Los muchachos devolvieron el saludo y trataron de aparentar
que no estaban en problemas.
Ian, Rutila y Chema se quedaron platicando bastante tiempo
más, muy cómodos ahí en el jardín y esque a Rutila sí le interesaba hacer
negocios con el gringo que parecía buen socio, al final sería un socio que no
estaría encima de ellos jamás porque él vivía en Estados Unidos y por lo que
les contaba pues en muchos países más.
A Leo y Victor se les hizo muy buena idea volver a brincarse
la barda. Total, si ya estaban en confianza... Leonardo se empezó a trepar al
árbol en el que se habían apoyado, comenzó a pasarse a la cerca y se encontraron
con Henry, fumando para variar, y esque el chico, a pesar de las advertencias
de su padre, lo había visto salir y justo de ese punto todavía lo veía con los
vecinos, así que no le daba prisa de nada
-¿Así andas empezando el día?-
Henry les sonrió.
-Sí, ¿y ustedes?- y esque efectivamente, sus hermanos y Jo
estaban desayunando y él fumando
-Pues triunfando como siempre- soltó Victor sarcástico.
Henry se rió.
-Bien, supongo, ¿quieren?- les ofreció el porro.
-Yo no le entro, vato, pero gracias-
-Sí, yo tampoco- dijo Leo.
Henry se encogió de hombros.
-Mi padre quiere ir a la ciudad a comer y a conocer, ¿no
quieren venir con nosotros?-
-Sí, jalo- a ellos casi nunca los sacaban.
-Sí, yo también- dijo Leo.
-¿Con quién habla mi padre?- les preguntó- ¿Son sus papás?-
-Son los de Leo. ¿Les decimos?- volteó con su primo.
-No mames, no- soltó Leo, si Victor muy puesto porque no
estaba el Chacorta- Mejor hay que ver que nos dicen y ya luego vemos-
-¿Qué nos dicen de qué?- no podían estar en problemas, se
acababan de levantar- No hemos hecho nada hoy-
- Hoy- repitió Leo- Ya mejor relájate, porque como no está
Chacorta...-
Victor rodó los ojos. Si para pesimistas...
-¡¿Leonardo, qué hacen allá?!- los alcanzó a ver el Chema.
-Ay- rodó los ojos- Ya nos tenemos que ir, los vemos al
rato-
-¿Y ustedes qué hacían allá o qué?- les preguntó el Chema
cuando se acercaron.
-Nada...- dijo Leo de mal humor.
-¿Y entonces? Ustedes no tienen que andarse metiendo a casa
ajena, ¿Pos qué les pasa?-
-Ay ya...- si a ellos no les había molestado.
-¿Mande?-
-Que ya me dejes...- se fue metiendo a la casa.
-Oye, ven para acá, Leo- le habló Rutila.
-No quiero-
El Chema ya no dijo nada, pero lo siguió y lo detuvo del
brazo.
-Yaaaa- se jaló.
-¿No escuchas que te estamos hablando?-
-No-
-¿No oyes o no quieres hacer caso?-
-Que no escuché- puso los ojos en blanco.
-No seas mentiroso, y ve con Rutila que te está hablando,
órale-
-¿Para qué?- preguntó de malas- No quiero sermones-
-Para que sí, y no te hagas wey que tú y yo al rato
hablamos-
-Ya mejor déjame en paz- le dijo yéndose con Rutila.
-¿Quieres una buena paliza o qué?-
-No he hecho nada-
-¿No?-
-No- caminó con Rutila- ¿Qué?-
-Mande-
-¿Qué?-
-¿Sabes qué? Leonardo se queda mejor, ni para qué va si va a
andar de majadero- soltó el Chema de pronto.
Leo frunció el ceño.
-Pues como sea. Yo ya me iba, tú eres el que quería que me
regresara-
El Chema se le acercó.
-¿Quieres unas buenas nalgadas aquí mismo?- habló en voz
baja.
Leo frunció el ceño.
-No estoy haciendo nada, pero si no quieres que vaya a no sé
dónde, pues ya me voy a la casa entonces-
-Mejor vete tú con los otros huercos- le dijo a Rutila- Aquí
mijo y yo tenemos unas pláticas pendientes- lo más desesperante de ese chamaco
eran sus desplantes.
Leo frunció el ceño y se metió indignado a la casa.
-¿Seguro?- le pregunto Rutila- Avísale a tu papá, Victor,
que te vas a ir conmigo-
-¿Me puedo quedar con Leo?- estaba enojado con su amigo por
conseguirse pleitos innecesarios, se había sulfurado por una estupidez, pero él
tampoco era un traidor que se iría sin Leo.
-Pos no creo que el Chema quiera, Victor- y no era mentira, si
no se iba a quedar a ver películas.
.-¿Y si le pregunto?-
-Ya no empieces tú también, sino mejor dile a Chacorta que
venga por ti, porque ya sé que no te quieres ir sin Leo, pero tampcoo te llevo
a la fuerza-
-No, está bien...- tampoco quería regresarse a su casa ya.
-Pos ya no estés de latoso. ¿Entonces quedamos en que nos
vemos en una hora en la entrada?- volteo de nuevo con el vecino, mucho más
agradable.
-Sí, en una hora los vemos- le sonrió y asintió.
El Chema entró a la casa tras Leonardo.
-¿Sabes qué? Córrele a tu cuarto y ni te salgas de ahí,
estoy hasta la madre de tus pendejaditas, chamaco grosero-
-¡No he hecho nada!-
-¡Primero que nada le bajas el tono!- cerró la puerta del
cuarto- A mí no me vengas con chingaderas, que para empezar ustedes no tenían
nada qué hacer en el rancho de los vecinos ni anoche ni hoy, además no te vas a
estar haciendo wey si te hablamos, y mucho menos vas a estar hablándonos como
si fuéramos tus pendejos, Leonardo, ya estuvo- para desplantes y groserías ya
había sido mucho.
Leonardo frunció el ceño.
-Pues esque tú te la pasas hablándome como si fuera tu
pendejo, y pues tampoco es justo... Aparte no es para tanto, no molestamos a
nadie y ya te dije que nos los escuché, pero para ti yo siempre hago todo mal-
-Seguramente no nos escuchaste... Mira, ya... Mejor sí te
vas con la Rutila, que yo tengo cosas que hacer aquí. Y te aviso que cuando
venga el Chacorta, tú también te vas con él-
-¿Y eso por qué?- gruñó enojado- ¿Ya no me quieres aquí o cómo?-
preguntó indignado- ¿Sabes qué? Me vale madres, ya me voy entonces-
-Sí, provechito- a ver si así aprendía a valorar, que fuera
lo que fuera, el Chema era bastante paciente, el Chacorta ya era otro pedo. A
ver si seguía igual de gallito después de 3 días allá.
-A ver, ¿cómo?- se regresó enojado-¿Enserio ya no quieres
que esté aquí?-
-No, pos digo, si taaaan inconforme estás aquí en mi casa
con mis reglas, te doy chance de que intentes en otra casa a ver si estás más
agusto-
Leonardo lo miró aún más enojado y bastante dolido.
-Pos yo digo que mejor ya me voy a la Ciudad de nuevo, a la
chingada y ya, que pa’ estarte aguantando y que luego me quieras botar, pos
mejor me regreso a mi casa-
-¿Cuál casa? No puedes vivir solo en la ciudad, no digas
pendejadas. No, si ahí el Chacorta los va a tener bien cuidaditos. Y yo no te
estoy corriendo, tú eres el que se la vive quejándose, pos órale, quién quita y
ellos resultan más lo que tú estás buscando-
-Pos no te ando pidiendo tu opinión de si vivo o no en la
Ciudad, que yo no tengo que andar mendigando casa nomas porque a ti se te
antoja, ya viví mucho tiempo sin necesitarte, yo de pendejo que te vine a buscar-
-Pos yo tampoco ando pidiendo opiniones, aquí el adulto soy
yo y si yo digo que te vas con el Chacorta, te vas con el Chacorta. Y ya, rúmbale
desayunar con los vecinos, que tengo cosas que hacer aquí- maletas, más bien.
-Pos ¿Cómo ves que no?- dijo Leonardo- Si yo no soy tu
pendejo, mira que fácil te deshaces de las cosas, ojalá no le hagas así al
Humbertito, aunque pos no creo-
-Ya te dije, o te vas con el Chacorta o te encuentro y te
llevo con el Chacorta, tú sabes- le dijo de lo más tranquilo.
-Pos a ver si me encuentras- respondió- Porque yo no me voy
con el Chacorta ni de pendejo-
-Está bueno- se fingió distraído en el celular.
-Ah, pos que bueno que te valga verga...-
El Chema se contuvo para no voltearle la cara.
-¡Toro!-
-¿Qué pasó, Chema?- llegó después de rato.
-Ahí te encargo que no pierdas de vista al Leonardo, eh, me
respondes con tu vida- salió del cuarto muy tranquilo.
-No mames, yo no me pienso mover de aquí- declaró Leonardo.
-Ahora sí la regaste, chamaco- soltó el Toro, fingiendo que
no era muy obvio lo que pretendía su patrón- ¿Con el Chacorta? Hijole...-
-Ya déjame en paz- soltó molesto, no estaba para que lo
anduvieran sermoneando.
-Toro, váyanse el desayuno ese con la Rutila, que yo
mientras tengo que andar haciendo las maletas del Leonardo- entró de nuevo el
Chema, jugando en el celular.
-¿Qué pinches maletas? Te mamas, yo no me voy a mover de
aquí y no voy a estar con Chacorta ni de pendejo-
El hombre rodó los ojos.
-Bueno, no vayas, como quieras- sacó una maleta del clóset y
empezó a echar la ropa del muchacho dentro.
-¿Como quiera? ¿Tu pinche solución es mandarme a la verga y
ya o cómo?-
Pero en lugar de contestarle, su padre siguió metiendo todo
en la maleta.
Leonardo estaba bastante frustrado.
-Ay, no mames…-
-¿Cómo ves, Toro? También meto las de manga corta o ya no
crees que vaya a hacer calor?-
-Ay, mira que pinche risa- empezó a sacar las cosas de la
maleta.
-Hazte para allá tú- el Chema lo quitó y volvió a meter todo
de nuevo- ¿Entonces, Toro? Ya pura ropa de frío, ¿No?-
-¡QUE YAA!- volvió a intentar sacar todo.
-Bueno, te vas sin maletas, ahí luego te mandamos tus cosas.
Ahí te lo encargo, compa- salió del cuarto de nuevo.
Leo comenzó a llorar enojado.
-¡Eres un imbécil!- empezó a aventar las cosas contra la
puerta.
Pero el Toro ya estaba bastante acostumbrado a ese tipo de
escenitas por parte del Chema, así que se quedó tranquilo dentro de lo que
cabe.
Leo igual siguió llorando un rato, y esque el Chema era el
más idiota en todo el mundo, él ni siquiera había hecho nada y ya bien fácil se
quería deshacer de él.
Ohhh, cómo se atreve a hacerle eso a mi bebé?!!! Pobre Leo!!! Qué le pasa al Chema, está loco??
ResponderBorrarYa quiero leer más!!!! Por fisssss!!!!!
muy buen cap...
ResponderBorrarLas tácticas del chema me encantan jajaja pobre leo, que no lo torture más ��
Si que es idiota, en verdad el niño no hizo nada solo contestar mal , pero como siga así de imbécil voy a llamar a asuntos sociales para que no maltrate a leo sicológicamente, sigue pronto ya quiero saber que va a pasar
ResponderBorrarTerry
Pero que madres le pasa al Chema? hay que llamar al Bienestar jajaja, mentiras ya se que leo no hizo nada, pero me encanta la personalidad del Chema está bien pinche loco, me han encantado los capis niña, más cuando se juntan todos los adolescentes el Victor y los hijos del gringo, que desmadre se va a formar. Quiero saber del Chacorta también me da risa ese wey, ya hasta se me pego el acento norteño ay me mame jajaja.
ResponderBorrarEl chema se pasa, de veras!, no hizo nada y lo quiere mandar donde el chacorta, por otro lado siento que en cualquier momento le aceptan el porro jajaja de tanta insistencia digo yo jajajaja
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