domingo, 14 de octubre de 2018

Chema Venegas, capítulo 5


Quien tampoco se sentía nada bien era Leonardo, le dolía la cabeza y estaba muy enojado aún bajo las sábanas de su cuarto.


-Arriba- entró su padre a abrir las cortinas y encender las luces- Salió una vuelta y no te voy a dejar aquí solo-


-No quiero, vete- ¿A dónde tenían que ir? Qué pedo?- Déjame en paz, me siento mal -

-Qué tienes?-

-Me duele la cabeza-

-Ah sí, pos con el fiestón de ayer cómo no?-

-Ya déjame en paz-

-Arriba- le soltó una palmada.

-¡Que ya me dejes! No quiero ir- gimoteó enojado.

-No te puedo dejar aquí cuando te sales cada dos minutos-

-No me voy a salir

 -No te vas a quedar-

-Sí, ya sé que andas crudo, pero tenemos que salir-

-No quiero...-

-Órale- aventó ropa a la cama- Tengo un negocio urgente y el Chacorta no es muy paciente tampoco-

-Chingados- se levantó muy enojado, enserio si sentía muy mal.

-Órale-

Leonardo se vistió de mala gana, enserio tenía más que una cruda, maldita sea su suerte.

Victor, por su parte, ya se había olvidado de lo mal que se sentía. Iba prácticamente saltando de emoción en el asiento de la camioneta auto junto a su papá.

-¿Ya te sientes mejor?- le preguntó su padre

-¿De qué?-

-De la cruda.

-Ah, sí, mejor- con tal de acompañarlo a una vuelta del trabajo...

Tardaron unos veinte minutos en llegar y, cuando su padre se estacionó, el Chema y Leo ya los andaban esperando.
Victor fue inmediatamente a saludar a su amigo, aunque al Chema ni lo volteó a ver.

-Qué onda- le dijo Leo.

El Chema vio a Chacorta.

-¿Que pasó, Chacorta? Pensé que tú morro estaría mejor educado y después de la borrachera de ayer con Leonardo me iba a saludar con más gusto-

-¿Con quién?- porque si algo había hecho bien Victor había sido no decirle que su compañero de peda era el hijo del Chema Venegas.

-¿Ah, no te dijo?-  preguntó Chema- Victor y el Leo se fueron juntos de peda-  

El muchacho le dirigió al Chema una mirada de desprecio, odio y rencor.

-Sí te dije, pa- había dicho que con un amigo, no era mentira.

Chacorta negó con la cabeza.

-Se pasan de pendejos- contestó. Ya hablarían de eso después.

-Eso que ni qué-

Los muchachos se alejaron un poco para al menos hablar tranquilos. Aunque Leonardo no estaba tan hablador como Victor.

-Rutila se pasó- soltó Leo.

-Eso sí, me metió en broncas con mi jefe, me fue como en feria con él- contestó el hijo de Chacorta, aunque ni de chiste se veía tan furioso y resentido cómo Leo.

-Ni me digas, que el Chema estaba furico- contestó serio, aparte se sentía tan mal.

-Pos sí, pero eso nos pasa por tontos, nos debimos haber quedado a dormir en la camioneta y ya-

-Pos no se wey- soltó Leo- Mi papá me iba a seguir buscando como idiota.

-Pero pos es normal, ¿no? Digo, es tu papá-

-Pos no sé, se ve que tu papá es más buena onda, ¿no?-

-Pos buena onda  sí es, pero más quién sabe, ni conozco al Chema. ¿Cómo es o qué?-

-Es un pendejo wey- dijo enojado.

-Ah caray... ¿Por?-

-Pos así es

-¿Pero pendejo cómo?-

-Pos se la pasa fastidiando, y me tiene encerrado como perro-

-Ah bueno, pero pos así estamos prácticamente todos. Digo, sin seguridad yo tampoco puedo salir si no es a la escuela-

-Pos como sea, yo no salgo para nada -

-Pos eso está raro- le habló su papá de repente.

-Ya nos vamos. Córranle-

-¿A dónde?- Victor se acercó y comenzó a hacerle al Chacorta mil preguntas de cada cosa que veían en el lugar.

-Ahorita ves- le dijo Chacorta- Con calma huerco-

Pero mientras Victor iba de lo más cómodo, el Chema iba contestando llamadas y ladrando órdenes a su gente. Y Leonardo también iba quejándose y de mal humor, ya quería irse a acostar de nuevo, su padre era lo peor del mundo.

-Oye Chema, Leo no se siente bien- Victor le llamó de lo más igualado. No le cagaba el tipo, pero tampoco es como que lo respetara un chingo.

-Pos como se va a sentir después de su peda de ayer, me sorprende que tú no te sientas así- respondió, pinche chamaco igualado.

-Pero que genio, yo nada más decía... Como parece que no te has dado cuenta-

-Pos sí me di, pero eso les pasa por estar de borrachos hasta las cuatro de la mañana-

-Como sea- el muchachito lo ignoró. Para seguirle con regaños pos qué hueva.

La vuelta fue más movida de lo que Victor pensaba y más de lo que a Leo le hubiera gustado.

-Que carita, eh- le dijo Chacorta a Leonardo, aunque éste prefirió no contestar nada.

-No le hagas caso, Chacorta, estos días está que no se aguanta ni él- resopló el Chema, y esque el niño no era así cuando había llegado.

-Pos es la edad, hombre, pero pos tienes que hacerle caso, ¿o quieres que termine igual de descarriado que la Rutila nomás por andar llevando la contra?-

-No, más le vale que le baje, porque ya habíamos quedado que iba quitar sus carotas-

-Pa, ¿y cuantas vueltas hay para ahorita oqué?- Victor los interrumpió, de lo más recargado en el hombre. Él iba casi casi abrazadote al Chacorta cuando el otro llevaba una jeta de andar oliendo pedos.

-Pos solo son unas cuantas más,  mijo, y tranquilo, no comas ansias-

-Gracias por traerme- le sonrió como si no le hubiera soltado unos cuerazos bien pesados al mediodía, y esque él estaba bien contento- Eres el más chingón-

-Pos las cosas bien hechas si se pueden mijo- le apretó la mano- Tú vas a ser más chingón-

Leo sentía unos celos inmensos por los dos, y es que a pesar de que El Chema si lo llevaba, ni lo pelaba o le andaba diciendo que no hiciera nada.

-Bueno, sí es cierto- tampoco iba a negar lo inevitable- Pero mientras tú-

-Bueno, es justo-

-¡Órale, Leonardo, que tenemos que ir a otra cocina!- lo apuró el Chema desde donde estaba.

Leo rodó los ojos enojado

-Ya voy-

El Chema se abstuvo de tronarle los dedos.

-Bueno, ¿nosotros nos vamos en una camioneta por la ruta del centro y ustedes por la del norte?- procuraban no ir todos juntos al mismo lado.

-Yo me voy con Leo- se autoinvitó el Victor a la camioneta del Chema, quien no dijo nada.  

-Sí, como quieran pero hay que movernos- los apuro.

Los muchachos se subieron al asiento de atrás, más animados con la idea de ir echando desmadre juntos.

-...Y pos también tenemos las tiendas, que sí dejan pero no tanto como cuando mandas a los gringos- Victor le iba explicando a su amigo todo lo que el Chema no le había dicho.

-Órale, no sabía- contestó el muchacho, que no hacía más que enojarse más con su papá- Y si al Chacorta no le gusta que vengas, ¿por qué te dice todo eso?-

-Pos a veces me dice mi tío, y él sí quiere que le entre, pero pos además tengo que saber porque nimodo que venga y no sepa ni qué pedo con las cosas-

-Pos que bueno que Chacorta piense así y no se porte como un idiota como otros. Aparte, entonces tu tío es súper buen pedo, ¿no?-

-Pos a veces wey, sí tiene muchas broncas con Rutila, pero mientras me sirva a mí...-
El Chema se abstuvo de comentar, pero no le gustaba nada la actitud de ese día del Leonardo.

-Me tiene hasta la madre este pinche escuincle, ya no lo aguanto- soltó con Chacorta cuando los huercos andaban de fisgones en la cocina. Y esque hace unos días no había querido dejarlo con la Rutila, pero en esos días el Leonardo tampoco tenía esa actitud mierda.

-Ay mi Chema- soltó Chacorta- Pos mételo en cintura, yo así traigo al  Victor, lo traje a pesar de sus pendejadas porque a lo mejor así deja de meterse en problemas, pero no se salvó de la cueriza que le di, yo ya le hubiera volteado la cara al huerto malcriado que tienes-

-Pos sí lo he hecho, pero queda peor-

-Pos es que no es solo la paliza, Chema, habla con él, dile que lo quieres y le dices cómo van a estar las cosas, y que si no le gusta pos se chinga y que no lo quieres de jeta. Los pinches pubertos son un dolor de cabeza, así que cuidado, no quieres tener una Rutila-

-No pos sí quiero, pero a la de verdad. Y sí le dije al Leonardo ayer que se tenía que cuadrar, pero hasta parece que se pone peor nada más para chingarme-

-Pos dícelo más claro, yo siempre así soy con el Victor, no le doy opciones, pero también ahí ando atrás de él, pa que vea que no todo es regaño, también hay que saber dónde torcer la mano, Chema-

-Sí, pero pos no me quiere atrás de él, si el otro día los lleve a él y al Humbertito al río y traía una jeta de hueva-

-Pos es que no es de que quiera, y nunca caigas en su juego, si anda de hocicón le volteas la cara, pero tú cómo si nada, sin enojarte, y siempre son así, los obligas y traen una jetota, pero si no se quejan de que nos los llevas. Yo siempre le digo al Victor “Si vas a andar de jeta, no vayas, pero si luego te quejas, me las pagas.”-

-Pos esque sí, esa vez estaba de que no quería ir y no sé qué, y luego me dijo que ni lo pelaba el escuincle descarado, y que nada más al Humbertito, hazme el chingado favor-

-Así son, por eso te digo dile “¿Qué te pasa?” Y que te explique, y le explicas las cosas una y otra vez, y si sigue chingando le dices “Porque te estoy diciendo”. Inténtale, vas a ver que funciona- 

-Pos espero, que estoy a nada de darle el gusto y dejarlo con la Rutila a la que según quiere tanto-

-Uyyy no, eso no, eh, luego ya va a tomarte bien la medida-

-A ver, ¿cómo está eso?- no entendía ni madres.

-Sí, si se sale con la suya , olvídate de que haga lo que tú quieras, eh, luego te va a andar chantajeando que a la primera lo dejaste con la Rutila y ahí sí vale madres-

Chingado huerco dramático, sí se lo imaginaba luego luego.

-Pos a ver qué pasa, de eso sí no puedo darme el lujo-

-Sí, tu enséñale quién manda, y hasta dónde puede llegar y dónde tiene que calmarse o va a ver-

-Pos de esto sabes más que yo- sólo de eso, pero bueno.

-Pos por eso te digo-

-¿Se puede ir Leo a la casa?- Victor llegó preguntándole al Chacorta. Los muchachos estaban mucho menos alborotados, habían caminado ya un chingo.

Al Chema, sin embargo, no le cayó muy en gracia que a él ni lo voltearan a ver.

-Ni de pedo, Leonardo, ya tuviste bastante salida con la de anoche-

Leo rodó los ojos enojado.

-Ay no mames, tampoco fue para tanto- no era justo, ya le había pegado y aun así no lo dejaba hacer nada.

-Bájale que te pego en la boca-

Leonardo rodó los ojos pero ya no le dijo nada.

-¿Por qué no?-  preguntó Victor.

-Porque yo no sé tu papá, huerco, pero para mí no fue ningún chiste lo de ayer, ya dije que no-

Victor rodó los ojos.

-No, pos sí tienes razón, sí es bien aguado- le dijo a Leo.

-Te dije...- 

-Pos bueno, entonces ya nos vamos Chema- anunció Chacorta- Ay nos vemos luego-  

-Pos ya que. Igual a ver cuándo vas a la casa- le dijo Victor no muy contento.

-Creo que nunca- rodó los ojos- Pero a ver...-

-Allá hay seguridad y eso-

-Si, pero ya viste- dijo con un suspiro- Pero a ver qué día nos vemos...-

-Pos sí, a ver cuándo-

-Ya está, entonces ya quedó, Chacorta, hablamos- el Chema ya se quería ir.

-Adiós, Chema, escucha lo que te digo, y nos vemos pa la otra- le contestó- Súbete ya a la camioneta, mijo-

Al Chema no le encantaba la idea de hacerle caso al Chacorta, pero ya no aguantaba la situación con ese huerquillo tampoco.

Leo se subió de mal humor la camioneta. A pesar de que se la había pasado medio bien con Victor, aún se sentía bastante mal y tenía mucha hambre, no había comido nada…

3 comentarios:

  1. Cada vez me gusta más esta historia pero el Chema no deja de ser un idiota no ve que su hijo quiere cariño

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  2. Aún sale lo de la comprobación, pero bue...
    Me encanta mi Leito. Gracias por actualizar. Siempre lo espero jejje

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  3. Que difícil es leornardo, pero creo que en el fondo necesita mucho amor... y a veces el Chema se pasa de menso, ni entiende lo que le dicen, veremos que pasa.

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