lunes, 24 de diciembre de 2018

¡Feliz Navidad! Capítulo 1


-Vato, ¿Y ya sabes quiénes se van a cambiar?- Leonardo se asomó por la barda al rancho de al lado.


-Todavía no, como que han venido varios a verlo, pero no sé quiénes se lo hayan quedado- soltó sin dejar de ver su teléfono.

-Ojalá sea alguien interesante, wey, ¿no crees?- argumentó Victor.

-Pues sí, aunque deberían ser ustedes- Rutila se lo había insinuado al Chacorta una y otra vez, pero el tipo no quería dejar su rancho.

-Ya sé, pero ya ves cómo es de terco mi apá- se quejó Victor

-Pues que lastima- soltó Rutila.

-Pues la neta si, ojalá lo conozcamos pronto- dijo Leo, y esque tenía mucha curiosidad.

-Yo también quiero saber quién es, ¿Me puedo quedar aquí a dormir?- Victor volteó con Rutila, y esque si ya estaban moviendo y metiendo cosas, era porque ya mero llegaban los dueños.

-Pos sí, si mi tío no tiene bronca, pero tampoco vayan a estar de metiches-

-¿Pero qué pasó, mi Ruti? Nosotros ni somos así... Oye, pero pregúntale tú, que conmigo anda de perro últimamente-

-Uhmm pues le voy a decir, pero si no quiere, yo no sé eh- le advirtió.

-Pos insístele-

-Pos no, le voy a preguntar, pero si me dice que no, pos ya te amolaste eh-

-No seas así-

-O yo me voy a tu casa- soltó Leonardo.

-Ay sí, tú también le dices a tu papá- pinches chamacos, si el Chema y el Chacorta eran medio mamones.

-Pero me respaldas-

-Vamos pues- se levantó Victor- Nos apoyas, Ruti- echó a andar adentro para buscar a su papá.

-Sí, yo los apoyo, pero si dicen que no, no empiecen a repelar-

-Es ahí cuando tú entras y nos respaldas- Victor se metió a la casa por la puerta de la cocina y se fue a buscar al Chacorta. Cuando lo vio hablando con el Chema le valió madres y se acercó para abrazarlo. Total, estaba con el Chema, no con nadie intimidante -¿Cómo está el papá que más quiero de todos?-

-Pos soy el único que tienes- le sonrió y le acarició el cabello- ¿Qué se te ofrece?-

-Pos sí, pero el único que quisiera tener- y pues no era mentira, el único defecto de su papá era estar metido en cosas chuecas.

-Bueno pues, también tú eres el único hijo Victor que yo quiero-

-Oye, ¿y entonces sí me puedo quedar aquí hoy?-

-Achis, achis... ¿Como pa’ qué o qué?-

-Pos nomás, todo mundo lo hace-

-Pos si Rutila y el Chema no tienen broncas, pos bueno, pero nos des lata-

-Rutila ya me invitó-

-Pos bueno, pero no quiero problemas, Victor-

-Yo nunca doy problemas- ¿Pues qué quería decir?

-Sólo te ando diciendo-

Victor no se abstuvo de rodar los ojos.

-Bueno, como sea-

Chacorta lo apretó.

-Entonces pos yo me voy yendo, que ya es tarde-

-Hasta mañana, pa-

-Descansa mijo, y pórtese bien, mañana paso como a medio día por ti-

-Más tarde-

-No seas encajoso, Victor-

-Esque no es eso, pero como a esa hora apenas nos andamos levantando-

Chacorta puso los ojos en blanco.

-Vemos, mañana te aviso-

-Como sea entonces-

-Bueno, mijo, me hablas cualquier cosa-

-Sí, ¿Me das la bendición?-

-Pos claro- empezó a persinarlo.

-Hasta mañana- se fue corriendo con Leonardo cuando terminó.

*

-Está bien grande, te apuesto que lo compra un narco o un lavadinero- soltó Leonardo pensando de nuevo en el rancho.

-Le voy al narco, ¿Para qué querría un rancho un lavadinero?- repuso Victor metiéndole gol.

Leo se encogió de hombros.

-Pos no se, wey, luego les gusta gastar dinero a lo pendejo-

-Eso sí... Que hueva, lo que es no tener nada qué hacer-

-Sí, wey...- suspiró- ¿Crees que ya se hayan dormido Rutila y mi papá?-

-No creo que estén durmiendo, pero seguro están ocupados-

-Esque como que deberíamos ir a pues a darnos una vuelta, ¿no?-

-Jalo, ¿por dónde nos brincamos?-

-No se, wey, primero hay que salir de aquí-

-¿Y si le dices al Toro que vaya a la tienda por cualquier pendejada para poder brincarnos y ya?-

-Pos órale, wey, ¡Toro!-

Los chicos sólo lo distrajeron para poderse escabullir y luego llegar hasta el rancho de al lado para averiguar quién lo había comprado.

-Mira, vato, ya hay gente- el Victor le comentó desde lejos.

-Deberíamos acercarnos- le dio un codazo- Se ve que son chavos-

-Sí, y mira qué tipo de chavos- a leguas se le veía el cigarrillo a uno.

-Pos vamos... aunque no se, wey, no parecen ser de aquí...-

-Pos con más razón vamos a ver- Victor se empezó a acercar, no veía ningún adulto.

-Córrele, no vaya a ser que llegue el Toro y nos ande buscando-

-Ni que fuera tu nana, vato- llegó con los otros- Que pedo, ¿ustedes cuando llegaron?-

Los otros dos chicos de cabello castaño y el de cabello negro, a los cuales tomaron por sorpresa, los miraron extrañados.

-What?- preguntó el más alto- ¿Quienes son ustedes?- siguió en inglés.

-Wey, estos son gringos, ¿te das cuenta?-

El Victor se rió.

-Wey, ¿Qué pedo? ¿Qué hacen hasta acá?- volteó con los muchachos de nuevo- ¿Español? ¿Spanish?-

-Poco- soltó extrañado uno de ellos.

-¿De donde son?- preguntó Leonardo curioso.

-L.A, soy Henry- se presentó el más grande.

-Reed-

-Victor- se presentó el intruso- ¿Son los vecinos nuevos?-

Los chicos asintieron, él más grande tiró el porro que traía en la mano y lo pisó.

-Pues sí... ¿son los de al lado?-

-Sí, ¿Pero por qué lo tiras? ¿Te los regalan o qué?- preguntó Victor, tenían que tener lana para andar desperdiciando así.

Henry se encogió de hombros.

-Tenemos más, ¿quieren?- les ofreció- ¿Tú cómo te llamas?- miró a Leo.

-Leonardo. ¿Van a vivir aquí o cómo?-

-Venimos de vacaciones, mi padre acaba de comprar el rancho-Dijo el más pequeño -Soy Easton.

-Sí se me hacía raro que se vinieran de allá- comentó Victor- Pero no, no queremos, gracias carnal. Yo no le entro a eso-

-¿Cómo? ¿Aquí no había mucha droga?- Reed le preguntó.

-Pues sí, pero no nos la metemos nosotros-

-¿Por?- preguntó Henry- ¿Entonces no saben dónde hay más?

Victor volteó a ver a Leo y se rieron sin querer.

-¿Pues no que ahí tenían?-

-Tenemos- reafirmó Henry sin verle mucha gracia- Pero vamos a estar aquí un mes, y las fiestas y eso... ¿Qué ustedes no van a fiestas?-

-Maso...- ahí ya perdió un poco de gracia.

-¿Maso?- Reed lo miró confundido.

-Más o menos, Sí, pero no mucho- aclaró Victor ya medio resignado.

-¿Por?-

-Pues no hay mucho que hacer por estos lares- se encogió de hombros Leo

-¿Lares?-Preguntó confundido Easton.

-Pos por acá, digo- se corrigió.

-Te dije que iba a estar súper aburrido, Henry -agregó Easton.

-Pos eso si tú quieres, digo, son tres y aparte están en un rancho. ¿No saben montar o jugar al fut o algo?-

Henry asintió.

-Americano, y montar pues sí sabemos- a su madre le encantaba- Pero osea, ¿no hay otros lugares por aquí?-

Victor se le quedó viendo, ¿Americano? Que hueva...

-Algunos-

-¿Lejos de aquí?-preguntó Easton.

Henry había convencido a su padre de comprar un Jeep para que pudieran andar por ahí, no iban a caminar como locos.

-Sí, estás lo más lejos de la ciudad que pudiste pisar-

Reed soltó una palabrota en inglés.

-¿Y ustedes qué hacen siempre?- nimodo que se la pasaran aburridos toda la vida.

-Pos...- empezó Leo- Jugar fútbol... eh- espiar a los nuevos vecinos…- Montamos…-

-¿Tequila? ¿Ustedes tienen?- una vez Henry lo había probado con sus amigos, pero era obvio que su padre lo tenía prohibido y en Estados Unidos era difícil que alguien se lo vendiera o que hubiera en las fiestas.

-Nosotros nosotros no, pero tenemos la casa llena-

Los chicos sonrieron, por fin esos tipos mostraban un poco de diversión, pero antes de que alguno pudiera decir algo, una chica de cabello negro ondulado, ojos verdes, y tez clara se les acercó.

-Reed- le tocó el hombro al de cabello negro- Su papá los está buscando-

-Hola- Victor se le quedó viendo y se acercó a saludarla- Me llamo Victor, ¿Cómo estás?- porque fea no.

Josephine lo miro sería, ¿y él quien era? Miró a Reed y luego a Henry buscando alguna respuesta.

-Soy Josephine- contestó -Estoy bien, ¿Y tú?-

-Es mi novia- dijo Reed.

-No soy tu novia- le contestó en Inglés.

-¿Y para qué andas diciendo eso tú, compa?- Victor le contestó al vato también en inglés, si para eso iba a la escuela- Somos los vecinos- le aclaró a la morra esa.

-Mucho gusto- contestó- Ian nos está esperando para cenar, ¿vienen?-

-Sí, de hecho, ¿por qué no se quedan?- preguntó Henry.

-Jalo-

-¿Qué jalas?-

-Digo, que sí gracias-

-Wey, pero...- le dio un codazo Leo.

-¿Pero?- cuestionó Easton.

-Vato, el Toro no va a ir a decir que no nos encuentra al menos las primeras tres horas, tampoco está pendejo-

Leo lo dudó, si el Chema los buscaba por equis cosa, les iba a ir como en feria, o por lo menos a él.

-Bueno- se encogió de hombros

-Pues vamos y les presentamos a Ian- sugirió Henry.

-¿Es tu jefe ese vato?-

-¿Vato?- alzó una ceja

-¿Jefe?- pregunto Jo.

-Que si es tu papá ese wey- aclaró Victor. Ah caray con esos gringos.

-Ah, sí, respondió.

Los dos se encaminaron al rancho, que por cierto cuando entraron era obvio que esos gringos eran ricos porque ese lugar estaba muy bien adornado y todo se veía carísimo.

-Mira, papá, ellos son nuestros vecinos, Victor y Leo- los presentó Henry.

-Quiubo, compa- lo saludó Victor cuando el tipo les estrechó la mano- Tu rancho está bien chingón-

-Mucho gusto- medio les sonrió Ian, tampoco entendía muy bien- ¿Y sus padres? ¿Llevan tiempo viviendo aquí?-

Victor lo vio divertido.

-Mucho gusto... Pues que elegancia la de Francia...- ¿Así eran todos los gringos de estirados o qué?

-Son graciosos, ¿no?- le dijo Easton a su papá.

-Sí- creía- Pues vamos a cenar ya, chicos, siéntense-

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