viernes, 11 de enero de 2019

Roy y Dinah, capítulo 6


-Pero tienes que comer algo porque si no te vas a poner de mal humor y te va a doler la cabeza. Además, ya sabías que íbamos a venir- le contestó, haciendo lo mejor que pudo para limpiarle el rostro- Anda, Roy, vamos que ni tú ni yo hemos comido nada-

-No quiero, me pegaste-

-Porque estabas tirado en el suelo haciendo un enorme berrinche sin sentido. Roy, tienes que comer. Quizás por eso tengas tan mal humor, no has comido-

Roy frunció el ceño. Ahora que Oliver se había puesto el cinturón de nuevo se sentía un poco más seguro.                                                                                                                        

-No, estoy de mal humor porque estoy aquí, en un lugar que no me gusta lleno de personas que no me gustan- 

-Roy basta de malas maneras porque todavía me puedo quitar el cinturón. Anda, ya deja de comportarte como un niño malcriado, cenamos y nos vamos a la casa a que te des un baño y te duermas- respondió Oliver, él si moría de hambre y de preocupación porque Roy no había comido bien ni el desayuno y se la había pasado haciendo berrinche toooodo el día.

Roy no dejó de mirarlo feo pero la amenaza lo calló. Por lo menos Thea había abofeteado a Oliver y eso le quitaba un poco el coraje.

-¿Vas a comportarte ya o no?-

-A lo mejor- masculló.

-Vamos, Roy, no me contestes así- le dio un beso en la frente- No siempre se puede tener lo que uno quiere-

-¿Y si me voy a ver la tele en lo que tú cenas con ellos?-

Oliver suspiró pesadamente, pero que terco era ese niño.

-¿Que te parece si mejor cenas con nosotros y cuando ya no haya nada en tu plato te vas a ver la tele?-

Roy rodó os ojos. Oliver era más necio que un burro.

-Como quieras-

-¡Roy! - le llamó la atención- ¿Que te estoy diciendo de las malas maneras?-

-No dije nada malo, sólo dije que como quisieras- se defendió, sin voltear a verlo.

-Ah, ¿sí? ¿Cómo yo quiera? Pues en primer lugar, quiero que cenes y seas educado, y luego tu y yo tendremos una conversación muuuy seria sobre el berrinche que hiciste hace cinco minutos- declaró Oliver.

-¿No acabas de decir que después de comer podía ver la tele?-

-Pero eso era lo que tu querías, pero ahora vamos a hacer lo que quiera yo- 

-Eso no es justo- se quejó, cruzándose de brazos- Entonces no entro-

-No, Roy, sí entras porque te lo estoy diciendo de buena gana y tus contestaciones no me gustan, tú dijiste que como YO quisiera, pues así será-

-Ya mejor déjame irme a ver la tele o como dijo Thea de irnos ella y yo a comer a su cuarto- insistió.

-No- dijo firme Oliver- Te sentarás a cenar-

-Ya que- rodó los ojos.

Oliver hizo exactamente lo mismo que él y le tomo la mano, llevándolo al comedor.

-Al fin, pensé que terminaríamos y ni rastro de ustedes- dijo Moira apática.

-¿Te gusta la pasta, Roy?- le preguntó Dinah, intentado no incomodar a nadie y en especial a su “futura suegra”.

-La normal sí- contestó serio, aun de pie a lado de Oliver, quien ya se había sentado junto a Dinah- La que hace la mamá de Ollie no, parecen gusanos-

Moira bufó y Oliver tuvo que ocultar una risita.

-Vamos Roy, no seas grosero, ¿dónde quieres sentarte?- le preguntó Oliver.

-Contigo- respondió, viéndolo fijamente como si le fuera a decir que no.

Oliver lo tomó en brazos y lo sentó en sus piernas, la verdad Roy necesitaba calmarse, y a Oliver le encantaba mimar a su hijo, así que eso los hacía felices a los dos.

-Sólo eso faltaba, no podrás comer con él ahí- le restregó Moira.

-Ah ya, mamá, me basta con que él coma. ¿Le pueden servir?- le dijo mirándola fijamente.

-¿Podrían servirle al niño por favor?- pidió Moira al servicio.

Roy se recargó en Oliver, pero igual no le gustó el comentario de esa mujer.                     

-Si quieres puedo sentarme contigo, abuela- ofreció fingiendo inocencia y remarcando la última palabra en un tonito que a Moira no le gustó en lo absoluto.

-No gracias, nieto- respondió ella con una mueca.

Llegó el servicio y le sirvieron la pasta a Roy.

-Come, Roy- le dijo Oliver, acomodándolo para que pudiera llegar a la mesa.

-Esta muy rica, aunque parezcan gusanos- mencionó Dinah, esperando que su futura suegra no se enfadara… lo cual por supuesto no sucedió. Moira la tenía en un pedestal como la mujer perfecta para pertenecer a su familia.

-Sip- la apoyó Thea- y siempre puedes ponerle cátsup para que sepa mejor- Walter hizo una mueca mal disimulada de asco pero no dijo nada.

-¿Le puedo echar catsup?- Roy le preguntó a su papá, levantando la vista para verlo.

-Eh..-  a Oliver también le parecía un poco asqueroso, pero si se la iba comer, le podía echar todo lo que quisiera- Claro, pero te la comes toda-

La chica de servicio que había estado escuchando, enseguida le llevó la catsup a Roy.

-Gracias- la tomó él, sonriéndole antes de comenzar a inundar la pobre pasta en catsup y empezar a comérsela. La verdad es que si sabía mal, ni lo notó por toda el hambre que sentía.

Cuando termino su pasta, le retiraron el plato y le llevaron filete de pescado con papas. A Oliver ya se le hacía agua a la boca, pero Roy estaba comiendo taaan bien que no lo iba a interrumpir.
Roy volteó a ver a Dinah a mitad de su comida.                                                                      

-Dice Oliver que va a tener hijos contigo- soltó con algo de comida masticada en la boca- Pero que me va a seguir queriendo más a mí- aclaró, pero sin malicia. Después regresó muy tranquilo a su comida.  

-Jajaja- rió apenada- ¿Eso dijo, Roy? ¿Qué más te ha dicho?-

-Roy, no hables con la comida en la boca- le pidió Oliver, no servía regañarlo por las imprudencias que decía porque Roy no lo hacía con el afán de agredir a nadie… o eso esperaba él.

Roy trató de recordar, pero la verdad no estaba del todo concentrado. Le importaba más su filete.                                                                                                           

-Que eras amable conmigo y se iba a casar porque no podía quedarse soltero para siempre-

Thea no pudo evitarlo y se rió en voz alta.

-Jaja ay tu padre- suspiró Dinah con aire divertido.

-Come ya, Roy, ¿No querías irte pronto a la casa?- le dijo Oliver.

-¿Qué? ¿Tan pronto? Si ni siquiera has estado dos horas con nosotros, Oliver- reprochó su madre.

-Lo sé, mamá, pero Roy está cansado y tiene escuela mañana. Enserio no ha sido nuestro mejor día, ya vendremos después-

Moira solo bufo.

-Mañana es sábado- le corrigió Roy inconscientemente.                                              

-Sí, Ollie, además yo quiero saber qué más le platicas a Roy- repuso Thea sonriente. Quizás la cena no fuera tan aburrida como pensaba.

-Aún así te dormirás temprano, porque mañana investigaremos los deberes que no hiciste- le dijo Oliver- Está bien, termina de cenar para que vayas con Thea-

Roy rodó los ojos... Como si fuera a hacer en su casa lo que no hizo en la escuela.... Siguió comiendo como si nada. La comida sabía rica, lo más probable era que Moira no la hubiese hecho.

-Dinah, ¿sí me vas a regalar el perrito?- la sorprendió de pronto.

-Si/No- contestaron al mismo tiempo Dinah y Oliver.

-No, Roy no hay perro y no se habla más-

Roy dejó los cubiertos y volteó a verlo muy triste. Por algo le había hecho la pregunta a ella.

-¿Por qué? Pensé que ya no te los comías-

-Ni me los comía ni me los comeré, pero no hay perro- le dijo firme- Cena, anda-

Dinah quería objetar contra Oliver, pero no quería que Roy pensara que ella podía quitarle la autoridad cada vez que quería.

-¿Pero por qué no?- volvió a preguntar.

-Hablamos en la casa, termina de cenar, por favor-

-Pero si no me lo quedo, puede quedárselo Thea y llevarlo a la casa cuando nos visite, ¿no?-                                                                                                                                                                                                                            
A Thea se le iluminaron los ojos.                                                                                                                                 

-¡Sí! ¡Sería hermoso tener uno!-

-¡Claro que no, Thea!-protestó Moira- Yo no quiero perros aquí y no lo tendremos, punto-

-¡ASH! ¡Son iguales Oliver y tú!- se exasperó la joven.                                                                                     

-¿Ves, Dinah? Te dije que lo amargado viene de familia- exclamó Roy igual de indignado- Thea es la única que se salvó-

Dinah rió un poco.

-Ay, Roy, pues veremos qué hacer para que podamos quedarnos con el perro, ¿vale?- le sonrió la mujer.

-Sí, y si Ollie no los deja ayúdenme a mí a quedármelo- intervino Thea- No vendría mal algún residente divertido y de buen corazón en esta casa- comentó en voz alta para que todos la oyeran

-Dije que no- reafirmó Moira.

Oliver iba a decir lo mismo, pero se arrepintió y sólo dijo:

-Termina de cenar, Roy-

-Pero esque yo quiero al perrito-

-Come-

Roy volteó a ver su comida.

-Ya no tengo hambre-

-No te estoy preguntando, termina de cenar-

Roy volteó a ver a Dinah. No perdía nada con intentar...                                                                                                       

-Dinah, ya no tengo hambre-

Dinah abrió un poco los ojos, ¿qué le decía?

-Vamos, Oliver, ya comió suficiente- no quería meterse, pero contentar a Oliver sería más sencillo.

-No, va a terminar de comer-

-Pero esque ya me hizo daño, como que estaba echada a perder o algo así- mintió Roy, antes de voltear a ver a Moira- Parece que después de todo sí la preparaste tú-

Oliver rodó los ojos y suspiro con cansancio.

-Bueno no comas ya, pero aun así no hay perro, estamos, ¿verdad?-

-¿Y si como sí hay perro?-

-No, porque te dije que hablábamos en la casa, y no me haces caso

-¿Y si hablamos en la casa sí hay perro?-

-No- contestó Oliver.

-¿Entonces no me vas a dejar tenerlo?- preguntó, ahora con los ojos algo vidriosos.

-No, Roy, no es como si te merecieras un premio después de tu mal comportamiento de hoy-

Roy no contestó porque lamentablemente no tenía argumentos contra eso, no a sus cortos 7 añitos de edad, y sólo comenzó a llorar en silencio.

-No, Roy, no llores- se sintió mal Oliver, pero en verdad no quería y no podía tener un perro.

Pero Roy no le hizo caso y siguió llorando. Siempre le habían gustado mucho los animales, incluso cuando tenía cuatro años y aún vivía en la reserva muchas veces se quedaba viendo a los caballos de los adultos y cuidarlos no parecía tan difícil, ¿qué lata podría dar un perro entonces?

Oliver se levantó con su hijo en brazos.

-Es hora de irnos a la casa- anunció.   

Roy se limpió algunas lágrimas con la manga, pero no volteó a ver a Oliver.                       

-Igual gracias, Dinah-

Dinah sintió muchas ganas de abrazar a Roy, pero con todo y que estaba enojado con Oliver, no parecía querer que alguien más le agarrara.

-No te preocupes cariño- le dijo ella pasando su mano por la mejilla del niño.

-Vamos, Roy, ya no te limpies con esa sudadera, ya ni blanca parece- le dijo Oliver-¿Vienes a la casa con nosotros, Dinah?-

-Sí, claro- respondió ella- Muchas gracias por todo, Moira, estuvo delicioso-

-No es cierto- logró intervenir Roy

-Gracias a ustedes por venir- dijo Moira bastante hostil por el comentario de Roy.

-Da las gracias y despídete, por favor- le pidió Ollie. 

-Adios Thea y Walter- se despidió entre leves sollozos.

Oliver igual se despidió, salieron y cuando estaban en el coche Oliver estaba igual de triste que Roy porque no le gustaba verlo llorar, y menos por tonterías.

-Vamos, Roy, ya no llores-

-¿Por qué no te gustan los perros?-

-Por muchas razones, mi vida, pero olvida eso, el problema es toda la responsabilidad que conlleva tenerlo y tú no podrías con ella ahorita- y era cierto, tener un perro era un graaan responsabilidad y Roy no la podría cumplir, y no porque no quisiera, sino porque tenía siete años.

-Pero tú me puedes ayudar- se sorbió los mocos.

-Sí, bebé, pero entiende que es una responsabilidad muy grande y yo ya tengo bastantes responsabilidades enormes que me importan muchísimo-

-No soy un bebé... Además, si me adoptaste a mí, no entiendo porqué no podemos adoptar a un perro también-

-Hijo, eso muy distinto, y a lo que me refería  es a que tú eres mi mayor responsabilidad y preocupación, y no es tan sencillo, pero bueno, Roy, lo voy a pensar seriamente, ya no llores-

Roy se volvió a limpiar con su manga-

-¿Enserio?-

-No te limpies con la ropa, Roy- le regañó- Sí, lo pensaré muy bien, pero no te prometo nada-

Roy se calmó un poco. Bueno, no le habían dicho que sí, pero un "lo pensaré" era mejor que un no absoluto.

Cuando llegaron a la casa, Oliver divisó el auto de Dinah y sonrió al mirarla, sí que la quería. Justo al entrar los tres, lo primero que hizo fue quitarle la sudadera gris con mocos y lágrimas a Roy.

-Yo creo que ya te vas a bañar-

-Pero me bañé en la mañana-

-Pero nada más vete como estás. Vamos a bañarte, te pones la pijama, vemos una película con Dinah y a la cama, ¿estamos?-

-¿Si me baño me vas a dejar..-  iba a decir "tener el perro" pero al final no le pareció tan buena idea...

-¿Qué, Roy?-

-Nada, pero me vas a llevar mañana contigo, ¿no?-

-Después de los deberes- le alzó y le besó la mejilla- Anda ve a bañarte-

Roy no le contestó porque en verdad quería el perrito, así que consideró que lo mejor era hacer un par de méritos... Se fue a bañar y hasta se cambió de ropa. Oliver no tendría ni de que quejarse...

-Que guapo- le dijo Dinah.

-¿Qué película quieres ver?-

-Una con perros- respondió sólo para ver qué cara hacía Oliver.

-Bueno, pondremos otra vez la de 101 dalmatas, ¿Vale?-

Oliver no hizo ninguna cara. Por fin durante todo el día parecía haber un momento de paz.

-¿Quieres que te prepare un vaso de leche?- le preguntó a Roy, sacudiéndole un poco el cabello.

Roy negó con la cabeza. Nunca le había gustado mucho la leche, sólo la tomaba porque Oliver se lo ponía de condición para que le enseñara cosas divertidas como pelear y saltar alto. Tomó el brazo de Oliver con sus dos manos como para apoyarse, la verdad es que tenía mucho sueño... por eso no le gustaba bañarse en la noche, le hacía sentirse más cansado.

Oliver recordó lo ofendido que estaba Roy porque lo había sacado de su regazo por la tarde, así que lo tomó por la cintura y lo acomodó en su regazo. El sueño en la cara de Roy era más que evidente, quizás cuando se durmiera podría tener un poco de tiempo con Dinah.

-Papá- habló Roy de pronto, como 5 minutos después de que pusieran la película.

-¿Que pasó, Roy?-

-Si Dinah es tu novia ¿por qué antier estabas en la fiesta de tu amigo Bruce abrazando a esas 3 pirujas baratas?-

2 comentarios:

  1. Jajajaja ese niño ,no se corta que bueno leer de ellos

    Terry

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  2. Awww, mi historia favorita! I was literally thinking this morning that you hadn't updated it! So cute! Ese Roy ��������

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