miércoles, 19 de junio de 2019

Demasiada Libertad, capítulo 8


-No necesito permiso para ver una estúpida película, no seas ridículo- ¿De pronto Oliver daba y negaba permisos? Ahora resulta...

-Muchas gracias por la cena, Bruce. Jay, provecho, Dick, avísame cuando termines el libro- dijo Oliver con buenos modales, antes de agarrar a su hijo del brazo y arrastrarlo a su habitación.
-¿Qué te pasa?- se jaló cuando superó la sorpresa- Yo no me quería levantar-
-No quería avergonzarte regañándote delante de todos. De nada-
-¿Regañándome? ¿Tú quién te crees? ¿Dinah? Además, ¿Por qué si ni he hecho nada?-
-Necesitas entender que soy tu padre. Eso significa que SÍ necesitas mi permiso para hacer cosas, ¡y no quiero que discutas conmigo de ese modo tan irrespetuoso!-
-Para ver una película no, no mames-
-Estás castigado de todos modos, ¿recuerdas?- Oliver lo había olvidado- Entonces, eso significa que no hay películas-
Roy se rió bastante molesto por toda esa tontería. 
-A ver, no quieras de repente ponerte en ese plan. Cualquier película está imposible que me joda más de lo que ya me jodiste tú-
Eso le dolió, más de lo que podía mostrar, aunque hizo su mejor esfuerzo por ignorarlo.
-Estaba pensando que podría ayudarte con tu tarea. Quiero decir, ¿por qué es que solo veo a Dick hacer tarea? Tu también debes de tener, ¿no?-
-Yo hago mi tarea solo- hizo una mueca, completamente descolocado por el comentario, aunque tampoco es que estuviese diciendo la verdad del todo. Sí hacía solo la tarea, cuando la hacía y cuando planeaba ir a clases.
-Ah... ¿Entonces la escuela va bien? ¿Te agradan... tus maestros?- Oliver se sintió como un idiota. Eso era tan incómodo.
-Ya te he contado eso-
Oh no...
-¿Qué? ¿Cuándo?-
-Siempre, y yo ya no te lo voy a repetir, pregunta en la escuela si te da tanta curiosidad- soltó bastante tranquilo porque sabía que eso no iba a pasar.
-No seas así, Roy. Lo siento, sé que no siempre pongo atención. Soy así con todos, pero estoy trabajando en ello- desde hace 2 dias.
-Bueno, como sea. Igual uno se cansa de contar lo mismo siempre-
-Voy a prestar más atención- Oliver estaba decidido a conocer mejor a su hijo y le dedico una sonrisa- ¿Color favorito? ¿Libro? ¿Película?-
-¡¿No te los sabes?!- Ese era el vil colmo...
Oliver hizo una mueca, bueno, tal vez sus preguntas habían sido totalmente básicas.
-Jamás me has dicho- ¿O lo había hecho? Oliver honestamente no tenía ni idea.
-No me jodas...- ¿Nunca escuchaba cuando le hablaba o qué?- ¿Sabes qué? Da igual, voy con Jason mejor-
-¡Roy! Si me lo dijiste, fue hace mucho tiempo- Oliver se colocó frente a la puerta- Dime otra vez-
-Déjame pasar- siempre le contaba mil cosas.
-No. ¿Por qué te enojas?-
-Pues porque siempre te cuento esas cosas, nunca pones nada de atención a lo que te digo. Tampoco se vale eso y que de repente quieras que todo como si nada-

-Bueno, tal vez no sé cuál es tu película favorita, pero sé otras cosas, como... eres súper leal y valiente... y te da hipo cuando estás nervioso-
-Woah, pones a otros papás en vergüenza- soltó sarcástico. 
Oliver sabía que era una lista corta, pero esperaba ganar puntos con el niño de todos modos.
-Bueno, ¿quieres ser grosero? Está bien. Pero no te irás de esta habitación-
-Claro que sí, muévete- no iba a quedarse ahí encerrado. 
Oliver se quedó frente a la puerta y agarró su celular. Al menos podría revisar sus correos electrónicos hasta que Roy se rindiera.
-Que te quites- intentó empujarlo. 
Oliver puso los ojos en blanco al intento y lo apartó. Todavía no podía creer lo molesto que Roy se había puesto.
-¡No puedo creer que estés enojado porque no conozco tu color favorito! ¡No conozco el color favorito de nadie!
-No es el estúpido color, es que no sabes nada. Y me valen los demás, yo soy el único que tiene la mala suerte de ser hijo tuyo- 
-Apuesto a que otros niños me apreciarían-
-¿Cuáles?- ¿Ahora se supone que le agradeciera sus migajas? Por favor...
-Dick me quiere, Wally también, y mi asistente trajo a su hija hoy y ella dijo que soy divertido. Así que tal vez sólo tú y tu actitud de mierda tienen un problema conmigo-
¿Era enserio? 
-Pues...- él no podía decir que otros papás lo querrían de hijo porque no sabía de ninguno- Vas, dile a Dick que cuando quiera te cambio por Bruce- ouch.
-Perfecto, Dick es súper genial. Vayamos a preguntarles ahora mismo- ¿Por qué estaba siendo tan inmaduro? Sólo podía imaginar lo molesta que estaría Dinah al escuchar acerca de esa conversación.
-Por mí mejor, seguro Bruce no me mata de anemia, y además él se lleva a sus hijos cuando sale de viaje-
-Deben ser buena compañía…- Dejó que el insulto quedara en el aire antes de suspirar- Pero bueno, como tú dices, tenemos la mala suerte de tenernos el uno al otro-
Pero Roy ahora sí había tenido suficiente... Aprovechó la distracción para empujar de nuevo a Oliver y ahora sí salirse corriendo del cuarto.
Oliver puso los ojos en blanco y se acostó. Sentía una mezcla de cosas, indignación, sentimientos heridos, agotamiento... pero, sobre todo, sentía culpa.
-Pero esque no es justo- Roy se quejaba rato después entre lágrimas y mocos junto al microondas, y esque siempre sí estaban haciendo palomitas para la película- ¿Qué tengo yo de malo? Digo, a lo mejor es eso, ¿No? Ya no soy buena compañía o algo así- porque de pequeño Oliver sí lo quería cerca.
-No eres tú, Roy...- Dick trató de animar a su amigo, mientras él, su hermano y Roy preparaban todo para la película- Oliver es un idiota-
Oliver finalmente decidió ir a buscar a su hijo, ojalá antes de que llamara a Dinah o le contara a Bruce lo que había dicho ...
-Sí, no le hagas caso- lo apoyó Jason-Te puedes quedar a dormir con nosotros-
-Wey, ¿esque sí o no cualquier papá te cuida si te sientes mal, aunque no se los pidas? Digo, no entiendo por qué yo tengo que estarle rogando a él... Es más, aunque no estés enfermo-
-¿Tal vez él solo demuestra su amor diferente?- Dick sugirió- Oliver a veces es cool… ¿Tal vez sólo tengas que encontrar sus cualidades positivas?-
-Es divertido... cuando está-
-Hey, ¿puedo hablar contigo? - preguntó Oliver, entrando.
-No, la verdad no quiero-
-Fue una de esas preguntas retóricas- miró a Jason y Dick- Chicos, ¿podemos tener un par de minutos? No tardara mucho, lo prometo...-
Ambos muchachos salieron de mala gana.
-¿Ahora qué quieres?-
- Bueno... Te debo una disculpa-
-Ah- era la frase favorita de Oliver- Te disculpo. Con permiso- trató de salir de la cocina para irse con sus amigos.
Sin embargo, Oliver lo agarró del brazo para que no pudiera irse.
-Roy, estaba cansado y claramente diciendo tonterías. Sabes que no te cambiaría por nadie-
-Sí, como sea. No importa-
-Bien. Bueno... no se lo digas a Dinah. Estará molesta-
-Osea que me ofreces la "disculpa" para que no se enoje tu novia-
-Por supuesto que no, pero dices que no te molestó... y estoy tratando de resolver las cosas con ella, así que se un amigo.... y no le digas-
-No soy tu amigo, soy tu hijo- no se podía creer que, para empezar, Oliver enserio pensara que no le había molestado cuando Roy traía toda la cara manchada de lágrimas y mocos, y mucho menos se creía que Oliver aprovechara la "disculpa" para pedirle que lo ayudara a quedar bien con Dinah-O eso dijiste hace rato-
Oliver realmente no tenía ni idea de por qué ser padre se había vuelto tan difícil…
-Bueno, sí, no somos amigos...-
-Pues no, obvio no-
-Pero nos podemos apoyar mutuamente. Tal vez si no dices nada, puedes ver tu película- Oliver hizo una mueca. Cuando lo decía en alta voz, sonaba más como un soborno.
-No soy tan barato-
Oliver estaba a punto de responder cuando de repente (finalmente) notó el rostro del chico.
-...¿Estabas llorando?-
-No, me estaba riendo- rodó los ojos- Ya suéltame-
-¿Por qué estabas llorando?- no lo soltó.
-Que me sueltes- pisó a Oliver tan fuerte como pudo.
La acción no tuvo el efecto deseado, ya que el agarre de Oliver se mantuvo firme, y con su otra mano le dio un azote punzante en el trasero.
-¿Qué diablos, Roy? -
-¡No me pegues!-
-Me acabas de pisar, ¿qué esperabas? Deja de actuar tan grosero conmigo- lo azotó una vez más, esperando una disculpa.
-¡Pues suéltame!- Oliver no era de decirle que no o de a fuerza tenerlo ahí.
Oliver le dio otra palmada.
-Intenta "Papá, por favor suéltame, lamento haber sido grosero"-
-¡QUE ME DEJES DE PEGAR!- se estaba frustrando- Y NO lo siento- aclaró con muchos pantalones. Oliver se lo merecía, él no tenía por qué "sentirlo".

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