Gou abrazó fuerte a su papá, se quería quedar mejor con él.
-Mira, hay muchos niños aquí para que juegues- incluso trató
de animarlo, y vaya que ese no era su punto fuerte… Pero el pequeño no se
animaba, y Kai no entendía por qué.
-Oye ya Dime la verdad- lo separó un poco para verle la
cara- ¿Te sientes bien?-
-Sí, me siento bien- le respondió haciendo un puchero.
-Sin mentiras, Gou. Necesito que me digas la verdad siempre,
¿sino cómo voy a confiar en ti?-
-Pero si me siento bien...- le dijo un poco ofendido- Aparte
no hay tiempo para esto voy llegar tarde
-Uy sí, sobretodo porque faltan como quince minutos para que
entres- él había llegado temprano porque tenía que ir a la oficina.
El Niño ya no dijo nada y se acomodó los más que pudo en su
papá. Lo que le había dicho a su papá, él siempre lo decía y pensaba que podía
funcionar.
-Si pasa cualquier cosa, me llamas, ¿entendido?- sí, le
había dado un celular, y qué? Sólo servía para llamadas a los números que kai
había anotado de contactos.
El Niño asintió, se sentía bien que su papá lo cargara, pero
no se quería quedar. No podía creer que ese feo uniforme le hubiera arruinado
su primer día.
-¿Pero sabes qué? Yo creo que te irá muy bien. Incluso
podríamos ir a comer cuando salgas-
-¿Enserio?- Ahora sí el pequeño sonrió.
Uff... Al fin algo normal.
-Sí, enserio. No hemos salido casi para nada desde que
llegamos a Rusia-
El pequeño le sonrió una vez más. Eso le agradaba mucho.
-Gracias-
-De nada. Se
trata de que tengas un buen primer día, recuerda-
Gou se abrazó fuerte a Kai, contento. Ahora ya se sentía
mucho mejor.
Kai se sintió muy aliviado de que ya no pareciera a punto de llorar y lo abrazó también.
Kai se sintió muy aliviado de que ya no pareciera a punto de llorar y lo abrazó también.
-Ya casi llegamos a tu salón, te portas bien hoy, ¿de
acuerdo?-
El Niño asintió con energía.
-Si, papa-
-Pero diviértete.
Y cuando vayamos a comer me cuentas todo-
-Esta bien. ¿A dónde vamos a ir a comer?-
-No lo sé... Llevaba ya tiempo sin venir a Rusia pero
buscaremos un lugar- al fin llegaron al salón y pudo notar un tanto aliviado
que al menos la maestra se veía amable- ¿Listo para tu primer día?-
Gou asintió un poco más convencido y se dejó bajar por su
padre.
-¿No te vas a despedir de mí?-
-Sí- le besó la mejilla- Adios-
-Adios- le besó la mejilla también pero no se movió de ahí
hasta que lo vio entrar, sentarse e incluso comenzar a hablar con otros niños. Se
pudo ir a su Junta más tranquilamente ya que veía al chico mucho más tranquilo.
Sin embargo, se olvidó de llamar a la maestra esa y al salir de la junta tenía
casi seis llamadas perdidas de la mujer. Y al final, cuando pudo marcarle,
quedó con ella de que pasaba a verla cuando fuera por Gou, no entendía para que
lo quería la mujer esa.
Pero Gou no había tenido un buen primer día, por culpa de él
su equipo en educación física había perdido, y luego uno de sus maestros lo
había regañado por no poner atención , y a la hora de la comida se le había
derramado su agua y se había enojado, así que para el receso en el patio no se
quiso acercar ya a ningún niño, estaba muy enojado, y como Kai, cuando se veía
enojado intimidaba bastante, así que nadie se le acercó y eso le dio paso a la
tristeza.
Al verlo, Kai se dio cuenta casi de inmediato que aquel iba
a ser uno de esos días difíciles.
-¿Cómo te fue?- fue directo con él y se agacho para verlo
bien en lugar de apresurarse con la directora.
Gou no quería contestar, se sentía demasiado triste, así que
sólo se encogió de hombros.
-¿Ya nos vamos a la casa?
-Primero tengo que hablar con la directora y después te
llevo a comer, ¿ya no te acuerdas?-
-Mejor me quiero ir a la casa- El pequeño se tiró en sus
brazos.
De acuerdo, algo definitivamente estaba mal ahí… Kai lo
cargó y se levantó con él en sus brazos.
-¿Seguro? Porque podemos ir, me cuentas cómo te fue hoy y
juntos vemos cómo podemos hacer para que mañana sea mejor-
El Niño negó con la cabeza, y comenzó a llorar… Maldición...
-Hey, tranquilo, Gou- le empezó a acariciar el cabello- No
pasa nada-
El Niño se abrazó muy fuerte a él y siguió llorando, vaya
que no le había gustado nada la escuela.
-Calma- Kai lo siguió abrazando porque realmente no sabía
qué más hacer. Ni siquiera sabía que le pasaba al niño.
El pequeño se acomodó y se enterró en el pecho de su papá, y
después de unos momentos se empezó a quitar el suéter a pesar del frío.
-¿Qué
haces? No te lo quites- kai se lo volvió a acomodar mientras se daba cuenta de
que no podían quedarse mucho más tiempo ahí afuera, pero nimodo que dejara al
niño así para ir a hablar con la maestra esa- Vamos a casa-
-No me gusta- se quejó, pero ya no se lo quitó y sorbió
mocos- Sí, ya vámonos-
-¿Quieres que pidamos algo de comer?- le preguntó aún
acariciándole el cabello.
-Sí... -se abrazó muy fuerte.
-Está bien, ¿pizza?-
Gou asintió, sintiéndose un poco mejor.
-¿No se te olvida nada?- le preguntó su papá cuando ya iba a
encender el auto. Llegando llamaría a pedir la pizza y después a la directora
de la dichosa escuela.
Gou miró su mochila y su lonchera y luego negó con la
cabeza.
-No- Sorbió mocos.
-¿Pero qué pasa, hijo? ¿Por qué lloras?-
Gou le contó todo y comenzó a llorar aún más.
-Hey pero
tranquilo... No pasa nada, no están tan mal las cosas-
-¡Sí están muy mal!- sollozó el pequeño.
-No... A ver, ¿cual crees tú que fue el problema más grande
hoy?-
El Niño se encogió de hombros, estaba demasiado triste y
frustrado como para pensarlo en ese momento.
-Resumiendo, lo que pasó fue que no te gusta el uniforme, no
te fue muy bien en la clase de deportes y se te cayó la botella de agua... Son
cosas que pasan, Gou, tú tranquilo-
Pero para el chiquillo no eran cosas pequeñas, eran cosas
demasiado importantes y horribles que le habían pasado, no le gustaba su nueva
casa y ahora ya no le gustaba su nueva escuela.
-Además en la clase no te fue muy bien porque no sabes cómo
es ese juego, hijo, es normal porque eres nuevo en esta ciudad. No te
preocupes, ¿de acuerdo? Yo te voy a enseñar- kai se arrepintió casi al
instante. Últimamente estaba prometiéndole a Gou muchas cosas que después tenía
que mover compromisos para cumplir… Pero a pesar de sus intentos de animarlo y
sus promesas, el pequeño seguía aún desanimado por completo y aún sollozaba
cuando su padre le abría la puerta del auto.
-Oye lo digo enserio, las cosas van a mejorar- lo ayudó a
bajarse- A veces los nuevos comienzos son difíciles, pero eso no quiere decir
que siempre vaya a ser igual-
El Niño no dijo nada y se abrazó a su padre, estaba muy
triste. Esos días lo hacían extrañar más a su mamá.
Kai también lo abrazó cansado. No sabía qué iba a hacer los
próximos años hasta que el niño creciera un poco.
-Voy a enseñarte los juegos de aquí y vas a ver que pronto
te va a ir muy bien en clase de deportes. Ah, y además no te preocupes por lo
otro, eras el único niño que se veía bien con ese uniforme-
-¡No me gusta!- empezó a llorar con fuerza otra vez- No me
gusta estar aquí y no me gusta esta nueva escuela-
-Ya lo sé, pero aquí está mi trabajo y hay que
acostumbrarnos- además era una oportunidad de empezar de nuevo, en la otra
ciudad Gou se acordaba muchísimo de su mamá.
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