Mientras tanto, en la casa de al lado no todo iba tan bien...
-Esque mija, si no han dicho que tengan hambre es porque no
tienen- Rutila andaba de necia en que se llevaran al Victor y al Leonardo a
cenar.
-Pos no mames, Chema, tienen que comer, mejor vamos, deja de
estar de huevón, que yo también tengo hambre-
-Pero, digo, si tuvieran hambre estarían tragando-
-Ay ya párate, o bueno, me voy yo con los morros y te
encargó al Humbertito-
-No, ya, está bueno...-
-Eso pensé...- se puso el suéter.
-¡TORO!-
Pero el Toro no respondió, así que medio extrañados
empezaron a bajar.
-Leo, Victor- les habló Rutila.
-¡Toro, ¿Dónde estás?!-
-¿Que pasó, Chema?- entró apurado- Perdón, esque los morros
me habían pedido algo-
-Ah, muy bien, entonces sabes dónde están. Háblales, diles
que vamos por tacos-
-No, Chema, yo acabo de llegar-
-Me lleva… Pos entonces ve a buscarlos-
Sin embargo, pasó buen rato y ni rastro de esos dos.
-¿O vamos nosotros y les traemos unos?- le preguntó a la
Rutila después de rato.
-No, Chema, está bien raro que no estén-
-Han de estar por ahí, pero mira ya, si quieres le marco al
Leonardo otra vez a ver si de milagro contesta-
-Sí, mejor- dijo Rutila.
-Ándale, ya que... Enfadosa- marcó y se llevó el teléfono a
la oreja- Hasta que te dignas a contestar- soltó momentos después.
-¿Qué pasó?- preguntó Leonardo nervioso.
-¿Dónde fregados estás? ¿No escuchan que les andamos
hablando o qué?-
-Pos no los escuchamos, ¿qué pasó?-
-Vamos a ir por tacos, vámonos ya que Rutila tiene hambre y
se nota-
-No pa, nosotros no tenemos nada de hambre-
-No me importa, ya vámonos- escuchó más voces- ¿Dónde estás,
escuincle?-
-Esque no queremos...-
-Que dónde estás-
-Pos aquí-
-¿AQUÍ DÓNDE?-
-Pos aquí...- habían terminado de cenar y se habían ido al
jardín a platicar.
-Te quiero en la puerta ya porque ya tenemos hambre-
-Que nosotros no... mejor al rato los vemos ¿va? Bye- colgó.
El Chema se quedó boquiabierto (como el Picachu), nadie
nunca le hacía esa majadería.
-Wey...- le dijo a Victor regresando con todos.
-¿Qué pasó?-
-Me habló mi papá- le dijo bajito.
-¿Qué pasa?- prendió otro porro Henry; Reed y Josephine se
habían quedado adentro con Ian .
Victor rodó los ojos.
-¿Y qué pedo? ¿Qué quiere o qué?-
-Pos que nos regresemos, pendejo-
-Pos ya qué, ya se había tardado...- se levantó- Pos ahí nos
vidrios, compa- se despidió de Henry- Su jefe ya nos habla-
-Está bien, ¿pero quieren hacer algo mañana?- preguntó, le
habían caído bien y era mejor que pasárselo aburrido.
-Ya estás, vato... Ah, pero mañana llega mi jefe- volteó a
ver a Leonardo.
-Pos mañana vemos- se encogió de hombros.
-Si igual ya les di mi número, ah si saben dónde conseguir
más- les enseñó su porro- Me avisan-
-Podemos negociar algo bara, ¿No?- merca era lo que sobraba
en su casa, y a Leonardo y a él no les vendría mal ahorrar un poco.
-¿Bara?- preguntó confundido, ¿todos hablaban así? Porque en
su clase de Español nadie se lo había enseñado.
-Barato, cheap-
-Ah, por eso ni te preocupes, si la consiguen, yo la compro-
-Ya estás, vato- se escuchó hasta allí al Chema gritándoles.
-Va- ya había aprendido a decir eso-Nos vemos, bro-
*
-¿Quiénes fregados se creen esos escuincles?- el Chema
seguía renegando.
-Ah pero no les querías hablar, si te ando diciendo- respondió
Rutila.
-¿Pos qué les pasa? Pinches igualados...-
Pero pasaron unos veinte minutos hasta que ese par se
apareció, venían de afuera.
-¿Dónde andaban, eh?- los interrogó Rutila.
-Pos ahí en el patio- rodó los ojos Leo.
Pero el Chema luego luego le agarró la oreja bien fuerte y
se la jaló.
-¿A ti qué fregados te pasa? ¿Desde cuándo me cuelgas el
pinche celular?-
-¡AUUUUU!- gimoteó Leo- Yaaaa, no te colgué… ¡Auuuuuu!
Yaaaaa- se intentó zafar.
-Ya vámonos- lo soltó aún molesto- Ahora sí ya tengo hambre-
-¡Ya te dije que nosotros no!- rezongó sobándose la oreja-
Yo no quiero ir-
-No me importa, Leonardo. Órale los dos o los subo al carro
a cuerazos-
-Ya te dije que no quiero- le dijo enojado.
Victor, nada tonto, caminó hacia dónde estaban Humbertito y
Rutila, y esque tampoco quería que el Chema lo fuera a acusar.
El Chema empezó a quitarse el cinto.
-¡No es justo! ¡No mames, no hice nada!-
-NO ME HABLES ASÍ, Y TE TREPAS A LA CAMIONETA PERO YA-
-¡Que no quiero!- se dio media vuelta para irse a su cuarto,
pero Victor lo agarró del brazo y lo empezó a casi arrastrar a la camioneta.
-¿Te quieres morir, ese?-
-Suéltame- se jaló Leonardo, y esque no era eso, pero el
Chema era bien pesado y si ya le había dicho que no quería ir, ¿por qué tenía
que ir ahuevo?
-Pérate wey, tampoco te busques una cueriza a lo menso- el
Chacorta tampoco era siempre bien simpático, pero a veces lo único que podía
hacer uno era aguantarse.
Leo rodó los ojos enojado, y esque Leo era mucho más
caprichoso que Victor, pero al final se subió a la camioneta de mal humor.
-¿A dónde quieres ir?- preguntó el Chema.
-Yo quiero...- comenzó Victor, quien bien podría aventarse
una segunda cena.
-Tú te callas. ¿A dónde quieres ir, RUTILA?-
-Pos vamos a los tacos de siempre- respondió ella, porque
aparte el Humbertito ya se andaba durmiendo.
-Ya estás- lo que fuera, ya tenía hambre él también.
Llegaron al lugar y se sentaron a comer. Sorprendentemente, Victor
sí comió sin problema, pero Leo seguía de mal humor.
-Bueno, ¿tú pretendes que te dé de comer en la boca o qué?- soltó
el Chema, ya casi todos terminaban y Leonardo seguía en su plan.
-¡Ya te dije que no tengo hambre!- le contestó Leonardo
enojado
El hombre rodó los ojos. Ya estaba bastante cansado como
para aparte ponerse a batallar con él.
-Pos ya déjalo- le dijo a la Rutila- Nos llevamos la comida
y si le da hambre, pos que trague- no le iba a andar ni rogando ni dándole de
comer en la boca.
Igual Leo puso los ojos en blanco y siguió de cara, y esque
él no había hecho nada.
Al final eso hicieron, se llevaron los tacos y no
insistieron demasiado antes de irse a dormir, ese chamaco estaba raro.
-Wey, se ve que el papá de esos morros es bien relajado- le
dijo Leo a Victor cuando estuvieron en su cuarto.
-Y que los trata muy bien- porque aunque el Victor quisiera
mucho a su papá, tampoco era como "Que bruto, que bien los trata
siempre."
-Sí, wey, aparte el señor era chido, ¿no?-
-Pos sí, medio estirado, pero buen pedo. Además, los vatos
me cayeron bien, son medio pachecos, ¿pero pos qué tiene?-
-Wey ¿medio? Pero como se me andaba antojando – soltó Leo- Pero
pues se me antojo más el bisne-
-Es lo que te iba a decir- Victor se sentó luego luego en la
cama- Aquí lo que sobra es merca, jamás van a notar unos gramitos que les
falten-
-Wey, ¿pero en cuanto se las vamos a dar?-
-Mmm pos no sé, ¿crees que sea buena idea dárselas al precio
o les hacemos una rebaja?-
-Pos no es como que les moleste el precio-
-Entonces sin rebaja. Ya si después se les complica, pos ahí
sí podemos bajarles el precio-
-Pos sí, aunque dudo que se les complique-
-Pos ya estás. Jalo a empezar a ahorrar-
-También jalo, pero también hay que tener cuidado, wey-
-Digo, obviamente no lo vamos a ir diciendo por ahí-
-Pos sí, ¿pero a ver cómo nos vamos a estar viendo con estos
morros si tu papá y el mío son unos mamones?-
-Wey, son los vecinos, ya nomás falta que tampoco podamos
juntarnos con ellos-
-Pos ya ves cómo son luego-
-Pero que no mamen, ¿no quieren que hablemos con nadie fuera
de la escuela o qué?-
-No sé, wey, pero a lo mejor no se ponen tan idiotas si se
los presentamos y eso-
-Yo digo que no es buena idea, capaz y les empiezan a
comprar a ellos y un día los encontramos con moscas en la boca. Y pos digo, no
sé tú, pero tampoco me encanta la idea de que los amigos que haga terminen
patas pa arriba-
-No mames, nuestros papás no les van a vender, no seas
pendejo-
-Leo, ¿no los conoces o qué? Clientes son clientes-
-Pos sí, wey pero tampoco son pendejos-
-¿Es neta que acabas de decir eso?-
-Wey, pos es que tu tambien te mamas, dudo que estos tipos
siquiera les digan que fuman marihuana, y wey, mi papa y el tuyo nos les diran
"somos narcos, ¿quieren merca?", tú también piénsale-
-Bueno, esque no conoces a mi papá como yo- ni siquiera
conocía bien al Chema.
-Ay pos como sea, ya igual se las vamos a vender nosotros
sin que sepan-
-Bueno pues, ya está entonces... Oye, ¿has visto mi
teléfono?-
-No, wey, ¿te marco?-
-Sí, no lo traigo-
-Ya está sonando-
-No se escucha, vato-
-Quién sabe dónde lo habrás dejado-
-Me va a matar mi papá...- tenía respaldo de toda la
información en google, pero de que el Chacorta se iba a enojar, se iba a
enojar.
-Para qué te digo que no. A lo mejor se te cayó en el patio,
¿vamos a ver?-
-Mejor mañana- ni iban a ver nada, el patio estaba enorme-
Espero que no llueva-
-Ojalá, pero no creo-
-Me va a llevar la que me trajo...-
-Seguro sí- ¿para qué le decía que no?- A lo mejor mañana lo
encontramos-
-Pos sí, espero que sí- ya que...
Que buen capitulo ❤❤❤❤
ResponderBorrarNo me esperaba esto para nada jajaja
A esos juntos les va a ir de feria jajajaja gracias por lo que haces ����