cosa que Daniel le tuvo que decir al estacionarse afuera de la escuela.
El chiquillo lo miró por una fracción de segundo y masculló algo parecido a un ‘sí’ antes de bajar casi arrastrando su mochila. Por supuesto que eso no dejó nada tranquilo a Daniel y sería una exageración afirmar que pudo completar algo de su trabajo esa mañana. No podía ni concentrarse tan solo esperando el momento en que el teléfono de la oficina sonara, o peor aún, su celular, para darle algún tipo de mala noticia. Pero eso no sucedió, y vaya que era novedad, porque los pocos días que Danny había ido no habían sido exactamente buenos.
Se esperaba todo al llegar a la escuela a la hora de la salida, todo menos encontrar a Danny justamente esperando en la mera entrada. El chiquillo aún lucía bastante distraído y perdido en sus pensamientos, pero se las arregló para subir al carro y responder brevemente un saludo.
Daniel sabía que quizás debía decir algo o intentar tranquilizarlo, porque obviamente el tema de CPS había sido preocupante, pero al mismo tiempo no quería arriesgarse a no darle al asunto la importancia necesaria. No tenía el suficiente conocimiento acerca de preadolescentes como para saber si el decir cualquier cosa para tranquilizarlo iba a terminar en el chiquillo tranquilizandose de más, así que por el momento preferiría prefería mantener las cosas así y disfrutar un poco la ausencia de la mala actitud. No podía ser tan malo.
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No había resultado nada malo, de hecho el día se había dado muy bien.
Danny se había limitado al sofá de la oficina y se la había pasado leyendo casi todo el día. Daniel lo había estado observando disimuladamente durante alrededor de media hora, pero después se había ocupado en su laptop y en varias llamadas.
El niño fue tan silencioso y se portó tan tranquilo que no hubo necesidad de suspender el trabajo más que para pedir a su asistente que les llevara de comer y cenar. Daniel estaba profundamente agradecido de no haberlo llevado nunca antes al trabajo, porque el crío que la asistente conoció al llevarles la comida no era para nada el mocoso maleducado que Daniel había tenido el disgusto de tener con él incluso el día anterior.
De nuevo, era consciente de que Danny seguía preocupado porque el cambio de actitud era mucho, y aunque no le molestaría conservar la tranquilidad tampoco se trataba de tenerlo miserable 24/7.
Daniel iba a tener que hablar con sus hermanas porque no quería darle a entender a Danny que no tenía que preocuparse tampoco para nada. CPS abriendo un caso era todavía una posibilidad, pero seguramente ellas sabrían cómo dárselo a entender. Por el momento recién estaba terminando de enviar unos correos y el preadolescente de hecho llevaba casi una hora dormido en el sofá medio cubierto con la chaqueta de la escuela. Una de las primeras cosas que se le vino a la mente al verlo bien era que quizás hubiera sido bueno llevarse una manta al trabajo y dejarla ahí para ese tipo de situaciones, su segundo pensamiento instintivo fue que eso no sucedería todo el tiempo… pero siendo realistas quizás era la mejor opción por el momento. Daniel nunca había querido niños en su oficina, eso era seguro, pero justo entonces no se sentía con la confianza de dejarlo en la casa tampoco.
Y esque así dormido no se notaba, pero el niño era difícil… No horrible, tampoco, pero tenía algo que Daniel no podía descifrar… Se iba a escuchar mal, pero la compañía de Danny era difícil de disfrutar, o al menos para él; aunque claro, tampoco es que hubiera realmente intentado cambiar eso anteriormente.
Daniel siempre había pensado que ese disgusto era por el parecido con Patricia, pero viéndolo bien, no había mucho de ella en ese niño… Casi nada, de hecho. Era güerito, sí, pero aparte del cabello y piel clara no había mucho parecido con esa mujer…
Pai e filho estão começando a diminuir o distanciamento. Daniel percebendo aos poucos que ama seu filho.
ResponderBorrarPor favor, de sinal de vida.
ResponderBorrarMesmo que você não possa atualizar agora, só nos tranquiliza, dizendo que não abandonará as histórias.
Felicidades a todos.