miércoles, 11 de marzo de 2020

Demasiada Libertad, capítulo 28


-¿Por qué estás actuando tan grosero?-

Roy se abstuvo de rodar los ojos y exhaló pesadamente.
-Déjame en paz, Oliver-
El hombre se acercó para poder agarrar el teléfono de Roy.
-Ve a bañarte para que podamos irnos.-
-Dame mi teléfono-
-No-
Roy le dirigió una mirada de desdén y le mostró el dedo medio. Oliver inmediatamente le agarró el brazo y comenzó a arrastrarlo al baño.
-¡¿En serio?!-
-Deja de jalarme- empezó a protestar.
-¡Estoy harto de tus groserías, Roy!- Cuando llegaron al baño, Oliver lo soltó- Báñate, pero YA. Tienes 10 minutos- Oliver gruñó antes de salir. Necesitaba calmarse.
Roy se metió a bañar bastante molesto, tanto que cuando salió se vistió y antes de salir le dio semejante portazo a la puerta de cristal de la regadera que ésta se zafó y todo el vidrio se quebró...
Roy se quedó ahí sin saber qué hacer. Maldición...
Oliver apareció en el baño en un abrir y cerrar de ojos.
-¡¡Roy !! ¡¿Qué hiciste?! ¡¿Que demonios?!-
-¡Fue un accidente!-
Y técnicamente, SÍ había sido un accidente.
- ¿Cómo diablos fue un accidente?
-...No pensé que se iba a cerrar tan fuerte-
Oliver estaba completamente sorprendido y furioso. Primero su teléfono... ¿ahora esto?
-Quizás deberías empezar a pensar entonces!-
Roy no le contestó, tampoco era suicida...
Oliver contó hasta 10 en su cabeza. Contó hasta 20, pero en realidad no se estaba calmando.
-¡Ven aquí, ahora mismo!-
-No...-
Los labios de Oliver se apretaron en una extraña sonrisa falsa.
-Roy. No estoy feliz. Si tengo que ir por ti, estaré menos feliz. Te sugiero que vengas aquí ahora mismo-
-No quiero...- Roy aprovechó el momento extraño para salir corriendo al cuarto y, con suerte, al pasillo.
Oliver lo agarró bastante rápido y comenzó a azotarlo sin simpatía.
-¿En serio? ¿Crees que huir de mí es una buena idea? ¿Crees que romper las cosas es algo que te voy a dejar hacer?-
-¡AY! ¡YA, ME DUELE!- y no era mentira, estaba cansado aún y los golpes sólo lo hacían sentir peor- ¡FUE UN ACCIDENTE!- sin querer se le comenzaron a salir algunas lágrimas.
Oliver se detuvo, pero aún sostenía el brazo de Roy.
-Te escucho, pero hijo... no fue un accidente. Elegiste cerrar la puerta con ira... elegiste patear mi teléfono... tus acciones tienen consecuencias, y en lugar de "fue un accidente", ¿qué tal un "lo siento"?-
-No siento lo de tu teléfono- jaló su brazo fuerte.
Oliver puso los ojos en blanco y agarró el brazo de Roy con más fuerza. No dijo mucho más, simplemente bajó los pantalones del chico y comenzó a azotarlo sobre sus boxers.
-Quiero una maldita disculpa-
Roy comenzó a jalarse más fuerte.
-Yo también-
Soltó mientras forcejeaba y se retorcía para zafarse del agarre de Oliver.
-¡Maldita sea, Roy! Solo discúlpate- Oliver lo azotó un poco más fuerte, sin soltar su brazo.
-¡Déjame en paz!- le soltó un rodillazo en el costado que, por la sorpresa, logró hacer que Oliver lo soltara, provocando también que Roy se tropezase un poco y se pegara en la espalda contra la pared, no muy fuerte quizás, pero lo suficiente como para hacer que entre el golpe, el frío y lo alterado que estaba comenzara a toser agitado.
Se tapó la boca con el brazo cuando, entre toda la escena, alcanzó a ver algunas gotas rojas manchando el piso.
El ceño de Oliver se profundizó ante la vista. No dijo nada, solo comenzó a empacar sus cosas. No era que no le importara cómo estaba el chico, pero sabía que sólo lo empeoraría, porque todavía estaba molesto. Se aseguró de vigilar la puerta, en caso de que su hijo salvaje intentara irse.
Momentos después, Roy apenas estaba dejando de toser, y para entonces ya tenía buena parte de la manga del suéter manchada de sangre. Cuando se calmó lo suficiente y pudo respirar mejor, se levantó a enjuagarse la boca y lavarse los dientes. Se sentía cada vez más débil, y todo lo que ya había pasado en el día no ayudaba.
-Roy, ven- finalmente  dijo Oliver. Para entonces, estaba sentado en la cama del hospital y se había calmado lo suficiente para ver que no había manejado la situación de la mejor manera.
-No me molestes- acababa de guardar el cepillo de dientes, pero seguía intentando tranquilizarse, realmente estaba teniendo dificultad para respirar.
Oliver suspiró, caminó hacia la entrada del baño y se quedó mirando a su hijo.
-... Roy-
-Que no me molestes, ¿Eso tampoco lo entiendes o qué?-
-¿Cómo es posible que TÚ estés enojado CONMIIGO?-
-Haznos un favor a los dos y no me hables- estaba bastante cansado y apenas era de mañana.
-Realmente quiero entender cómo crees que puedes actuar como un malcriado toda la mañana, rompiendo cosas, ¿y qué se supone que debo hacer? ¿Felicitarte?-
-Ya, Oliver, enserio no estoy para hablar contigo- rodó los ojos evidentemente enojado.
Oliver no quería dejarlo así, pero tampoco quería que el chico se pusiera peor.
-Toma- Le dio su tarjeta de crédito y comenzó a agarrar todas sus cosas- Vámonos-
-¿Y qué hago con esta mierda?-
-Vas a ir a la recepción, les dices lo que hiciste a la puerta y les pagas
por los daños  ¿O deberíamos simplemente huir de nuestros errores?-
-Pues paga tú- echó la tarjeta a la cama- Es lo único que sabes hacer bien-
-...Quiero que sepas que estoy TAN decepcionado contigo en este momento- Agarró la tarjeta. -Vámonos-
-Quiero que sepas que me vale- salió de la habitación.

Oliver lo siguió en silencio. El viaje a la casa de Bruce se hizo en silencio. Fue cuando llegaron a su habitación en la mansión que finalmente habló.
-¿Dónde pusiste el teléfono que te compré?-
Roy se encogió de hombros y corrió al cuarto de Jason.
Oliver comenzó a empacar sus cosas, a limpiar la habitación, y luego, cuando encontró el teléfono que le había dado a Roy, se tomó su tiempo para configurarlo y hacer algunas llamadas antes de ir a buscar a su hijo.
-¡Roy! Vámonos-
-Yo me quiero quedar-
-... Ya lo sé, pero no has comido nada, así que vamos a comer-
-Pueden quedarse a comer- los invitó Jason- Sirve que Alfred te revisa, tienes todo el suéter manchado de sangre- le dijo a Roy.
Oliver miró a Roy con una expresión mixta.
-¿Quieres que Alfred te revise?
-Quiero quedarme aquí- duh.
-No nos vamos a quedar. Jason, gracias por la oferta, pero vamos a irnos. ¿Está tu papá en casa? Quiero darle las gracias antes de que nos vayamos...-
-Dijo que ya venía llegando de la oficina-
-Vamos al cuarto de Dick- le dijo a Roy, subiendo las escaleras nuevamente con su amigo.
-¡Roy, nos vamos en unos minutos!- gritó Oliver, pero sabía que probablemente sería otra batalla de voluntades.

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