-¡LEONARDO!-
El muchacho gruñó por lo bajo y le puso pausa al videojuego que estaba jugando con Humbertito apenas lo escuchó. De seguro la Rutila ya había ido de chismosa.
-¡¿Qué?!-
-¡¿Cuál qué?! ¡Ven para acá!-
Leonardo puso los ojos en blanco y echó a andar escaleras arriba.
-¿Qué?- repitió cuando llegó a la puerta de la recámara de rutila.
-¿Cómo que qué? Si pendejo no eres, me cae- el Chema se acercó para tenerlo enfrente.
-¿Gracias?- rodó los ojos, lo peor es que eso era de lo más amable que el tipo le había dicho sobrio.
-Gracias- el Chema lo imitó- ¡Si no es cumplido, huerco baboso! A ver, ¿Quién te dijo a ti que estaba bien andarse pasando de lanza?-
-Pues yo tampoco tengo la culpa de que te pongas hasta atrás- sólo eso faltaba, que se anduviera metiendo en pedos por ser inteligente.
Eso le ganó un zape.
-Yo no me pongo hasta atrás, y en todo caso eso no es pedo tuyo-
El muchacho frunció el ceño.
-No, pues ya vi que el que se agarra de pedo eres tú-
Antes de que él o Rutila pudieran haberlo previsto, el Chema ya le había agarrado el brazo y soltado varias palmadas bastante pesadas.
-Ya cállate, Leonardo, ese no es tu problema, tú a lo tuyo-
-¡Au! ¡Yo ni hice nada!- se jaló de mala gana.
-¿No? Porque según yo, tú no tienes porqué andar de pediche , y mucho menos cuando sabes que no es el momento-
"Cuando no es el momento"... Sí, como no, cuando estaba pedote, más bien.
-Bueno, ya no te vuelvo a pedir nada, ya que-
-No es eso, no chingues, pero no estás menso y ya sabes que tampoco se vale que andes de gandalla-
-Ya como sea-
-A ver, ¿Qué tantas cosas me sacaste?-
Leonardo se quedó mudo Eso sí no se lo había esperado.
-Órale, te hice una pregunta, chamaco-
-Casi nada, pero no te apures que tampoco te vas a quedar pobre-
-No, si no es por la lana, pero mínimo quiero saber en qué la voy a estar gastando-
-¿Para?-
-Pos eso digo yo, ¿Para qué no contestas? Digo porque si no supieras que está mal, ya me hubieras dicho-
-No he hecho nada, compré unos juegos y ya-
El Chema exhaló exasperado y lo soltó.
-Pos eso espero, escuincle, y más te vale que a la otra quieras algo me lo vengas a pedir de frente en un momento normal como todo mundo-
Leonardo no dijo nada, pero claro que no, si tampoco estaba pendejo. El Chema a todo le ponía peros y más cuando era algo que le pedía él.
-Ya me voy con el Humbertito- puso los ojos en blanco.
-Sí, mejor-
-Que bárbaro, que tacto- soltó Rutila cuando el huerco ya se había ido.
-Pos antes di que no le volteé la cara por cínico. Chamaco aprovechado...-
Sin embargo, lo que el Chema no sabía es que no sólo le había soltado dinero y comprado cosas, sino que también le había firmado mil justificantes y hojas en blanco que Leonardo ya estaba más que acostumbrado a usar.
-¿Por qué no saldrá el hueco este?- se quejó el Chema en la camioneta el lunes siguiente. El Carlitos se había sentido mal esa mañana y Rutila y el Chema habían quedado en pasar por el Victor y llevarlo a la escuela para que el Chacorta se quedara a cuidar al otro niño.
-Ya, mira, ya salió. Niños, recórranse para acá- les pidió Rutila al Humbertito y a Leonardo cuando el Victor se acercó. De pronto, el chamaco se regresó como si se le hubiera olvidado algo y justo entonces el Chacorta salió rápido a darle la bendición antes de despedirse para ya mandarlo a la escuela.
-Órale, escuincle, ni que fuéramos tan temprano tampoco- le reclamó el Chema cuando se subió.
-Esque se me olvidó la bendición- se apuró para ponerse el cinturón de seguridad- Y sin la bendición de mi papá ni a la esquina-
-No se les olvida la cabeza porque la tienen pegada- renegó, era lo peor tener que llevarlos a las mugres 6 de la mañana.
Al llegar, los dos más grandes se bajaron mientras la Rutila y el Chema iban a bajar al Humbertito a preescolar.
-¿Entonces sí nos vamos a volar las clases hoy o qué?- a Leo le aburría muchísimo la clase de física, y ese día tenían tres.
-Nel vato, tú porque tienes justificante y todo, pero a mí me matan- si de por sí el Chacorta ya estaba medio estresado con el Carlitos enfermo...- ¿Quieres que me metan una chinga o qué?-
Rutila y el Chema los habían bajado en la puerta, pero no necesariamente los habían visto entrar.
-Ni va a pasar nada. Por una vez que faltemos no van a hablar a tu casa-
-Pero...-
-Culo si no- lo retó su primo.
El Victor maldijo por lo bajo, ya con eso se podía ir haciendo a la idea de que no entraría a clases ese día. Tampoco iba a rajar.
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viernes, 9 de noviembre de 2018
Tomar la Medida, capítulo 4
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🙈 qué le pasa a Leo, que no sale de una para meterse en una peor!!!
ResponderBorrarYo creo que aunque tenga justificante va a salir salpicado jajaja
ResponderBorrarHe leído las actualizaciones, pero no he tenido tiempo de comentar, me ha encantado como siempre se lucen, amo los diálogos y ese acento tan marcado del norte, le da vida a los personajes, creo que Leonardo se pasa y mucho buscando ventaja cuando su padre está pedo y al chacortita lo tienen bien controlado, saben que vi un episodio en youtube de Victor Casillas Jr vs El Chema y se me hizo bien gracioso como lo encara todo valiente y bravo digno hijo de su padre parece que el Venegas mató a su papá, no sé porque no he visto la serie solo busque el episodio para ver de que tal, me da mucha risa que lo manda a callar el hocico y tu pinshe chacortita haber si me vas respetando, somos parientes morí con esa frase de José María Venegas y lo sigue mirando con ganas de pelear jajaja.
ResponderBorrarDefinitivamente me encanta y quiero más. El Chema va a aprender a tener un adolescente por hijo .Si no se lo llevó el que lo trajo
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