-¿Se puede saber qué fregados haces tú aquí?-
No había que
equivocarse, el Chacorta y la Matilde no habían terminado de enemigos ni nada,
pero vaya que sí la había mandado a volar bien lejos cuando se había dado
cuenta del tipo de madre incompetente que era. Además, ella sabía que no le
gustaba que estuviera con los niños sin supervisión de nadie.
-Eh, pero qué recibimiento. Pasa que vengo a ver a los
pelados y me encuentro con que el Carlitos está enfermo en casa de Aurelio y el
Victor de lo más apachurrado ahí solito en la sala, y obvio no lo iba a dejar
así, así que nos subimos el cuarto a platicar agusto- quizás la Matilde no
había querido para nada al niño ahí en la casa cuando supo de él, pero no había
podido evitar encariñarse poco después de conocerlo. El Victor era buen niño y
bien relajado, así que habían congeniado muy bien.
-¿Sí? Pos el Victor no tiene tiempo de platicar- ignoró la
mirada llorosa que le dirigió el chamaco- Tiene mucha tarea que hacer para
mañana-
-¿Mañana? A ver, Victor, ¿qué no ves que dicen que va a
estar bajo cero? No, no los mandes a la escuela, que pecado- la Matilde abrazó
al chamaco más cerca contra ella.
-Los huercos tienen que ir y se acabó, así que órale,
Victor, a hacer la tarea-
-Eh, un momentico, que no vas a mandar al niño enfermo con
el frío, Chacorta, no seas necio-
El Chacorta estuvo a punto de contradecirla por puros
huevos, pero tuvo chance de pensarlo tantito... Y extrañamente la Matilde tenía
razón...
-Bueno, bueno, ya, el Carlitos no va, pero tú córrele a
hacer la tarea-
-¿Pero si cuál es el afán? ¿No ves que estamos platicando?-
Y eso fue todo. El Chacorta había tratado de ser paciente,
pero ese huerco también se había tratado de pasar de listo. Primero se volaba
las clases, después el Zopilote lo pescaba en la calle tratando de malbaratar
merca y ahora se hacía tonto con lo de hacer la tarea que le había ordenado que
investigara…
En cuestión de nada, el hombre se sacó el cinturón y, antes
de que cualquiera de los otros dos pudiera hacer nada, ya había atrapado el
brazo del muchacho y lo había medio arrastrado hasta los pies de la cama.
Sin mediar palabra comenzó a descargar la correa bastante
fuerte a diestra y siniestra sobre el trasero del chamaco, haciéndose de oídos
sordos a los chillidos del huerco y de la Matilde.
Cuando el Victor evidentemente comenzó a forcejear y
jalonearse, Chacorta lo jaló más cerca y pasó a los muslos del chamaco,
soltando las más punzantes donde se juntaban con su parte trasera.
-Pos que el Victor está castigado, no debería de andar
platicando con nadie- respondió mientras soltaba al huerco, quién luego luego
se fue a pegársele a la mujer.
-¿Pero eso por qué?- lloriqueó el niño desde la seguridad
del brazo de la Matilde- Si ya me pegaste dos veces-
-¿Le pegaste también hace rato? No pues con razón está como
está, Victor, ¿No ves que tienes la mano muy pesada y todavía lo dejas solito?-
-Mira, Matilde, lo que yo haga con mis hijos...-
-Ah no, pero qué tal... Ahí sí me vas a perdonar, mijo, pero
Victor y yo somos amigos y tan familia como con el Carlitos. Yo no sé cómo
fuiste a pegarle y después dejarlo ahí como si nada, ¿ah? Con razón lo encontré
así todo lloroso-
-Aproveché para ir por el Carlitos para que se me bajara el
coraje que este huerco me había hecho pasar, pero resulta que llego y no hizo
nada de lo que le pedí-
-...Limpiamos el cuarto- se atrevió a intervenir el chamaco.
El Chacorta lo veía bastante igual, pero claro, si lo había
ayudado la Matilde de seguro lo habían limpiado como sus patas. El tipo le echó
un último vistazo al huerco y se maldijo por lo bajo por ser tan débil.
-Bueno, da igual, rúmbale a ver al Carlitos que Victor y yo
vamos a hablar-
Los otros dos se le quedaron viendo medio dudosos, así que
el Chacorta exhaló pesadamente, se pasó la mano por el rostro y se sentó en la
cama.
-Venga pa'ca, mijito- le abrió el brazo.
No corto ni perezoso, el Victor voló con él y se le sentó en
el regazo para enredársele luego luego. Fue cuando la Matilde se salió para ir
a ver al Carlitos y dejarlos solos.
-A ver, ¿pero por qué lloras? No pasa nada- el Chacorta
empezó a acariciarle la espalda al pobre.
-Esque...- el Victor luchaba contra las lágrimas, los mocos
y el hipo para contestar- No estés enojado...-
-A ver, primero cálmate- le besó el cabello- Todos nos
enojamos, pero mira, mientras yo esté vivo, siempre te voy a querer, así que
tranquilo que ni es pa' tanto-
Pero el Victor sólo se le pegó más.
-Yo también te voy a querer siempre- no es que hubiera
dejado de llorar, pero sí sonaba algo más tranquilo... O de perdido menos
miserable.
-Y claro que sigo enojado- lo movió un poco sin quitárselo
de encima- Si eso que hiciste no fue ningún juego, Victor, algo muy serio te
pudo haber pasado, pero pos tampoco quiero que estés todo agüitado por ahí,
mejor ponte buzo para que ya no hagas ese tipo de tarugadas, ¿estamos?-
El chamaco asintió con la cabeza, todavía medio triste pero
evidentemente mucho más tranquilo.
El Chacorta se lo volvió a acomodar y lo abrazó más cerca
para besarle la sien. Si era medio necio el huerco, pero ah como lo quería, era
bien bueno ese niño. Quizás no era tan mala idea dejarlos quedarse al día
siguiente sin ir a la escuela…
¡Pobre Victor! Digo se lo merece pero pobrecillo, mira que no hacer caso a su papá que bien dice"Chacorta" ya deberría saberlos haahah
ResponderBorrarSabes que escribes como los bellos bellos Angeles, me encanta esta historia y tu manera de redactar (:
Eres la mejor para siempre, you know
Me devoré el capítulo a las dos de la mañana, con un tormentón de fondo!!! Fue genial !! Por un momento odié al Chacorta, pero se redimió al final!!!!
ResponderBorrarLe dio duro al pobre Victor, pero bueno tampoco fue una travesurita chiquita la que hizo me encanta está historia y me inspiraste para escribir de un personaje mexicano en mis relatos aunque claro lo hice con acento chilango creo que así es el de la capital no sé, porque este del norte no conozco todas las palabras y expresiones. Un abrazo.
ResponderBorrarPobre Victor! jeje, Pero me gusta el lado tierno de Chacorta. :) Great chapter!
ResponderBorrarPobre Víctor, se lo pelaron duro, pero por lo menos el Chacorta lo consuela, me encanta la serie esta aunque no la he podido ver por tanta ocupación con la Universidad. Sigan adelante chicas. Lo hacen bien.
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