Leo igual siguió llorando un rato, y esque el Chema era el
más idiota en todo el mundo, él ni siquiera había hecho nada y ya bien fácil se
quería deshacer de él.
Victor, en cambio, se la había pasado bastante bien una vez
que había superado el sentimiento de traición por dejar en casa a su amigo. Se
la había pasado tonteando con los vecinos mientras Rutila y el papá de ellos
hablaban de pendejadas de adultos. Lamentablemente, el tiempo se pasó más
rápido de lo que le hubiera gustado... En cuestión de nada ya habían llegado de
nuevo a la casa de Rutila y justamente se encontraron con el Chacorta llegando
también.
-¿Qué pasó, mijo?- le preguntó Chacorta, y esque iba
llegando, aún no sabía cómo había estado todo.
-Hola pa- lo saludó no tan animado. Él quería seguir en el
desmadre, no regresarse a su casa.
-No, pos yo también me alegro de verte, ¿qué pasó, Ruti?-
-Sí, yo también- no parecía, pero pues bueno...
-No, tío, pos te diré... Mira, te platico adentro- repuso
Rutila.
-Pos vamos- le dijo su tío caminando hacia la entrada.
-Quiubo, Chacorta- el Chema hacía su mayor esfuerzo por
ignorar todo el escándalo escaleras arriba.
-¿Que onda, mi Chema? ¿Pa que soy bueno?
-Pos mira...- se contuvo para no arrancarse al cuarto del
Leonardo y ponerle un "hasta aquí" al escuchar un estruendo
particularmente fuerte- Tú ya sabes que hace más o menos poco llegó para acá el
Leonardo, pos bueno... Hemos tratado de ser pacientes, pero pos parece que el
huerco no está muy agusto con lo que aquí podemos ofrecerle...-
-Ajá...- dijo Chacorta esperando a que continuara.
-Entonces pensé, pos si no está agusto aquí, a lo mejor sí
se halla en la casa del Chacorta...-
Chacorta se lo pensó un segundo.
-Mira, Chema, te voy a ser bien sincero, yo no creo que sea
buena idea... pero pos si tú si lo crees, pos claro que me llevó al chamaco-
-Si tampoco fue mi primera opción, no creas que ando bien
emocionado, pero este chamaco se la pasa de hocicón, grosero e igualado... Que
vaya y pruebe suerte en otras casas, a ver qué le parece-
-Pos yo espero que tú plan te funcione y no empeore las
cosas, mi Chema, porque Leonardo lo que necesita es un hasta aquí, pero también
atención y amor, por algo te vino a buscar, pero oye yo con gusto me lo llevo-
El Chema se abstuvo de poner los ojos en blanco. ¿Por qué
todo mundo le decía eso como si al Leonardo lo tratara bien mal?
-Pos sí, por favor. Tampoco digo que te lo voy a mandar a
vivir para allá, digo, cuando él quiera regresar con las reglas de aquí y todo,
pos órale-
-Pos el problemas es que quiera regresar, si ese niño es
bien orgulloso- a leguas se le notaba.
-Sí, digo, a fuerzas ni los zapatos, lo que quiero que
entienda es que aquí hay reglas y si le gustan que bueno y sino también. Es un
chamaco y tampoco va a andar haciendo su santa voluntad-
-Pos no sé si ese sea el mensaje, más bien a mí me suena a “si
las reglas no te gustan, pos vete pa otro lado”. Mira, con el Victor siempre ha
sido “si te gustan las reglas pos bien, sino pos te chingas”-
-Sí wey, pos eso trato, pero tampoco le puedo soltar unos
cuerazos cada que abra el hocico-
-Pos vas a ver que se le quita la manía si lo haces-
-Esque es lo que he estado haciendo y nomás no, y si hace
caso lo hace con cara de que me quiere meter unos plomazos bien dados. Más
bien, si no te lo quieres o puedes llevar, está bueno-
-No me mal entiendas, mi Chema, yo no tengo problema, lo
digo por ti, luego no te vayas a andar arrepintiendo-
-Peor que ahorita no puedo estar- y era enserio, el Chema ya
no sabía ni cómo hacerle, se quebraba la cabeza diario.
-Pos bueno, yo te cuido al chamaco-
-Gracias, una disculpa de antemano por todo. ¡Toro, ya se va
el Leonardo!-
Leonardo ya salió mucho más tranquilo de su cuarto, y esque
tampoco le iba a dar el gusto al idiota ese que tenía por papá de ver cómo
lloraba porque no se quería ir de su estúpida casa.
-¿A dónde va Leonardo?- Rutila entró con Victor a la sala.
-Pos se va con el Chacorta- le dijo el Chema.
Rutila se quedó sin palabras durante unos momentos.
-¿Le diste permiso de irse a dormir con Victor a casa del
Chacorta?-
-No, pos si no le gusta vivir aquí, pos a ver si le gusta
vivir con el Chacorta-
La mujer se quedó procesándolo unos instantes y agradeció
profundamente que el Humbertito se hubiera quedado afuera jugando con Pompeyo.
-¿Podemos hablar tantito en la cocina tú y yo?-
-No, Rutila, ni te apures- soltó Leonardo- Sí, favor que me
hace, para intento de papá que me tocó... Por suerte el Humbertito te tiene a ti,
porque que chinga tener semejante pendejo por papá, tú y mi mamá sí se mamaron-
El Chema hizo un esfuerzo titánico por no reventarle el
hocico.
-Insisto, Chema-
-Pos igual yo no me quiero quedar- insistió Leonardo- Osea,
yo bien estúpido me vine a buscar a un pendejo que jamás se quiso hacer cargo,
de verdad que me hace un favor-
-Uno no se puede hacer cargo de lo que no sabe que existe- repuso
el Chema, que ese error de la mamá no se lo aventara a él- Y por mí te puedes
quedar, nomás que tú ya sabes cuáles son las reglas de aquí-
-Ay sí, como si te fuera estar rogando por tan poquita cosa
que me ofreces-
¡¿Poca cosa?!
-Pos esto es lo que hay, así que como quieras-
-Pos ya me corriste, así que te puedes meter tu dinero y tus
pinches reglas por donde te quepan-
El Victor nada más volteaba de uno a otro, enserio que si
esa fuera su casa y ese su papá...
Leonardo estaba enojado, prácticamente ya le había rogado
quedarse, pero no tenía por qué aguantarle que ahorita le dijera "Pos si
quieres quédate" como si no lo hubiera dejado hablando solo.
-Bueno, ahí cuando estés conforme con la poca cosa que te
ofrezco y el pendejo que tienes de papá, me avisas- se "despidió" el
Chema.
Victor no sabía ni para dónde voltear, hasta su papá se veía
con ganas de soltarle un fregadazo al Leonardo en la boca...
-Tú eres el que me corrió, no te quieras hacer la víctima-
-Sí, te cuidas mijo- volvió a sacar su teléfono.
-Ay vete a la chingada- salió de ahí, tampoco iba a estar
aguantando al tipo ese, en cuanto pudiera se pelaba de ahí.
-Adios, Rutila- se despidió Victor aún algo sacando de onda-
Gracias-
Rutila se despidió, ella también sabía que Leonardo no se
había portado de la mejor manera, pero era obvio que el chamaco estaba dolido y
al otro le valía.
-Wey, te mamas- le soltó Rutila cuando ya se había ido.
-¿Yo?-
-Pos sí, pobre Leo, a la primera lo andas corriendo, te
mamas-
No, no, pérate, que tampoco fue a la primera. El chamaco
está así desde que llegó, y te consta que he sido bastante paciente, pero este
huerco me anda armando escenitas cada cinco minutos, ya no sé ni qué hacer,
tampoco me lo puedo estar sonando a cada rato- si tampoco estaba armando todo
ese pedo por gusto.
-Pos sí, pendejo, pero tiene catorce años, te viene buscando
a ti y luego de darse cuenta de que su papá es un pendejo insensible, a la primera
lo mandas a la chingada. Si Victor no nació siendo sedita, Chacorta lleva
catorce años educándolo, si ni que fueran enchiladas… Y aparte lo mandas con
Chacorta como si no se fuera a sentir más solo que un perro-
-Ah, ¿entonces soy lo peor por ya no saber qué hacer con él?
No, pos bruto... Mira, morra, así de fácil, si al señor no le parece la poca
cosa que se le ofrece aquí, piensa que tiene de papá a un pendejo que no hace
nada bien y aparte por todo rezonga, pos sobres, a ver si en otras casas le va
mejor- no sabía por qué todo mundo hacía como si él no hubiera intentado ya de
todo con tal de hallarle el modo a ese escuincle.
-Ay esque tú también… El Niño está dolido, es un niño, José
María, pero mira, si tú crees qué haciendo esto va a regresar a tus brazos
corriendo, va pues-
-Pos no creo eso obviamente, pero al menos así se da cuenta
que tampoco es que no ponga nada de mi parte-
-Ay Chema, haz lo que quieras, pero yo creo que Leo sólo se
va a poner peor-
-Bueno, ¿Y entonces qué sugieres, eh?- ya estaba hasta la
madre, como el Leonardo no se portaba igual con ella...
-Pos ya nada, si ya se lo llevaron- negó con la cabeza.
-Está bueno- si tampoco pensaba desentenderse.
-Nomás no quieras llegar con él como si nada, porque seguro
te manda por un tubo-
-Bueno, ¿Y entonces qué?-estaba perdiendo la paciencia, si
el Leonardo también era bien difícil, si tan chingona era la morra pos que lo
intentara ella.
-¿Cómo que entonces? ¿Pos qué pensabas? ¿Que ibas a mandar
al chamaco con el Chacorta y cuando lo fueras a ver iba a correr a tus brazos o
cómo?-
-No, pero de perdido se va a dar cuenta que no es nomás aquí
donde hacer caras, desobedecer y repelar para todo está mal-
-Pos sí, pero dudo que si quiera te hable, si es igual de
orgulloso que tú-
-Bueno, ¿Y qué hacía? Tú lo viste como estábamos ya estos
días-
-Pos quedarte con tu hijo, como todos, ¿O a poco si
Humbertito se pone así en unos años también le vas a dar el paquete a otro?- no
es que ella creyera que Leonardo estuviera bien, pero no podía ir dándole a
otros sus responsabilidades.
-Si tampoco lo estoy regalando, nomás quiero que vea que lo
que le estamos pidiendo- porque Rutila también vivía ahí- No es nada del otro mundo
ni es por chingar- ya sabía que Leonardo antes ni había tenido papá ni le hacía
mucho caso su mamá.
-Pero esa no era la mejor solución, tú lo ves como una
lección, pero él lo ve como que otra vez ya se quedo sin papá y mamá, sólo
tiene catorce años-
-Pos fue la única que se me ocurrió. Además, todos ustedes
me repelan que ni lo pelo y quién sabe qué, que no es nomás estarle
gritoneando, pero siempre que me quería acercar para lo que sea, el chamaco se
enojaba más, a ver, ¿Qué maravillosa idea tienes?-
-Pos que hables sin encabronarte, si él se pone necio tú
mantén la calma, si le gritas a cada provocación pos no más no- explicó- Pero
tampoco te pongas en ese plan, nadie te dice que todo sea tu culpa, pero pos si
pones el ejemplo el morro a lo mejor entiende-
-Pos esque sí está muy fácil decir "haz esto y esto
otro" cuando contigo no es con quién se la pasa cagado-
Rutila puso los ojos en blanco.
-Mira, José María, haz lo que se te antoje, ya, yo sólo
trato de ayudar, pero pos te portas igual que él, así que ya ahí la dejamos. Si
tú crees que esto le va a ayudar al Leo, pos bueno-
-Esque es neta, yo no he visto que se cague contigo tampoco-
-Pos yo no soy su papá. Si yo era un dolor de huevos para mi
papá, no para los demás, no mames. Si te digo las cosas es porque yo he estado
en el lugar del chamaco, y tú bien chingón igual que mi papá, por eso ya te
dije: haz lo que se te pegue la gana-
-Pos está bueno entonces- bruto el apoyo, que bárbara.
-Pos bueno, y para colmo ya va a ser Navidad- soltó antes de
salir de ahí bastante enojada.
-¡Ojala el pinche Santa Claus lo haga reflexionar!-
La mujer ya no le respondió, mejor se fue en busca de su
hijo menor.
Estoy debatiendo internamente el contenido de éste mensaje. Creo que dejaré que fluyan mis sentimientos pero espero de corazón que no se molesten.
ResponderBorrarMe encanta leerlas (muchísimo), pero pienso que siempre nos dejan en lo mismo.
En primer lugar, siento que me tienen caminando en la cuerda floja de la preocupación y la pena, esperando que ya al fin Chema y Leo se lleven bien. Cosa que parece que nunca se va a dar.
En segundo lugar, cuando al fin parece que se vienen esos momentos cambian de escenario y nos quedamos con un abrazo de tres segundos y de nuevo a esperar a que pase el huracán de revolución adolescente e ignorancia paternal.
Creo que aquí va a pasar igual, Leo amargado y el Chema sin darse una idea de qué necesita su hijo para que al último, último... ultimísimo se den un pequeño, casi diminuto abrazo y a la próxima una nueva historia..
Yo quiero que siga la misma =(
Me encantó leer el capítulo y ya estoy deseando más..... Antes que se acabe el año.
Son increíbles las dos. Disfruto un montón leyéndolas:-)
No me gusto que leo se fuera con el chacorta! :,(
ResponderBorrarEl chema me cae bien y me divierte su personalidad, pero creo que ya es hora de que empiece hacer caso de los consejos que le dan los demás, al fin y al cabo él es el adulto... pobre leo difícil y todo no deja de ser un niño :(
Esta historia es muy buena he leido todos los capitulos pero megutaria que tubiera un segumiento y que no cambiara todo el tiempo
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