viernes, 21 de diciembre de 2018

¿Qué Tiene Hoy? Capítulo 6


-Rutila, tenemos que hablar- soltó el Chema desde el estacionamiento apenas la morra le contestó.


-¿Qué pasó? Ya estoy pagando-

-Pos mira, mija- echó un vistazo a la camioneta por encima del hombro- Estamos metidos en un pedote. Grande-

-Se te olvidó comprar algo, ¿verdad? Pues te fregaste, hay demasiada fila y no me voy a volver a formar- agarró el recibo- Gracias-

-No, si esto es enserio… Te veo en la puerta del estacionamiento por donde entramos-

-Este vato- renegó Rutila mientras apresuraba el paso, y esque el Chema sonaba bastante serio.

-¿Venías de rodillas o qué? ¿Por qué te tardaste tanto?- le reclamó él cuando la vio acercarse.

-Ay, no me estés fregando, había un buen de fila. A ver, ¿Qué era tan urgente que el “Patrón” no me podía decir por teléfono?-

-Tenemos un problemón…-

-La última vez que tuvimos un “Problemón” fue porque quitaron la trilogía de Batman de Netflix, así que pues de tus emergencias yo ya no sé qué pensar-

-Bueno, pos esto es diferente-

-A ver, entonces dime ya, ¿Qué pasó?-

-Puede ser que a lo mejor… Leonardo cumpla años hoy-

-….- la cara le cambió por completo a Rutila- ¿Perdón?- seguro había escuchado mal.

-Podría ser que el cumpleaños del Leonardo sea hoy-

-¡¿Qué?!-

-¡Pos ya te dije!-

-Ay no…- ahora muchas cosas tenían sentido- ¡Eres un pendejo, Chema!- se llevó la mano a la sien para intentar tranquilizarse, se sentía de la chingada- ¿Pero esque cómo se te pudo olvidar?-

-Claro que no se me olvidó, no mames, pos si yo ni sabía- se defendió.

-¡Eso está peor! ¡¿Cómo chingados puedes no saberte el cumpleaños de tu hijo?!-

-Pues no, nunca me dijo- comenzó a alterase también.

-¿Pero no dijiste que lo mandaron con todo y papeles?-

-Pos sí, pero no los revisé-

-Ay, no puede ser… De seguro ni la cartilla de vacunación revisaste-

-Pues…-

-Con una chingada…-

-Bueno, ya estuvo, ¿no? Necesito que me ayudes, no que me estés gritando-

-Pos esque te mamas… Mira, ya- trató de pensar en frío- Lo único que nos queda hacer es intentar... Pos hacer algo, lo que sea para que no termine de pasarse tan mal el día-

-¿Qué cosa?-

-Pos déjame pensar… Primero que nada, vas a agarrar a los chamacos y te los vas a llevar a tontear por ahí- le pasó al Humbertito- Si te piden algo, cualquier pendejada, se los compras, cabrón, porque mínimo eso les debes. Te los llevas a… A…- se quedó pensando- Ya sé, te los llevas a las maquinitas o a cualquier lado, pero ni de chiste los vayas a perder de vista que te mato si algo les pasa- había que aclarar- A ver si puedo de perdido organizarle algo para en la noche, menos mal al rato llega el Chacorta y el Victor va a poder estar aquí. Y a ver qué le compro de regalo, y por supuesto, le vamos a comprar un pastel. Órale, apúrate- no tenían mucho tiempo- Y mándame al Toro, que el Pompeyo se va contigo, él sí sabe cuidar a los niños-

-¿Estás insinuando que yo no?-

-No, pos tú dime, nomás primero pregúntale al Leonardo-

El Chema se le quedó viendo feo, si a esa morra le encantaba echarle sal a la herida.

-Ya estás, me los voy a llevar al parque que está por la casa- no era la gran cosa, pero había muchos juegos y al chamaco le encantaba perder el tiempo ahí.

-Sí, yo mientras voy a hacer lo que pueda… ¡Toro!-

-Torito… Acompaña a la señora- le pidió el Chema una vez que se acercó.

-Te los encargo, Pompeyo- se despidió Rutila de su jefe de seguridad antes de subirse a una de las camionetas donde iban los demás escoltas.

El Chema, por su parte, reunió valor y se dirigió a la camioneta donde había dejado al Leonardo, y esque no es precisamente que le tuviera miedo al chamaquillo, sino que más bien no sabía ni qué decirle… Si nomás había escuchado lo del cumpleaños y se había alejado a marcarle a la Rutila.

-Pompeyo, ¿puedes amarrar al Humbertito?- se lo pasó y esperó a que el más chico estuviera en su portabebé para subirse y arrancar rumbo al parque. Pensaba aprovechar que Pompeyo iba manejando para intentar platicar con el Leonardo, pero el chamaco ni lo volteó a ver, iba con la vista pegada a la ventana. Fue el viaje más silencioso y tenso que el Chema había tenido hasta entonces…

-¿Por qué no nos vamos ya a la casa?- Leo gruñó tan pronto como se estacionaron en el parque, él ya estaba fastidiado y quería irse a su casa.

-Pos porque este lugar les gusta, ¿Que no?-

-No- le encantaba, pero estaba bastante molesto todavía.

-¿Pompeyo, puedes bajarte a revisar que… Que no estén mojados los juegos?- no se le ocurrió una excusa más pendeja porque Diosito era grande. Sí había llovido, pero hace como dos días.

El Chema se esperó hasta que el Pompeyo lo dejó solo con sus hijos para respirar profundo y tratar de ingeniárselas con algo qué decirle al Leonardo.

-Mira, mijo…- fue lo único que se le ocurrió.

-No-

Ah, caray…

-¿No qué?-

-No me importa-

-Leonardo, no seas grosero- ya habían empezado mal.

-Entonces no me hables-

-Mira, chamaco… Yo ya sé que estás enojado por lo del pastel, pero pos tú te habías portado mal desde en la mañana. Igual y de haber sabido que cumplías años, te lo comprábamos de todas formas-

-Me vale, no sabías como quiera-

-Pos no, nunca me dijiste, uno no es adivino-

-¿Y por qué nunca preguntaste?-

El Chema se quedó completamente en blanco. Auch… No tenía respuesta para eso, simplemente nunca había pensado en preguntarlo…

-Pos porque…-

-Como quiera ya ni me importa, este es el peor cumpleaños- tampoco había tenido tantos, pero ninguno de los seis anteriores había sido tan feo.

-A ver, mijo, tampoco digas eso, acuérdate que siempre puede ser peor-

-¡¿Voy a tener cumpleaños peores?!-

-No, digo a lo mejor, pero pos no es eso lo que quise decir- empezó a apaniquearse cuando el chamaco comenzó a lagrimear y sorber mocos.

-Yo no quiero peores cumpleaños- ese ya había sido bastante malo.

-A ver, calmado que yo no dije que vayan a ser peores, sólo que puedan ser… Además, hoy no ha estado tan mal tampoco-

-¡A que sí!- empezó a llorar ahora sí enserio.

El Chema maldijo internamente. Para acabarla de fregar…

-No, mijito, tampoco te pongas así. A ver, ven pa’ca- le hizo ademán de que se acercara para intentar limpiarle las lágrimas, pero Leonardo se desabrochó el cinturón como pudo y más bien fue y le aventó los brazos al cuello al tipo, sintiéndose mucho menos angustiado y como con un peso menos encima cuando el Chema lo acomodó para sentarlo en su regazo.

2 comentarios:

  1. Awww, que lindo. jaja. Hermoso capitulo. Thank goodness for Rutila. xD

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  2. Leito es tan bueno. Cómo se nota que a pesar de toda la estupidez de su padre, él lo ama sinceramente.
    Que sea correspondido y pueda terminar su día con una sonrisa =)

    Hermoso capítulo

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