-A ver, ahora sí vamos a hablar,
escuincle...-
El Victor tragó saliva al escuchar eso,
pero asintió con la cabeza sin despegarse del Chacorta.
-No sé en qué fregados pensabas, pero pos
digo, yo supongo que es obvio que si te pago la escuela y te mando diario, no
es para que me salgas con que de grande quieres ser dealer, ahora resulta-
-Esque no, nomás queríamos dinero...-
-¿Y por qué no me lo pediste, eh? Ah, ya
sé, porque tú tenías que estar en la escuela y no haciendo tarugadas en la
calle-
-Ya sé, perdón...-
El Chacorta se las arregló para medio
despegarse al chamaco de la camisa y lo volteó a ver de nuevo muy serio.
-Esque siempre es lo mismo contigo, haces
tus pendejadas y luego nomás dices "perdón" y ya-
-Esque...-
-Esque nada, Victor, ya estoy hasta la
madre- trató de no levantar la voz, tampoco quería más teatro- Hoy tenía que
cuidar a tu hermano y lo tuve que dejar encargado para arreglar tus babosadas-
-No pensé que...-
-¡No, pos nunca piensas! A mí de nada me
sirve ni un "perdón" ni un "no pensé", mejor ya bájale a
tus chingaderas y deja de dar lata, eso sí me sirve-
Victor no sabía ni qué contestar, para
ese punto ya estaba hecho un mar de lágrimas. Ya sabía que la había cagado,
pero enserio que escuchar a su papá echárselo en cara era lo peor de todo.
-Está bueno...-
-Bájate los pantalones-
El muchacho, aún arrepentido y con todo y
la cola entre las patas, negó instintivamente con la cabeza.
-¿Cómo de que no? Si no te estoy
preguntando- gruñó el hombre, tomándole fuerte el brazo con una mano y
bajándole la ropa de un jalón con la otra- El que la hace la paga, ya sabes-
-¡No!- ya era bastante malo el saber que
la estaba cagando en grande como para que además también le pegaran.
-Ahora resulta que los patos le tiran a
las escopetas- masculló el Chacorta levantando la mano para empezar a soltar
punzantes palmadas en el trasero del chamaco, si tampoco le iba a andar
pidiendo permiso.
-¡Aaauuuu! ¡No! ¡Ya!- sin querer había
comenzado a jalonearse y forcejear.
-¿Cuál ya?- empezó a bajar la mano más
rápido y fuerte- Estáte quieto-
-¡No me pegues!- sí le estaba doliendo
mucho esa vez.
-¿Que no te pegue? Pos ya no hagas
pendejadas, huerco fregado- pasó sin mucha consideración a los muslos del
huerco.
-¡Ya! ¡Ya, bueno!- para ese momento el
chamaco ya tenía la cara empapada de lágrimas y mocos, la mano del Chacorta era
bien pesada y al Victor le constaba.
-¡Pos eso espero!- nunca le había dicho
expresamente "No puede ser dealer," pero el Víctor tenía clarísimo
que en todos esos asuntos el Chacorta no lo quería metido.
-¡Au! ¡Ya, sí, está bien!-
De todos modos el hombre soltó una serie
de nalgadas mucho más fuerte donde se juntaban los muslos y el trasero del
chamaco.
-¡AAAUUUU!-
-Y síguele con chingaderas para que veas
que me quito el cinto- le soltó el brazo.
-Aaauuuu...- lloriqueó Victor, medio
haciendo por limpiarse la cara con la manga- Perdón, papito-
-Voy a recoger a tu hermano, espero que
cuando llegue estés en tu cuarto haciendo la tarea que vas a pedir, y de paso
limpiándolo para variar-
-... Sí- se quedó con el puchero
temblando. El Chacorta nunca era así de secote cuando lo acababa de regañar.
-Ya está entonces- se salió de ahí para
ir por el Carlitos, neta estaba bastante cagado con las tonteras del Victor
como para quedarse a platicar justo en ese momento.
*
El Chema, por su parte, tampoco estaba pasándosela de lo mejor. Por un lado estaba contento de que el Leonardo ya no estuviera en su plan insoportable y que hasta llevase ya rato abrazándolo, porque con ese huerco eso no era algo de diario, pero ay qué aburrimiento tenía... Apenas había visto a Leonardo ahí pegadote con él, el Humbertito se había arrimado ahí también, y mientras que no tenía ningún problema con tener ahí con él a sus hijos, esos huercos empalagosos llevaban ya horas sin soltarlo ni dejarlo trabajar ni ver la tele... ¿Pos a qué horas podía uno mandar a dormir a los escuincles?
El Chema, por su parte, tampoco estaba pasándosela de lo mejor. Por un lado estaba contento de que el Leonardo ya no estuviera en su plan insoportable y que hasta llevase ya rato abrazándolo, porque con ese huerco eso no era algo de diario, pero ay qué aburrimiento tenía... Apenas había visto a Leonardo ahí pegadote con él, el Humbertito se había arrimado ahí también, y mientras que no tenía ningún problema con tener ahí con él a sus hijos, esos huercos empalagosos llevaban ya horas sin soltarlo ni dejarlo trabajar ni ver la tele... ¿Pos a qué horas podía uno mandar a dormir a los escuincles?
-Mijito, ¿No quieres ver si hay otra
cosa?- se atrevió a sugerir, al fin dejando de lado el miedo a perturbar la
paz.
Leonardo sólo negó con la cabeza y el
Chema gruñó por dentro. después de una larga y estúpida discusión por el
control remoto, Humbertito y Leonardo habían acordado compartirlo, pero al
parecer era un trato entre ellos dos que a él no lo incluía para nada y tampoco
era negociable.
El hombre, ya bastante resignado, se las
arregló para taparlos mejor con la cobija gruesa que había puesto antes de
llevarlos a su cuarto.
-Está bueno- ya que. Bueno, al menos el
Toro les había subido a la pizza y los dos chiquillos se la habían tragado
toda, era cuestión de tiempo para que alguno tuviera que ir al baño, ¿no?
*
-Ya ahorita vamos a que te acuestes, mijito- el Chacorta entró a la casa y comenzó a subir las escaleras cargando al Carlitos, quién se sentía todavía un poco mal pero al menos ya se había tomado algo y se estaba quedando dormido.
*
-Ya ahorita vamos a que te acuestes, mijito- el Chacorta entró a la casa y comenzó a subir las escaleras cargando al Carlitos, quién se sentía todavía un poco mal pero al menos ya se había tomado algo y se estaba quedando dormido.
El chiquillo sólo se acomodó mejor en el
hombro de su papá y vaya que se quedó dormido mucho antes de llegar a su
cuarto. Una vez ahí, el Chacorta le quitó los tenis y lo acostó, menos mal ya
traía el pijama puesto desde antes de irse con la Mónica, antes de taparlo bien
porque el clima ya estaba enfriando. Le besó la mejilla y se quedó ahí acostado
con él un buen rato hasta que escuchó un estruendo como de vidrio rompiéndose
en la recámara de a lado, que era la del Victor. Rodó los ojos medio cansado y
se levantó para ir a ver.
-¿Ahora qué fregados...?- se detuvo en
seco al abrir la puerta y encontrarse a nada más y nada menos que a la Matilde
aparentemente pisteando en el cuarto de su hijo más grande.
-¿Que más, Victor?- lo saludó su ex no
tan peda como pudiera haber esperado- ¿Cuando llegaste que ni te oímos?-
Ohhhhhhh, continúaaaaaaaa!!!!!! Se me cayó un padrazo, Chacorta se portó mal con el Chacortita :-(:-( Debió consolarlo o al menos decirle que ya estaba perdonado ..... Jummm!!!
ResponderBorrarQuiero seguir leyendo,por faaa ! jejeje
Gran capítulo
Me parece que Víctor la sacó muy pero muy barata, ver como estaba de bravo el Chacorta y apenas unas nalgadas?... Bueno, tengo que reconocer que también fue un poco pasado con lo que le dijo a Víctor... Continúala please!!
ResponderBorrarCOMO ME GUSTARIA SER VICTOR PARA RECIBIR UNAS DOLOROSA NALGADAS
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