-¿Por qué estás
actuando tan grosero?-
Roy se abstuvo de
rodar los ojos y exhaló pesadamente.
-Déjame en paz,
Oliver-
El hombre se acercó
para poder agarrar el teléfono de Roy.
-Ve a bañarte para
que podamos irnos.-
-Dame mi teléfono-
-No-
Roy le dirigió una
mirada de desdén y le mostró el dedo medio. Oliver inmediatamente le agarró el
brazo y comenzó a arrastrarlo al baño.
-¡¿En serio?!-
-Deja de jalarme-
empezó a protestar.
-¡Estoy harto de
tus groserías, Roy!- Cuando llegaron al baño, Oliver lo soltó- Báñate, pero YA.
Tienes 10 minutos- Oliver gruñó antes de salir. Necesitaba calmarse.
Roy se metió a
bañar bastante molesto, tanto que cuando salió se vistió y antes de salir le
dio semejante portazo a la puerta de cristal de la regadera que ésta se zafó y
todo el vidrio se quebró...
Roy se quedó ahí sin saber qué hacer. Maldición...
Roy se quedó ahí sin saber qué hacer. Maldición...
Oliver apareció en
el baño en un abrir y cerrar de ojos.
-¡¡Roy !! ¡¿Qué
hiciste?! ¡¿Que demonios?!-
-¡Fue un
accidente!-
Y técnicamente, SÍ
había sido un accidente.
- ¿Cómo diablos fue
un accidente?
-...No pensé que se
iba a cerrar tan fuerte-
Oliver estaba
completamente sorprendido y furioso. Primero su teléfono... ¿ahora esto?
-Quizás deberías
empezar a pensar entonces!-
Roy no le contestó,
tampoco era suicida...
Oliver contó hasta
10 en su cabeza. Contó hasta 20, pero en realidad no se estaba calmando.
-¡Ven aquí, ahora
mismo!-
-No...-
Los labios de
Oliver se apretaron en una extraña sonrisa falsa.
-Roy. No estoy
feliz. Si tengo que ir por ti, estaré menos feliz. Te sugiero que vengas aquí
ahora mismo-
-No quiero...- Roy
aprovechó el momento extraño para salir corriendo al cuarto y, con suerte, al
pasillo.
Oliver lo agarró
bastante rápido y comenzó a azotarlo sin simpatía.
-¿En serio? ¿Crees
que huir de mí es una buena idea? ¿Crees que romper las cosas es algo que te
voy a dejar hacer?-
-¡AY! ¡YA, ME
DUELE!- y no era mentira, estaba cansado aún y los golpes sólo lo hacían sentir
peor- ¡FUE UN ACCIDENTE!- sin querer se le comenzaron a salir algunas lágrimas.
Oliver se detuvo,
pero aún sostenía el brazo de Roy.
-Te escucho, pero
hijo... no fue un accidente. Elegiste cerrar la puerta con ira... elegiste
patear mi teléfono... tus acciones tienen consecuencias, y en lugar de
"fue un accidente", ¿qué tal un "lo siento"?-
-No siento lo de tu
teléfono- jaló su brazo fuerte.
Oliver puso los
ojos en blanco y agarró el brazo de Roy con más fuerza. No dijo mucho más,
simplemente bajó los pantalones del chico y comenzó a azotarlo sobre sus
boxers.
-Quiero una maldita
disculpa-
Roy comenzó a
jalarse más fuerte.
-Yo también-
Soltó mientras
forcejeaba y se retorcía para zafarse del agarre de Oliver.
-¡Maldita sea, Roy!
Solo discúlpate- Oliver lo azotó un poco más fuerte, sin soltar su brazo.
-¡Déjame en paz!-
le soltó un rodillazo en el costado que, por la sorpresa, logró hacer que
Oliver lo soltara, provocando también que Roy se tropezase un poco y se pegara
en la espalda contra la pared, no muy fuerte quizás, pero lo suficiente como
para hacer que entre el golpe, el frío y lo alterado que estaba comenzara a
toser agitado.
Se tapó la boca con
el brazo cuando, entre toda la escena, alcanzó a ver algunas gotas rojas
manchando el piso.
El ceño de Oliver
se profundizó ante la vista. No dijo nada, solo comenzó a empacar sus cosas. No
era que no le importara cómo estaba el chico, pero sabía que sólo lo
empeoraría, porque todavía estaba molesto. Se aseguró de vigilar la puerta, en
caso de que su hijo salvaje intentara irse.
Momentos después,
Roy apenas estaba dejando de toser, y para entonces ya tenía buena parte de la
manga del suéter manchada de sangre. Cuando se calmó lo suficiente y pudo
respirar mejor, se levantó a enjuagarse la boca y lavarse los dientes. Se sentía
cada vez más débil, y todo lo que ya había pasado en el día no ayudaba.
-Roy, ven-
finalmente dijo Oliver. Para entonces, estaba sentado en la cama del
hospital y se había calmado lo suficiente para ver que no había manejado la
situación de la mejor manera.
-No me molestes-
acababa de guardar el cepillo de dientes, pero seguía intentando
tranquilizarse, realmente estaba teniendo dificultad para respirar.
Oliver suspiró,
caminó hacia la entrada del baño y se quedó mirando a su hijo.
-... Roy-
-Que no me
molestes, ¿Eso tampoco lo entiendes o qué?-
-¿Cómo es posible
que TÚ estés enojado CONMIIGO?-
-Haznos un favor a
los dos y no me hables- estaba bastante cansado y apenas era de mañana.
-Realmente quiero
entender cómo crees que puedes actuar como un malcriado toda la mañana,
rompiendo cosas, ¿y qué se supone que debo hacer? ¿Felicitarte?-
-Ya, Oliver,
enserio no estoy para hablar contigo- rodó los ojos evidentemente enojado.
Oliver no quería
dejarlo así, pero tampoco quería que el chico se pusiera peor.
-Toma- Le dio su
tarjeta de crédito y comenzó a agarrar todas sus cosas- Vámonos-
-¿Y qué hago con
esta mierda?-
-Vas a ir a la recepción,
les dices lo que hiciste a la puerta y les pagas
por los daños ¿O deberíamos simplemente huir de nuestros errores?-
por los daños ¿O deberíamos simplemente huir de nuestros errores?-
-Pues paga tú- echó
la tarjeta a la cama- Es lo único que sabes hacer bien-
-...Quiero que
sepas que estoy TAN decepcionado contigo en este momento- Agarró la tarjeta. -Vámonos-
-Quiero que sepas
que me vale- salió de la habitación.
Oliver lo siguió en silencio. El viaje a la casa de Bruce se hizo en silencio. Fue cuando llegaron a su habitación en la mansión que finalmente habló.
-¿Dónde pusiste el
teléfono que te compré?-
Roy se encogió de
hombros y corrió al cuarto de Jason.
Oliver comenzó a
empacar sus cosas, a limpiar la habitación, y luego, cuando encontró el
teléfono que le había dado a Roy, se tomó su tiempo para configurarlo y hacer
algunas llamadas antes de ir a buscar a su hijo.
-¡Roy! Vámonos-
-Yo me quiero
quedar-
-... Ya lo sé, pero
no has comido nada, así que vamos a comer-
-Pueden quedarse a
comer- los invitó Jason- Sirve que Alfred te revisa, tienes todo el suéter
manchado de sangre- le dijo a Roy.
Oliver miró a Roy
con una expresión mixta.
-¿Quieres que
Alfred te revise?
-Quiero quedarme
aquí- duh.
-No nos vamos a
quedar. Jason, gracias por la oferta, pero vamos a irnos. ¿Está tu papá en
casa? Quiero darle las gracias antes de que nos vayamos...-
-Dijo que ya venía
llegando de la oficina-
-Vamos al cuarto de
Dick- le dijo a Roy, subiendo las escaleras nuevamente con su amigo.
-¡Roy, nos vamos en
unos minutos!- gritó Oliver, pero sabía que probablemente sería otra batalla de
voluntades.
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