-Tienes que comer,
Roy- Oliver comentó mientras observaba al pequeño canalla en la barra de la
cocina.
El niño estaba haciendo figuritas con su avena y suspirando con pesar
acerca de la vida. Claro, sus mañanas usualmente estaban llenas de quejas,
suspiros y excusas para faltar a clases, pero eso era sorprendente considerando
la fecha.
-Realmente no tengo
hambre, Ollie-
-Sí, pero no te puedo
llevar a la escuela sin que hayas desayunado antes porque entonces te vas a
portar mal y tú maestra va a pensar que te descuido, así que…- había resultado
ser una sorpresa al principio, cuando la mujer prácticamente lo acusó de matar
de hambre y descuidar a su hijo adoptivo. Oliver lo había manejado con toda la
madurez que poseía… se había reído en su cara y le había asegurado que si Roy
estaba actuando como un mocoso no era por falta de comida, techo o afecto. El
niño sólo era un pequeño imbécil en ocasiones.
Roy lo miró con algo
de curiosidad antes de hacer una mueca.
-Esto es tonto, sólo
no quiero avena, va a haber dulces en la fiesta de Halloween-
-Estoy seguro de eso.
Sólo come. ¿Quieres fresas en tu avena?- Ollie ya estaba abriendo la puerta del refrigerador y buscando
dichas frutas, tomando el jugo de naranja también.
-Seguro- el niño hizo
una mueca, y cuando tuvo las fresas en su avena, sólo comió la fruta.
-¿Porque está siendo
tan remilgoso?-
-No lo estoy siendo,
sólo no me quiero llenar para tener espacio para los dulces- lo había estado
planeando por una semana entera. Desayunaría poco para tener espacio para los
bocadillos y los dulces, y después de la escuela Oliver y Dinah lo llevarían a
la casa de Hal, el hombre iba a hacer pizza de Halloween… la cual sólo era
pizza de pepperoni en forma de calabaza. Después de eso irían a pedir dulces, y
él estaba determinado a conseguir suficientes dulces para que duraran todo el
año. Era el plan perfecto.
Mientras que la
respuesta no era exactamente lo que el hombre quería oír, no le dio demasiada
importancia porque justo entonces Dinah entró con un pequeño en brazos, y Oliver
se convirtió en una persona diferente, según Roy. Su rostro se iluminó al ver a
Dinah en su disfraz de Rapunzel con el bebé vestido de camaleón. De pronto el
disfraz de Oliver de Flynn Rider tuvo sentido… Ambos adultos pasaron casi todo el desayuno tomando
fotos... Más
que nada del bebé.
Roy Harper sólo gruñó
ante la escena.
-Ustedes tres lucen
estúpidos- murmuró mientras empujaba su plato y subía los brazos a la mesa,
inclinando en ellos su cabeza y mirándolos miserablemente.
-Te dije que quería que
te vistieras de Maximus, ¿recuerdas?- Oliver le recordó al chiquillo malhumorado, plenamente
consciente que la actitud se debía al hecho de sentirse excluido, pero
sinceramente, se habían empeñado en que no fuera así. Primero habían
intentado que él les diera alguna idea para disfraces familiares, y cuando no
lo había hecho le habían preguntado muchas veces si se quería disfrazar como
uno de los personajes de los temas que habían escogido... Roy había insistido que se quería disfrazar de
payaso asesino.
Oliver le había dicho
que no. Después de todo, iban a ir a pedir dulces y pasar el día con niño de 2
años, tampoco quería traumatizar a su hijo más pequeño. Roy se había conformado
con su superhéroe favorito.
-Como sea- el niño
bufó y fue por su mochila.
Desafortunadamente
para el niño, su plan perfecto no salió tan bien como lo había imaginado. Se
había metido en problemas durante el desfile de Halloween en la escuela y su
maestra había terminado llamando a Oliver para informarle que el niño había
huido en vez de quedarse con el salón. Por supuesto, la muy estúpida no
mencionó que ella había caminado demasiado rápido y que él no había querido
huir, sino que sólo se había perdido al pasar junto a los de cuarto grado.
De todos modos, no
había importado mucho. Oliver había decidido recogerlo temprano, haciendo que
el niño se perdiera la fiesta de Halloween y que sollozara todo el camino a
casa de Hal.
-Voy a necesitar que
te calmes, Roy- el hombre finalmente murmuró en un semáforo en rojo. Suspiró
cuando el pequeño sólo lloró más fuerte y pateó el respaldo de su asiento.
-Y...yo no… no hice
nada- sollozó antes de tomar un poco de aire. Realmente no era justo, no era su
culpa que la señora Killian lo había hecho ir al final de la fila porque Joey
Robinson había estado hablándole a él, y después a medio desfile Roy había
dejado caer accidentalmente una de sus flechas verdes… Todas eran falsas y de fomi, excepto por la
que se le había caído, que era un poco demasiado real, aunque afortunadamente
su maestra no había notado la autenticidad, pero aún así él se había quedado
atrás para recuperarla, y al levantar la vista con la flecha en mano no había
podido encontrar a los niños de su clase.
-La señora Killian
siempre ha sido muy amable y comprensiva con nuestra situación- la tipa era una
perra y Oliver la odiaba, pero no quería que Roy se enterara y se influenciara
por sus opiniones personales- No creo que ella me hubiera llamado si no
hubieras estado haciendo nada-
El menosprecio de sus
sentimientos provocó que Roy sollozara aún más y el hombre escogió sabiamente
no involucrarse hasta que estuvieron frente a la casa de Hal.
-...Bueno, vamos.
Dinah y Connor ya están adentro, y yo…-
-¡No me importa! ¡Tú
ve adentro y quédate con tu estúpida familia y tu estúpido bebé! ¡Yo me voy a
quedar aquí para siempre y no voy a ir a pedir dulces contigo nunca más!- Roy sabía que era sensible acerca de su
estúpida maestra siendo tan injusta con él, pero tenía que desquitarse con
alguien y Oliver siempre era una persona segura para atacar.
El hombre exhaló
pesadamente
-Lamentó que estés
teniendo un mal día…-
-¡TE ODIO!- el niño
bramó, y el millonario tuvo que contar hasta 100.
-¿Necesitas un tiempo
fuera?-
Más lágrimas, más
gritos, y eventualmente Oliver tuvo que hacer válida su advertencia y cargar al
niño adentro, tan sólo para dejarlo en una esquina. Pronto encontró consuelo en
Dinah y Hal, quienes estaban comiendo y escuchando las quejas del hombre.
-No lo sé, Ollie-
Dinah frunció el ceño mientras quitaba los pepperonis de su rebanada de pizza-
Realmente no entiendo porque ella tuvo que castigarlo así, la fiesta de
Halloween es algo que él ha estado esperando todo el mes, y además, ¿Por qué se perdería a propósito?
-Estoy con Dinah- Hal
estuvo de acuerdo, completamente consciente de que Roy podía ser un poco
difícil pero también podía comportarse- ¿No es como el milésimo problema que
tienes con ella?-
-¿Y qué se supone que
haga? ¿Cambiarlo de escuela?- no era la primera vez que lo consideraba, sabía
que su hijo en ocasiones era menospreciado por ser adoptado y era juzgado por
ser diferente. Rompía el corazón del hombre el enviarlo a un lugar con tantos
idiotas pretenciosos de mente cerrada.
-Sí-
-Duh-
El rubio rodó los ojos
a su novia y mejor amigo antes de tomar una rebanada.
-¿Dónde está Connor?-
finalmente se le ocurrió preguntar, algo preocupado. La casa de Hal no era
exactamente apta para niños
-Relájate, está
tomando una siesta- le aseguró su amigo, ofreciéndole una bebida.
Y de hecho, mientras
el niño tomaba dicha siesta fue despertado por el llanto de su hermano, así que
se las había arreglado para llegar hasta el pequeño Green Arrow.
-¿Uooy?- balbuceo y
fue a que lo cargara el niño parado en la esquina. Roy rodó los ojos, sabía que
su nombre era difícil de pronunciar para el pequeño, pero en serio el bebé
había salido con el peor apodo posible.
De todos modos, sorbió
mocos y sonrío a su hermanito.
-Estoy bien, sólo odio
la escuela. Mi maestra es una boba estúpida-
-Bo-bo-
-Correcto- Roy
confirmó- Ni siquiera hice nada y ahora Oliver está enojado conmigo, y
probablemente no iremos a pedir dulces, y probablemente no va a querer hacer
nada por mi cumpleaños mañana tampoco, y no lo sé, quizás sólo se cansará y se
deshará de mí-
Connor lo escuchó tan
bien como cualquier otro niño de 2 años… lo cual no era realmente mucho. Se
revolvió un poco para jugar con las pequeñas flechas en la espalda de su
hermano.
Sin embargo, Oliver,
Dinah y Hal habían escuchado desde la cocina, y Oliver rápidamente fue hablar
con su hijo. Se sentó frente a él con las piernas cruzadas y lo miró a la cara.
-Roy, dime qué pasó-
El pequeño de ojos
verdes se tomó los siguientes 15 minutos para contarle con lujo de detalle los
eventos del día, explicando cómo lo habían enviado al final de la fila, cómo su
maestra había caminado demasiado rápido cómo se le había caído su flecha y al
regresar por ella se había perdido, cómo la mujer había dicho que él era el
peor siguiendo instrucciones y ni siquiera se había ganado la fiesta… sorbió
mocos, claramente herido.
Oliver inmediatamente
lo abrazó, acariciando su cabello un poco toscamente.
-Pequeño… Tú te mereces todas las cosas buenas
del mundo, sé que no te perdiste a propósito-
El abrazo fue
correspondido con la misma ferocidad.
-Lo siento-
-No, no lo sientas.
Lamento que no hayamos hablado acerca de esto antes- el hombre había ignorado
las lágrimas cuando había ido a recogerlo de la escuela.
-¿Qué tal si vamos a
pedir dulces y después vemos una película en casa?- Oliver sonrío ante lo rápido que Roy dejó de
sorber mocos y envolvió los brazos alrededor de su cuello.
-Eso suena bien-
Oliver sonrío aún más
y cargó a sus dos hijos hasta donde Dinah y Hal estaban escuchando, no tan
discretamente.
-Espera, Roy, ¿quien
se supone que eres?- Hal
preguntó, revolviendo el cabello rojo del niño.
-¡El mejor superhéroe
del mundo mundial!-
-Eso es lo que yo
pensé- asintió el hombre con la cabeza- Pero necesitas un anillo si te vas a
disfrazar de Green Lantern-
Oliver casi le suelta
un puñetazo mientras que Dinah soltó una carcajada. Estaba rodeada de niños.
-¡Está disfrazado de
Green arrow, idiota!-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario