Easton-Mansión Archer
Los rayos intensos del sol me estaban pegando en la cara, el
sudor de me corría en la cara, abrí los ojos con pesar e intenté recordar donde
estaba, aunque me di cuenta que estaba en mi casa, la piscina estaba enfrente y
así que mire hacia los lados estaba en un camastro tirado, tenía la boca seca,
y la cabeza me estaba matando, me senté para despertar mejor pero en cuanto me
moví un poco vomite en el jardín, Ian me iba a matar, estaba más muerto que
nadie, ¿Dónde estaba Henry y Reed? ¿Y por qué estaba tirado aquí?
Termine de vomitar y me limpie con el antebrazo, que asco
pensé, me levanté, el piso se me movía pero como pude empecé a entrar a la casa
por la puerta que quedaba atrás de la alberca, y fui al baño más cercano, me
mire en el espejo, tenía las mejillas muy rojas por el sol, y antes de poder
hacer otro caso termine vomitando en el WC nuevamente, cuando pude despegarme
de ahí abrí la regadera, me quite la ropa y me metí a bañar con agua fría, se
sentía tan bien, ¿Qué hora era?
Me bañé con toda la calma del mundo, no quería salir, sabía
que mi padre estaba furioso, y otra vez no me acordaba de nada, solo de que
Henry me había sacado arrastrando de la fiesta, ¿Por qué me había dejado ahí
tirado? Maldito Henry, diez minutos después me resigne a cerrar la llave, salí
me puse una toalla alrededor de la cintura, y la playera del día anterior, por
lo menos ya no tenía ganas de vomitar.
-Buenos días princesa.-Dijo Henry cuando pase por la sala.
-Vete a la mierda.-Le mostré el dedo medio.- ¿Por qué me
dejaste tirado, idiota?
-Ay, no me jodas, Easton.-Rodó los ojos.
-¿Qué?-Gruñí.
-¿No te acuerdas?-Henry me miró sorprendido.
-¿Acordarme de qué?-Intente hacer memoria, pero tenía
recuerdos borrosos.
-Pues… ¿Cuánto tomaste, Easton?-Me miro enojado.
-Pues no tanto…-Fruncí el ceño.- ¿Acordarme de qué?
-De que le dijiste a Reed que Jo y yo nos acostamos, ah y
también le dijiste a ella que tú y Reed habían apostado de que se acostaba con
ella.
Y en ese momento recordé todo, y me dieron ganas de vomitar
de nuevo, era cierto, seguro Reed estaba furioso conmigo, si es que furioso era
poco, me pase la mano por el cabello y maldije.
-Fuck…-Murmure nuevamente.
-Exacto.
Rodé los ojos y me encamine a las escaleras, necesitaba
cambiarme y hablar con Reed, tampoco es como que hubiera dicho ninguna mentira,
Henry se había acostado con las bastardita, pero eso era diferente a querer que
Reed se enojara conmigo, él y yo nunca peleábamos, éramos unidos, los tres de
hecho, pero estaba muy seguro de que estaba vez Reed estaría furico, y no podía
culparlo.
-¡Oye!-Dijo Henry cuando iba subiendo.-Dijo papá que cuando
llegará te quería ver en su oficina.
Lo que faltaba, me metí a mi cuarto a cambiar, yo sabía en
el minuto uno que le di el trago a esa cuba que mi padre iba estar furioso pero
no había podido evitarlo, ese era yo Easton Archer, el Archer que no era
perfecto, siempre había sido así a pesar de todas las cosas que hacían Reed y
Henry, ellos siempre se salían con la suya, muy pocas veces realmente estaban
en problemas por lo que hacían, aparte de que Henry era un puto genio de las
matemáticas la única razón por la cual no se había metido a clases avanzadas o
algo por el estilo, es porque cada vez que mis padres siquiera lo mencionaran
él ya estaba lloriqueando que no quería que no lo podían obligar, y que no
quería ser un puto nerd, pero lo era, y mis padres estaban encantados con su
niño genio aunque no pudieran explotarlo, Henry no solo era un genio de las
matemáticas, también era un genio en todo lo que hacía, Reed, él y yo, sabíamos
cuatro idiomas, mientras Reed y yo sufríamos horas con nuestros maestros y
nuestros padres, Henry tenía un don “Innato” decía nuestra maestra de Francés,
también estaba el hecho de que era un deportista “Innato” en lo que había
querido fue el mejor, natación, hockey, rugby, americano, no importaba con qué
pero Henry era el hijo que cualquiera quisiera tener, no como yo, pero mis
padres tenían dos hijos buenos y uno malo, porque Reed no se quedaba atrás,
Reed siempre había sido la “sombra” de Henry, ellos pasaban mucho tiempo
juntos, Henry era el chico que todas las niñas querían y no podían tener,
mientras que Reed era el hermano misterioso, monísimo, que todas las chicas
también querían, pero Reed era todo un romeo, leía mucho, pero mucho, le
encantaba el teatro, le gustaba el arte, tenía ese aire de suficiencia de ser
un sabelotodo, y que lamentablemente para mi si lo era, Reed podía hablar de americano,
como podía hablar del “Quijote de la Mancha” o de política económica, pero no
le parecía suficiente y Reed era un gran jugador de americano, mejor que Henry,
mejor que cualquiera que hubiera pisado una preparatoria, tenía ya mil
solicitudes de Universidades que le ofrecían becas, las cuales no planeaba
aceptar porque mi padre decía que no la necesitábamos y que alguien más podría
tener, pero aun así las Universidades se estaban peleando por él.
Por ultimo estaba yo, el hijo más pequeño del matrimonio
Archer, el bueno para nada, yo era su decepción aunque nunca me lo dijeran en
voz alta, aunque no fueran los típicos padres que te dicen “Es que tu hermano…”
no necesitabas ser un genio para notar las pocas buenas cosas que tenía yo a
comparación de mis hermanos, era un borracho, fiestero, el tío que se liga a
todas pero es un patán porque no toma enserio a ninguna, y pues un jugador más
en el equipo, mis calificaciones no eran malas, pero en definitiva ninguna
Universidad se peleaba por mí, ni siquiera tendría una oferta de beca
deportiva, y aunque no la necesite porque cumpliendo con los requisitos básicos
mi padre podría pagarme la que fuera, mis hermanos si se había dado el lujo de
rechazar todas las Universidades y yo… bueno el dinero de mi padre siempre me
salvaba.
Cuando estuve frente a la puerta de Reed, me lo pensé muchas
veces pero al final entré, los ojos de mis dos hermanos me miraron aun
incriminatoriamente, sabía que estaban en su derecho, pero tenían que darme
tregua, estaba borracho, y no mentía.
-¿Qué no sabes tocar?-Gruñó enseguida Reed.
-Dude, ya cálmate.-Comencé-Lamento lo que hice, de verdad,
ni siquiera me acordaba, estaba borracho.
-Ni siquiera tendrías que haber estado borracho, Easton.-Me
recrimino Henry.
-Pues como sea, lo estaba y lo lamento.-Miré a Reed.-Enserio
Reed, si quieres hablo con las bast… con Josephine, le digo que todo fue una
estupidez mía y…
-No, solo lo vas a arruinar más de lo que ya lo
arruinaste-Soltó Reed.
Eso me hirió, sabía que yo era un idiota, si lo era, pero no
había hecho nada con ánimos de realmente hacerle daño a Reed, inconscientemente
pensé que lo estaba cuidando de la bastarda de papá.
-No era justo que no lo supieras.-Me defendí.
-No tenía que saberlo porque no me acosté con ella, ¿Bien?
Fue con su hermana.-Se explicó Henry.
-¿Cómo, tiene una hermana?-Pregunté sorprendido.
-Sí, se llama Catherine.
-A mí no me dijiste eso.-Reclamé.
-Porque no lo sabía cuándo te lo dije, pero se suponía que
no le dirías a Reed-Me miro molesto.
-¡Estaba borracho! No es mi culpa que no me dijeras antes.
-No tuve tiempo.
-¿Por qué no te enojas con él? –Mire dolido a Reed.- Él te
lo quería ocultar, a lo mejor luego te lo diría pero al principio prefirió
quedarse callado.
-Porque a Reed le gusta enserio, Easton.
-Y si lo de la tipa era cierto, lo ibas a dejar enamorarse
perdidamente de una tipa a la que llevas buscando dos años con la que ya te
acostaste, solo para que fuera feliz, pues que bien Henry.
-Las cosas no son así.-Henry rodó los ojos.
-Aparte le dijiste lo de la apuesta, ¿Por qué?-Se metió
Reed.
-¡PORQUE ESTABA BORRACHO! –Grite enojado.-Pero ¿Sabes qué?
Que si no fueras un maldito hipócrita para empezar no hubieras hecho la maldita
apuesta porque todos sabíamos que esa tipa te gusta, pero eres un maldito
cobarde y no lo admites. Y claro no te enojas con el.-Señale a mi hermano
mayor.-Porque es el señor perfecto, pero ¿Sabes qué? QUE EL SEÑOR PERFECTO NO
ESTUVO CUANDO MAMÁ HACIA FALTA, NO, TOMO SUS COSAS Y SE LARGO, ¿Y sabes por qué
regreso? Porque Ian lo obligo, pero pueden irse los dos a la mierda.
-Easton…-Comenzó mi hermano mayor pero yo salí de ahí dando
un portazo.
Estaba harto, harto de los dos, siempre eran Henry y Reed,
pero cuando no se tenían el uno al otro recurrían a mí, yo siempre era el que
sobraba, y Reed había preferido mil y un veces a Henry, a pesar de que él se
había ido junto con mi madre, cualquiera que hubiera conocido a mi mamá se
daría cuenta que Henry tenía los mismo ojos que ella, se parecían tanto, y eran
tan unidos que no podías dejar de sentirlos como uno, pero cuando mi madre
murió, Henry prácticamente había salido corriendo de aquí a Londres, Reed jamás
me lo dijo pero sabía Henry no contestaba sus llamadas, y Reed y yo pasamos
noches enteras en el jardín bebiendo botellas robadas de Ian, y llorando por
ella, Ian siempre nos mostraba buena cara pero sabíamos que no solo extrañaba a
nuestra madre, sino a Henry, y a él nunca le importo, Henry podía ser un genio,
pero era la persona más egoísta que había conocido en toda mi vida, y aun así
todos lo preferían sobre mí ¿Por qué? Porque yo siempre hacía estupideces, y
nunca sabía cuándo tenía que parar y siempre llevaba hasta el límite de la
paciencia y de las emociones de Reed.
Me encerré en la oficina de papá, me había salido del chat
grupal con mis hermanos, a lo mejor era infantil, pero siempre que me peleaba
con ellos sentía que me oprimían el pecho, y me moría de coraje porque las
peleas siempre eran Easton vs Reed y Henry, me sentía como si yo fuera el que siempre
se tenía que quedar solo, enojado, y con un nudo en la garganta, habían
intentado hablar conmigo, los bloquee del celular, y jamás les quise abrir la
puerta de la oficina de Ian, a pesar de que sabía que mi padre no estaba nada
contento, tenía ganas de que llegara a mi rescate, como siempre, encontraba
consuelo en él, a diferencia de con mi madre, jamás iba con ella porque siempre
sentía que estaba de lado de ellos, aunque decía que éramos hermanos y no había
lados, jamás sentí que ella realmente me entendiera.
Un golpe en la puerta me despertó, mi padre había llegado a
casa, la cabeza aun me estaba estallando y no tenía fuerzas, eran cerca de las
seis de la tarde, me había quedado dormido mientras me moría del coraje, era
tardísimo, sino fuera porque la oficina había servido de escondite le diría a
mi padre lo desconsiderado que era por decirme que lo esperar ahí.
-¿Easton? Abre la puerta.-Me apresuro Ian, no se oía muy
molesto más bien preocupado.
-Voy.-Dije apenas con un hilo de voz, las náuseas habían
regresaron en cuanto me levanté pero no tenía nada en el estómago, y sentía que
la cabeza me iba a estallar, otra vez.
-¿Estas bien?-Me preguntó cuándo le abrí la puerta.
-Si.-Conteste seco, lo cual indicaba que no estaba bien, yo
nunca paraba la boca.
-Tienes las mejillas muy rojas.-Me toco la frente, y a decir
verdad sentía la cara hirviendo.
-Y voy a vomitar… -Me agache y le vomite los pies, era
asqueroso, ni siquiera tenía algo en el estómago para vomitar.
Después del asqueroso recibimiento, mi padre me arrastro al
sillón de la sala, me dijo que había sufrido una insolación, lo cual tenía
sentido porque había pasado por lo menos cinco horas al rayo del sol de
California en verano y a pesar del baño, la cruda y sol me habían dejado
totalmente deshidratado, y tenía fiebre.
-Ya ordene de la farmacia medicamento y suero, no deben
tardar.-Anuncio sentándose junto de mí.-Easton no puedo creer que seas tan
irresponsable, tendrías que cuidar un poco más de ti, y más si todo es culpa de
una resaca terrible.
-Pues dijiste que te esperara en tu oficina.-Fue lo único
que dije.- Lo lamento ¿de acuerdo?
-No, no me basta con que me digas que lo lamentas, Easton,
necesito saber que pasa contigo, te di una paliza hace unos días por el tema de
beber, y no te importa un carajo, y no solo bebes una o dos cervezas, enserio
debiste tomar demasiado como para que ya no te acuerdes de lo que haces, o para
tener una resaca de esta magnitud.
-No es la cruda.-Me defendí enojado.-Henry me dejo ahí
botado en el sol, y tú también.-Lo acuse, era obvio no es como que Ian se
conformara con Henry diciéndole que estaba ahí botado en la alberca.
-¿Ahora es mi culpa? Tienes que responsabilizarte de tus
actos, para empezar no debiste beber, sino lo hubieras hecho, no te hubieras
quedado ahí tirado en las sillas de playa.-Me regaño
-¿Ah sí? Ojala eso le hubieras dicho al imbécil de Henry
cuando se quedó en la estación de policías-Lo imite-Henry tienes que
responsabilizarte de tus actos, quédate en esa celda, porque para empezar no
tendrías que estar metiéndote esas mierdas.
-Easton.-Soltó con un tono de advertencia.-No es lo mismo.
-Claro que no es lo mismo, él es Henry el señor perfección
me parezco a mi madre y yo soy Easton, y ya ¿no?-Voltee para otro lado.
-Easton sabes que no es cierto.
-Tú sabes que sí, pudiste ir corriendo a Nueva York por
Henry, pero a mí no me pudiste mover unos jodidos metros adentro.
-Easton…-Continuo.
-Déjame en paz.-Me levanté de golpee aunque flaquee por el
mareo.
-Easton…-Ian me puso la mano en el hombro.-Hijo sabes que
las cosas no son así.
-Sí lo son.-Espeté enojado.-Yo soy Easton el hijo
decepcionante de Allison e Ian Archer, y Henry el hijo perfecto de ustedes dos,
y no importa lo que el haga.
-Cálmate, ¿bien? –Ian me rodea con los brazos pero yo hago
todo por zafarme.- ¿Peleaste con Henry?
-Que me dejes en paz.
Ian Archer.
Sabía que no podía ganar una pelea de ese tipo con Easton si
él se sentía realmente mal, y se veía, me sentía culpable de ver a mi hijo
menor así, era cierto que podría haberlo movido de ahí antes de irme a la
oficina en el corporativo, pero quería darle una lección, jamás se me paso por
la mente que podría compáralo con la última tontería de Henry, no hubiera sido
capaz de dejar a ninguno de mis hijos en una celda, pero cuando vi tirado así a
Easton por la mañana no me imagine que se pondría tan mal, estaba muy
preocupado por él, no era normal que bebiera, mucho menos tanto, el asunto me
había dado vueltas y vueltas. Pero tenía muchos pendientes en la oficina así
que me tomé mi calma pensado que sería una buena lección para Easton, pero
cuando Henry me habló diciendo que se había encerrado y tenía rato que no
contestaba salí de inmediato, sabía que la resaca es algo que él tenía que
sufrir por beber, pero no podía evitar sentirme culpable de ver mal a los
niños, porque para mí eso era aún niños.
Henry no me había dicho, pero sabía perfectamente cuando
ellos peleaban, porque de ser diferente Henry no me hubiera hablado a pedir
ayuda, o dejado a su hermano ahí en la alberca.
Iba a insistir a pesar de la grosería de Easton pero el
timbre me interrumpió:
-Deben ser las medicinas, por favor ya acuéstate y deja de
pelear.-Le pedí yendo hacía la entrada.
Pague las medicinas y regresé a la sala, seguro Easton se
sentía muy mal porque se había acostado nuevamente, lo cual me estaba
preocupando más porque Easton era tan terco como su madre.
-Toma esto.-Le dije acercándole un suero de mora azul, junto
con unas pastillas, una para que ya no vomitara y otra para fiebre.-Te vas a
sentir mejor con esto.
Sabía que mi hijo menor estaba muy enojado porque ni
siquiera me miro, solo se las tomó y bebió el suero de una sentada, por lo
menos eso le ayudaría a rehidratarse, después de unos veinte minutos se quedó
completamente dormido, me levanté, lo haría que se despertara para que tomará
más líquidos y a lo mejor un poco de comida pero mientras quería que durmiera.
Le hablé a los otros chicos para ver que cenar, no íbamos a
cocinar ya era tarde, y quería que eligieran entre los tres.
-¿Qué se les antoja?-Pregunté cuando por fin llegó Reed.
-Lo que quieran está bien.-Respondió Reed sentándose lejos
de Josephine lo cual era muy extraño porque en esos días parecían llevarse
bien.
-Yo quiero comida china.-Soltó mi hijo mayor en su celular.
-Si, a mí también se me antoja.-Dijo Josephine -¿Quieres que
la pida?
-No, gracias Jo. Ahorita lo hago yo, me van a decir ¿Qué
paso ayer?-Pregunté, esos cuatro algo se traían y yo no me iba a seguir
haciendo el tonto. Como nadie parecía querer hablar decidí elegir.- ¿Henry?
-Pues… ya te lo dije, Reed se peleó en la fiesta e Easton se
emborracho.
-¿Josephine?-La miré, la versión de Henry era cierta, pero
cuando Reed y Jo llegaron estaban bien.
-Pues… no… yo creo que preferiría no dar ningún detalle.
-¿Reed?-Él levantó la vista.
-Lo que pasó es que Easton es un idiota.-Soltó enojado.-Eso
pasó, lo que siempre pasa.
-Reed…-Le dijo Henry.
-No me están diciendo nada.-Les dije a los tres.-Pero está
bien… Solo no peleen, son hermanos, y tu Josephine eres parte de la familia
ahora, y pasarán mucho tiempo juntos, así que intenten superar los problemas.
-No creo que tus hijos me consideren de esta familia, pero
muchas gracias Ian, en verdad.-Me sonrió.
-Pues yo sí.-Anuncio Henry.-Y en verdad lamento, lamento
mucho haberle dicho eso a Easton, soy un idiota, pero ya se los aclaré pero
enserio, enserio si lo siento.-Se disculpa Henry-¿Me perdonas?
Josephine le sonríe sonrojada por la acción, Henry siempre
ha sido así no le gusta estar peleado con nadie.
-Está bien, Henry no te preocupes, supongo que fue un mal
entendido.-Le sonríe.-Gracias, enserio, yo también te debo una disculpa porque
pues me porté ya sabes un poco mal contigo al principio.
-Tenías razones, no te preocupes.-Le dice mi hijo más
grande.
Me reconforta saber que los chicos están aceptando a Jo,
aunque Reed no parece estar arrepentido de nada, si es que tiene que estarlo o
si tiene algo que ver.
-Pues yo lamento…-Comienza Reed.-Que tengas que quedarte
aquí, cuando solo estorbas…
-Pues yo lamento que seas un hipócrita y un
cretino.-Responde Josephine igual de enojada que Reed.
No sé si intervenir pero lo dejo pasar porque los dos parecen
enojados y tal vez es buena idea que los deje resolver sus problemas, porque si
me meto podría empeorar su situación.
Rato después de que llega la comida, Reed y Jo se lanzan
miradas enojadas pero ya no discuten y Henry intenta amenizar la comida,
cenamos tranquilamente, luego de eso los chicos se van a su cuarto, y yo voy
con Easton para ver como esta.
Easton
Al siguiente día amanezco en mi cama, recuerdo que mi padre
me ayudo a pasarme como a media noche, había tomado ya por lo menos un litro de
suero, agua, y ya no tenía fiebre, aun así me había quedado perdidamente
dormido, alcanzó la botella de suero que tengo en la mesa de noche y me la
tomó, ya me siento mucho mejor pero tengo sed, y aún estoy fatigado, me meto a
la ducha de mi habitación y tomo un largo baño que me hace sentir renovado,
estoy muriendo de hambre así que me visto con mi pijama de nuevo y bajo a
desayunar waffles de tostador y un poco de fruta del día anterior, es temprano
son las siete así que seguro Ian sigue dormido al igual que los demás.
Me equivoco por cinco minutos después mi hermano mayor entra
la cocina lleno de sudor y con ropa deportiva, lo ignoro por completo y él se
dirige al refrigerador, toma una botella de agua, toma la mitad la deja en la
mesa y se sienta frente a mí.
-Easton.-Lo ignoro-East… Vamos, no puedes seguir enojado,
los enojados deberíamos ser nosotros, aparte… ¿Qué pensabas ayer encerrándote
así como estabas? Te pudo haber pasado algo, te estuve hablando…-Lo sigo
ignorando.-Easton hablo enserio, estábamos preocupados.
-Si claro-Suelto con desdén.-Pues no estabas tan preocupado
cuando me dejaste ahí tirado, podría haber saltado a la alberca borracho y
ahogarme.-Le reclamo enojado.-Así que ya deja de fastidiar Henry.
-Dude, perdón, enserio si me siento muy mal por haberte
dejado ahí pero te comportaste como un idiota.-Me recrimina.
-¿Y tú no? Reed debería estar igual de molesto contigo, tu
tuviste la culpa y el también, yo dije verdades borracho, ustedes mienten en
los cinco sentidos y luego se hacen las blancas palomas.-Me levantó.-Así que se
pueden ir a la mierda, los dos.
Para mi suerte Reed va entrando a la cocina y no sé si está
enojado o planea hablar conmigo pero solo le doy un empujón con el hombro y
salgo lo más rápido posible de ahí.
-Easton…-Me llama pero yo subo las escaleras lo más rápido
que puedo.
Me meto en la cama de nuevo y me quedó profundamente dormido
nuevamente, cuando despierto hay una nueva botella de suero en mi mesita de
noche y mi padre está en la orilla de la cama.
-Buenos días.-Me sonríe
-Hola…-Bostezo.
-Tengo que ir un rato a la oficina pero regreso temprano-Me
avisa.- ¿Cómo te sientes?
-Mejor…
-Qué bueno, hijo.-Me acaricia el cabello.-Descansa, y sigue
tomando líquidos y come.
-Si está bien…-Asiento.
-Hijo, ¿Sabes que no eres ningún hijo decepcionante,
verdad?-Pregunta serio.
-Pues…supongo.-Los ojos me pican.
-Hijo, todo eso que me dijiste ayer, no es cierto, y lo
sabes, tú no eres ninguna decepción para mí, ni lo eras para tu madre, no sé
porque sacas eso pero los tres son diferentes, y los amamos por lo que son.
-No hables por ella.-Le digo con un nudo en la garganta.
-Hijo, ¿Qué es lo que pasa?
-Nada. No pasa nada.-Contengo las lágrimas, no soy un niño
pequeño.
-¿Seguro?-Insiste.-Puedes hablar conmigo.
-Seguro, papá.
-Bueno, pero dime si pasa algo, sabes que tu madre te
adoraba tanto como a tus hermanos, lo sabes, a lo mejor a veces cuestionamos a
la gente que queremos, todos lo hacemos, pero tu madre hubiera hecho cualquier
cosa por ti, igual que por tus hermanos.-Me sonríe.-Y yo también, ¿de acuerdo?
–Asiento con la cabeza.- ¿No quieres que me quedé contigo mejor?
Estoy a punto de decirle que no, no me gusta sentirme así
indefenso como un niño pequeño que necesita a sus padres, ya tengo diecisiete y
me avergonzaría si alguien nos viera, pero… tal vez a veces es válido dejarse
llevar un poco por los sentimientos, así que asiento con la cabeza otra vez, e
Ian me abraza.
Al siguiente día me siento como nuevo, bajo a desayunar con
todos, sigo ignorando a mis hermanos aunque papá habla con todos en la mesa,
Reed y Josephine parecen seguir peleados, pero Henry y ella parecen compartir
algún tema porque hablan bastante.
-Easton, necesito que te bañes y te cambies, me vas a
acompañar al corporativo pero antes te veo en mi oficina porque tenemos un
asunto pendiente.
El estómago se me cae a los pies, sabía que no iba a olvidar
el asunto, ayer me lo había dicho pero había una brecha de esperanza de que
realmente no lo hiciera, no discuto porque no quiero que siquiera lo mencione
en la mesa porque es demasiado vergonzoso con la bastarda aquí pero igual sé
que mi cara cambio porque la de todos los demás también, excepto la de Ian que
siempre luce tan campante después de amenazarte de una paliza.
Al final del desayuno prefiero ir primero con mi padre antes
que a alistarme porque es más sencillo y menos espera para mí, tocó la puerta e
Ian me hace pasar enseguida.
-Pa... ya sé que me lo merezco pero enserio ¿no crees que es
suficiente con lo mal que lo pase en estos días?-Intento salvarme.
-Easton, si me siento un poco culpable por dejarte ahí en
las sillas-Comienza mi padre levantándose.-Pero eso no quita el hecho de que me
hayas desobedecido, y que lo que te pasó fueron las consecuencias de tu irresponsabilidad,
y se los advertí, te lo advertí a ti, y a Reed, no pueden tomar, no es legal, y
no está bien, solo se hacen daño por unas cuantas horas de borrachera que no
trae nada bueno.
-Lo sé, y en verdad que si lo lamento, ¡mucho! No lo haré de
nuevo, enserio que aprendí la lección. -Suplique, tal vez era un poco patético
pero si funcionaba mi trasero estaría agradecido.
-Pues vamos a reforzarla-Se arremangó.-Así que bájate la
ropa e inclínate sobre el escritorio
-¡Papá!-Gimotee-Por favor.
-Easton, si te tengo que ayudar no te va a gustar nada.-Le
advirtió-Una...
-Maldita sea...-Gruñí de malas y me baje el pantalón de la
pijama.
-Hey cuida tu boca.-Me tomó del brazo y me hizo inclinarme,
no estaba para perder el tiempo al parecer.
Escuche como se sacaba el cinturón y eso hizo que me
intentará zafar pero mi padre me tenía bien agarrado, y luego con su mano donde
traía el cinturón me bajo la ropa interior, haciendo que rozara con mi piel
desnuda que hizo que la piel se me hiciera de gallina, no podía creerlo, esto
no solo era vergonzoso, era cruel, puso su mano firme en la espalda y con su
otra mano comenzó a descargar su cinturón en mi trasero, y desde el minuto 0
comenzó a arderme mucho.
-¡AUUUUUUU!-Grite enseguida.-¡Ay! ¡Ay! Ya papá, por favor
nooo, ¡Ayyyy! Ya, te juro que no lo hago de nuevo.
Mi padre siguió descargando su cinturón en mi parte trasera
y yo empecé a llorar con ganas y es que vaya que el trasero me estaba ardiendo
como el infierno, y el no parecía tener intenciones de detenerse.
-¡AUUUU! ¡ayyyy!-Seguí quejándome amargamente aunque sin
éxito.
Cuando por fin se detuvo, sentía en llamas el trasero y que
me palpitaba, me dolía montones, quería llevarme las manos para frotarme pero
papá tomó asiento en su silla y en menos de lo que pensé estaba en regazo, papá
hizo que abriera un poco las piernas y alzo la rodilla para tener aún más
expuesto el trasero y comenzó a dar fuertes palmadas, una tras otra, yo me
revolvía en su regazo e intentaba levantarme porque ya no aguantaba pero el
agarre de mi padre era mucho más fuerte, así que termine por resignarme y
llorar a todo pulmón con la esperanza de que eso ayudará a que mi padre dejara
de hacerlo, pero pasaron al menos un par de minutos antes que mi padre me
soltara.
Me hizo levantarme y me puso la ropa interior en su lugar
-Es la ultima vez que espero tener esta conversación
contigo, no más alcohol, o aparte de otra buena paliza, pediremos ayuda en otro
lugar, ¿entendiste?-Soltó serio, estaba demasiado serio, enojado más bien
-Si...-Sorbí mocos-Lo siento enserio...
-Eso espero, vete a bañar.-Me ordenó.
-Bien...-Me subí el pantalón de la pijama y salí corriendo
de ahí directamente a mi cuarto, no quería encontrarme a nadie en ese momento.
Si lo de Henry fue una mala decisión lo de Ian no se se do atrás con decir lo lamento no es suficiente a su hijo le pudo pasar algo quizás por esos hechos el chico tenga esas inseguridades y lo de los heehermanos quizás tenga una poquita de razón al principio le cortaron lo contrario lo único que hizo mal es abrir la boca pero si estaba borracho , es el Capi que más me ha gustado de todos ya se están destapando cosas de la vida de los Archen sigue pronto
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