Mansión Archer- Josephine
Había pasado una semana desde el incidente de Easton, donde me había dicho que él y Reed habían apostado, ya no estaba tan molesta, Henry me aseguraba que solo era una tontería y Reed jamás lo había hecho con ninguna mala intención, porque a él realmente le parecía que le gustaba a Reed, pero aunque a los ojos azules de Henry no se les podía negar nada, a los fríos ojos de Reed Archer vaya que sí, Reed parecía tan molesto conmigo como si yo hubiera sido la de la culpa, lo que había dicho Easton de mí y de Henry era una mentira, que Henry le había dicho a su hermano menor, por lo cual yo no tenía nada por lo cual disculparme.
Lo único que había hecho en la semana era salir a correr, ir al gimnasio con Henry, leer y revisar si no tenía alguna noticia de las Universidades, había estado ignorando un poco a mis amigos de Nueva York, y a los “amigos” de California, no sabía que había pasado con Daniel, y me sentía terrible, pero no sabía cómo acercarme, Henry me aseguraba que no pasaba nada que igual no eran buena compañía pero no estaba muy segura que ellos si lo fueran, en especial Reed e Easton ya que, bueno… Reed le había pegado una paliza solo por no soltarme la mano, lo cual me preocupaba un poco.
Igual casi no me había cruzado con Reed y con Easton a excepción en las comidas, ya que Reed parecía tener muchas ocupaciones en su habitación e Easton estaba siendo obligado a ir con su padre a su oficina.
Era lunes por la tarde, Ian llegó temprano, yo estaba en mi balcón empapándome de James Joyce cuando tocaron a mi puerta, me levanté y fui a abrir, era Reed, traía unos jeans negros sueltos arremangados que le descubrían los tobillos, y una camiseta de manga corta gris, tenía el cabello húmedo seguro acababa de salir de bañar, era tan increíblemente guapo, y aunque debía admitir que había estado esperando todos estos días para este momento sentía como si las piernas me fueran a fallar, Reed me ponía de nervios, era esos chicos malos con los que no quieres tener problemas, pero si quieres.
Era lunes por la tarde, Ian llegó temprano, yo estaba en mi balcón empapándome de James Joyce cuando tocaron a mi puerta, me levanté y fui a abrir, era Reed, traía unos jeans negros sueltos arremangados que le descubrían los tobillos, y una camiseta de manga corta gris, tenía el cabello húmedo seguro acababa de salir de bañar, era tan increíblemente guapo, y aunque debía admitir que había estado esperando todos estos días para este momento sentía como si las piernas me fueran a fallar, Reed me ponía de nervios, era esos chicos malos con los que no quieres tener problemas, pero si quieres.
-Hola.-Solté lo más indiferente que pude.
-Ian quiere que bajemos.-Respondió seco.
-Bien.-Solté con tranquilidad.-Ahora voy.-Le cerré la puerta en la cara.
Me sentía bastante decepcionada por mi triste encuentro con Reed, pensaba que iba a ser un poco más dramático, pero al parecer a Reed Archer no le importaba tanto como decía su hermano o como quería creer yo, fui a ponerme tenis y luego me dirigí nuevamente a la puerta, y baje a la sala ya que vi que todos estaban reunidos ahí.
-Perdón-Me disculpe sin ninguna razón pero es que había sido la última en llegar.
-No te preocupes, Jo-Me sonrío como siempre Ian.-Ya que estamos todos reunidos, tengo que contarles un cosa…
-¿Otra bastarda?-Pregunto Easton burlón.
-Easton.-Lo regaño su padre.
-Ay, estoy jugando…-Rodó los ojos.
-Lo que les quiero contar.-Continuo emocionado.-Es que tengo unos nuevos socios.-Les sonrió-Abriremos una sucursal en Nueva York y otra en Arizona.
Los chicos no parecían muy emocionados, pero al fin Henry dijo:
-¡Felicidades, papá!-Le sonrió.- ¿Y cuándo estarán listas?
-Aproximadamente un año-Sonrío Ian.
-¡Enhorabuena, Ian!-Le dedique una sonrisa.-Espero que todo salga como esperas.
Easton y Reed también felicitaron a su padre sin tanto entusiasmo pero parecían contentos.
-Pero eso es solo es una cosa de lo que les quería decir… hoy tenemos una cena con ellos en su casa, es que planearemos una pequeña celebración así que hoy iremos a su casa para que los conozcan y organicemos todo.
-¿Nosotros qué?-Gruñó Reed.-Odio estas cosas, lo sabes.
-Sí, aparte que flojera papá.-Objeto Easton.
-Chicos es solo una cena, aparte ellos tienen hijos de su edad, podrían pasarla bien.
-Paso.-Soltó Reed.
-Bueno, no está a discusión-Repuso Ian.
-Exacto, no voy a ir y ya está.-Se cruzó de brazos.
-Vas a ir, con buena cara con tus mejores modales, y no voy a discutir contigo, ni con ninguno-Sentencio Ian bastante serio.-No estoy para caprichos, ni negociaciones.
Otra vez Ian había adoptado esa postura de padre estricto que me ponía los pelos de punta aunque al parecer a sus hijos no, porque siempre seguían discutiendo, en especial Easton y Reed, Henry optaba por rodar los ojos y decir “Esta bien” pero sus hermanos siempre seguían discutiendo y a mí me incomodaba tanto…
-Pues yo iba a salir… y no sé a qué hora voy a volver…-Respondió Reed.
-Tienes que estar aquí a las seis de la tarde para arreglarte y si tengo que ir por ti, Reed te voy a traer de la oreja.-Le advirtió.
Reed se sonrojo por completo, era muy notorio porque su tez blanca no lo dejaba ocultarlo para nada, yo me le quedé viendo y él me miro nada más para voltearse a otro lado.
-Como sea.-Gruñó de mal humor sin mirar nada en específico.
-¿Alguna otra duda?-Preguntó.
Todos nos fuimos a nuestras habitaciones y escuche perfectamente a Reed salir de la casa, esperaba que no se metiera en líos, me tire en la cama y me quedé pensando en nuestro beso, había sido el mejor beso de mi vida, no es como que hubiera besado a demasiados chicos en mi vida pero vaya que ninguno se había comparado con Reed, me sentía tan tonta, él ni siquiera podía disculparse, y es que aunque cualquiera me tachará de idiota, si el simplemente se hubiera disculpado, aceptaría su disculpa y podríamos seguir... lo que fuera que hubiéramos comenzado.
Después de un rato me metí a bañar quería que mi cabello estuviera seco para poder peinarme para la cena, así que tome un largo baño en la tina, y luego salí, me puse un falda negra con flores de seda que me llegaba a la cintura y un top negro a juego, y unas zapatillas de tacón bajo, por suerte me había pintado las uñas el día anterior, quería ir al salón de belleza pero no me gustaba hacerlo sola. Alguien tocó a mi puerta cuando me estaba terminando de secar el cabello.
-Adelante.-Dije apagando la secadora.
Era Henry, traía unos jeans oscuros, junto con un suéter azul marino y debajo una camisa blanca y zapatos, se veía increíble como siempre.
-¿Ya estás lista?-Me preguntó.
-Ya casi, solo me peino.-Y es que ya me había maquillado, pero había dejado al último mi cabello para que se secara.
-Te ves bien.-Dijo.
-Tú también. -le sonreí.
-Yo siempre-Me guiño el ojo, y se rio.
-Que presumido.-Rodé los ojos-¿Ya nos vamos? Porque puedo solo cepillarme y dejarlo así.
-No, te quería preguntar algo...-Comenzó.
-No te voy a pasar el Instagram de Cath-Bromee.
-Ya lo encontré -Sonrió con suficiencia. -Pero eso no es lo que te iba a preguntar...
-¿Qué pasa?-Estaba mirando a Henry por el reflejo del espejo en lo que me trenzaba el cabello.
-Pues... de casualidad, ¿no sabes dónde está Reed?
-Para nada. -Respondí enredando mi trenza en un estilo chongo, y poniéndome algunos pasadores.- ¿no llega?-Mire la hora eran seis treinta.
-No, e Ian está hecho una furia, entonces quería ver si a lo mejor tú sabías y podías salvar a tu amado...-Soltó
-En primer lugar, no es mi amado, y en segundo... no tengo idea de a dónde fue, ¿por qué lo sabría? No me habla. -Tomé mi celular-Estoy lista.
-Vamos abajo. -Me dijo abriendo la puerta lo más posible y dejándome pasar primero.
Efectivamente Ian estaba furioso, y de un lado al otro, intento hablar con Reed, Easton traía pantalones color café muy claro y una polo vino, miraba su celular, mientras Henry yo mirábamos a Ian dar vueltas.
-Ya sé en dónde está-Soltó de repente.-Henry ve a traer algo para que se ponga Reed, y ustedes váyanse ya al auto.
-¿Puedo ir en mi auto?-Pregunto Easton.
-No.-Dijo tajante.
-Bien.-Resopló-¿Me das las llaves?
Ian le dio las llaves y nos dirigimos al auto, para mi gran sorpresa Easton me abrió la puerta trasera, y luego subió a la parte de enfrente, esperaba no tener que estar a solas mucho tiempo con él, porque sabía que yo realmente le desagradaba.
-Lamentó lo que te dije de Reed y lo de tu hermana.-Soltó de repente.
-No tienes que disculparte por nada-Admití.-Tú fuiste el único que dijo la verdad, bueno... lo de Henry y yo, no era cierto, pero tú no lo sabías.
-Si... igual no debí decírtelo.-Insistió.
-No, al contrario, gracias-Respondí.
-Reed, realmente no es tan... idiota-Empezó-Solo... bueno si es, pero le gustas.
-Gracias.-Le sonreí y sé que me estaba viendo por el espejo retrovisor.
Antes de que pudiera decir algo, Henry e Ian subieron al auto, Ian seguía igual de enojado, yo esperaba que Reed no estuviera muy lejos, porque en vez de que Ian pareciera más tranquilo se enojaba aún más, arrancó el auto.
Café "Be you"- Reed
Llevaba tres horas en el café favorito de mi madre, estaba escribiendo un ensayo para un concurso de escritores, había prácticamente escapado de casa, y es que odiaba ir a cosas como la estúpida cena de Ian, desde siempre no era algo nuevo, no me gustaba, había tenido a lo largo de mi vida cientos de peleas con mi madre y con Ian por eso mismo, y vamos que si había perdido el ochenta por ciento de las veces pero es que no me gustaba tener que arreglarme y poner mi mejor cara a personas que ni me agradaban que me querían a mi o a mis padres solo por su dinero, o por compromiso, no me gustaba y me fastidiaba muchísimo, sabía que Ian estaría furioso, porque recientemente todo le molestaba el doble pero no me podía obligar, y menos andar amenazando frente a Josephine, le di el último trago a mi tercer café y suspire mirando la computadora, seguro que ganaba, estaba haciendo demasiado esfuerzo, y era muy bueno mi ensayo, aunque tal vez hubiera alguien mejor que yo... aunque lo dudaba, tenía muchas llamadas perdidas de Ian y de Henry pero no me importaba, no iría a esa estúpida cena.
Abrí mi celular para mirar mis notificaciones de Instagram, antes de decidir si pedir más café o regresar a la mansión seguro ya se habían ido, y en ese momento me llego un mensaje de Henry.
Henry Archer:
"Si estás en el café de siempre, espero que estés listo para la ira de papá porque se acaba de estacionar enfrente de ahí"
Antes de que pudiera siquiera reaccionar sonó la puerta, era el único ahí, a mi madre y a mí nos encantaba ese café porque estaba muy alejado de todo, y siempre había poca gente, para ahorita era el único ahí.
Ian saludo educadamente a la chica y a la señora que atendían el café y se dirigió hacia mí, y me tendió una bolsa.
-Tienes un minuto para meterte al baño y cambiarte, porque es hora de irnos.-Me dijo en voz baja.
-Ian...
-Nada de Ian, Reed soy tu padre y a la siguiente que me llames así te voy a dar un manazo en la boca.-Dijo en un susurro amenazante. -Ahora te vas a ir a cambiar pero ya, o me voy a quitar el cinturón y te voy a llevar a cintarazos.
Iba a discutir pero realmente quería volver a ese café sin sentir pena, así que tome la bolsa, y me dirigí al baño para cambiarme, eran unos pantalones azul marino, y una polo color blanco que me iba bien, porque no me habían llevado zapatos así que me puse nuevamente mis tenis blancos, sabía que Ian estaba furioso así que me apure porque no quería escenas estúpidas, salí del baño y me despedí educadamente de las amables empleadas, y tomé mi mochila donde ya había guardado mis cosas Ian.
-Buenas noches-Se despidió.
Pero en cuanto salimos me tomo del brazo a pesar de que tampoco es que me estuviera resistiendo, pero estaba seguro que con la otra mano se estaba sacando el cinturón.
-Papá no, por favor, estamos en la calle.-Me intenté soltar pero fue inútil porque justamente llegando al auto mi padre me hizo voltearme y soltó un serie de cintarazos en mi trasero.-Ayyy, no ya espérate....
-Te lo advertí.-Me dijo enojado dándome un golpe particularmente fuerte, me tuve que aguantar con muchas ganas para no gritar. -Súbete al auto, pero ya.
Y a pesar de tentar mi suerte me di vuelta para abrir la puerta del copiloto, no planeaba irme atrás con Josephine estaba muy avergonzado como para siquiera verle la cara.
-Vete atrás-Le ordene.
-No.-Me contesto Easton.-Yo venía aquí.
-¡Súbete al auto!-Me gritó Ian enojado.
-Pues dile que se vaya para atrás.-Respondí enojado.
-UNO...-¿En serio? En serio, me estaba contado como a un niño de cinco años.
-Maldita sea, no me cuentes...-Gruñí furioso.
Claro que lo único que conseguí es que Ian viniera hacia mí.
-¿Que me dijiste?-Dijo una vez que estuvo frente a mí.
-Pues no tengo cinco años...-Me sentí menos valiente.
-¿Que dijiste?-Repitió.
-Ya me pasó atrás, no peleen. -Dijo Easton bajando del auto, y pasándose a la parte de atrás.
Pero claro que mi padre no estaba satisfecho con eso porque me tomo del brazo y descargo una muy fuerte serie de palmadas antes de dejarme subir.
-Y pobre de ti si armas una escenita en la cena porque no estoy para tonterías, Reed, ¿me entendiste?-Me advirtió una vez que estuvo en el auto el también.
-Ajá.-Eso me costó un fuerte manazo en el muslo-¡Auuu! ¡Ya entendí!
La verdad es que había subestimado a Ian, porque no creí que me fuera a buscar, no era la primera vez que hacía algo así, y en definitiva a pesar de todo, seguro no sería la última, igual ya no quise tentar mi suerte y no dije nada en todo el camino, ni siquiera sabía a dónde íbamos, así que saque mi celular del bolsillo y empecé a ver mis notificaciones de Instagram, me fijé en la actividad de mis amigos y vi "@henryarcher comenzó a seguir a @iamcath" me metí al perfil de esa chica, y enseguida me di cuenta que era la hermana de Jo, su primera foto era frente a un edificio que suponía era una escuela, el paisaje era bonito, pero... era tan parecida a Josephine, tenía puesto un vestido azul marino de mangas largas, medias color negro, y unas botas, bufanda blanca y un gorro para el frío del mismo color, y así varías fotos, al parecer ella estudiaba en Escocia, bajando poco a poco la encontré en otra foto junto a Josephine, su hermana tenía un toga de graduación, y Josephine tan linda como siempre, se parecían muchísimo pero Jo tenía siempre una cara mucho más tierna.
Ahora entendía porque Henry las había confundido, pero aun así Jo era mucho más bonita, mire a atrás por si alguno de mis hermanos no estaba viendo mi celular o la misma Jo, y solo lo bloquee y me recargue en la ventana, no tenía ganas de ir a esa estúpida cena y poner mi "mejor cara" esa era la frase de mamá y papá.
A veces de verdad extrañaba mucho a mamá, aunque no en estas situaciones, mamá siempre decía que de los tres siempre había sido el más berrinchudo, porque a pesar de que Easton era el más pequeño, era demasiado fácil de sacar de su berrinche, le encantaba estar con papá, y se calmaba, o hasta con mamá si sabía cómo resolver lo que le molestaba, y Henry si era berrinchudo pero era como si lo de "la mejor cara" le quedará como anillo al dedo, mamá contaba muy divertida que cuando Henry estaba llorando o haciendo berrinche y le decían que le iban a tomar una foto, enseguida paraba de llorar y ponía su sonrisa.
Pero yo, era el rey del drama decía mi madre, en especial para ir algún lugar, yo recuerdo que muy pequeño mis padres me tenían que sacar prácticamente arrastrando de la casa para ir a alguna reunión o comida con mis abuelos paternos. Lloraba desde que mi mamá me empezaba arreglar hasta que llegaba, y con el tiempo solo iba empeorando porque conforme fui creciendo obviamente no solo lloraba, peleaba con mis padres, o en las cenas decía que la comida era horrible, o que era una casa aburrida, cosas que a mis padres parecían pararles el corazón, hasta que cumplí diez años, una ocasión mis abuelos paternos nos invitaron a una cena en su casa, pero no era una clásica cena con los abuelos, sino una gran cena donde habían invitado a medio mundo, era una cena navideña, yo había peleado con mamá toda la tarde, porque no me quería poner la ropa ridícula que me habían comprado, ni siquiera Henry pero Easton y Henry ya se habían dado por vencidos, mi padre no estaba les estaba ayudando a mis abuelos.
-Reed. –Suspiro mi madre.-Ponte de una vez el suéter, vamos a llegar tarde y me voy a enojar mucho.
-¡No quiero!-Grite dando un pisotón. Y es que era el peor suéter del mundo, era uno de esos suéteres navideños que tenían estampados horribles, mis padres habían comprado tres distintos y pues el mío era el peor.
-Bueno, no te estoy preguntando.-Se acercó a mí para ayudar a ponérmelo.
-¡Que no!-Me subí a la cama.
Mi madre me estuvo persiguiéndome prácticamente media hora hasta que se cansó y soltó muy enojada:
-Si regreso en dos minutos y no te has puesto el suéter te voy a dar unas nalgadas.-Anuncio y salió de ahí.
Yo en mi enojo se me hizo muy fácil, sacar las tijeras de mi cajón de cosas escolares y cortar el suéter, sino había suéter no me podían obligar a ponérmelo ¿no? Bueno, yo solito me envíe a la horca, pasaron los dos minutos y cuando mamá regreso sin contar que tenía el cepillo en la mano, parecía muy segura de que ya me lo había puesto, porque cuando vio el suéter cortado y tirado se enfureció de una manera que pocas veces había visto a mamá, sin si quiera dirigirme una palabra me tomó del brazo y comenzó a darme una serie de palmadas que vaya que me estaban doliendo, y enseguida empecé a llorar con bastante sentimiento.
-¡AUUU! NO mamá.-Lloriquee.-Fue sin querer…-Pero eso solo hizo que mi mamá soltara otra tanda de palmadas.- ¡AYYY!
Mamá en verdad estaba muy molesta y ahora yo me sentía muy culpable, cuando me soltó me dejo en medio de la habitación saco otro suéter de vestir y me lo puso y esta vez no me resistí para nada, y antes de que yo pudiera decir nada más me ordeno que me quedará ahí, por lo cual me sentí peor.
Recuerdo que me quedé ahí llorando, mis padres nunca se enojaban conmigo, sí que había hecho muchos berrinches en las reuniones, pero usualmente mamá y papá siempre me tenían mucha paciencia, pero ese día mamá se había enojado mucho.
Por mucho que quise obedecer, no deje de llorar y mi madre no regresaba, en ese momento me paso por la mente que mi mamá se había ido sin mí, que jamás lo hubiera hecho, es más mi madre ni siquiera era de amenazarnos con algo así.
Pero yo salí aún hecho un mar de lágrimas a buscarla por toda la casa, claramente estaba en su cuarto terminando de arreglarse y cuando me escuchó entrar me miró enojada pero enseguida cuando me vio tan afligido se acercó a mí con una mirada algo cansada pero intentando ser comprensiva, se puso a mi altura y me limpio las lágrimas.
Recuerdo que me quedé ahí llorando, mis padres nunca se enojaban conmigo, sí que había hecho muchos berrinches en las reuniones, pero usualmente mamá y papá siempre me tenían mucha paciencia, pero ese día mamá se había enojado mucho.
Por mucho que quise obedecer, no deje de llorar y mi madre no regresaba, en ese momento me paso por la mente que mi mamá se había ido sin mí, que jamás lo hubiera hecho, es más mi madre ni siquiera era de amenazarnos con algo así.
Pero yo salí aún hecho un mar de lágrimas a buscarla por toda la casa, claramente estaba en su cuarto terminando de arreglarse y cuando me escuchó entrar me miró enojada pero enseguida cuando me vio tan afligido se acercó a mí con una mirada algo cansada pero intentando ser comprensiva, se puso a mi altura y me limpio las lágrimas.
-Reed, te dije que te quedaras en tu cuarto.-Me recordó con voz tranquila.
-Es que…-Dije entre sollozos.-No quería que me dejaras…
-Reed, jamás te dejaría solo en casa.-Parecía un poco divertida.-Pero te portaste muy mal, y no es justo, porque por mucho que tú no quieras hacer una cosa no te da derecho a ser un mal educado, ¿ya lo sabes, verdad?
Yo asentí aun llorando, mamá solo me atrajo a ella y me empezó a acariciar la espalda.
-No te escuché, cariño.-Insistió.
-Si lo sé…-Dije sin soltarla.-Perdón.
-Está bien, espero que no se repita.
Se me hizo un nudo en la garganta al pensar en mamá, porque hasta en los regaños y enojos, siempre había sido la mejor, no tenía ningún mal recuerdo de ella, o a lo mejor no me esforzaba lo suficiente para encontrarlo pero es que no podía, mamá y admitió que Ian, siempre habían sido buenos padres, demasiado cariñosos, y entre estrictos y permisivos, pero sabía que nos hacía falta mamá a todos, no solo a mis hermanos sino a Ian también.
-¿Estas bien?-La voz de mi papá me sacó de mis pensamientos.
-Si…
La voz de mi padre había cambiado de enojado a preocupado, al parecer éramos los últimos en el auto.
-¿Seguro? Mira Reed sé que no te gustan estas cosas, pero para mí es importante que estemos todos aquí, porque este negocio y todo lo que tenemos es nuestro, ¿de acuerdo?-Agregó.
-Si.-Conteste intentando sonar lo más neutro posible.-Lo lamentó.
Ian me sonrió y me apretó la mano.
-Vamos.-Dijo bajándose del auto.
Mansión Chambers. Easton.
Después de la escenita en la cafetería llegamos a la famoso cena, la casa era bonita, muy grande, poco después de que nos abrieran la puerta y pudiéramos estacionarnos salieron dos personas, una señora como de la edad de Ian, tenía un elegante vestido negro liso, tenía tez clara pero bronceada, y rizos color castaño muy claros, su esposo (según yo) era un hombre alto, no tanto como Ian pero si, tenía el cabello negro y tez clara, traía pantalones de vestir y una camisa. Todos nos saludamos se presentaron y ya cuando estuvimos a la mesa, llegaron sus hijos.
-Mira Ian, chicos ellos son nuestros hijos Frankie, y Alex.-Sonrió Brenda, creo que se llamaba.
-Hola buenas noches, soy Frankie-Sonrió una chica de cabello negro rizado, era linda, traía un vestido parecido al de Josephine pero azul marino y sin flores.
-Y yo Alex.-Se presentó el chico, también tenía rizos negros y tez clara, traía unos jeans negros y una camisa azul marino-¿Cómo están?
La verdad es que la cena no fue tan mala, así que todos cenamos tranquilamente, y luego Frankie y Alex nos llevaron a su sala de entretenimiento, solo tenían algunos videojuegos, y una mesa de billar.
-¿En qué instituto van?-Pregunto Frankie de repente. Todos estábamos tirados en los sillones del cuarto sin decir nada.
-Bennett college-Respondió yo.
-Interesante, ese será nuestro nuevo colegio-Sonrió Frankie-¿Y es divertido?
-Pues...-Comencé yo.-Es un colegio.
-Alex y yo fuimos expulsados de nuestro anterior colegio-Me sonrió como si estuviera diciéndome algo bueno.
-Pero lo valió-Sonrió Alex.
-¿Qué hicieron?-Preguntó Josephine.
-Nada, realmente.-Frankie se encogió de hombros-Alex se liaba con una de nuestras maestras, yo solo fui expulsada por daño colateral, igual era horrible.
-¿Salías con tu maestra? Dude... ¿qué?-Pregunte sorprendido.
-No, solo tonteaba con ella, y le hacía proposiciones, pero la tonta me acusó, pensé que me diría que si.-Me encogí de hombros.- ¿Tú qué opinas del colegio, Joss?
-Pues... nunca he ido ahí, solo terminare el instituto ahí, pero estudia en Nueva York -Contesto ella, Reed y Ella no había dejado de compartir miradas desde hacía horas.
-Genial-Sonrió Frankie emocionada-Seremos buenas amigas, e iniciaremos juntas, ¿no es genial?
-Si mucho-Le sonrió educadamente, Frankie era muy efusiva y Josephine era bastante seria.
La verdad es que Frankie y Alex eran buena onda, y era mejor tenerlos ahí ir tener que estar en la mesa escuchando a viejos aburridos hablar de dinero, la bolsa y tontería tras otra. Así que en lo que menos lo esperamos, ya era momento de irnos, lo cual para Reed y Josephine parecía un alivio porque parecían con muchas ganas de salir de ahí, mientras Henry y yo la pasábamos bien.
Mansión Archer -Josephine
Reed y yo habíamos pasado algunos mensajes en la cena, después de todo el rollo de ir por él a la cafetería y eso parecía un poco disperso y aunque mi dignidad quería resistirse no podía, así que le envié un mensaje.
Josephine Dyer:
“¿Estás bien?”
Reed Archer:
“¿Me hablas a mí?”
Rodé los ojos y bloquee el celular, mientras le sonreía a Frankie quien me miraba con interés, me había devuelto la sonrisa, y siguió comiendo, mi teléfono vibro.
Reed Archer:
“Estoy jugando”
“Me encuentro bien, gracias por preguntar.”
Josephine Dyer:
“Ok. “
Reed Archer:
“¿Puedes dejar de ser tan cortante?”
Josephine Dyer:
“Lo dice el señor hielo.”
Reed Archer:
“¿Señor hielo? ¿Podrías ser más creativa?”
Josephine Dyer:
“¿Y tú menos orgulloso?”
Reed Archer:
“¿De qué hablas?”
Y en ese momento Brenda y Ed comenzaron a preguntarnos cosas así que ya no pudimos seguir hablando, pero al llegar a casa me fui directamente a mi cuarto, me desmaquille y me puse la pijama, aún le quedaban páginas a mi libro de James Joyce, así que me salí al balcón dispuesta a leer cuando tocaron la puerta.
-¡Pasen!-Grite esperando que fuera Henry, por la hora evidentemente no era Ian.
-No pensé que fueras una chica de James Joyce.-La voz de Reed resonó.
-Bueno... yo no pensé que...-Estaba muy nerviosa-No se me ocurre nada-Suspire y cerré el libro, me levante para quedar frente a frente con él.
Ya se había cambiado, de hecho traía pijama igual que yo, unos pants de cuadritos y una camiseta sin mangas negras, se veía guapísimo.
-¿Qué pasa?-Sentía que el silencio me iba a ahogar. -¿Nos habla Ian?
Reed me sonrió, y yo solo me sentí más incómoda.
-Quería... quería hablar contigo. -Respondió -¿Quieres?
-Si...-Respondí con un hilo de voz.
-Lamentó haberme portado como un completo idiota.-Suspiró-Lo de Henry y Cath... y lo de la apuesta era una tontería, ni siquiera quería hacerlo... solo no quería que Easton pensara que estaba de tu lado, lo cual también es un poco estúpido, porque... siento que es una tontería.
-Pues lo es... y debo admitir que fue feo que me lo dijera Easton y no tú pero creo que ya no estoy molesta-Admití
-¿Segura?-Preguntó mirándome a los ojos.
-Segura...
Reed me tomó por la cintura y me acerco hacia él, se inclinó para besarme y...
-No, Reed...-Dije-Enserio me gustas mucho, y creo que no es buena idea esto... no llevábamos ni tres meses de conocernos y peleamos mucho, no creo que sea una buena idea... mejor seamos amigos, ¿Si?
-¿Amigos? ¿Pueden ser amigos que planean dejar de serlo con el tiempo? -Me sonrió.
Me reí, y lo abrace.
-Me parece una gran idea.-Le sonreí.
-Me gustas mucho, Jo.-Soltó mirándome a los ojos, la mirada de Reed era tan intensa y penetrante que yo sentí como mis mejillas se encendían por completo.-Y de verdad me esforzare para que aunque sea podamos intentarlo.
-Te prometo que yo también pondré de mi parte.-Le sonreí
Reed y yo bajamos a comer palomitas y nos pusimos a ver una película a la sala, luego Henry se nos unió, y para nuestra sorpresa también Easton, todos nos quedamos en dormidos en la sala porque cuando acabo la primera vimos otra, no sé si yo me dormí primero o Easton pero sé que nadie se movió de donde estaba, hasta que por la mañana Ian nos despertó.
-Chicos, ya hice el desayuno-Insistió, fui la primera en reaccionar y moví a Reed, quien se vía adorable recién levantado.
Los cuatro medio reaccionamos, moría de sueño aún pero me esforcé por despabilarme, aunque me recargue luego en el sillón y Reed en mi hombro
-Es muy temprano, ¿no crees, papá? Es domingo…-Se quejó Henry levantándose de la alfombra, él se había dormido ahí e Easton en el sillón que formaba de dos plazas que formaba una L con el sillón donde habíamos dormido Reed y yo.
-No tanto, aparte tengo que hablar con ustedes.-Anuncio Ian.
-¿Otra vez?-Se quejó Easton poniéndose un cojín en la cara
-Sí. Aprovechando que están todos aquí-Comenzó.-Ayer platicando con Brenda y Ed, quedamos que iría a Nueva York, así que viajaremos a Nueva York hoy en la noche, solo serán unos días.
-¡Estás loco!-Soltó enojado de repente Reed, hasta había dado un saltito.-Yo no pienso ir a ninguna parte.-Anuncio se levanto de ahí y se fue escaleras arriba dejándonos a todos estupefactos.
-¡Reed! –Grito Ian.
Joder ese hombre nunca va a pedir opinión a sus hijos ni le va a explicar nada solo lo va a tratar como esclavos solo con darle órdenes y ellos tienen que obeder porque si no les va mal y los avergüenza donde sea me cae muy mal Ian , y por otra parte quisiera saber porque el más pequeño de los Arches se ve inferior a sus hermanos
ResponderBorrarMe encantó el Capi sigue la pronto
Terry