lunes, 10 de diciembre de 2018

Capítulo 8 “Señor Archer, necesitamos que venga a la estación de policía…no, de Nueva York” (Ian)


 Habían pasado unos días del episodio con Reed e Easton, miércoles, me había propuesto venir temprano para cenar a tiempo con los chicos y Josephine quien siempre me ayudaba a poner la mesa,
un par de veces Reed también nos había ayudado lo cual se me estaba haciendo raro, pero suponía que quería hacer méritos para poder salir, estaba más accesible, no como Easton que había estado de malas, pero no pensaba quitar el dedo del renglón por más que el insistiera.

-Reed, ¿Le puedes hablar a Easton para que baje a cenar?-Dije cuando empezamos a servir la sopa.

-Sí, está bien.-Subió las escaleras.

Josephine y yo nos sentamos a esperarlo, la verdad es que había estado saliendo con Daniel-nuestro vecino- y con su hermana, sabía por sus padres que eran buenos muchachos, y me daba gusto ver que estaba pasándola bien y que los chicos comenzaban por lo menos a su presencia, Josephine era una persona a la que te podías acostumbrar, era muy tranquila, siempre encerrada en sí misma pero sin parecer apenada, siempre era muy segura con todo lo que decía.

-¿Te divertiste hoy?-Le pregunté.

-Sí, Ian la verdad es que Daniel y Danielle son muy simpáticos, y es bueno conocer a alguien de la escuela, espero compartamos alguna clase.

-Son buenos chicos, yo también espero que sea así, pero tampoco es como que te cueste trabajo hacer amigos, ¿no?

-Pues creo que no.-Me sonrió.

Los chicos bajaron, los dos parecían de buen humor, me sentía mal por arruinarles el verano pero sabía que se lo merecían y no quería después arrepentirme por que pasara algo grave por dejarlos hacer lo que quisieran, en especial pasaba con los chicos que tenían todas las posibilidades del mundo y cero supervisión de sus padres, Allison y yo siempre nos prometimos desde que llegó Henry a nuestras vidas que pondríamos todo por criar niños felices, que era lo más importante, no quería que sufrieran lo mismo que ella, ni que yo, aunque mis padres solo fueron ausentes pero siempre estuvieron apoyándome, yo quería ser más que la chequera de mis hijos, quería formar una verdadera familia, y por eso Allison y yo nos decidimos por tener hijos.

-¿Ya pensaron que se pondrán para la gala benéfica de los Harrison?-Pregunte.

-Ay, ¿no estábamos castigados?-Se quejó Easton.

Todos soltamos un risita, hasta Jo, y negué con la cabeza.

-Con más razón irán.-Solté, Easton odiaba los eventos sociales, pero eran parte de nosotros y de nuestra vida.

-Van puros viejitos, Ian.-Siguió quejándose.

-No soy viejo, Easton.-Me defendí.

-Bueno, ya sin ofender… pero si estas viejo, uno, y dos, van más viejitos que tú.

-Ay, por favor, East…-Empezó Reed.-La otra vez terminaste besuqueándote con la hija del senador Prince.

-Bueno ya, como sea… con un poco de champagne seguro me divertiré.

-Sin alcohol, y no estoy jugando, Easton.-Le advertí.

-¿Desde cuándo la champagne es un problema?-Alzó una ceja.

-Desde que tiene alcohol.-Respondí.-Tú también nos acompañaras, Josephine, ¿Si tienes que ponerte?

-Si.-Respondió enseguida.

-¿No quieres comprar algo?-Pregunté con tranquilidad.

-No yo…

-Si deberías comprar algo, y vamos juntos.-Soltó Reed.

-No creo que sea una buena idea.-Contesto ella.

-Sí, de todos modos mi padre lo pagará-Dijo Easton.

-¡Easton!-Lo regañé.

Sorpresivamente el lunes, Abigail me había hablado para decirme que habían descongelado sus cuentas y las de su marido difunto, al parecer ya no necesitaban nuestro dinero, pero aún quería que Josephine se quedara, me había dicho que no le había dicho a su hija, pero que ella pensaba que todo lo que ella compraba o pagaba con su tarjeta era de sus abuelos paternos, lo cual tenía bastante despreocupada a Josephine.

-Ay estoy jugando…-Rodó los ojos.

-Me muero de risa, Easton.-Soltó Jo.- Deberías…

-Ay ya no le hagas caso.-Dijo Reed.- ¿Acompáñame entonces?

-No.-Contesto cortante Josephine.

-Ya no estés enojada, ya me disculpé, no quise decir eso.-Insistió mi hijo mayor.

-¿Qué dijiste?-Pregunté.

Reed fue salvado por la campana, era el teléfono de mi oficina, casi nadie hablaba por ahí, usualmente no contestaba, de hecho no lo planeaba hacer pero Reed se levantó de inmediato y fue a contestar, supongo para salvarse del interrogatorio.

-¿Qué paso, Josephine?-Insistí a ella.

-Nada, Ian, todo bien.-Me medio sonrió.

Estaba a punto de insistir cuando regreso Reed con el teléfono en la mano, no pensaba que me fuera a pasar la llamada pero se veía serio.

-¿Qué paso?-Pregunte.

-Es de la estación de policía de Nueva York, quieren hablar contigo.-Me paso el teléfono le eche un vistazo a Josephine quien lucía preocupada.

-¿Bueno?-Conteste preocupado.

-¿Sr. Ian Archer? –Preguntaron al otro lado de la línea.-Soy el comandante Brooks, hablo de la estación de policía de Nueva York, tenemos detenido a su hijo Henry Archer.

-¿Qué?-Pregunté asombrado, se suponía que Henry estaba en Londres.- ¿Por qué?

-Por portación de sustancias ilegales.

-¿Qué sustancias?-Fruncí el ceño.

-Cannabis, señor Archer.

-Voy para allá, no se preocupe.-Solté resignado y colgué.

-¿Quién era?-Preguntó Easton.

-La estación de policía de Nueva York.-Rodó los ojos Reed.

-Papá.-Insistió Easton ignorando a su hermano mayor.

-Henry está en la estación de policías.-Suspire levantándome- Tengo que ir por él.

-¿A Nueva York?

-Wow, Easton no me dejas de sorprender con tu inteligencia.-Dijo sarcástico Reed.

-Ya, si voy a pedir que preparen el avión privado, por favor pórtense bien, y no quiero que se salgan.-Los mire serio.

-¿Puedo ir contigo?-Dijo Easton.

-No, hijo. No voy de visita, pero mañana aquí estaremos tu hermano y yo.

Cuando iba a en el avión me sentía bastante furioso, pero al mismo tiempo emocionado de ver a mi hijo, casi no había hablado con él desde el asunto de Josephine, se había negado a venir en verano, lo iba a obligar pero sabía que no era lo correcto, si Henry venía a casa tenía que ser algo bueno, no castigo, de por si mi hijo mayor no venía porque decía que era demasiada vuelta, y era cierto, pero eso nos hacía extrañarlo bastante, tanto sus hermanos como yo, pero mi hijo mayor era bastante orgulloso, y aunque insistía en hablarle casi nunca me tomaba la llamada, y cuando lo hacía siempre necesitaba colgar, sabía que con Reed e Easton hablaba más pero mis hijos siempre estaban en sus cosas, tenía que reunirlos de nuevo y volvernos tan unidos como cuando su madre estaba aquí, aunque había sido una gran pérdida, nosotros seguíamos aquí y teníamos que ser la familia que siempre había querido ella.

Aunque también estaba el tema de la marihuana y Henry, Allison y yo después de la primera ocasión donde estuvo en la estación de policía de Nueva York justamente-A Allison y a Henry les encantaba esa ciudad.- lo habían detenido por eso y por otras cosas, desde entonces ella y yo estuvimos molestando a Henry con todo tipo de cosas, revisando sus cosas, revisándolo cuando llegaba a casa, hasta una ocasión le habíamos hecho estudios, pero Henry estaba limpio así que estábamos mucho más tranquilos y lo dejamos, ¿Easton y Reed, también lo harían? Era un idiota, tenía mucho tiempo que ni me tomaba el tiempo de verlos detenidamente, pero sabía que mis hijos también eran muy cuidadosos en todo lo que hacían, ellos pensaban que me hacían tontos, pero el único que los dejaba era yo, lo cual me volvía un completo idiota, necesitaba estar más al pendiente, y más después de la madrugada pasada, y esto.

No sé qué haría con Henry, no podía estar detrás de él, pero tampoco quería obligarlo a regresarse, estudiaba Economía en Londres, donde su madre, y era un genio para las matemáticas, lo habían aceptado en muchas universidades a pesar de no haber intentado entrar, y hasta desde mucho antes que empezarán a llenar ellos sus solicitudes, pero él había escogido Londres casi desde los doce años, siempre había tenido todo tan planeado que me sorprendía desde muy pequeño.

Luego de cuatro horas de viaje por fin llegamos a Nueva York y tomé el taxi que ya me estaba esperando, necesitaba ver ya a Henry, no sabía si estaba más feliz que furioso, pero quería llegar ya, ese chico estaba en demasiados problemas, era un irresponsable.

-Buenas noches, soy Ian Archer…-Dije llegando al mostrador, vi a lo lejos a Henry en la celda.

Después de un extenso papeleo, dejaron salir a Henry con una advertencia ya que pronto sería mayor de edad, lo cual me preocupaba mucho más que a cualquiera, Henry no podía estar haciendo tonterías como esta, esta vez había sido en Nueva York, pero la siguiente podría ser en Londres, y él ni siquiera era de ese país.

-Gracias, oficiales.-Me despedí.-Lamento mucho esto.

-Adelante señor Archer.-Me contesto uno.-Y tu muchacho ten mucho cuidado.

-Si.-Contesto Henry de mal humor.

Cuando por fin salimos de ahí lo primero que hizo Henry fue abrazarme, le regrese el abrazo, lo había extrañado muchísimo, y esto me hacía entender que necesitaba ser más estricto con mis hijos, como cuando vivía Allison, porque al final solo los estaba perjudicando.

-Papá me da tanto gusto verte.-Soltó mi hijo mayor.

-A mí también, hijo aunque estas en muchos problemas, Henry.-Lo mire serio.

-Pa… no era mía ¿okay?-Comenzó.

-¿Ah no?-Alcé una ceja.

-No… ¿podemos ir a comer? Muero de hambre.-Se quejó.

-Vamos, pero no te salvas Henry, ahorita me vas a explicar no solo lo de la droga sino que haces en Nueva York, y porque no me dijiste.

Cruzamos la calle y dos calles de ahí había un restaurante veinticuatro horas, nos metimos y ordenamos en cuanto llegó la mesera, no sabía cuánto tiempo llevaba ahí Henry, pero tenía mucha hambre.

-¿Y entonces? ¿Qué haces en Nueva York, eh?-Pregunté, no lo iba a dejarlo irse por la tangente.

-Solo vine con unos amigos, pensábamos regresar en un par de días.-Puso los ojos en blanco.

-¿Y yo estoy pintado o qué, Henry? ¿Qué tal si algo te pasa, eh?-Gruñí.- ¿Es que no piensas o cómo?

-Ay no te pongas así, de verdad que no era mi intención meterme en problemas, solo veníamos rápido, no pensé que te molestara.

-Hazte el chistoso, sabías que me iba a molestar tanto así que no pagaste el boleto con tu tarjeta, ¿Y marihuana, otra vez?-Continúe regañándolo.-Henry para ser tan listo siempre terminas en los líos más tontos del mundo, no entiendo,    ¿Qué tienes en la cabeza hijo?

-Ya te dije que no era mía, papá.-Repitió.

-Ah bueno, entonces llegando a California podemos llegar a hacerte unos estudios.-Solté enojado.

-¿Por qué no me crees?-Frunció el ceño.

-Porque no me das motivos para hacerlo, Henry. No es justo que yo piense que estas un lado y estas en otro, ¿Cómo se supone que confíe en ti?

-Lo lamento ¿ya?-Pero mi hijo lo único que lamentaba era que lo hubiera descubierto.

-Y más lo vas a lamentar de la paliza que te voy a dar por mentiroso, y vamos a ir por esos estudios.

-¡Papá!-Grito.-Nadie dijo que me iba a ir a California contigo.

-Nadie te pidió tu opinión.-Conteste tajante.-Si no quieres entender por las buenas, pues por las malas, y ya veremos que pasara con Londres.

-¿Qué pasa con Londres? Yo tampoco te estoy pidiendo permiso.-Se levantó de la mesa y yo me levanté enseguida.

-Siéntate ya, Henry-Le ordené, pero él me vio retadoramente.-YA, o me voy a quitar el cinturón y te voy a dar aquí la paliza que te mereces.

-No puedes…- Dijo enojado.-Tengo diecinueve años papá.

-¿Quieres ver que si puedo?-Me llevé la mano al cinturón.

-No estás siendo justo.-Se sentó de mal humor.

-No, tú no estás siendo justo, yo te doy la confianza que te merecías y me haces esto, y te haces esto a ti, eres un chico con un gran futuro, pero te dejas llevar por tonterías como la marihuana, y no tendrías que haber venido aquí sin avisarme, no quisiste ver a tu familia por un berrinche que en el que ni siquiera están involucrados tú y tus hermanos, entiendo que no les agrade Josephine, o no quieran que este ahí, pero no me importa, su madre y yo éramos muy amigos de Abigail-Era primera vez que decía que también era amiga de Allison, pero así era solo nunca se los había dicho no quería que pensaran que me estoy justificando-Y no les afecta en nada, pero tú, hiciste todo un drama y no fuiste a tu casa, no solo me castigas a mí, también a tus hermanos, ¿por qué por un asunto sin importancia? No les quita espacio, dinero, o la comida de la boca.-Continúe-Entonces no entiendo su estúpida actitud hacia ella, pero la respeto mientras no se metan con ella, ella no tiene la culpa de nada, así que dime porque no quieres venir a casa pero si vienes a escondidas de nosotros a Nueva York. 

-Papá... no era nada personal, no es como que no los quisiera ver, si quiero... pero...-Se quedó callado-No sé, no tengo una excusa, soy un idiota.

-No lo eres, Henry. Todos cometemos errores, y a veces queremos estar solos, pero no nos apartes, somos tu familia y te queremos-Solté un poco más tranquilo. 

-Lo sé... lo lamente en verdad. Y con respecto a la marihuana, no es mía, la estaba llevando con un amigo, ya sé que a lo mejor no me crees pero es enserio.-No le creía. 

-Ya lo veremos.-No iba a quitar el dedo del renglón, las drogas no iban a arruinarles la vida.

-Papá...-Se quejó.

-El que nada debe, nada teme-Declaré.

Henry rodó los ojos bastante resignado, este niño era igual que su madre, Reed también era parecido pero él era Allison en hombre, y me daba tanta alegría y paz ver a mi hijo mayor, que a pesar de las circunstancias estaba sano, salvo, y se veía bastante bien. 

Llegamos a California a las cinco y media de la mañana, Henry estaba como si nada y es que el cambio de horario aún le estaba afectando, a diferencia de mí que me había dormido todo el vuelo.

Nos subimos a mi auto, apenas me estaba despertando, y es que no había dormido tanto y para mí si eran las cinco de la mañana no como para Henry que eran la una de la tarde. 

-¿No quieres que maneje yo?-Me pregunto. 

-¿Seguro hijo?-Me ponía un poco de nervios.

-Pues sí-Se encogió de hombros.

-Pero acuérdate que aquí se conduce del otro lado.

-Papá, llevo un año viviendo en Londres y 18 en California, no inventes.

-Bueno ya...-Suspiré-Está bien, con cuidado-Le di las llaves

Dormité porque realmente no podía dormir, no es que no confiara en los chicos solo no estaba acostumbrado a que ellos hicieran cosas y no me necesitaran mi ayuda, entonces solo intente descansar un poco.

Cuando llegamos a casa aún era muy temprano, seguro los chicos estaban dormidos así que cada quien llegó a su habitación, ya tendría tiempo para hablar con Henry, al menos estaba unos días en casa, y podríamos salir en familia y estar con él. 

1 comentario:

  1. Ya era hora que Ian se pusiera serio con esos niños caprichosos.Espero que Henry, como bien lo dijo varias veces, esté limpio. Continúala rápido!!!

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