Josephine y yo llegamos a la
casa, vi estacionado el auto de mi padre, pero suponía que estaba en su
estudio
, aproveché para irme a mi habitación y tomar un baño, quería salir a
correr, pero el sol estaba muy intenso, así que me tiré en la cama, justo
cuando empezaba a quedarme dormido, tocaron a mi puerta, enseguida supe que era
Josephine, porque Easton y mi padre no esperaban respuesta.
-Hola.-Dijo seria, ya se había
bañado tenía su largo cabello negro agarrado en una trenza de lado, sus ojos
verdes resaltaban porque traía una camiseta verde, y una falda corta color
negro.
-¿No sabía que nuestras paces
incluían visitas a mi habitación?-Le medio sonreí.
-Pensé que querrías visitas a
tu arresto domiciliario.-Rodó los ojos.
-Nah… disfruto de mi
soledad.-Le reste importancia.-Luego se le pasa a Ian.
-Ah, bien, si estas tan
despreocupado, supongo que me puedo ahorrar mis disculpas.-Se encogía de
hombros.
-Que ruda, ¿te vienes a
disculpar?-Me senté en la cama, y le señale la orilla.-Mi cama, es tu cama si
te disculparás.
Se quedó viendo fijamente la
orilla y finalmente se sentó con toda la delicadeza del mundo.
-Lo lamentó. –Soltó.
-¿Por qué lo lamentas?-Pregunté
viéndola fijamente.
-Es cierto que te portaste como
un patán anoche, pero yo tampoco me porté mejor, lo siento, Reed.
Nunca ninguna chica se había
disculpado conmigo, porque usualmente siempre yo era el que arruinaba todo, y
no me importaba, porque no me importaban las disculpas de los demás, y aunque
Josephine parecía sincera estaba tan seria que no sabía que estaba pasando por
su mente, no podía descifrar ni por equivocación lo que ella estaba pensando.
-¿Por qué eres tan frívola?
–Escupí de pronto.
-¿Cómo me dijiste?-Un atisbo de
enojo se tornó en sus ojos y se levantó de la cama.
-Sí, bueno dices que lo sientes
pero no parece.-Contesté.
-Por favor, ¿Lo estás diciendo
tú? No puedo creer que tú me hayas dicho frívola, cuando vine aquí a
disculparme, pude no haberlo hecho Reed.
-Nadie te pidió que lo
hicieras.-Puse los ojos blancos.
-Tienes razón.-Camino hacia la
puerta, y salió cerrando la puerta.
Suspire con frustración, esa
chica era muy rara, no podía ver nada de lo que sentía con las caras que ponía,
cuando papá nos dijo que vendría yo pensaba que sería más fácil molestarla y
hacer que se fuera, pero Josephine era imperturbable, aunque las únicas veces
que la había escuchado reírse o sonreír era cuando mi papá hacía alguna de sus
horribles bromas, y el día de hoy que habíamos ido a buscar a Easton, pero
cuando la veía de lejos o si estaba sentada leyendo siempre estaba tan seria
que no podías saber si el libro era divertido o no. Esa niña me daba mucha
curiosidad y en parte sentía que estaba ocultando algo.
Intente volver a dormir pero no
pude no podía dejar de pensar en Josephine, en su cabello, en sus penetrantes
ojos verdes, su tez blanca, en sus pecas casi inexistentes que tenía en las
mejillas.
Easton entró de golpe a mi
cuarto y me saco de mi ensoñación, parecía estar de malas:
-Muy amigo de la bastardita,
¿Eh?-Se recargó en el marco de la puerta.
-No, ¿pero nunca has escuchado
de mantener cerca a tus enemigos?
-¿Para tirártela, o para
qué?-Me sonrío mi hermano.
-No.-Rodé los ojos.
-Reed, hace rato que la veías
parecía que necesitabas un vaso para la baba.-Comenzó a reírse.-Oye,
Henry…-Fingió estar hablando con nuestro hermano mayor-¿Recuerdas que a la
probable bastardita? Reed se la quiere tirar.
-No jodas, Easton, claro que
no, solo no quiero problemas con Ian.-Suspiro.-Estaba muy enojado.
-Ni me lo digas, hermano.-Se sentó
en la cama.- ¡YA SÉ!
-¿Qué?-Tomé mi celular de la
mesita.
-Lígatela, te la tiras, y luego
le dices que todo era un juego.-Me sonríe Easton con malicia.- Le
dices que fue una apuesta entre los hermanos.
-Easton, ves muchas
novelas.-Respondí sin quitar la vista de mi celular.
-Ay, Reed sería
divertido, se iría y aparte la bastardita no está de mal ver.
-Pues hazlo tú.
-Reed, obvio aunque soy mucho
más guapo que tú, tú eres el chico taciturno y yo el mujeriego, así que es
obvio que caería en tus bellas, bellas redes-Easton me sonrío como si fuera una
gran idea.
-No, Easton.
-Vamos, Reed, ¿Queríamos
deshacernos de ella, no?-Me lanzó una mirada inquisidora.
-Pues sí…pero…
-¿Pero qué? ¿Tienes miedo
hermanito?-Le mostré el dedo miedo.-No crees que puedas con ella, ¿verdad?
-Por favor…
-No te crees capaz
¿verdad?-Easton me dedicó una sonrisa burlona.- ¿Tu ego está asustado? Reed
Archer, rechazado por una bastardita.
-¡Ya, Easton! Está bien, pero
si lo logró me das tu auto.-Sabía que era lo que más le gustaba a mi hermano.
-Bien.-Sonrío con
suficiencia.-Es una apuesta, hermano.
-¡EASTON! ¡REED!.-Gritó mi
padre desde la planta baja.
-Ah sí, Ian quería hablar con
nosotros.-Mi hermano menor se levantó y yo lo seguí.
Los bajamos las escaleras, la
apuesta era una idiotez pero era una apuesta, aparte que Josephine fuera tan
reservada me tentaba mucho más, iba a ser un gran logró porque esa niña era
como una pared, o así se veía.
Entramos al estudio de mi padre quien se veía mucho más tranquilo que en la mañana, nos sentamos en las sillas frente a él.
Entramos al estudio de mi padre quien se veía mucho más tranquilo que en la mañana, nos sentamos en las sillas frente a él.
-Vamos a hablar.-Anunció.
-¿No hay más bastarditas,
verdad?-Preguntó Easton viendo su celular.
-Easton.-Advirtió mi
padre.-Guarda eso.
-Bien.-Se encogió de hombros y
se guardó el celular en el pantalón.
-Chicos, yo sé que tiene casi
dos años que perdimos a su madre, y yo los deje un poco porque pensé que no
tendría que presionarlos tanto, pero después de todo lo ocurrido esta madrugada
y tarde, creó que tienen demasiadas libertades que independientemente de que
sean grande o pequeños, no se las merecen, yo les brinde mi confianza porque
pensé que ya a esta edad podían pensar un poco en lo que hacían pero como veo
que me equivoque, tu.-Miro a mi hermano.-No te voy a devolver el auto hasta que
no vea que eres más responsable, y tu- Me vio a mí.-No quiero más peleas, Reed,
no creas que soy imbécil y que ese moretón del pómulo te salió solo, no sé qué
te pasa pero no te quiero volver a ver golpes porque vamos a hablar muy
seriamente.-Le reste importancia.- Y pobre de cualquiera de los dos si los
vuelvo a ver borrachos como ayer, o simplemente que beban porque les voy a dar
la paliza de su vida, A LOS DOS, pero ahorita puedo estar tranquilo porque no
van a salir a ninguna parte hasta que los vea mejor portados, ¿estamos?-Preguntó
al final.
-Estamos…-Contestamos al
unísono.
-Y con respecto con
Josephine...
-Ya salió el peine.-Se quejó
Easton
-Cállate.-Le ordeno mi
papá.-Entiendo que no les agrade, que no la quieran y que no les gusta que este
aquí pero aquí se quedara porque lo necesita, y si fue mi error que la hayan
llevado anoche, esa es mi falta, pero no quiero que le estén faltando al
respeto, si quieren ignorarla está bien, pero no quiero groserías. Habló
enserio, a los dos.
Ves yo también intuyo que esa chica esconde algo en la espera de más
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