lunes, 4 de febrero de 2019

Roy y Dinah, capítulo 9


-No te preocupes, Ollie- le sonrió ella, pero luego reparó en el lloroso Roy- ¿Qué te pasa, Roy? ¿No te sientes bien?-


Roy negó con la cabeza, sólo que le preguntaran le daba más sentimiento.

-No te preocupes que sólo está cansado- le dijo Oliver a Dinah porque para él eso pasaba; Roy estaba de mal humor debido a la falta de sueño y por eso andaba tan berrinchudo. Y sí pasaba, porque de por sí Roy era berrinchudo, cuando estaba de malas era peor. Oliver esperaba que se le pasara porque no quería pasar todo el día peleando con él.

-Bueno, pero ven, Roy, siéntate con nosotros. Vamos a desayunar, eso te dará mucha energía-

Roy vio con fastidio a su papá y sentó de mala gana. Ya había dejado de llorar, pero cualquier cosa podría hacerlo cambiar de opinión.

Oliver no le dijo nada porque sabía que como Roy estaba en ese momento tan sólo le contestaría mal y no quería empezar ningún problema frente a Dinah.                          

-Tengo entendido que mi madre y tú fueron de compras anteayer, ¿cómo les fue?-

-Pues bien, aunque fue bastante tiempo- dijo Dinah sonriente- Hubieran ido con nosotras-

-Sí, lástima- le contestó Ollie. Realmente no le apetecía en lo absoluto acompañarlas de compras, pero al menos hubiera estado con Dinah.

Roy sólo les oía y revolvía su comida, su papá le había quitado cualquier rastro de hambre que hubiera podido tener, siempre era grosero con él, ¿Y por qué? Porque Roy era sincero y no quería estar con su noviecita.

-¿Y qué van a hacer hoy?- preguntó Dinah.                                                                            

-Ibamos a ir con Diggle y Felicity a entrenar más tarde- le respondió Oliver- ¿Quieres venir?-

Roy suspiro pesadamente, ¿qué ya no harían nada solos o qué diablos?

-No quiere- dijo Roy sin pensarlo mucho, pero sin mirarlos, porque al instante sabía que lo iban a regañar o algo así, lo había dicho sin pensar, pero la verdad ni quería que fuera.

Dinah se sintió un poco incómoda. No le molestaba el comentario, pero sí sentía que Oliver estaba yendo demasiado pronto al incluirla de golpe en todas esas actividades cuando apenas ayer se habían conocido ella y Roy.                                                          

-Le pregunté a Dinah, Roy- señaló Oliver, pero en una voz que decía "recuerda lo que te dije de portarte bien."

-Pero ella quería que respondiera por ella-

Roy enserio no quería que fuera con ellos, a él le gustaba pasar tiempo solo con su papá, y aunque hubiera sido Thea, no iba a querer que los acompañara.

-Pues yo no, deja que Dinah responda-

Dinah no es que quisiera hacer las cosas sólo por molestar a Roy, pero tampoco creía que fuera una buena idea ceder a todo lo que él quisiera.

-Quizás me dé una vuelta más tarde- aceptó la invitación- No mucho tiempo porque tengo consulta, pero un rato sí-

-Pues yo ya no quiero ir- Roy saltó de su silla, la verdad estaba tentando a su suerte porque quizás su papá se enojaría, pero quizás se podría librar de Dinah.

-Roy, ¿a dónde crees que vas?- le llamó Oliver, sin levantarse.

-Ya no quiero comer- declaró.

-Bueno, entonces haz algo y métete a bañar- se rindió. Claro que quería que su hijo desayunara bien y cooperara, pero ya estaba cansado de estar tras de él todo el tiempo suplicándole que le hiciera caso.

-Nooo- anunció casi sin dejar terminar a Oliver, quien lo único que escuchó fue un portazo.

Oliver se iba a levantar, pero Dinah lo detuvo del brazo.

-Ollie, creo que estás presionándolo mucho- la palabra "creo" era de pura cortesía para que Oliver no sintiera que le estaban diciendo como hacer las cosas, pues Roy sí estaba presionando y en cierto modo eso era porque Oliver no había sabido manejar las cosas del todo bien.

-De acuerdo, quizás, ¿pero entonces qué hago? ¿dejar que se porte como le dé la gana?- se exasperó.

-No- respondió Dinah- Pero procura no caer en el mismo comportamiento, que el maduro aquí debes ser tú-

Oliver exhaló con cansancio. Lo que más pesaba era que Dinah tenía razón, por ello, al entrar a la habitación de Roy trató de mantenerse lo más tranquilo posible mientras caminaba hasta donde estaban los videojuegos y los reunía todos, dejando tan sólo las consolas vacías.

-¿Qué haces?- preguntó furioso Roy, intentaba arrebatarle los juegos a Oliver.

Roy estaba enojado con Oliver por el hecho de que quería llevar a Dinah a todas partes, él quería estar solo con su papa.

Aunque Oliver le dijera que no podía estar solo toda la vida, él creía lo contrario, ellos vivían muy felices solos.

-Te dije que te comportaras o adiós privilegios- contestó sin darle nada- No puedes ir por ahí siendo grosero con todos. Si Dinah te hablara mal o algo créeme que ni estaría con ella, pero no es así, te trata muy bien y está poniendo de su parte-

-Pero yo no quiero que vaya con nosotros a todos lados- contestó Roy sin parar de intentar arrebatarle los juguetes a Oliver- No me puedes castigar por decir la verdad-

-Pero hay formas de decirlo, Roy. En vez de esperar a que estemos solos, escoges expresar tu inconformidad frente a todos, ¿no? Puedes herir sus sentimientos, ¿que eso no te importa?- le regañó, saliendo de ahí y guardando las cosas en su estudio, el cual cerró con llave al salir.

-Papaaaaa- gimoteó Roy- Aunque te lo diga, a ti nunca te importa y no es justo- aa Roy se le cristalizaron los ojos- Devuélveme mis juegos-

-Claro que me importa, no digas eso, y no te voy a devolver nada hasta que vea un cambio de actitud-

-No es cierto, no te importa ni tantito y eres injusto, no te quiero ya- le gritó enfadado.

A Oliver le dolió mucho escuchar eso, aún sabiendo que no era verdad y que Roy lo decía sólo porque estaba enojado.                                                                                                        

-Pues qué lástima porque yo sí te quiero y mucho- contestó, tomándolo de la mano y comenzando a caminar de nuevo hacia la recámara de Roy- Cámbiate para irnos a entrenar- Roy siempre estaba moleste y moleste para que lo llevara.

Roy jaló su mano, el no quería que fuera Dinah ni un rato ni ninguno, y estaba más enojado porque a ella le había valido saber que no quería que fuera, pero que desfachatez.

-Yo no quiero si ella va- anunció Roy

-Pues no te puedo dejar aquí solo, ¿o sí?-

-¿Osea que te irás tú?- le miró furioso- ¿Ves cómo no te importa? Yo no quiero que vaya-

-Roy, yo como quiera ya había quedado con Diggle y Felicity hoy. Además, eso es una rabieta, Dinah no te ha hecho nada como para que no quieras ni estar en el mismo lugar que ella. Es más, tanta pena le dio que se despidió y se fue apenas acabamos de desayunar-

-No me importa, no debiste invitarla- Roy se cruzó de brazos- Y no es una rabieta-

-A ver, ¿y por qué no debí invitarla, según tú?- se sentó en la cama de Roy.

-Porque yo quería ir sólo contigo- respondió Roy con un puchero y dándole la espalda- Pero eso a ti no te importa-

-Bueno, no pensé que te fuera a molestar. Ayer en la noche estuviste muy bien con ella-

-Pues sí me molesta- dijo Roy sin mirarlo.

-Mañana podemos ir tú y yo solos, pero no es como si pudiera desinvitar a Dinah- suspiró cansado Oliver. ¿Quién entendía a los niños? Apenas la noche anterior Roy había estado muy bien con Dinah y ahora no quería ni verla.

-Sí puedes- repuso Roy. De todas maneras, Dinah no le terminaba de caer ni bien ni mal, sólo quería a su papa para él.

-No, Roy, no puedo porque sería descortés- repuso- ¿Te vas a cambiar ya o tengo que desconectar la tele también?-

-Pero no quiero que vaya...- gimoteó Roy- Siempre eres descortés conmigo-

-No lo soy- se defendió muy tranquilo. No veía el punto en reiterar que Dinah iría de todos modos, ya que eso tan sólo pondría a Roy de peor humor y ya estaba batallando más de lo que le gustaría.

-Claro que sí- contestó el- Ya no quiero ir, se me quitaron las ganas- mintió Roy, enserio no quería dar esa batalla como perdida.

-Pero ya te dije que no puedes quedarte solo- repitió- Y ya me escuchaste, hijo, ¿te cambias o te quedas castigado sin televisión?-

-Sí puedo, ya no soy un bebé- dijo Roy, ignorando la advertencia de su papá.

-No me voy a arriesgar- sentenció- Ya cámbiate, Roy, que no quiero discutir más-

-Yo tampoco voy a discutir contigo- si quería que se cambiara, que lo cambiara él porque Roy Harper estaba decidido a no hacer caso. 

-No me contestes y apúrate- casi le suplicó.

-No- Roy se quedó quieto sin moverse, estaba enojado, sabía que al final no había conseguido lo que él quería.

-Bueno, quédate solo entonces porque yo sí me voy- Oliver se hartó y se puso de pie. Salió de la habitación- Si quieres venir, te espero 15 minutos- le gritó desde el pasillo.

Roy se quedó en shock y se tiró en su cama… ¿Enserio su papa lo iba a dejar solo? Sí era contradecirse él solo, eso era cierto, pero Oliver jamás le haría eso... ¿O sí? Quizás ese había sido su plan desde el principio, hacerlo enojar y abandonarlo para irse con Dinah.

Quince minutos después, Oliver estaba de pie en el recibidor, algo extrañado de que Roy aun no estuviera ahí. Había supuesto que se cambiaría lo más rápido que pudiera y correría a la puerta para que no se fuera a ir sin él. No obstante, ahí estaba de pie, solo.

Roy se asomó nada más un poco para ver si Oliver se había ido, en verdad estaba asustado, no quería que lo dejara, pero igual seguía jugando con su suerte, porque ni siquiera había hecho el intento de cambiarse.

Oliver se sentía como un idiota ahí de pie como si nada, pero de pronto y accidentalmente alcanzó a ver una bolsa de plástico en las ramas de un arbusto en la entrada y salió para quitarla de ahí pues se veía muy mal. Claro, cerró la puerta de la casa tras él para que no se metiera tierra pues hacía mucho viento.

Roy al escuchar la puerta abrió mucho los ojos y salió de su habitación y se asomó afuera, no logró divisar a Oliver así que cerró rápido, estaba solo, solo sin nadie... podía llegar algún malo y él no podría hacer nada al respecto... dio vueltas por la sala muy desesperado por encontrarse solito y luego ya no aguantó y comenzó a llorar muy afligido y asustado. Oliver siempre hacía ese tipo de amenazas, pero no pasaban ni minutos para cuando ya lo estaba ayudando (Quitándole la playera a la fuerza) para que se cambiara.

Oliver tiró la bolsa de plástico en el bote de basura de afuera y después volvió a entrar a la casa. Ya no habían pasado 15 sino casi 20 minutos y no había sido una muy buena mañana, así que más le valía a Roy estar listo ya para irse porque no estaba de ánimos para andar tras de él todo el día rogándole que obedeciera. Sin embargo, en el recibidor alcanzó a escuchar unos berridos muy familiares provenientes de la sala y se acercó lo más rápido que pudo con la idea de que algo le había pasado a su hijo.

-Roy, ¿qué tienes?-

Roy se espantó al escuchar la puerta, pero cuando vio que era su padre sólo pudo llorar más fuerte y abrazarse a él.

Ollie lo abrazó también, aunque algo confundido y alarmado. No parecía que le hubiera pasado nada malo al niño, ¿pero entonces por qué lloraba tanto?

-¿Estás bien, Roy? ¿Qué pasa?-

-Te habías ido sin miiiiii- reclamó Roy enseguida, pero sin soltarse de su padre.

Y entonces Oliver comprendió.

-No, no me fui sin ti- le aseguró. Vaya que al decirle que se iría solo quería darle un susto que le sirviera de incentivo para obedecer, pero no planeaba que Roy asumiera que lo había cumplido- Sólo estaba afuera, aquí en el jardín-

-No es ciertooo- gritó acusador Roy- Yo me asoméy no estabas-

Roy estaba muy asustado porque el hecho de pensar que su papá se había ido sin él le ponía los nervios de punta.

-Hijo, es enserio, sólo estaba quitando algo de los arbustos- se esforzó por tranquilizarlo, abrazándolo fuerte. De verdad que no había querido asustarlo así.

Roy sólo sollozó un poco más y empezó a tranquilizarse, quizás su padre decía la verdad, sino para qué habría regresado.

-No te vayas sin miii- rogó Roy.

-Por supuesto que no me iría sin ti- contestó, dándole un beso en la frente- ¿En serio me crees capaz de dejarte solo en la casa? Sabes muy bien que eres lo que más me importa-

-Yo pensé que estabas enojado y me habías dejado- contestó Roy escondiéndose en Oliver.

-Sí estaba molesto, pero no por eso vas a dejar de importarme, Roy- insistió, acariciándole la espalda. Por lo menos su hijo ya sabía que no lo había dejado solo enserio.

-Hnn- gimoteó Roy dejando de llorar, pero tampoco se quería soltar, enserio sí se había asustado mucho.

-Ya, Roy, tranquilo- le besó la cabeza.                                                                                              

Quizás lo mejor era irse ya y así Roy se distraía un poco y se le pasaba el susto. Sin embargo, cuando volteó a verlo, Roy seguía en pijama.

-¿Por qué no te has cambiado?-

-Porque no- dijo Roy sin soltarse de su padre, esa contestación ya no era rebeldía ni berrinche, pero le daba pena admitir que él había estado dispuesto a desobedecer, pero luego se había llevado una desagradable sorpresa que al final resultó falsa.

Oliver no se puso a saltar de alegría obviamente pero no tuvo corazón para regañarlo después de semejante susto que se había llevado, así que tan sólo echó a andar escaleras arriba con su hijo en brazos.                                                                                

-Bueno, te espero a que lo hagas- le dijo cuando estuvieron en la recámara del niño.

Roy ya no iba a poner resistencia a pesar de que sabía que tendría que encontrarse a Dinah al rato. Obedeció resignado, hasta se lavó la cara, aunque ahora su chamarra estaba bastante mojada por eso.

-Ya... – anunció Roy, esperanzado con algo así como "Por obedecer tan bien, ya no irá Dinah."

Oliver lo vio y sacó otra chamarra del armario. Se la dio para que se cambiara la que llevaba puesta y le revolvió el cabello con una leve sonrisa que sentía un tanto imprudente pero no pudo evitar esbozar.                                                                                     

-¿Era eso tan difícil?-

Roy frunció el ceño, no contestó y se concentró en cambiarse la chamarra y salir del cuarto. Esa no era la respuesta que había esperado, si le había hecho caso, merecía algo más que una llamada de atención.

Ollie le tomó la mano y salió de la recámara con él. Claro que se había dado cuenta de la cara de reproche de Roy, pero el niño no podía negar que decía la verdad. De haber hecho caso mucho antes, no se hubiera llevado un susto por creer que estaba solo y otro él creyendo que algo le había pasado a Roy.

Antes de salir de la casa, Ollie reparó en el rostro aún resentido del pequeño y se agachó para abrazarlo.                                                                                                                               

-Ya, Roy, no te enojes. Por lo menos yo estoy muy feliz; me habías dicho que ya no me querías, pero creo que está claro que sí-

Roy abrazó muy fuerte a su padre, obvio que lo quería, él sólo había estado enojado cuando se lo dijo.

-Mucho- le susurró al oído y echándose a correr al auto, la verdad sí quería entrenar y estaba emocionado.

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