lunes, 24 de diciembre de 2018

¡Feliz Navidad! Capítulo 2


Mientras tanto, en la casa de al lado no todo iba tan bien...


-Esque mija, si no han dicho que tengan hambre es porque no tienen- Rutila andaba de necia en que se llevaran al Victor y al Leonardo a cenar.

-Pos no mames, Chema, tienen que comer, mejor vamos, deja de estar de huevón, que yo también tengo hambre-

-Pero, digo, si tuvieran hambre estarían tragando-

-Ay ya párate, o bueno, me voy yo con los morros y te encargó al Humbertito-

-No, ya, está bueno...-

-Eso pensé...- se puso el suéter.

-¡TORO!-

Pero el Toro no respondió, así que medio extrañados empezaron a bajar.

-Leo, Victor- les habló Rutila.

-¡Toro, ¿Dónde estás?!-

-¿Que pasó, Chema?- entró apurado- Perdón, esque los morros me habían pedido algo-

-Ah, muy bien, entonces sabes dónde están. Háblales, diles que vamos por tacos-

-No, Chema, yo acabo de llegar-

-Me lleva… Pos entonces ve a buscarlos-

Sin embargo, pasó buen rato y ni rastro de esos dos.

-¿O vamos nosotros y les traemos unos?- le preguntó a la Rutila después de rato.

-No, Chema, está bien raro que no estén-

-Han de estar por ahí, pero mira ya, si quieres le marco al Leonardo otra vez a ver si de milagro contesta-

-Sí, mejor- dijo Rutila.

-Ándale, ya que... Enfadosa- marcó y se llevó el teléfono a la oreja- Hasta que te dignas a contestar- soltó momentos después.

-¿Qué pasó?- preguntó Leonardo nervioso.

-¿Dónde fregados estás? ¿No escuchan que les andamos hablando o qué?-

-Pos no los escuchamos, ¿qué pasó?-

-Vamos a ir por tacos, vámonos ya que Rutila tiene hambre y se nota-

-No pa, nosotros no tenemos nada de hambre-

-No me importa, ya vámonos- escuchó más voces- ¿Dónde estás, escuincle?-

-Esque no queremos...-

-Que dónde estás-

-Pos aquí-

-¿AQUÍ DÓNDE?-

-Pos aquí...- habían terminado de cenar y se habían ido al jardín a platicar.

-Te quiero en la puerta ya porque ya tenemos hambre-

-Que nosotros no... mejor al rato los vemos ¿va? Bye- colgó.

El Chema se quedó boquiabierto (como el Picachu), nadie nunca le hacía esa majadería.

-Wey...- le dijo a Victor regresando con todos.

-¿Qué pasó?-

-Me habló mi papá- le dijo bajito.

-¿Qué pasa?- prendió otro porro Henry; Reed y Josephine se habían quedado adentro con Ian .

Victor rodó los ojos.

-¿Y qué pedo? ¿Qué quiere o qué?-

-Pos que nos regresemos, pendejo-

-Pos ya qué, ya se había tardado...- se levantó- Pos ahí nos vidrios, compa- se despidió de Henry- Su jefe ya nos habla-

-Está bien, ¿pero quieren hacer algo mañana?- preguntó, le habían caído bien y era mejor que pasárselo aburrido.

-Ya estás, vato... Ah, pero mañana llega mi jefe- volteó a ver a Leonardo.

-Pos mañana vemos- se encogió de hombros.

-Si igual ya les di mi número, ah si saben dónde conseguir más- les enseñó su porro- Me avisan-

-Podemos negociar algo bara, ¿No?- merca era lo que sobraba en su casa, y a Leonardo y a él no les vendría mal ahorrar un poco.

-¿Bara?- preguntó confundido, ¿todos hablaban así? Porque en su clase de Español nadie se lo había enseñado.

-Barato, cheap-

-Ah, por eso ni te preocupes, si la consiguen, yo la compro-

-Ya estás, vato- se escuchó hasta allí al Chema gritándoles.

-Va- ya había aprendido a decir eso-Nos vemos, bro-

*

-¿Quiénes fregados se creen esos escuincles?- el Chema seguía renegando.

-Ah pero no les querías hablar, si te ando diciendo- respondió Rutila.

-¿Pos qué les pasa? Pinches igualados...-

Pero pasaron unos veinte minutos hasta que ese par se apareció, venían de afuera.

-¿Dónde andaban, eh?- los interrogó Rutila.

-Pos ahí en el patio- rodó los ojos Leo.

Pero el Chema luego luego le agarró la oreja bien fuerte y se la jaló.

-¿A ti qué fregados te pasa? ¿Desde cuándo me cuelgas el pinche celular?-

-¡AUUUUU!- gimoteó Leo- Yaaaa, no te colgué… ¡Auuuuuu! Yaaaaa- se intentó zafar.

-Ya vámonos- lo soltó aún molesto- Ahora sí ya tengo hambre-

-¡Ya te dije que nosotros no!- rezongó sobándose la oreja- Yo no quiero ir-

-No me importa, Leonardo. Órale los dos o los subo al carro a cuerazos-

-Ya te dije que no quiero- le dijo enojado.

Victor, nada tonto, caminó hacia dónde estaban Humbertito y Rutila, y esque tampoco quería que el Chema lo fuera a acusar.

El Chema empezó a quitarse el cinto.

-¡No es justo! ¡No mames, no hice nada!-

-NO ME HABLES ASÍ, Y TE TREPAS A LA CAMIONETA PERO YA-

-¡Que no quiero!- se dio media vuelta para irse a su cuarto, pero Victor lo agarró del brazo y lo empezó a casi arrastrar a la camioneta.

-¿Te quieres morir, ese?-

-Suéltame- se jaló Leonardo, y esque no era eso, pero el Chema era bien pesado y si ya le había dicho que no quería ir, ¿por qué tenía que ir ahuevo?

-Pérate wey, tampoco te busques una cueriza a lo menso- el Chacorta tampoco era siempre bien simpático, pero a veces lo único que podía hacer uno era aguantarse.

Leo rodó los ojos enojado, y esque Leo era mucho más caprichoso que Victor, pero al final se subió a la camioneta de mal humor.

-¿A dónde quieres ir?- preguntó el Chema.

-Yo quiero...- comenzó Victor, quien bien podría aventarse una segunda cena.

-Tú te callas. ¿A dónde quieres ir, RUTILA?-

-Pos vamos a los tacos de siempre- respondió ella, porque aparte el Humbertito ya se andaba durmiendo.

-Ya estás- lo que fuera, ya tenía hambre él también.

Llegaron al lugar y se sentaron a comer. Sorprendentemente, Victor sí comió sin problema, pero Leo seguía de mal humor.

-Bueno, ¿tú pretendes que te dé de comer en la boca o qué?- soltó el Chema, ya casi todos terminaban y Leonardo seguía en su plan.

-¡Ya te dije que no tengo hambre!- le contestó Leonardo enojado

El hombre rodó los ojos. Ya estaba bastante cansado como para aparte ponerse a batallar con él.

-Pos ya déjalo- le dijo a la Rutila- Nos llevamos la comida y si le da hambre, pos que trague- no le iba a andar ni rogando ni dándole de comer en la boca.

Igual Leo puso los ojos en blanco y siguió de cara, y esque él no había hecho nada.

Al final eso hicieron, se llevaron los tacos y no insistieron demasiado antes de irse a dormir, ese chamaco estaba raro.

-Wey, se ve que el papá de esos morros es bien relajado- le dijo Leo a Victor cuando estuvieron en su cuarto.

-Y que los trata muy bien- porque aunque el Victor quisiera mucho a su papá, tampoco era como "Que bruto, que bien los trata siempre."

-Sí, wey, aparte el señor era chido, ¿no?- 

-Pos sí, medio estirado, pero buen pedo. Además, los vatos me cayeron bien, son medio pachecos, ¿pero pos qué tiene?-

-Wey ¿medio? Pero como se me andaba antojando – soltó Leo- Pero pues se me antojo más el bisne-

-Es lo que te iba a decir- Victor se sentó luego luego en la cama- Aquí lo que sobra es merca, jamás van a notar unos gramitos que les falten-

-Wey, ¿pero en cuanto se las vamos a dar?-

-Mmm pos no sé, ¿crees que sea buena idea dárselas al precio o les hacemos una rebaja?-

-Pos no es como que les moleste el precio-

-Entonces sin rebaja. Ya si después se les complica, pos ahí sí podemos bajarles el precio-

-Pos sí, aunque dudo que se les complique-

-Pos ya estás. Jalo a empezar a ahorrar-

-También jalo, pero también hay que tener cuidado, wey-

-Digo, obviamente no lo vamos a ir diciendo por ahí-

-Pos sí, ¿pero a ver cómo nos vamos a estar viendo con estos morros si tu papá y el mío son unos mamones?-

-Wey, son los vecinos, ya nomás falta que tampoco podamos juntarnos con ellos-

-Pos ya ves cómo son luego-

-Pero que no mamen, ¿no quieren que hablemos con nadie fuera de la escuela o qué?-

-No sé, wey, pero a lo mejor no se ponen tan idiotas si se los presentamos y eso-

-Yo digo que no es buena idea, capaz y les empiezan a comprar a ellos y un día los encontramos con moscas en la boca. Y pos digo, no sé tú, pero tampoco me encanta la idea de que los amigos que haga terminen patas pa arriba-

-No mames, nuestros papás no les van a vender, no seas pendejo-

-Leo, ¿no los conoces o qué? Clientes son clientes-

-Pos sí, wey pero tampoco son pendejos-

-¿Es neta que acabas de decir eso?-

-Wey, pos es que tu tambien te mamas, dudo que estos tipos siquiera les digan que fuman marihuana, y wey, mi papa y el tuyo nos les diran "somos narcos, ¿quieren merca?", tú también piénsale-

-Bueno, esque no conoces a mi papá como yo- ni siquiera conocía bien al Chema.

-Ay pos como sea, ya igual se las vamos a vender nosotros sin que sepan-

-Bueno pues, ya está entonces... Oye, ¿has visto mi teléfono?-

-No, wey, ¿te marco?-

-Sí, no lo traigo-

-Ya está sonando-

-No se escucha, vato-

-Quién sabe dónde lo habrás dejado-

-Me va a matar mi papá...- tenía respaldo de toda la información en google, pero de que el Chacorta se iba a enojar, se iba a enojar.

-Para qué te digo que no. A lo mejor se te cayó en el patio, ¿vamos a ver?-

-Mejor mañana- ni iban a ver nada, el patio estaba enorme- Espero que no llueva-

-Ojalá, pero no creo-

-Me va a llevar la que me trajo...-

-Seguro sí- ¿para qué le decía que no?- A lo mejor mañana lo encontramos-

-Pos sí, espero que sí- ya que...

1 comentario:

  1. Que buen capitulo ❤❤❤❤
    No me esperaba esto para nada jajaja
    A esos juntos les va a ir de feria jajajaja gracias por lo que haces ����

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