Hola, chicas. Creó que nunca mencione las
edades entonces se las dejo por aquí, también aprovecho para decirles que
muchas gracias por los bellos comentarios
, y si es que los hay también a los
lectores que no comentan pero ahí están, también acepto sugerencias, si tienen
alguna ❤️Gracias.
Henry-19
Reed-17
Easton-16
Josephine-16
London ❤️
Era la segunda vez que estaba en la estación de policía de Nueva York, y sí, me estaba muriendo de miedo como la primera vez, en esta ocasión tenía diecinueve y antes tenía diecisiete y estaba acompañado de una despampanante pelirroja con unos ojos tan hermosos, pero esta vez estaba solo, le habían hablado a mi padre enseguida el cual no tenía idea de que no estaba en Londres, me había negado a ir en verano por la chica que iba a llevar a la casa, una bastarda o eso pensábamos mis hermanos y yo.
Me pase las manos sobre el rostro nervioso, mi padre estaría furioso pero me moría por verlo entrando por la puerta enojado o no, no estaba seguro de si lo que había hecho antes era peor o esto era aún peor, respire profundamente, no pude evitar pensar en mi madre, ella había venido en mi rescate la última vez…
Hace dos años había un viaje que quería hacer con mis amigos, vendríamos a Nueva York a la casa de uno de mis amigos, yo había ofrecido nuestro pent-house pero al final decidimos ir a la casa de uno de nuestros amigos, era perfecto unos días lejos de California, y sin padres, yo ya me hacía disfrutando del clima de Nueva York hasta que mi madre me dijo durante un desayuno:
-Estás muy chico para ir solo a Nueva York.-Me dijo bebiendo un sorbo de café.
-Mamá, claro que no, todos mis amigos tienen mi edad y si los dejaron.
-Qué pena cariño.-Me acaricio la mejilla.-Podríamos ir el fin de semana todos.
-No.-Declaré yo.-No es lo mismo.
-No, es aun mejor cariño.-Me sonrío.
-Claro que no.-Me quejé de mal humor.-Solo son unos días mamá, por favor.
-Ya te dijo tu madre que no, Henry.-Intervino mi padre.
-¡No es justo! Nunca puedo hacer nada-Me levanté enojado de la mesa.
-Hijo, eres el rey del drama, si haces lo que quieres.-Me contradijo mi madre- O lo que es razonable, ya siéntate y termina de comer.
-No quiero-Respondí enojado.
-Siéntate a desayunar, Henry, no es pregunta.-Ordeno mi padre.
-Es que…-Gruñí.
-Obedece.-Agrego mi madre y sabía que la batalla estaba perdida.
Mis padres siempre fueron muy unidos tomaban decisiones juntos, y sin contradecirse, cualquier pareja los envidiaría, yo quería algo así cuando fuera grande, o si me casaba, pero en ese momento eso no jugaba a mi favor, así que intente por las dos formas la primera estar de malas con ellos todo el día y cuando habían dicho que saldríamos me había negado por completo aunque al final me obligaron a ir, y la otra fue suplicar y llorar, decirles que tenían que confiar en mí y un par de cosas más así, luego de varios días ellos aceptaron con unas cuantas condiciones que no me tenían con la mínima preocupación , lo había logrado, iría a Nueva York con mis amigos, ese viaje lo tenía marcado por tres cosas:
-Mi primer porro.
-Catherine
-La estación de policía
El primer día que me encontraba en Nueva York fuimos a la casa de mi mejor amigo Zack, ahí uno de mis amigos saco una bolsa de marihuana, nos la fumamos, bebimos, y nos la pasamos bien, el siguiente día fue básicamente igual a excepción que ese día fuimos a un bar un amigo del hermano de Zack donde lo único que nos pidió eran IDS falsas para entrar, ahí fue donde conocí a Catherine, una pelirroja de cabello rizado, tez blanca, un cuerpo espectacular, y sus ojos..Sus ojos eran verdes tan penetrantes que me tenía hechizado, me acerqué a ella sin dudar, comenzamos a beber, yo ya había tomado en casa de Zack, así que estaba como una cuba, no recuerdo cómo pero empezamos a besarnos sin control, y con lujuria, ninguna chica me había hecho sentir como ella, así que después de que la ropa comenzaba a estorbar le dije:
-Vamos a mi apartamento.-Susurre en su oído, su cabello soltaba un olor a frutas
-Vamos.-Me sonrío con malicia
La guíe al apartamento que teníamos, había tomado las llaves del despacho de mi padre, por alguna ocasión como esta, llegamos al edificio, busque el número pero la puerta estaba entre abierta, y sin fijarme o pensar en que la puerta estaba entre abierta la guíe hasta el sofá y ahí fue cuando tuve sexo con ella, pero no recordaba nada bien, solo tenía recuerdos de algunas luces de la patrulla, algunos gritos, y realmente me acuerdo cuando estaba esperando a alguno de mis padres en la estación de policía.
La cosa era esta: Yo me había equivocado de apartamento, y un par de viejitos que vivían en esos departamentos bastante asustados de ver su puerta abierta totalmente hablaron muy asustados a la policía, pero cuando estos llegaron no se encontraron ladrones sino conmigo y Catherine, que aparte de borrachos estábamos drogados, y aunque los señores no quisieron presentar cargos porque me reconocieron de algunas vacaciones que pasamos ahí mi familia y yo-Nuestro departamento era el de junto- no nos podían dejar ir por nuestro lamentable estado.
Así que estaba ahí en una celda solo, con la chica más bella del mundo, sin mentir, la cual seguro me odiaba, y jamás la culparía, a pesar de todo mi estado me hizo quedarme completamente dormido luego de un rato que había reaccionado, cuando me desperté el policía me dijo que mi acompañante ya se había ido, lo cual fue terriblemente deprimente, jamás me iba a poder disculpar con ella, ni verla de nuevo, no pude seguir lamentándome porque cinco minutos después iba entrando mi madre muy seria-Lo cual no era normal en mi madre- aunque fuera en esta situación más bien esperaba verla muy angustiada de que su hijo estuviera tras las rejas en la estación de policía pero seguro ya se había enterado de todo.
-¡Mamá!-Dije con alivio, me levanté de un salto nada más de verla a mí si me daba demasiado gusto que estuviera ahí, pero el gusto me duró un segundo porque tuve que correr al bote de basura de la estación en cuanto abrieron la celda.
Vomite todo lo que había bebido esos dos días en Nueva York, porque prácticamente no había comido nada más que papas, y porquerías, eso solo hizo que mi mamá luciera mucho, mucho más molesta, aun así pasamos a una farmacia por suero que por cierto sabía tan asquerosamente mal pero mi madre estaba tan molesta que no quise ni replicar. Fuimos al pent-house –correcto- y ahí me mando a bañarme, no me había dicho nada, NADA, creó que jamás la vi tan molestas como en ese momento, y me preguntaba porque había venido ella y no mi padre, aunque no sabía que iba a ser peor.
Salí de bañarme bastante preocupado y en lo que me vestía estaba pensando en cómo excusarme con mi madre porque no tenía ni idea de que decirle para que ya no estuviera TAN furiosa, el olor a comida me alivio un poco, fui para la sala, hice un poco de ruido para que ella me escuchara, salió de la cocina, se veía mucho más tranquila que la estación de policía pero eso no me preocupaba sino lo que tenía en las manos.
-Ma…-Comencé asustado-¿Para qué es eso?-En las manos traía una pala de madera, y vamos que si sabía para que era pero quería equivocarme.
-Yo creo que ya sabes, Henry.-Respondió tranquilamente.
-Mamá, ya sé que estas molesta…pero necesito que me escuches.-Pedí. Tenía por lo menos desde los doce años que mi madre no me daba una paliza.
-Te escucho.-Dijo ella-adelante hijo.
-Bueno… Yo estaba con unos amigos en… un bar, bueno no era un bar.-Tartamudee.-Bueno si era, pero… luego una chica llego y yo… ay no hay manera de que suene mejor ¿verdad?
-No, Henry.-Declaró ella.-Estuviste en un bar, borracho y drogado, luego fuiste con una chica que ni siquiera conoces, te metiste a propiedad privada…
-Pero fue sin querer…-La interrumpí.
-Ni siquiera tenías que intentar entrar a nuestro departamento, ¡Henry Archer! Tomaste las llaves de tu padre sin permiso, y aparte de todo tuviste sexo con una niña con la que conociste en un bar y que también estaba DROGADA Y EBRIA, ¡¿Qué pasa contigo?!
-Lo siento… en verdad, no sé en qué estaba pensando.-Fue lo único que atine a decir.
-Me queda claro, estabas borracho y DROGADO.
-No estaba drogado.-Mentí.
-¿Ah no? Porque te encontraron marihuana en el pantalón, y estabas perdido cuando te encontraron, llevas viniendo aquí desde que tenías cinco años, yo creo que en tus cinco sentidos hubieras podido llegar aquí.
-Mami…-Solté-De verdad que si lo siento, te juro que no lo haré de nuevo.
-Pues más te vale.-Se sentó en el sillón.-Ven acá.
-Mamá, por favor… no, te juro que no lo haré de nuevo pero no me pegues y menos con eso.
-No, Henry, ven acá.-Me ordenó, sabía que no tenía escapatoria.
Obedecí de mala gana, cuando estuve frente a ella me bajo los pantalones, y me jalo para colocarme en su regazo, para lo cual tuve que cooperar porque mi mamá no tenía la misma facilidad que mi padre, aunque me enredo en sus piernas como cuando era pequeño y me iban a poner una inyección y me bajo la ropa interior, yo ya estaba llorando por lo avergonzado que me sentía, y lo enojada que estaba mamá, pero claro que nada me hizo llorar más que esa cosa de madera estrellándose en el centro de mi trasero, una y otra, y otra, y otra vez.
-¡AYY! ¡Ay! ¡Ay!-Gimotee-Mamá… ¡Ay! Por favor ya… ya te dije que de verdad lo… ¡AY! ¡Mamá!
Intente zafarme, pero aunque yo hubiera pensado que era más fácil no podía, pero en verdad me estaba ardiendo, mi mamá no parecía tener intenciones de soltarme me dolía demasiado el trasero y vaya que estaba quemando, y sabía que me lo merecía pero no quería que mi madre continuara por mucho que me lo mereciera.
-¡Ya mamá! Por favor…-rogué una vez más.
Luego de un par de minutos más dejo de pegarme, gracias a dios, me levantó la ropa y yo me levanté de un salto en cuanto pude, me frote el trasero, no quería encontrarme con la cara de mi madre, estaba muy avergonzado y adolorido, me quite las lágrimas con el dorso de la mano.
-De verdad que lo lamento.-Dije con un hilo de voz.
-Siéntate.-Se hizo a un lado para dejarme sentar con ella.- ¿Qué es lo que lamentas, Henry?
-Pues… todo, lamento haberme metido al departamento de los vecinos, haber bebido tanto… fumar marihuana, que hayas tenido que venir por mi… no sé, todo.
-Henry…- Me alzo la cara de la barbilla.-Estoy muy molesta contigo, tu padre y yo te dimos la confianza de venir aquí sin nosotros porque dijiste que eras responsable y que podías venir aquí sin tenerte detrás de nosotros pero en cuanto estas solo, te pones borracho, te drogas, haces cosas ilegales como entrar a un bar cuando tienes diecisiete años, entrar a propiedad privada…
-Pero eso no lo hice a propósito…-La interrumpí
-Si no hubieras estado como estabas no lo hubieras hecho.-Me miro seria.- Y aparte te acuestas con una chica que apenas y conoces, no estoy diciendo nada de ella, pero podrías meterte en un gran problema por hacer eso, eres un chico demasiado listo, tendrías que ser más responsable, ¿Cómo crees que te vamos a dejar a ir a Londres el siguiente año? ¿Eh? No podemos estar yendo a verte diario.
-Lo sé, Ma… soy un imbécil-Aunque no me arrepentía de lo de Catherine.-Pero te juro, que si pueden confiar en mí, no sé qué me paso hoy… pero te juro que si pueden confiar en mí, y que no pasara de nuevo.
Ella negó con la cabeza.
-Ya veremos.-Suspiro.-Porque lo más seguro es que si te dejaremos estudiar en Londres, pero más que lamentarlo porque yo este enojado hijo, tienes que entender que al único que le estás haciendo daño es a ti, el alcohol, las drogas y el sexo sin responsabilidad no te llevan por el camino correcto jamás, así que cuídate Henry, por mucho que quisiera estar atrás de ti y de tus hermanos siempre no voy a poder, necesito que se cuiden y que sean responsables.
-Si mamá, enserio que no volverá a pasar, te lo prometo.-Le medio sonreí.
-No me lo prometas a mí, prométetelo a ti, tú eres el afectado.-Me rodeo con el brazo y me acerco.
-Te quiero mamá.-Me quedé recargada en ella.
Recordar la ocasión me estaba haciendo pasar todavía un peor trago, me sentía culpable, mi mamá siempre decía que la única persona que siempre estaría para ti eras tú mismo, y no porque las personas que te querían no quisieran estar ahí sino que a veces no podían y ya, y ella tenía razón, la extrañaba tanto, y a mi padre, quería verlo ya, la última vez que lo había visto me había portado como un gran idiota, y en ese momento me estaba arrepintiendo como si el tampoco fuera a entrar ya por esa puerta, para mí suerte luego de veinte minutos después de soportar el nudo en la garganta escuché su voz:
-Buenas noches, soy Ian Archer…
Oh qué bonito saber un poco del hermano mayor y creo que ya van a estar los tres hermanos juntos siguela pronto
ResponderBorrarTerry
Uhmmm... Pobre Ian, cuando no son los menores dando dolores de cabeza, es el mayor y en líos mayores. Continúala rápido quiero saber en qué lío se metió Henry
ResponderBorrar