domingo, 6 de enero de 2019

¡Feliz Navidad! Capítulo 7


-¿Dónde chingados estabas?- ladró el Chema tan pronto como se abrió la puerta.


Leonardo lo ignoró, él ya no vivía ahí.

-¿Y Chacorta?-

-¿Qué te pasó?- se le acercó cuando lo vio bien.

-¿Dónde está Chacorta?- pero cuando lo vio, ni ganas le dieron de acercársele, aunque Leo ni siquiera había hecho nada y esque él no había tomado ni nada, pero Victor se había pasado.

Victor entró y se quedó lo más cerca posible de la salida...

-A ver tú- lo agarró del brazo -¿Dónde chingados estaban?

-Pues... Salimos-

-¿Qué te pasó?- lo acercó.

-Me tropecé... con una botella-

-¿De tequila o qué chingados?

-No, pa...-

-¿ENTONCES? ya déjate de pendejadas

-Pos fue un accidente-

El Chacorta le dio un sopapo bien dado en la boca.

-¡SÍGUELE! ¡Ya deja de hacerte pendejo Victor! Estás pedisímo, te mamas-

El Victor casi se cae del golpazo, pero no es como que no se la mereciera.

-¿Ustedes dos se agarraron a golpes?- preguntó Chacorta, pero para suerte de los chamacos, Ian interrumpió.

-Nosotros nos retiramos, vámonos- les ordenó a sus hijos.

-Adios- Reed luego luego se pegó a su papá, quien no estaba nada contento, pero lo tranquilizó y lo tomó del hombro.

En cuanto los gringos se fueron, Chacorta tomó a los dos escuincles de la oreja.

-¿Se pelearon?- les gruñó.

-¡AUUUU! Ya déjame, yo no hice nada- lloriqueó Leo.

-Estaba tomado, perdón- se trató de soltar Victor.

-Para empezar, no tenías que estar borracho- le apretó la oreja.

-¡Suéltame!- gruñó Leo.

-A ver, Chacorta, yo hablo con el Leonardo- se metió el Chema.

-A ver, mi Chema, ¿Querías que te cuidara al chamaco o no?- los soltó a los dos.

-Pos sí, pero... Tienes razón-

-Pos eso ya lo sé- respondió- Así que se me suben ya a la camioneta los dos-

-Pa, pero espérate...-

-¿A qué chingados me espero?-

-Te lo podemos explicar...-

-¡Yo no tengo nada que explicar! ¡Tú eres el imbécil que estaba pedo y empezó con sus mamadas, así que puedes irte directito a...- dijo Leo muy enojado- A donde sea, yo no tengo porque andarle mendigando NADA A NADIE-

-¡Ya te dije que perdón, estaba pedo!-

-¡Pues no te perdono! Bien dicen que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad, pues mira que me vale madres que pienses eso-

-¡Vato, no pienso eso, te lo juro!-

-No me importa, ya déjame en paz-

-Órale, a la camioneta los dos- el Chacorta los jaló más fuerte.

-¡Suéltame!- se jaló Leonardo enojado.

El Chacorta le retorció la oreja.

-¡AUUUU! ¡Que me sueltes!- empezó a empujarse.

El Chacorta se quitó el cinto y se lo dejó caer en el trasero bien fuerte… Leo comenzó a llorar enseguida.

-¡AYYYYY! ¡Déjame, tú no eres nadie para estarme pegando! ¡Ya suéltame!-

-Escúcheme muy bien, chamaco- el Chacorta soltó su oreja y lo agarró fuerte del brazo- Usted está bajo mi cuidado y mientras eso pase, yo lidio con usted como se me antoje-

-¡No! ¡Ya déjame!- se siguió jalando y llorando a moco tendido- ¡Suéltame!-

-Aquí hay de dos sopas, o te llevo a cintarazos o vas tú solo a la camioneta-

Leo comenzó a llorar aún más fuerte, zafó el brazo y echó a andar hacia la camioneta, si pendejo no era, y lloraba más de coraje porque él no había hecho nada. Victor también se subió, aunque más arrepentido que nada.

-Nos vemos pues- se despidió Chacorta del Chema y Rutila.

-Ándale, adiós...- el Chema no se quedó para nada conforme, pero sí era cierto que él le había pedido al Chacorta que le cuidara al huerco.

Chacorta se subió a la camioneta como si nada y se fue.

-No mames, Chema, ¿viste la cara de Leo?- se quejó Rutila.

-Sí, sí vi...-

-Te pasas...- le dijo enojada.

-Al rato voy a hablar con él- y esque no le había gustado NADA ver que el Chacorta le diera un jalón de oreja al Leonardo, pero se supone que lo había mandado con él para que el chamaco se hiciera a la idea de cómo era en otras familias, no para que se fuera unos días de vacaciones y al primer problema ahí fuera él a sacarlo del pedo.

-¿Hablar con quién? ¿Con Chacorta o con Leo?- gruñó Rutila- Porque Leo te va a mandar por un tubo-

-Con Leonardo- si Chacorta no había hecho nada que él no le hubiera pedido- Digo, aunque me mande a la chingada le tengo que explicar qué pedo-

-Ay te mamas- respondió enojada.

-¿Pues sabes qué? Tú también, apóyame en algo una vez en lugar de luego luego ponerte en contra-

-No mames, ¿y qué hago? Pos respeto tu decisión, pero nada más de verle la cara al pobre niño me da coraje. Una cosa es mi tío sea bueno pa educar morros, pero que ande educando uno que no es suyo a mí no me parece-

-No pos tampoco se lo quiero dejar para siempre, nomás unos días para que vea que en todas partes hay reglas, no inventes, no voy a andar regalando al huerco. Yo siempre te hago segunda con el Humbertito-

-Sí, pero yo no lo ando regalando, y ya mejor me voy a meter a la casa. Ni creo que deberías hablar con Leo, ha de estar bien enojado- se dio media vuelta y se fue.

-Sí, espérate a que el Humbertito crezca a ver qué tal- se fue mejor al cuarto del Leonardo, ni de chiste traía ganas de hacer nada con la Rutila esa noche.

Mientras tanto en la casa del Chacorta, él no perdía el tiempo.

-Te mamas Victor- le reclamó entrando a su cuarto- ¿Que pendejada te traes en la cabeza? ¿Desde cuándo te dejo andar pedo o qué?

-Desde nunca- de pendejo se ponía gallito.

-¿Y entonces qué pedo? ¡Y luego aparte de todo, te peleas con el Leonardo, no mames!-

-Pos no sé, nunca me había pasado...- ni siquiera se había explicado bien y ahora Leo estaba enojado también...

-Pos más te vale que no te vuelva a pasar- lo tomó del brazo- Porque la paliza que te voy a dar ahorita no va a ser nada después de la que te voy a dar en ese momento-

-No, no me pegues...- se quería jalar, pero tampoco quería hacerlo enojar más. Enserio traía la cruda moral a todo lo que daba. Se sentía una caca con el Leonardo, ni siquiera se había explicado bien.

-¿Como no?- soltó Chacorta, quien aún traía el cinturón en la mano y lo empezó a descargar en el trasero del muchacho una y otra vez.

-¡AAAUUUU!- Victor comenzó a jalarse y tratar de soltarse, le estaba doliendo como el infierno, borracho o no.

Chacorta le soltó otra tanda, y esque todavía él de pendejo dejándolos ir.

-No quiero pendejadas, Victor, si yo te dejo salir tienes que portarte bien, sino pos ni modo no sales-

-Ya sé- siguió chillando.

Chacorta le soltó otra tanda de cintarazos.

-Ya cálmate -le dijo después de unos minutos y le secó las lágrimas- Mira Victor, tú sabes que no me encanta que estés saliendo, pero mira estos gringos parecen buenas gentes, pero tú también no puedes estar haciendo pendejadas porque sino mejor aquí te quedas y te chingas, porque a mí no me gusta que andes de pedo quién sabe en dónde-

-¡Auuu! No, ya...- empezó a toser con los mocos.

-¿Ya qué?- le pregunto si padre.

-No lo voy a hacer- trató de que no se le fuera por otro lado. Le ardían las nalgas, traía lágrimas y mocos por todos lados y se sentía de la chingada por lo que había pasado.

-Bueno más te vale, ya cálmate- lo abrazó.

El Victor se le pegó tratando de no soltar quejidos de dolor. Bien que se había peleado bien y bonito... Chacorta estuvo ahí un rato consolando al chamaco, vamos que sí se había portado de lo peor, pero se veía muy arrepentido y adolorido.

-A ver, dime dónde te duele de que te peleaste con el Leonardo- no fuera que tuviera algo que se pudiera infectar.

-Nada- sí le dolía casi todo, los dos eran bien entrones, pero nada en particular o mucho.

-¿Seguro?-

-Sí, seguro...- le dolía la consciencia, ¿Eso contaba?

Chacorta igual se quedó ahí un largo rato con su hijo hasta que realmente se calmó.

-Baja a comer algo, porque sino mañana vas a traer una cruda… Y diles que te den un café negro-le dijo después de un rato- Ahorita te alcanzo-

-Guácala- el café no sabía a nada- ¿No puedo mejor ir con Leo?-

-No, yo voy ir con ese escuincle y tú vas a obedecer-

Pues a las buenas cualquiera...

-Voy a comer entonces-

-Ahorita te veo-

-Sí, nos vemos- ya se había fregado el pedo.

Leonardo, por su parte, estaba buscando la manera de largarse de ahí intentando saltar a todos los hombres del Chacorta, aunque era prácticamente imposible.

-Achis achis, ¿Y a ti quién te dijo que podías salirte?- ya le habían dado el pitazo de que el escuincle andaba rondando por el patio.

-Nadie- dijo serio. Y esque no quería quedarse ahí, él no había hecho nada y no era justo que lo castigaran, y aparte CHACORTA, si por eso se había estado portando relativamente bien…

-Pos entonces órale, pa dentro que tú y yo vamos a hablar. Rapidito que no tengo toda la noche-

-¿Hablar de qué?- gruñó Leo sin moverse- Yo no hice nada-

-¡TE ESTOY DICIENDO QUE TE METAS!-

-¡Que no!- repeló Leo- No tienes derecho a decirme qué hacer aunque tú creas que sí-

El Chacorta se quedó serio.

-¿Qué dijistes?-

-Que no tienes derecho a decirme qué hacer-

-Tú y yo vamos a dejar algo muy en claro- se le acercó amenazante- En esta casa hay reglas, como en todas, y no es como que cuando está todo tranquilo bien y cuando no te quieres largar, así no funciona; en las casas hay reglas y si te gustan bien sino igual, y aquí la número uno es que a mí nadie me habla como si fuera su gato- si por eso lo iba a regañar, por andarse saliendo, irse a bares y ponerse de picudo con los adultos- Síguele y te doy una cachetada como la del Victor-

Leonardo lo miro enojado.

-Yo no quería venir a tu casa- se hizo para atrás- Así que no me sermonées-

-No, no, no, si no querías venir te pudiste haber quedado en la tuya. Tan fácil como decirle a tu jefe "Sí, papá, acepto tus reglas y me quiero quedar". Y bájale, que a mí no me vas a andar hablando como si fuera el Chema-

-Pos déjame tranquilo, yo no hice nada. No estoy pedo, sólo fui con ellos y ya, ni siquiera tomé, y el Victor empezó la pelea-

-Cállate y escúchame, que yo no te ando regañando por lo del Victor-

-Pos no hice nada- se cruzó de brazos.

-Métete a la casa-

Leonardo lo fulminó con la mirada y se metió soltando un bufido.

-Escúcheme bien, si yo le doy permiso de ir con los vecinos es con los vecinos, no a un bar ni a ningún lado sin avisar-

-Pos yo ni sabía a dónde íbamos-

-A ningún lado, te estoy diciendo, eso es obvio-

-Como sea. No hice nada-

Y ahora sí le cayó un manazo tan fuerte que hasta lágrimas le sacó.

-¿Qué te estoy diciendo del pinche tonito?- y esque calladito muy bien, pero nomás abría el hocico el huerco altanero ese...

Leo se quitó las lágrimas de los ojos y apuró el paso hacia su "recámara" mientras Chacorta lo seguía, y esque Leonardo ni siquiera estaba conforme en estar ahí, pero también seguía muy enojado con su papá.

-Pobre de ti donde azotes la puerta- Chacorta le vio toda la intención.

Leo rodó los ojos y se metió al cuarto.

-¿Sí sabes qué hicistes mal o te tengo que explicar?-

-No hice NADA-

-Te explico entonces: Te salistes sin permiso, para empezar-

-Tú nos diste permiso de ir con los vecinos-

-A su casa nomás, no por ahí sin decirle a nadie. ¿Se mandan solos o qué?-

-Ay pos yo qué iba a saber si el Victor estaba súper puesto-

-Ah, ¿Y si el Victor va y se tira del puente quiere decir que está bien? Piénsele mijo-

-Pos a lo mejor antes sí, pero yo no hice nada-

-Ah, ¿No fuistes?-

-Pos sí, pero no sabía que no teníamos permiso-

-No, a ver, esa excusa está muy pendeja, búscate otra-

-Ay ya déjame en paz -

Y le cayó otro manazo que también lo hizo lagrimear.

-Ya deja de pegarme-

-Pos ya cuida el tonito-

-Pos si no me quieres creer, no me creas-

-¿Cómo me estás hablando?-

-No te estoy hablando mal- nada le gustaba.

-"Pos si no me quieres creer, no me creas."- lo repitió para que se escuchara.

-Pos es que ya te dije no hice nada. -Igual no es forma, y menos ponerte a gritonearme y contestarme enfrente de todos como allá en casa de Rutila-

-Pos ya te dije que no eres nadie para estarme jaloneando y pegando-

-A ver, te me quitas esa frase del hocico pero ya, que mientras estés aquí en mi casa no sólo soy alguien, sino que soy la persona que te da permiso hasta de respirar-

Leo rodó los ojos.

-Pos yo no quería estar aquí-

-Ya te expliqué que hay de dos sopas; aquí o tu casa, y se acabó-

-Pos es obvio que a mi casa no me iré, y ya pues no sé qué decirte, ya hice las cosas-

-Está bueno... Ven pa'ca entonces- claro que le iba a soltar una buena por desobediente y hocicón.

4 comentarios:

  1. Ayyyy, pobre Leo!!!! Yo realmente pensé que Chema iba a hacer algo, pero qué triste que no....
    Me encantó el capítulo. Lo esperé un montón y me pareció re cortito. Es que me encanta y quisiera leer todo el día jejeje.... Muy buena la historia !

    Muchas gracias por actualizar a pesar de sus obligaciones :-):-):-):-)

    ResponderBorrar
  2. Yo creí que también el Chema iba a arreglar las cosas , porque si el papá del Víctor lo castigas yo soy leo y no le hablo a Chema en la vida , creo que leo lo está pasando realmente mal de ver que su papá se deshizo de el que no lo escucha y no le da afecto cariñoso

    Me gustó mucho el Capi pero siempre lo dejas con la intriga porfi no tarden en actualizar💋 terry

    ResponderBorrar
  3. El Chema no lo ha hecho bien pero Leo tampoco... Los 2 están en pleno proceso de adaptación. Y creo que los 2 están desbordados un poco. Me parece un buen ejercicio ese que "propuso el Chema" para que Leo entienda que en toda casa hay reglas y que estas se respetan o es castigo seguro. Ahora espero que este experimento le sirva a los 2. A Leo a valorar al Chema y al Chema a valorar y a demostrar afecto a Leo, porque se ve que lo quiere, solo que no sabe demostrárselo.

    ResponderBorrar
  4. Yo creo que a Leo le van a dar y bien duro, pero sinceramente se lo merece por su mala actitud, haber si así aprende que a dónde vaya hay reglas que cumplir, si no pues que se ponga a trabajar y viva solo, pero claro eso terminaría con la historia tan emocionante que nos brindan ustedes, yo espero también que se contente con su padre, pero que sufra un poquito, que les den unas buenas nalgadas por alzado jajaj en espera del próximo.

    ResponderBorrar