jueves, 1 de noviembre de 2018

Servicios Sociales, capítulo 4


Cuando terminaron las despedidas e iban para el carro, Roy se subió a la parte de atrás, no quería ni tener cerca a Oliver, quien se subió también y se fijó en el reloj.
Apenas iba a dar la 1 de la tarde, aún era temprano. Empezó a conducir rumbo a su casa con toda la tranquilidad del mundo.
Roy estaba en su celular, así que el camino se le hizo rápido y cuando llegaron se quiso ir enseguida a su habitación.

-Detente ahí que te quiero aclarar algo-

Roy rodó los ojos y volteó a mirarlo.

-Hazte cualquier tipo de tatuaje o perforación y no sólo te vas a llevar las palizas y dejarás de juntarte con Thea, sino que además no sólo no iremos de vacaciones solos, iremos con mi madre y Walter las dos semanas-

-Dijiste que ya no había discusión y me sigues molestando con lo mismo, yo ya no te dije nada- le contestó Roy enojado- Aparte, si me vas a estar amenazando cada vez que puedes con lo de las vacaciones, ya no quiero ir a ningún lado-

-Si no quieres no vamos y ya, pero lo que yo te estoy diciendo es porque me importa muchísimo que te quede bien claro-

-Pues ya me da igual- respondió Roy- ¿Ya me puedo ir?

-Sí, ya vete- le contestó molesto por la actitud de Roy.

-Gracias, señor- dijo Roy enojado y se fue a su cuarto.

Oliver rodó los ojos y fue por su laptop para abrir unos documentos que tenía que leer. Había pensado en pasar la mañana con Roy, pero así como su hijo estaba, no creía que fuera a querer ni verlo.
Roy había pensado por un momento ir sin discutir a la oficina, pero ahora sí que no iba a ir. Se tiró en su cama, y sacó de su cajón una bolsa gigante de dulces y se puso a ver la televisión, se la había llevado Thea cuando habían visto películas, pero habían quedado muchos.
Oliver ya no supo de Roy hasta mucho más tarde, hasta se salió un rato a comprar la despensa y al regresar Roy seguía encerrado en su cuarto. Claro, cuando ya casi eran las 4, Oliver entró a la recámara aunque el joven se molestase. Caminó muy tranquilo y apagó la televisión como si no hubiera nadie ahí.

-Ya vámonos, Roy- ya se había tranquilizado mucho. Seguía en la misma posición acerca del tatuaje, pero al menos ya no estaba tan molesto con Thea y Roy.

-No voy a ir- le contestó tranquilamente y volvió a encender el televisor con el control.

-Claro que vamos a ir, ya habíamos quedado en eso-

-No me importa, no voy a ir-

Oliver apagó de nuevo el televisor antes de ir hasta Roy y quitarle el control remoto.

-Vamos a ir así tenga que llevarte a nalgadas. Levántate y vámonos ya-

-No, no voy a ir y no puedes pegarme- le respondió Roy

-¿No?-

-No- Roy se sentó en la cama.

Oliver comenzó a quitarse el cinturón.

-No, Oliver- le dijo medio asustado Roy.

-Levántate de ahí y vámonos-

-No. No quiero y no me puedes pegar nada más porque no quiero ir-

-Sí, sí puedo porque no me estás haciendo caso. Además, acuérdate que soy el peor papá de todo el mundo- se siguió quitando el cinturón.

-Ya, Oliver- le dijo al ver que se seguía quitando el cinturón- No es justo. Me vas a pegar sólo porque no quiero ir a tu estúpida oficina, ni siquiera es mi obligación-

Oliver terminó de quitarse el citurón y volteó a verlo.

-Tu obligación es hacer caso y no ponerte a hacer rabietas tontas como si tuvieras seis años-

Roy rodó los ojos.

-No hice ninguna rabieta, pero igual no voy a ir-

Y sin decir más, Oliver lo alcanzó a tomar del brazo, lo levantó y comenzó a descargar el cinturón sin mucha fuerza pero sí con constancia.

-Ya me estoy cansando de tanta tontería, Roy. Vamos a ir y es todo-

-NOOO, no me pegues- chilló Roy enojado- No quiero ir...-

Oliver siguió soltando cintarazos, ya sabía que no quería, pero en eso habían quedado. Roy empezó a llorar después de varios cintarazos más, odiaba que Oliver le pegara.

-¡Ya déjame!-

-¿Vas a ir tú solo o te llevo así hasta el carro?-

-Yo sólo- contestó Roy entre sollozos bastante ofendido.

Oliver le medio limpió las lágrimas con una mano.

-Entonces te espero, anda-

-Déjame en paz- le quitó la mano- Me voy a poner mis tenis-

Oliver rodó los ojos.

-Como quieras, pero apúrate que no puedo llegar tarde-

-Lo que digas- se empezó a poner los zapatos.

Oliver ya no le contestó, más bien esperó algo impaciente a que Roy terminara de ponerse los zapatos y se levantara. Roy terminó y se pasó de largo como sí no supiera que Oliver lo estaba esperando, varias lágrimas le seguían recorriendo el rostro, estaba muy enojado con él.

El camino a Industrias Queen estuvo bastante silencioso, y al llegar la madre de Oliver estaba esperándolo en la entrada de la sala de juntas. El hombre se detuvo, volteó para tener a Roy de frente y se agachó un poco.

-Bien, Roy, puedes quedarte en mi oficina si quieres, pero pórtate bien. Yo haré lo posible por no alargar mucho la reunión, ¿de acuerdo?- le dio un beso en la frente aunque Roy se enojara. No es tampoco que él hubiera planeado que el día se echase a perder así, es decir, él se lo había tomado para estar tranquilo con Roy.

Roy se limpió la frente y se fue a la oficina de Oliver, seguía muy enojado con él por todo por lo del tatuaje y porque le había pegado. Se puso en la computadora de la oficina de Oliver y empezó a investigar lugares dónde hacerse un tatuaje sin necesitar el permiso de Oliver.

Oliver puso los ojos en blanco y entró a la junta, ignorando la mirada de su madre de "¡¿Lo trajiste?! ¡¿En qué estabas pensando?!"

Roy siguió así hasta las seis de la tarde, ¿No que no era muy tardado? Decidió que ya estaba harto y entonces, sin mover nada de lo que había estado buscando, se fue a "Investigar".
Oliver salió como media hora después. Se había apresurado para al menos poder pasar un rato con Roy esa tarde, pero al regresar a su oficina se la encontró vacía.

-Ay, este niño- renegó mientras se acercaba a apagar la computadora... ¡No se esperaba que eso terminase de colmarle la paciencia! Gracias a Dios Roy no había cerrado nada ¡Ni de chiste Oliver lo dejaba hacerse un tatuaje y mucho menos en algún lugar donde no pidieran permiso! ¡Esos eran los más peligrosos!
Salió furioso de ahí dispuesto a encontrar al chico y darle una buena lección para que entendiera que si no tenía permiso de algo ¡no lo hacía y ya!

Roy ya iba de regreso a la oficina porque recordó que no había cerrado nada, y aparte, si su papa no lo encontraba ahí, iba a empezar con sus tonterías.
Sin embargo, antes de que pudiera llegar, se encontró a Oliver en el camino. Éste no le dijo nada, sólo lo tomó del antebrazo y echó a andar muy molesto hacia la salida.

-¿Qué te pasa?- se jaló Roy.

-Cállate, no estoy de humor para escenas-

-Cállate tu- se volvió a jalar- Yo no hice nada-

-¡Y más te vale que no lo hagas! Ya entré a cerrar la oficina y apagar la computadora, Roy-

-¿Y qué?- se jalo- No hice nada ya déjame.

Oliver se detuvo bastante serio antes de subir al auto y lo volteó a ver.

-No quiero ninguna tontería como hacerte un tatuaje en donde no pidan permiso, es de lo más estúpido que puedes hacer-

Roy rodó los ojos.

-Dejame ya- se cruzó de brazos.

-Subete ya- se hartó de que Roy lo ignorara, ¡Él le estaba hablando muy enserio!

Roy rodó los ojos y, como en la tarde, se subió a la parte de atrás, no quería que Oliver le estuviera gritando. Oliver se fue directo a su casa y no le dijo nada a Roy, lo dejó muy tranquilo, tanto que hasta era en parte sospechoso.

Cuando llegaron, Roy se fue a su cuarto enseguida. No sabía qué le pasaba ese día a Oliver, pero ya lo tenía harto.
No mucho después, su padre entró como si nada con el cinturón en la mano y atrapó el brazo de Roy.

-¿Ahora por qué me vas a pegar? No he hecho nada- preguntó asustado.

-Si tú juras que no te importa lo que yo diga y que vas a hacer lo que quieras aunque no tengas mi permiso, bien puedo pasar a lo que te prometí entonces- contestó de lo más natural, acercándose a Roy.

-Nooo, no he hecho nada, papá...- se jaló bastante asustado- No me pegues, yaaa...- claro que a Roy le asustaba ver a Oliver tan enojado, el suponía que a cualquiera.

-No, pero pues me dices que igual lo vas a hacer, entonces no veo porqué atrasar las cosas-

-Ya Oliver, no lo voy a hacer, no me pegues...- Roy iba a empezar a llorar otra vez, maldito Oliver, era como la 254676464 que lo hacía llorar en ese día.

-¿No? Porque yo vi abiertas varias páginas de sitios de tatuajes donde no piden autorización de los padres-

-Pero no lo voy a hacer- Roy comenzó a llorar, por lo menos así quizás Oliver no le pegaba.

-¿Y cómo puedo yo estar tan seguro? Es decir, te veías bastante decidido- extrañamente, esa vez a Oliver no le remordieron las lágrimas.

-¡Que no me lo voy a hacer!- empezó a llorar más fuerte- No me pegues-

-Eso espero, Roy, porque yo no quiero hacerte nada, pero esque parece que a ti te vale cuando te digo las cosas- se sentó con él en la cama. Roy sólo empezó a llorar más y se tiró boca abajo muy enojado. Eso no había sido nada justo.
Oliver le puso la mano en la espalda y comenzó a acariciarle en círculos. Enserio que odiaba que nunca se tomaba días libres en el trabajo, y cuando lo hacía para estar con Roy, ellos terminaban enojados.
Roy siguió llorando, pero ignoró por completo a Oliver, primero venía y lo amenazaba y ahora quería consolarlo ¿No? Pues no.

-Si quieres hacerte el tatuaje adelante, sólo que ya estás enterando de que va bastante enserio lo que yo te digo también-

-Ya te dije que no me lo voy a hacer- le repitió enojado y se tapó la cabeza con la almohada.

-¿Por qué estás tan molesto conmigo, eh?- le siguió acariciando la espalda- Créeme que traté que este día estuviera bien, ya sé que no fue lo esperado, pero pudo haber sido peor-

Roy sollozó más fuerte, pero qué descarado era Oliver.

-Me ibas a pegar sin razón, me jaloneaste hasta el carro y hace rato me pegaste y me empezaste a gritar enfrente de Thea- Roy estaba muy indignado- Ya déjame. Mejor sí  quiero ir siempre a la escuela, aquí solamente me regañas y me pegas. Mejor si te hubieras ido a trabajar-

-Roy, no digas eso- se sintió mal nuevamente.

-A lo mejor no debí regañarte con Thea, pero esque enserio no quiero que te hagas un tatuaje, es bastante arriesgado-

-Ya no quiero hablar de eso- respondió Roy, y era cierto, todavía no se lo había hecho y ya le había causado mil problemas.

-Me parece bien- le acarició también el cabello. Por él mejor si se olvidaban del mentado tatuaje.

-Bueno, ya veté entonces- le respondió

-Oye, no seas grosero-

Roy lo ignoró, sólo quería que Oliver se fuera.

Oliver igual y podría ofrecer llevarlo a algún lugar o comprarle algo para que Roy ya no estuviera de malas, pero no es como si fuera a premiarlo cuando recién lo habían suspendido de la escuela. Roy sabía que Oliver estaba molesto, lo conocía, pero eso sólo lo hacía enojar más y sentirse frustrado. Como vio que Oliver no iba a irse, se levantó y empezó a salir de ahí.

El hombre puso los ojos en blanco. Enserio que no sabía ni qué hacer con Roy, cuando estaba con él lo molestaba y cuando no también. Aparte, aún estaba lo de las vacaciones que ni aún lo habían hablado bien.

Roy se fue a tirar a la sala, ya tenía hambre, en la oficina no habían comido nada. Se asomó porque parecía que Oliver ya había hecho las compras, pero no tenía ganas de prepararse algo y si agarraba unas galletas nada más o algo así, Oliver le iba a decir que no estuviera comiendo eso y que comiera algo decente.

Oliver al cabo de un rato también bajó a comer. Tenía que salir en un par de horas para investigar un caso que había encontrado Felicity y quería apresurarse.

El muchacho olió la comida y le llamó la atención. Por un segundo pensó en estar en paz con Oliver para que le diera de comer, pero luego se lo pensó mejor y se quedó ahí. Oliver sabía que quizás Roy estaba considerando acercarse, siempre iba cuando estaba haciendo la cena y empezaba a hablarle de lo que fuera.

-¿Vas a venir?-

-No- fue la cortante respuesta de Roy, pero sí camino a la cocina para sacar de la alacena unas pop tarts y ponerlas en el tostador.

-¿Qué quieres cenar?-

-Nada- en cuanto las galletas saltaron del tostador, Roy sacó un plato de la alacena y puso sus galletas.

-No puedes comer sólo eso, ¿quieres que haga Chili?-

-No, no quiero- respondió enseguida y empezó a salir de la cocina.

-Pero que difícil...- masculló entre dientes.

-Pero que difícil…- lo imitó Roy entre dientes.

Como veinte minutos después, Oliver ya había hecho algo de pasta con carne para cenar... Bueno, y algo de chili también.

-Roy, ven a cenar-

-Que no quiero- le contestó, dándole la última mordida a las pop tarts.

-Que vengas a cenar-

-¡Que noooo!-

-Agh ¿Sabes qué? Si no quieres, no comas, tampoco tengo que estarte rogando, pero la comida se va a enfriar y yo tengo que salir-

-No me importa- le respondió Roy. Era extraño, se sentía enojado porque Oliver se iba a salir y lo iba a dejar ahí- Yo también me voy a salir-

-No, tú te quedas aquí, ya te dije que no estás de vacaciones. Y sigue diciendo que no vas a hacer caso, para desde ahorita tomar medidas- le advirtió.

-Pues pégame y me salgo aun así- odiaba que Oliver se aprovechara y lo estuviera amenace y amenace.

Su padre mejor ya ni caso le hizo y empezó a cenar. Enserio que qué fastidio, no iba a poder estar bien concentrado porque iba a estar pensando en si Roy lo había obedecido o no.

Roy estaba enojado con Oliver, pero sí quería cenar, así que veinte minutos después fue a la cocina, se sirvió y se fue al sofá.

Por su parte, el hombre ya ni le reclamó, sino que siguió cenando. Al terminar se levantó, lavó sus platos y recogió la cocina para irse a descansar un rato antes de irse.

Roy se sentía más enojado que cualquier otro día. Antes era cierto que peleaba con Oliver, pero no vivían enojados 24/7 y eso le daba mucha rabia. Se sentía culpable de todo porque siempre se estaba metiendo en problemas y demás, seguro por eso a Oliver ya no le gustaba pasar tanto tiempo en casa, porque cuando él era pequeño recordaba haber pasado mucho tiempo con Oliver.Hasta parecía que le agradaba a Oliver y ahora no, para llamar su atención tenía que meterse en problemas y eso era complicado porque no quería vivir peleado con su papá toda la vida.

Oliver se forzó a sí mismo a dormir aunque le fue muy difícil, no entendía qué pasaba con Roy porque cuando era pequeño siempre quería estar con él y le gustaba que Oliver lo abrazara, pero ahora se ponía furioso cada vez que le decía algo y siempre parecía que todo lo que hacía le parecía mal al muchacho. Por ejemplo, ese día primero le había dicho que siempre lo dejaba solo y después que mejor se hubiera ido a trabajar.

A Roy de pronto se le fue el hambre y se quería poner a llorar de nuevo, dejó la comida a un lado y se le salieron varias lágrimas, pero luego se quedó dormido en el sofá.

Mientras tanto, Oliver no se durmió mucho tiempo. Al cabo de una hora ya se había despertado y ya estaba listo para irse cuando bajo las escaleras y se encontró con Roy tirado en el sofá. Se acercó para decirle que ya sé iba y que más le valía seguir ahí cuando regresara, pero resulta que el joven revoltoso ya sé había dormido. El hombre se sentó en la mesa de centro para verlo bien, no podía creer que su muchacho estuviera creciendo tanto, ¿pues qué no seguía siendo un pequeñito hace poco?

Roy se medio despertó con la presencia de Oliver, y se le quedó viendo.

-¿Ya te vas?- preguntó medio dormido- No quiero que te vayas- al decir eso, Roy se tapó la cara porque le había dado vergüenza decirle.

Oliver se dio cuenta y le acarició el cabello.

-No voy a tardar mucho-

-Eso dices siempre…- se quejó.

-Roy, yo... Tengo que ir- era la verdad, no es como si lo fuera a hacer alguien más.

 Roy lo volvió a ver, puso un puchero y mejor suspiró.

-Está bien-

-Voy a volver pronto- señaló, aunque sabía que igual y no le servía de nada; Roy lo quería entonces, no cuatro horas después.

Roy se enojó consigo mismo porque si no hubiera estado con su berrinche, hubiera pasado un rato con Oliver antes de que se fuera.

-Bueno...- respondió Roy con los ojos cristalizados.

Si algo podía con Oliver era ver a Roy tan triste.

-Podemos ver una película cuando llegue- “Si no es muy tarde,” agregó mentalmente.

Roy se talló los ojos para no volver a llorar y se encogió de hombros, quizás ya estaría dormido cuando Oliver llegara.

Por un momento, Oliver se debatió entre dejarlo ahí o llevarlo a su cuarto, es decir, de seguro Roy estaría más cómodo en su cama que ahí (porque casi seguro que volvía a dormirse), ¿pero qué tal si se enojaba también por eso?

Roy suspiró.

-¿Enserio tienes que irte?- preguntó.

-No estoy seguro de si vaya a pasar algo esta noche o no... ¿Por qué no duermes un rato más y yo te despierto si llego temprano?- contestó con todo el pesar del mundo.

-Pero no vas a llegar temprano…- le aseguró Roy con un nudo en la garganta- Y mañana me llevarás a la oficina... Otra vez-

-Veremos qué pasa mañana- enserio esperaba no tener reuniones al día siguiente... Quizás, sólo quizás, pudiera tomarse otro día libre. No le aseguró nada respecto a lo de llegar temprano porque de seguro Roy tenía algo de razón, aunque a lo mejor no, quien sabe.

-Voy a ver que se supone que hagamos hoy y si no hay nada importante o es sólo patrullar, me regreso- no mencionó que Roy también era importante, y mucho más que cualquier otra cosa.

-Si quieres ve a hacer tus cosas, no importa- le dijo Roy, no quería ser culpable de que su papá no saliera- De todas maneras, ya me voy a dormir-

Oliver sabía que se suponía que eso Roy lo había dicho para que no se sintiera mal, pero sólo hizo que se sintiera peor. Sin pensarlo mucho, se las arregló para fácilmente echarse a Roy sobre el hombro como si no pesara casi nada y echó a andar escaleras arriba.

-¿Y ahora qué haces?- le dijo extrañado, pero no a la defensiva como siempre.

-Si ya te vas a dormir, al menos que no sea en el sillón, ¿verdad?-

Roy se destensó y se dejó llevar sin discutir. Oliver entró a la habitación de su hijo y lo dejó en el colchón, ya después lo cubrió bien con las cobijas. Enserio que no quería irse de ahí.

-Gracias- le dijo acurrucándose en la cama.

Oliver no le contestó porque sentía como si le estuvieran apretando la garganta. ¿Era así como ser un asco de padre se sentía? Seguramente sí...
Se agachó un poco y le dio un beso en la mejilla antes de salir.

-Papá...- le dijo Roy antes de que se saliera.

-¿Qué pasó?- regresó y se sentó en la cama. La verdad él tampoco quería irse, cada segundo que Roy y él no estuvieran peleando era invaluable

-No eres el peor padre del mundo, al contrario-

Oliver le sonrió y se agachó y lo abrazó muy fuerte. Sabía que quizás no estaba ni cerca de ser el mejor papá o uno lo suficientemente bueno, pero al menos su hijo opinaba que sí.

-Y tú eres el mejor hijo de todos, no sabes la suerte que tengo-

Roy lo abrazó más fuerte.

-Te quiero mucho-

-Yo te quiero más- hacía tanto que Roy no le decía eso, que bien podría haber llorado de felicidad.

-Claro que no- le respondió. Enserio no quería que su padre se fuera.

-Claro que sí-

-Noooooo-

-Siiiiiiiiiiii- repuso, apretándolo aún más.

-Claro que NOOO-

-Claro que SIIIII- le besó el cabello y lo soltó un poco antes de sacar nuevamente su celular, con una expresión no tanto resignada sino más bien resuelta.

-¿Ahora qué? -le preguntó medio ofendido, pero sin dejar de abrazarlo.

-Le estoy enviando un mensaje a Dinah para ver si puede ir ella esta noche-

Roy sonrió y le besó la mejilla a su papá. Oliver también le sonrió y ya dejó el celular en uno de los muebles.

-¿Todavía te quieres dormir?-

Roy le sonrió y negó con la cabeza.

-Hay que pedir pizza- después de todo, él no había cenado.

-¿Cómo? Hoy en la mañana dijiste que ya no querías comida rápida-

-Pero ya paso mucho tiempo- le sonrió.

-Está bien entonces- acercó a Roy una vez más antes de llamar para ordenar la pizza.

Roy le correspondió el abrazo.

-Graciaaas-

Oliver colgó.

-De nada. Aunque debiste haber cenado, de seguro justo ahora estás muriéndote de hambre-

-No, comí pop tarts- le respondió

Oliver rodó los ojos.

-Como si no hubieras comido- él ni siquiera compraría ese mugrero si a Roy no le gustara.

Roy también rodó los ojos.

-Claro que sí- respondió, a él le gustaban muchísimo, prácticamente de eso vivía cuando Oliver salía de viaje y les decía a Moira, Thea o Dinah que había comido.

-Si tú lo dices- contestó nada convencido en realidad.

-Son lo mejor, papá- replico Roy- ¿Qué crees que me hace sobrevivir cuando no estás?-

-Bueno saberlo, ahora dejaré más comida ya hecha- en verdad que no le agradaba para nada que Roy estuviera comiendo ese tipo de cosas.

Lo que no sabía es que aunque dejara toda la comida, Roy querría pop tarts.

-Está bien- le sonrió.

-¿Y qué quieres hacer en lo que llega la pizza?-

-Acuéstate aquí conmigo- le respondió Roy.

Oliver sonrió y se acostó junto a él. No entendía para nada al muchacho que tan sólo algunas horas antes le había casi exigido que se saliera de su cuarto, pero bueno... Lo abrazó de nuevo aprovechando que se estaba dejando, porque con Roy nunca se sabía.

Roy también lo abrazó.

-¿Y entonces ya no iremos de vacaciones?- preguntó medio triste.

Oliver se quedó callado un momento, ya ni siquiera se acordaba de lo de las vacaciones.

-No lo sé, tú y yo habíamos quedado que iríamos una semana a donde quisieras-

-Pero en la tarde dijiste que como no me importaba lo que me decías, ibas a adelantarme el castigo o algo así- la verdad es que no había entendido bien por lo asustado que estaba.

-Eso porque dijiste que de todos modos te ibas a hacer un tatuaje aunque yo no te diera permiso-

Roy rodó los ojos.

-¿Pero entonces no me llevarás de vacaciones?-

-¿Te harás el tatuaje?-

-Supongo que no- respondió Roy.

-Entonces no veo por qué no habríamos de ir-

-Pero aparte yo sólo quiero ir contigo, no quiero ir con Thea-

-Bueno... podemos ir una semana con ella y después sólo nosotros, o al revés-

Roy suspiró.

-Pues como tú quieras, es que no me gusta ir con tu mamá...-

-Ni a mí- tuvo que estar de acuerdo- Igual y encontramos alguna forma de zafarnos- no quiso ni mencionar la idea de Thea de estar los cinco juntos todas las vacaciones.

-Pero es que Thea se pondrá triste- le mencionó Roy.

-Pues sí- era verdad, ni como negarlo- Pero me importa más que te pongas triste tú-

Roy le sonrió a su padre y lo abrazó.

-Gracias-

Oliver lo sostuvo cerca. Sí que iba a ser difícil decirle que no a Thea pero su responsabilidad era Roy, quería estar con su hijo, no peleando y regañándolo porque no soportara a Moira.

-De nada, Roy, tú eres lo más importante para mí-

-¿Enserio?- le preguntó Roy.

-Claro que sí- duh, ¿sino quién?

Roy lo abrazó.

-¿Puedo tener un perro?-

-No-

-¿Por qué? Anda, en vez del tatuaje un perro, me haría compañía cuando no estés-

Maldición, ahí estaba la culpa de nuevo.

3 comentarios:

  1. Mi niño grande, por qué no ves que (a su torpe manera) Oliver quiere lo mejor para ti....

    Muy buen capítulo !!

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  2. Me encanta!! Hmmm... this is your best story yet, I think! (Well, that I've read...haha. ) Very well balanced.

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