miércoles, 1 de mayo de 2019

Malas Ideas, capítulo 4



-Te estoy diciendo, compa, la méndiga me está aplicando la de la esposa del Titi, vato, se desapareció y me dejó a los huercos-
el Güero se quejó mientras se tomaba otro shot frente a sus hijos, quienes lo miraban algo descolocados… no mucha gente tomaba a las 11 de la mañana- Según esto era un fin de semana con tu vieja y el séquito, pero ahora resulta que todas ya regresaron menos Nadia, la Diabla y la Matilde esa, de ellas ni sus luces-
-No, pos no entiendo por qué le habrá hecho eso a un tipo tan agradable como tú- repuso sarcástico el Chema.
-Que simpático, wey-
-¿Pos qué te digo, Güerito? Te avientas un genio peor que el del Chacorta y esa morra no se anda con chingaderas-
-¿No? Porque me parece una chingadera encasquetarme a los escuincles así-
-Y están bien encasquetados… Rutila no me quiere dar su número nuevo, entonces no la puedes rastrear por su celular-
-Chingada madre…-
-Mira, le estás tirando al drama. La neta es que cuidar a los huercos no es tan difícil, yo ya lo he hecho y el mundo no se acaba ni nada-
-¿No fue eso cuando se le rompió el brazo a uno de tus chamacos?-
-Ah, eso fue nomás una vez, chingados- pero hablando de ellos, no se escuchaban para nada...- Pos ya está, Güero, ahí te mando el pitazo si sé algo de tu vieja, igual y al rato se aparece, la Rutila todavía ni llega a la casa- colgó antes de esperar mayor reclamo- ¡TORO, ¿DÓNDE ESTÁN LOS CHAMACOS?!- no los había llevado a la escuela, pero esque tampoco se había levantado. Esa méndiga escuela abría bien temprano.

-¿Pero qué es todo este griterío?- el Chema se quedó helado… Se supone que tenía que haber llevado a los chamacos a estudiar.
-¿Cómo te fue, mi ángel?- el Chema cambió el tonito inmediatamente.
-Ay pues dos tres- le pasó todas las bolsas de compras- Mira, Jessica está bueno, en las nubes por lo de su boda con el Raúl este, y bueno, el tipo no se ve tan naco y corriente, estuvo un día allá con nosotras mientras veíamos lo de los pasteles… Pero la cosa es su hijo- rodó los ojos sin siquiera molestarse en tratar de ocultarlo.
-¿Qué tiene el chamaco?- intentó prolongar la plática para veeeer si se le hacía la buena y Rutila no se daba cuenta de los niños.
-Ay no, Chema- emitió un gruñido de exasperación- Fue mentalmente cansado… Para empezar, es un puberto-
-¿Así como el Leonardo?-
-No, para nada. Leo es prepuberto, éste otro animalón… Nombre, nada que ver-
-¿Entonces está más grande?-
-Deja tú lo grande, lo nefasto… Te lo juro que si el Leonardo hiciera las caras y los desplantes que este huerco hace, ya le hubieras soltado semejante cachetadón…-
-Pues pendejo el Raúl que no lo hace, ¿no?-
-Me cae que sí. Y ojala no se tarde, porque que hueva si va a estar con esas jetas en la boda de la Diabla… Pero bueno, me voy a acostar un rato, ahí nos vemos después- se levantó sin siquiera prestar atención a los niños.
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-Ay no, ¿pero qué es esto?- Catalina renegó tan pronto como abrió la puerta de su recámara- A ver, Titi, ¿Qué hace Gabriel aquí? Usted lo tenía que llevar a la escuela- se pasó la mano por el rostro. Siempre era lo mismo con ese par- Es el primer día después de vacaciones-
Y esque ahí frente a ella estaba su “marido” echadote en la cama acurrucado justamente con el crío que le había encargado cuidar.
-No, yo sé, pero el pelado pues estaba cansado y no lo quise despertar- claro, eso había funcionado hasta que ella había llegado haciendo ruido y repelando como loca.
-Y la escuela que se vaya a freír espárragos, ¿no? Los dos aquí de huevones… Pues sí, que belleza-
-No empiece usted, es primero de secundaria, ni que estuviera faltando a la universidad-
-No, fácil entonces- rodó los ojos- Para estos chistecitos mejor me quedaba con Jessica-
-Ya deje de gritar- se medio sentó, tapando bien a su hijo antes de regresar la atención a Catalina- ¿Y cómo? ¿Esque la Diabla se quedó por allá?-
-Claro, Titi, todavía faltan mil cosas para la boda. No todos los días se casa una, y menos con un capo como Raúl Jiménez. Usted sabe que es lo que Jessica siempre ha querido-
-Ay, esa Diabla- se levantó para seguir a su mujer rumbo a la sala de estar- Seguro entre ella y Raúl echan la casa por la ventana-
-Pero claro… Aunque Nadia sí le dijo “Amiga, piénsalo bien”-
-¿De verdad? Uy, sí, seguro la Diabla lo va a pensar dos veces-
-Yo sé, pero eso sí, Nadia no paraba con la misma perorata- dejó su bolsa en el sillón y se tiró a descansar- Que si no era fácil ser la mujer de un duro, que si esos tipos son unos infelices, que si quiere esa vida para cuando tenga hijos, que si esto, que si lo otro... Ay no, que pereza-
-No, bueno, pero que no hable por todos, a mí que me saque de esa vaina-
-No se haga, Titi, usted también puede ser un perro infeliz cuando quiere. Usted, el Chema, el Chacorta y todos ustedes son de la misma calaña... Pero digo, eso es algo que Jessica ya sabe, que cansona que se puso Nadia con toda la cantaleta. Aparte, al menos a mi hijo no le ha ido mal-
-Esque ese Güero sí es mucha mierda, ¿Ah?- el Titi no era el padre del año, pero el Güero era un fracaso con los niños.
-Pues la verdad que sí- a Gabriel el Titi siempre lo tenía ahí con él abrazándolo y malcriándolo… En cambio, Anya y Sebas, los hijos de Nadia y del Güero siempre andaban todos solos y descuidados- Y si Nadia lo va a dejar, pues ya se está tardando… En fin, me voy a dormir al cuarto de huéspedes. Ahí te encargo al pelado, para qué no lo llevas a la escuela- se levantó y echó a andar a la recámara. Estaba muriéndose de cansancio.

1 comentario:

  1. Hola lindo capi amigas pero los castigos pa cuando? me los estan perdonando mucho a estos chicos, quiero leer más del Titi con Gabriel

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