Después de rato, cuando Leonardo se hubo
calmado un poco, el Chema se sintió lo suficientemente confiado como para abrir
la boca.
-Tranquilo, mijito. Mira, vamos a intentar pasarla bien aunque sea el resto del día. Ándale, nos bajamos a los juegos un rato, ¿Sí? Te prometo que nos vamos a divertir un montón-
-...¿Enserio?-
-Ah que sí, te lo prometo, vas a ver-
******** ******** ********
-¡SORPRESA!-
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-¡SORPRESA!-
Pero la sorpresa se la llevó Rutila cuando, en lugar de encontrarse con un niño sorprendido y feliz después de una tarde de diversión, se topó con uno incrédulo, confundido y además adolorido con el brazo enyesado. inmediatamente volteó con el Chema para hacerle señas "sutiles" de "¿Qué pedo, wey?" Y el hombre no pudo más que hacer una mueca y encogerse de hombros como si no hubiera mayor explicación sobre lo que había pasado que el niño frente a ellos. La mujer hizo un esfuerzo por pretender que no le estaba dando un ataque de nervios por dentro y de inmediato recuperó la sonrisa.
Leonardo, por su parte, ni cuenta se dio,
y esque ahí en su casa, aparte de un montón de adultos, estaban varios de sus
mejores amigos, ahora cantando las mañanitas de la forma dispareja y desafinada
que a los niños se les da tan bien.
-Mijo- el Chema se agachó un poco con
todo y Humbertito cuando los escuincles se callaron- Mira, ya sé que a lo mejor
no ha sido el día más divertido de todos, pero… Fue culpa de nosotros, más mía,
y pos te organizamos algo rápido, más que nada Rutila, porque enserio que eres
bien importante para nosotros. Enserio esperamos que te la pases bien este rato
que nos queda, te queremos mucho y no queremos que se te olvide-
Leonardo lo miró ahora con una sonrisota
y le besó rápido la mejilla, dándole un abrazo fuerte pero cortito antes de
agarrarse corriendo a abrazar a Rutila y después con los demás huercos.
-Con cuidado eh, mijito- si el chamaco
estaba bien, pero tampoco quería que se fuera a tropezar o algo encima del
brazo roto- ¿Qué pasó, compas? Mira nomás, si es el mismísimo Güerito Gallardo-
se acercó el Chema una vez que el Leonardo se fue a jugar con los otros
huercos- ¿Quiubo, compa? ¿A qué se deben el milagro y las fachas?-
-Pos vengo de un trabajo, mi Chema, por aquí andábamos mis viejas, el chamaco y yo- el Güero era conocido por hacer casi todas sus chambas de sicario él mismo- Eso sí, de haber sabido que iba a haber parranda, me habría traído otras fachas-
-Sí, Chema, ¿Y usted por qué no nos dijo antes que su hijo cumplía años hoy?- si Rutila
hubiera llamado una hora después, los pescaba en el avión rumbo a Colombia.
-Pos porque yo ni sabía-
-A ver, ¿Cómo está eso de que no sabías?-
-Pos no, no me dijo... Ni yo le pregunté-
-Estás pero bien pendejo, Chema, me cae- Aurelio no pudo contenerse, pocas veces tenía el gusto de decirle eso al tipo.
-Bueno, ¿Yo cómo fregados iba a saber que hoy era su cumpleaños?-
-¿No lo investigaste cuando llegó?- le preguntó el Güero- Yo eso hice luego luego con el Sebas-
-Pos no, Güero, no le investigué esas cosas-
-Ya ni chingas, Chema- el Chacorta negó
con la cabeza.
-¡¿Qué pedo, Chema?!- Rutila se acercó
furiosa acompañada de sus amigas.
-¿Pero qué pasó, mi ángel? ¿Llegamos muy
temprano o qué?-
-No te hagas, ¿qué le pasó al Leonardo?
Ay no, ¿y qué tiene el Humbertito en la cabeza-
-¿Cómo? ¿No estaban así desde antes?-
-Claro que no, Mónica, yo a este wey le
entregué a los niños sanos y salvos-
-No exageres, morra, si siguen sanos y
salvos... A todos los chamacos se les rompe un hueso alguna vez. Y pos el
Humbertito nomás se pegó, tiene un moretón y ya-
-Eres un desmadre, Chema- cargó al bebé
para revisarlo.
-No, bueno, pero muy aparte de la
tremenda embarrada de tu maridito- comentó Matilde, tomando - Leito se veía de
lo más contento, ¿cierto?-
-Sí, la verdad que muchas gracias por
venir, sino no sé qué hubiéramos hecho. La verdad es que llevamos ya tiempo
siendo amigos y Leo quiere mucho a sus hijos-
-Que va, si es un gusto estar aquí-
replicó Catalina- Es más, vamos separando fecha para el próximo año-
-Para Febrero, más bien, que cumple años
Sebas y le queremos hacer una fiesta-
-Nadia, eso no lo hemos decidido- tuvo
que hablar el Güero.
-No, si yo ya lo decidí y hace rato que
le comenté a las chavas, todas aceptaron la invitación-
-Exacto, Güerito, en un par de meses ahí
nos tienes. Eso sí, yo no hablo ni tantitito inglés- Matilde se tomó todo su
shot.
-Sí, Güero, nimodo que a Anya usted le
haga un cumpleaños que parece carnaval y a Sebas nada. También vayan apartando
lugar en su agenda para el verano que no nos podemos quedar atrás, así que a Gabriel
lo vamos a festejar en la finca-
-Va, va, y al Victor y al Carlitos…-
-Bueno, bueno, ya- el Chacorta interrumpió
la Matilde, pos si dos hijos eran más caros que uno- Ahí luego nos ponemos de
acuerdo, eh-
-Ándale, sí, mejor- el Güero no terminaba
de convencerse.
-No, Güero, nosotros ya quedamos-
-Chema, ayúdame a sacar el pastel de la
camioneta- Rutila intervino antes de que el Güero pudiera replicar de nuevo.
-Sí, mija, ¿está muy pesado o qué?-
-Pos compré el más grande que hallé-
-¿Qué tanto?-
-Está más grande que el niño-
-Ahuevo, esa es mi vieja-
-Vieja la más grande de tu casa. Órale, vamos por el pastel-
Hermoso el capítulo, chicas !!! Pero qué sadismo el suyo.... Faltaba que se quiebre el bracito como frutilla del postre!!! Pobre Leito !!
ResponderBorrarUn poco más tiempo y se encuentra con los niños con la cabeza abierta 🤦ojalá la rutila lo deje dormir en el sofá
ResponderBorrarTerry