-Rutila, tenemos que hablar- soltó el Chema desde el
estacionamiento apenas la morra le contestó.
-¿Qué pasó? Ya estoy pagando-
-Pos mira, mija- echó un vistazo a la camioneta por encima
del hombro- Estamos metidos en un pedote. Grande-
-Se te olvidó comprar algo, ¿verdad? Pues te fregaste, hay
demasiada fila y no me voy a volver a formar- agarró el recibo- Gracias-
-No, si esto es enserio… Te veo en la puerta del
estacionamiento por donde entramos-
-Este vato- renegó Rutila mientras apresuraba el paso, y
esque el Chema sonaba bastante serio.
-¿Venías de rodillas o qué? ¿Por qué te tardaste tanto?- le reclamó él cuando la vio acercarse.
-Ay, no me estés fregando, había un buen de fila. A ver, ¿Qué
era tan urgente que el “Patrón” no me podía decir por teléfono?-
-Tenemos un problemón…-
-La última vez que tuvimos un “Problemón” fue porque
quitaron la trilogía de Batman de Netflix, así que pues de tus emergencias yo
ya no sé qué pensar-
-Bueno, pos esto es diferente-
-A ver, entonces dime ya, ¿Qué pasó?-
-Puede ser que a lo mejor… Leonardo cumpla años hoy-
-….- la cara le cambió por completo a Rutila- ¿Perdón?-
seguro había escuchado mal.
-Podría ser que el cumpleaños del Leonardo sea hoy-
-¡¿Qué?!-
-¡Pos ya te dije!-
-Ay no…- ahora muchas cosas tenían sentido- ¡Eres un
pendejo, Chema!- se llevó la mano a la sien para intentar tranquilizarse, se sentía
de la chingada- ¿Pero esque cómo se te pudo olvidar?-
-Claro que no se me olvidó, no mames, pos si yo ni sabía- se
defendió.
-¡Eso está peor! ¡¿Cómo chingados puedes no saberte el
cumpleaños de tu hijo?!-
-Pues no, nunca me dijo- comenzó a alterase también.
-¿Pero no dijiste que lo mandaron con todo y papeles?-
-Pos sí, pero no los revisé-
-Ay, no puede ser… De seguro ni la cartilla de vacunación
revisaste-
-Pues…-
-Con una chingada…-
-Bueno, ya estuvo, ¿no? Necesito que me ayudes, no que me
estés gritando-
-Pos esque te mamas… Mira, ya- trató de pensar en frío- Lo
único que nos queda hacer es intentar... Pos hacer algo, lo que sea para que no
termine de pasarse tan mal el día-
-¿Qué cosa?-
-Pos déjame pensar… Primero que nada, vas a agarrar a los
chamacos y te los vas a llevar a tontear por ahí- le pasó al Humbertito- Si te
piden algo, cualquier pendejada, se los compras, cabrón, porque mínimo eso les
debes. Te los llevas a… A…- se quedó pensando- Ya sé, te los llevas a las
maquinitas o a cualquier lado, pero ni de chiste los vayas a perder de vista
que te mato si algo les pasa- había que aclarar- A ver si puedo de perdido
organizarle algo para en la noche, menos mal al rato llega el Chacorta y el
Victor va a poder estar aquí. Y a ver qué le compro de regalo, y por supuesto,
le vamos a comprar un pastel. Órale, apúrate- no tenían mucho tiempo- Y mándame
al Toro, que el Pompeyo se va contigo, él sí sabe cuidar a los niños-
-¿Estás insinuando que yo no?-
-No, pos tú dime, nomás primero pregúntale al Leonardo-
El Chema se le quedó viendo feo, si a esa morra le encantaba
echarle sal a la herida.
-Ya estás, me los voy a llevar al parque que está por la
casa- no era la gran cosa, pero había muchos juegos y al chamaco le encantaba
perder el tiempo ahí.
-Sí, yo mientras voy a hacer lo que pueda… ¡Toro!-
-Torito… Acompaña a la señora- le pidió el Chema una vez que
se acercó.
-Te los encargo, Pompeyo- se despidió Rutila de su jefe de
seguridad antes de subirse a una de las camionetas donde iban los demás
escoltas.
El Chema, por su parte, reunió valor y se dirigió a la
camioneta donde había dejado al Leonardo, y esque no es precisamente que le
tuviera miedo al chamaquillo, sino que más bien no sabía ni qué decirle… Si
nomás había escuchado lo del cumpleaños y se había alejado a marcarle a la
Rutila.
-Pompeyo, ¿puedes amarrar al Humbertito?- se lo pasó y
esperó a que el más chico estuviera en su portabebé para subirse y arrancar
rumbo al parque. Pensaba aprovechar que Pompeyo iba manejando para intentar
platicar con el Leonardo, pero el chamaco ni lo volteó a ver, iba con la vista
pegada a la ventana. Fue el viaje más silencioso y tenso que el Chema había
tenido hasta entonces…
-¿Por qué no nos vamos ya a la casa?- Leo gruñó tan pronto
como se estacionaron en el parque, él ya estaba fastidiado y quería irse a su
casa.
-Pos porque este lugar les gusta, ¿Que no?-
-No- le encantaba, pero estaba bastante molesto todavía.
-¿Pompeyo, puedes bajarte a revisar que… Que no estén
mojados los juegos?- no se le ocurrió una excusa más pendeja porque Diosito era
grande. Sí había llovido, pero hace como dos días.
El Chema se esperó hasta que el Pompeyo lo dejó solo con sus
hijos para respirar profundo y tratar de ingeniárselas con algo qué decirle al
Leonardo.
-Mira, mijo…- fue lo único que se le ocurrió.
-No-
Ah, caray…
-¿No qué?-
-No me importa-
-Leonardo, no seas grosero- ya habían empezado mal.
-Entonces no me hables-
-Mira, chamaco… Yo ya sé que estás enojado por lo del
pastel, pero pos tú te habías portado mal desde en la mañana. Igual y de haber
sabido que cumplías años, te lo comprábamos de todas formas-
-Me vale, no sabías como quiera-
-Pos no, nunca me dijiste, uno no es adivino-
-¿Y por qué nunca preguntaste?-
El Chema se quedó completamente en blanco. Auch… No tenía
respuesta para eso, simplemente nunca había pensado en preguntarlo…
-Pos porque…-
-Como quiera ya ni me importa, este es el peor cumpleaños-
tampoco había tenido tantos, pero ninguno de los seis anteriores había sido tan
feo.
-A ver, mijo, tampoco digas eso, acuérdate que siempre puede
ser peor-
-¡¿Voy a tener cumpleaños peores?!-
-No, digo a lo mejor, pero pos no es eso lo que quise decir-
empezó a apaniquearse cuando el chamaco comenzó a lagrimear y sorber mocos.
-Yo no quiero peores cumpleaños- ese ya había sido bastante
malo.
-A ver, calmado que yo no dije que vayan a ser peores, sólo
que puedan ser… Además, hoy no ha estado tan mal tampoco-
-¡A que sí!- empezó a llorar ahora sí enserio.
El Chema maldijo internamente. Para acabarla de fregar…
-No, mijito, tampoco te pongas así. A ver, ven pa’ca- le
hizo ademán de que se acercara para intentar limpiarle las lágrimas, pero
Leonardo se desabrochó el cinturón como pudo y más bien fue y le aventó los
brazos al cuello al tipo, sintiéndose mucho menos angustiado y como con un peso
menos encima cuando el Chema lo acomodó para sentarlo en su regazo.
Awww, que lindo. jaja. Hermoso capitulo. Thank goodness for Rutila. xD
ResponderBorrarLeito es tan bueno. Cómo se nota que a pesar de toda la estupidez de su padre, él lo ama sinceramente.
ResponderBorrarQue sea correspondido y pueda terminar su día con una sonrisa =)
Hermoso capítulo