lunes, 3 de diciembre de 2018

Capítulo 5 The punishment (Easton)

Mi padre estaba furioso, lo cual no me sorprendía, pero empecemos con mi martirio, no le bastaba con haberme pegado enfrente de la bastardita
, quitarme las llaves de mi auto y dejar que ELLA se lo llevará a casa, pero no conforme con eso el me venía gritando en el auto, que si era irresponsable, que si no tenía un poco de sentido común, que estaba descontrolado, pero vamos que solo me había liado con una niña y se me habían pasado las copas, aunque eso no lo sabía, él pensaba que me había ido con unos amigos a Burbank a seguir tomando, y es que sabía que aunque la idea de que me fuera de ebrio lo ponía furioso no quería ni imaginarme que me diría si sabía que había estado con una chica con la que ni siquiera recordaba su nombre, ¿Por qué eso es peor que ir con tus amigos a beber, no?
-¿Te puedes calmar?-Gruñí harto de los gritos de Ian.-No es para tanto, solo fue un error,  no pasó nada.- Con eso me gané una palmada en el muslo.
-¡AUUUUU! Papá.-Me froté con fuerza.
-Ese es el problema de Reed y tuyo, para ustedes nada es para tanto, y no se en que pensaba yo a darles una libertad que es obvio que no se merecen, y no porque sean malos niños, pero están muy jóvenes y no saben bien lo que hacen, después de lo de su madre pensé que era bueno no presionarlos, pero esto es el colmo, estabas borracho en un lugar sin auto, sin dinero, y con tus geniales ideas de esconderte de nosotros, para empezar ¡Ni siquiera tienes edad para beber, Easton! Y sino es obvio aunque no hayas conducido precisamente borracho tampoco te subes al auto de un chico que también esta ahogado de borracho, ¿Qué no piensas o qué?-Apretó el volante con fuerza.-Es que nada más de pensar que algo te podía a ver pasado me vuelvo loco.
-Pero no pasó nada…- Esperaba que no me fuera a dar otro manotazo.
-Es que no es que pase o no, es que no tienes que hacerlo y punto. ¿Si entiendes? Porque a veces siento que estoy hablando con la pared, Easton.
-¡Si entiendo!
-¿Seguro? –Me miro en un semáforo.
-Entonces entiendes porque te quite el auto y que te mereces un castigo, ¿Cierto?
-¿Un castigo? ¡Quitarme el auto es un castigo, papá! Y no lo merezco, todos nos podemos equivocar, pero tú me condenas por una equivocación.
-No voy a volver a lo mismo.-Suspiro mi padre impaciente.
Mi padre ya no dijo nada, lo cual no sabía si era una buena señal, o no. Estaba muy consciente de que lo que había hecho estaba mal, pero tampoco me merecía una paliza en su estudio, no es como si Henry y Reed nunca lo hubieran hecho…maldita sea.
Cuando llegamos a la casa, bajamos del auto, aunque sabía que no iba funcionar intente seguirme a mi habitación, tenía muchísimo sueño.
-A mi estudio, Easton.
-Papá no es justo, me pegaste enfrente de la zo… de Josephine.-Replique.-Y me dejaras sin auto.
-Y sin salir, pero igual te voy a dar algo para que realmente lo lamentes, Easton porque de verdad parece que no hay otra manera de llegar a ti.
-¿De qué hablas?-Fruncí el ceño- Claro que voy a reflexionar de lo que hice.
-A mi estudio, Easton, porque si te llevo yo te va gusta aún menos que si vas tu solo.-Me advirtió.
Puse los ojos en blanco y camine hacia la oficina de su padre, vaya mierda, todo me había salido horrible ese día y no estaba mejorando, siempre me salía con la mía era Easton Archer, solo con mi nombre bastaba para que todo el mundo hiciera lo que yo quisiera, aunque había veces que Ian Archer podía más que yo.
Me senté de mal humor en la silla de mi padre y comencé a dar vueltas en ella, me ponía los pelos de punta tener que esperarlo ahí como niño de siete años al que su padre le va a dar una paliza por comerse unas galletas antes de la comida, mamá no hacia tanta ceremonia… me quedé pensando y a partir de que tuve al menos diez años mi madre jamás me había dado una paliza, a lo mejor un manazo o algún jalón de orejas porque mi mamá era una mujer de armas tomar, en ese momento recordé en alguna ocasión con mi madre donde yo estaba armando un completo berrinche (Casi por cumplir quince años) porque no quería ir con mis tías a un club de campo, le conteste muy mal a mi madre algo como que se fuera a la mierda, estaba muy enojado, con ella y con mi padre porque me querían obligar todo el tiempo a hacer cosas que no quería a estar en lugares donde no me apetecía y a siempre portarme educado…
Recuerdo que estaba en el pie de la puerta de su habitación, ella estaba arreglándose el arete en su espejo de su tocador me veía por el reflejo del espejo.
-Easton, cariño.-Que me dijera así me ponía aún más furioso, ella jamás perdía la calma-Vete a cambiar que es tarde.
-Ya te dije que no voy a ir.-Declaré cruzándome de brazos.
-Y yo te dije que sí.-Se dio vuelta y camino hacia mí, paso su mano por mi mejilla.- Deja de estar de caprichoso, Easton, obedece.
-Vete a la mierda.-Creó que no había dicho eso pero no me acordaba. Le quite la mano de un golpe, y lo siguiente que sentía fue un ardor recorriéndome el cachete.
-Ya basta, Easton.-Me dijo enojada.-Deja de portarte como un malcriado mal educado, y haz lo que te estoy diciendo, vamos a ir con tus tías y ya. Tienes que entender que la tierra no gira alrededor tuyo, y no todos vamos a hacer lo que tú digas y mandes, pon bien los pies en la tierra hijo, porque si no el único que terminara sufriendo eres tú, así que deja de portarte como un egoísta, arréglate y valora que tienes una familia que te adora, no todos tenemos la fortuna que tú y tus hermanos.
-Bien.-Tragué saliva, mi mamá jamás me decía cosas así, pero entendía porque las decía ella jamás había tenido una familia, sus padres se habían divorciado cuando era demasiado joven y su madre no la quería, con el dinero que su abuelo paterno le había dejado consiguió donde vivir, como estudiar, y gracias a todo su talento se había vuelto una gran Economista que trabajaba en la bolsa de valores de Nueva york.
Ese día estuve pensando en eso, hasta que logré disculparme con ella, había sido un idiota, y mi madre no se lo merecía, ella siempre era tan dulce, buena y… comprensiva. Cuando le había pedido perdón, me sonrío y me besó justo la mejilla que me había abofeteado que obviamente no tenía nada ya y dijo:
-Eres una de las cosas más importantes para mía, East, claro que te perdono, pero tienes que recordar siempre lo que te dije.
El ruido de la puerta del estudio me sacó de mi ensoñación, vi  a mi padre frente a mí, tomó asiento en la silla de enfrente.
-Ya sabes cómo va esto, ¿no?- Pregunto –Bájate los pantalones y ven acá.
-Papá, esto es demasiado embarazoso…-Me quejé.
-Easton ven acá.-Ordeno.
Con mucha resignación me levanté de la silla y camine hacia él sin mucho entusiasmo, me iba a inclinar en su regazo pero él me detuvo y comenzó a bajarme los pantalones, y me colocó en su regazo, esto era mu humillante, me sentía como un niño pequeño, pero tampoco pude pensarlo demasiado porque mi padre empezó a impactar una regla de madera que tenía sobre su escrito sobre mi pobre trasera, eso ardía como el infierno, pero aun así mi papá la estrellaba como si nada, una y otra vez… siempre que me pegaba intentaba contar para distraerme pero nunca lo lograba, comencé a revolverme en el regazo de mi padre.
-¡AUUU! Papá ya… -Intente zafarme pero solo conseguí que mi padre alzara su pierna para tener aún más expuesto mi trasero, me empezaron a brotar lágrimas cuando mi padre me bajo la ropa interior.- ¡NOOO! Papá ya, por favor… ¡Ay, ay, ay!-Grite cuando me dio tres fuertes golpes donde terminaba mi trasero y comenzaban mis muslos.
-A ver si así sientes un poco a ver hecho semejante tontería.-Fue lo que dijo mi padre.
-Enserio que… ¡Ay! ¡Ay! ¡Papá… ay! Enserio que… ¡Ayyy! Papá por favor.-Seguro que era mentira pero nada me había dolido tanto como esto.-AUUU por fa, papá, ya Ayyy.
-¿Enserio que?-Preguntó pero no se detuvo.
-Deja de pegarme…-No podía hablar si no me dejaba de dar reglazos a diestra y siniestra.
-Te escuchó, hijo.-Se detuvo pero cuando me intente levantar de donde me tenía no me dejo.-Así te escucho bien-
-Enserio si lo siento mucho, papá.-Solté con lágrimas cayéndome de las mejillas.-Mucho.- La verdad es que no era cierto pero vamos que no soy un idiota.-Ya no me pegues por favor.
Ian no dijo nada y soltó una nueva tanda de reglazos en la parte de en medio de mi trasero que hizo que viera estrellitas del dolor, pero al final se detuvo y aflojo su agarre:
-Eso espero, Easton, porque te advierto que si te tengo que buscar como esta mañana esto te va a parecer un chiste.-Me dejó levantarme.
Me levanté para ponerme la ropa enseguida, y me limpie las lágrimas del rostro rápidamente y sorbí mocos, no sabía que decir, realmente no lamentaba mi aventura de anoche sino que mi padre me hubiera descubierto.
Ian se levantó, me acerco a su pecho y me abrazo, comenzó a decirme lo preocupado que había estado y lo mucho que me quería.

-Yo también te quiero.-Le medio sonreí, mis padres siempre habían sido las personas más cursis del mundo, a mí me gustaba, siempre era bueno dejarse querer.
-Necesito hablar con ustedes.-Menciono cuando me soltó.
-¿De qué?-Pregunté con curiosidad, la última vez que habíamos hablado, había llegado Josephine.- ¿Otra bastardita?
-¡Easton!-Me regaño.- ¿Quieres otro castigo, o qué?
-Ay ya…-Rodé los ojos.
-Cuando llegué tu hermano platicamos.-Me dijo.

1 comentario:

  1. Me ENCANTA! Ya era hora de que pusieran algún tipo de alto a esos patancitos, la verdad el señor se tardó...
    Jajaja ¿pues cómo explicarlo? Amodio a Easton, osea de que es un patán, es un patán, se merecía esa cachetada y se la sigue mereciendo, pero por otro lado quiero saber qué va a pasar con él y qué onda con su hermano jajajaja creo que lo que me enganchó más fue el nombre, me encanta ;)

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