Leo se subió de mal humor la camioneta. A pesar de que se la había pasado medio
bien con Victor, aún se sentía bastante mal y tenía mucha hambre, no había
comido nada.
-Llegando te vas a ir a sentar a la cocina a comer algo y tomar agua-
-No tengo hambre- él había escuchado como Chacorta le había dicho a Victor que comían juntos y a él lo mandaba como el empleado.
-Tienes que comer algo, no puedes estar todo deshidratado-
-No me importa, no tengo hambre-
-No te estoy preguntando, no nos vamos a levantar de la mesa hasta que comas-
-No me importa, no tengo hambre-
-No te estoy preguntando, no nos vamos a levantar de la mesa hasta que comas-
Gran manera de acompañarlo a cenar.
-Pues espero que te pongas cómodo-
-Vamos a hablar muy seriamente mientras espero-
-¿De qué?- preguntó el muchacho un poco nervioso.
-Ya en la casa te voy a decir-
-Ay- se quejó-Que hueva-
-Ya, Leonardo, es enserio-
-¿Pero qué dije?-
-No es cosa de "hueva", es una plática seria-
-Bien...-
***
***
-Cuando puedo ir a casa del Chema?- Victor preguntó en el
carro.
-Pues... no sé, no sé qué le parezca al Chema, mijo-
-Pues... no sé, no sé qué le parezca al Chema, mijo-
-Pues no creo que le moleste si ni está-
-Pues no se mijo, pero es casa ajena y se respeta, y si a
Leonardo no le dan permiso, se respeta-
-Pues sí, pero que no joda, no es como que tenga muchos
amigos en esto- en la escuela sí tenía amigos, pero nimodo que los llevara a su
narcocasa.
-Pues ya sé, mijo, pero la verdad es que la cosa con Leo y
el Chema no está tan bien como para que tú le eches leña al fuego-
-Nada más quiero ir, ¿qué tiene?-
-Pues que el Chema es un mamón, no te estoy regañando-
-Pues esque que hueva, digo, entonces debería dejarlo salir
o no sé-
-Eso digo yo, pero del hecho al trecho, mijo, yo no soy su
papá-
-Pues que mala suerte-
Chacorta le sonrió.
-Sí, ¿verdad?
-Sí, bueno fuera-
-Ajá, ¿ya tienes hambre, o qué?-
-Sí, yo sí-
-Ah, que bueno, porque yo también. Ahorita ya comemos-
-Ah, que bueno, porque yo también. Ahorita ya comemos-
-¿Qué vamos a comer?-
-No sé, ¿Qué quieres?-
-Burritos-
-Pues burritos, entonces- le sonrió.
-¿De la calle, pa?-
-Bueno, pues te bajas rápido por ellos, pero rápido-
-¿No nos los podemos comer ahí y ya?- tenían comprada a la
policía de todos modos.
-Vamos pues- él ya quería llegar a su casa, pero el huerco
andaba muy animado.
-O si no quieres no-
-Sí quiero, vamos-
-Bueno, está bien, sólo porque tú quieres-
-Bueno, está bien, sólo porque tú quieres-
-Que sacrificio el tuyo-
-Sí, pa, pero por ti está bien- ese día no podía ser mejor.
Pero mientras Chacorta comía burritos, el Chema se enfrentaba a una actitud bastante desafiante.
Pero mientras Chacorta comía burritos, el Chema se enfrentaba a una actitud bastante desafiante.
-Tienes que tragar algo- se pasó la mano por el rostro.
-Ya te dije que no quiero, me siento mal y aparte me quiero
a dormir- se quejó Leo.
-Es para que se te asiente el estómago-
-Que no, esto ni siquiera me gusta-
-No es para que te guste, es para que te sientas mejor-
-Ya te dije que no, me quiero ir a dormir-
-Cuando comas te puedes dormir-
-¡Que no quiero! Ya déjame tranquilo- comenzó a gimotear y se recostó en la mesa- Me siento de verdad mal, llevo todo el día en el sol de aquí para allá y tú solo quieres molestarme-
-¡Que no quiero! Ya déjame tranquilo- comenzó a gimotear y se recostó en la mesa- Me siento de verdad mal, llevo todo el día en el sol de aquí para allá y tú solo quieres molestarme-
-A ver, cálmate que así no te entiendo-
-No me interesa, entiende que me quiero ir acostar-
-No me interesa, entiende que me quiero ir acostar-
El Chema soltó un manazo bastante fuerte a la mesa, haciendo
que el chiquillo medio saltara.
-¿Qué te pasa?- gruñó Leo- Para todo tienes que gritar y
pegar? Ya ni el papá de Victor es tan intenso como tú-
-Pero yo soy tu papá, no el de Victor. Y ya empieza a comer, que quiero hablar contigo- ese huerco era un payaso, el Chema no le había puesto un dedo encima hasta el chistecito de casa de Rutila.
-Pero yo soy tu papá, no el de Victor. Y ya empieza a comer, que quiero hablar contigo- ese huerco era un payaso, el Chema no le había puesto un dedo encima hasta el chistecito de casa de Rutila.
-Para mi mala suerte- soltó enojado- Y no tengo hambre,
enserio me siento muy mal, me duele la cabeza y la garganta y estoy harto de
que me estés gritando y mangoneando, así que si me tengo que dormir aquí,
nimodo-
-Pues yo también estoy harto de que para todo repeles y
hagas caras. Si te sientes mal, es por la cruda-
-No es cierto, es por el maldito baño de agua helada que me diste
porque eres un neurótico-
-Porque así se baja la borrachera, pero pos bueno, ahorita
te tragas eso y te traigo un doctor-
-¡Que no!-
-¡Que no!-
-A ver, ya estuvo. No me vas a estar gritando ni repelando. ¿Te
sientes mal? Te llevo al doctor y ya está-
Leonardo si sentía muy mal, pero no tenía ganas de ir al doctor.
Leonardo si sentía muy mal, pero no tenía ganas de ir al doctor.
-Sólo quiero dormir- suspiró enojado y comenzó a comer de
mala gana, aunque también comenzaron a brotarle lágrimas de los ojos.
El Chema exhaló pesadamente y le envió al Toro la orden de
traer un doctor tan pronto como fuera posible.
-Mira mijo, ya no quiero que nos la pasemos discutiendo-
Leo se limpió la cara con su mano desocupada, pero no alzó
la mirada.
-Ajá...-
-Ni me la quiero pasar gritándote ni regañándote. Hace unas
semanas estábamos muy bien-
-Pues al parecer te emocionaba la idea de que estuviera aquí...-
-Pues al parecer te emocionaba la idea de que estuviera aquí...-
-Y todavía, sí me emociona mucho, nomás que si algo te
molesta, necesito que me lo digas y no que nada más andes ahí rompiendo las
pocas reglas que hay-
-No sirve de nada que te diga algo, porque solo empiezas a decirme que yo soy el que está mal, te dije que te quería acompañar y dos días estuvo bien, y luego comenzaste a gritónearme y ni me dices nada, parece que sólo andas cargando un bulto y nunca estás conmigo, ésta es como la tercera vez que estamos comiendo juntos y eso porque yo no quería comer y tú ahuevo me quieres obligar a hacer las cosas cuando no quiero-
-No sirve de nada que te diga algo, porque solo empiezas a decirme que yo soy el que está mal, te dije que te quería acompañar y dos días estuvo bien, y luego comenzaste a gritónearme y ni me dices nada, parece que sólo andas cargando un bulto y nunca estás conmigo, ésta es como la tercera vez que estamos comiendo juntos y eso porque yo no quería comer y tú ahuevo me quieres obligar a hacer las cosas cuando no quiero-
-Mijo, esque te llevo a mi trabajo, no de paseo-
-Pues sí, pero tampoco te costaría nada ser más amigable y contarme más cosas. Victor se sabe todos los bisnes de Aurelio y Chacorta y tampoco lo llevan a pasear-
-Pues sí, pero tampoco te costaría nada ser más amigable y contarme más cosas. Victor se sabe todos los bisnes de Aurelio y Chacorta y tampoco lo llevan a pasear-
-Pues Victor es un chamaco que no tiene porqué saber nada de
eso. Y yo puedo dejar de estarte regañe y regañe, pero tú habías quedado en
dejar de andar con jetas y de respondón-
-Pues me sentía mal y te importó un pepino, todo el día te dije y todo el día te lo pasaste por el arco del triunfo-
-Pues me sentía mal y te importó un pepino, todo el día te dije y todo el día te lo pasaste por el arco del triunfo-
-Porque todo mundo se siente mal cuando está crudo-
-¿Y tenías que probar qué? Si ya me pegaste, y te pusiste
como loco, ¿eso vale pa pura madre o cómo? Ni comí nada en la mañana y te vale,
el chiste es que yo haga lo que tú quieres, ¿no? Sino te pones más pesado-
Enserio?
-El chiste es que tenía cosas que hacer que no podían esperar
a que se te pasara la cruda-
-Nunca me quieres llevar, y era obvio que no me iba a volver
a salir, no soy pendejo, y te valió que me sintiera mal a pesar de que dijiste
que ya no me ibas a llevar-
-Ni tan obvio- crea fama y échate a dormir, dicen.
-Ay bueno... como sea-
-Como sea nada. Yo voy a tratar de... Ser paciente, pero ya
no quiero jetas ni que estés de hocicón, porque ahí sí vas a ver. Podemos
llevar la fiesta en paz, pero tienes que cuadrarte-
-Ya te dije ayer que sí, pero tú también pon de tu parte-
-Pues me dijiste que sí, pero apenas me volteé te saliste de
peda con el Chacortita-
-No fue a propósito- soltó Leo enojado- Él llego a la fiesta, pero ya que te digo-
-Ni tenías porqué estar en esa fiesta, a la que te pude haber dejado ir-
-No fue a propósito- soltó Leo enojado- Él llego a la fiesta, pero ya que te digo-
-Ni tenías porqué estar en esa fiesta, a la que te pude haber dejado ir-
-Ya sé-
-Pos bueno... Espero que ya haya quedado claro entonces-
-Sí- suspiró el muchacho que sólo jugaba con la comida.
-Sí- suspiró el muchacho que sólo jugaba con la comida.
-Pos ya está. Come algo para que te vea el doctor-
-Ya comí- como tres brocados- Y no tengo mucha hambre-
-Aunque sea pásate medio plato-
-Aunque sea pásate medio plato-
Leo le hizo un gesto a la comida, pero obedeció.
-¡¿Toro, qué pedo con lo del doctor?!-
-Mejor que no venga, no me gustan los doctores- soltó el
adolescente
-No te sentías mal?-
Bastante.
-Pues sí... pero- me cagan los doctores- Pues se me quita-
-Pero pues si estás enfermo, hay que traer un doctor-
-Pero...-
-¿Pero qué?-
-Pues es que no me gustan los doctores-
-Bueno, nimodo mijo, que te revisen de una vez y ya nos digan si estás enfermo o es la cruda. No me voy a andar con rodeos-
-Bien...-
-Pos está bueno-
No mucho después, el doctor subió a la recámara del muchacho, dónde también estaba el Chema para saber de primera mano qué pedo con el escuincle.
-Pero pues si estás enfermo, hay que traer un doctor-
-Pero...-
-¿Pero qué?-
-Pues es que no me gustan los doctores-
-Bueno, nimodo mijo, que te revisen de una vez y ya nos digan si estás enfermo o es la cruda. No me voy a andar con rodeos-
-Bien...-
-Pos está bueno-
No mucho después, el doctor subió a la recámara del muchacho, dónde también estaba el Chema para saber de primera mano qué pedo con el escuincle.
-Buenas noches- dijo Leo bastante incómodo cuando el doctor
entro y los saludo.
-Buenas mi doc, quería ver si podía revisar al huerco este-
-Sí, don Chema, ¿cuál es el problema, joven?-
-Pues me duele mucho la cabeza, la garganta, y creo que hace rato tuve fiebre...-
Después de revisarlo, el doctor llegó a una conclusión no muy agradable.
-La garganta está muy mal-
-¿Que tiene doctor?- preguntó Chema preocupado.
-Presenta inflamación, probablemente por la exposición inadecuada a corrientes de aire frío. Incluso es probable que en el mismo momento haya atrapado algún virus que haya infectado la garganta-
-¿Y? ¿Qué nos recomienda?-
-Lo más práctico son tres dosis de antibiótico vía intravenosa- con eso se refería a tres inyecciones, pero nunca le había dado buen resultado el decirlo así.
-Pos eso haga, ¿le falta algo?-
El muchacho palideció.
-No mames, no- lloriqueó- ¡Esta loco!-
-¡Leonardo!- eso sí que el hombre no se lo esperaba. Pinche huerco grosero.
-Pues no voy a dejar que me inyecte-
-¡Bueno, ¿qué tiene?!-
-¿Como que, que tiene? Pues me va doler un chingo- sin contar que el doctor le iba a ver todo el trasero lleno de las marcas del cinto.
-Claro que no, no se siente nada-
-¡Claro que sí! No voy a dejar que me inyecten, ya te dije-
-Primero que nada, te calmas. Segundo, ya te dije que sí-
-Nooo- dijo Leonardo muy asustado.
-Sí, don Chema, ¿cuál es el problema, joven?-
-Pues me duele mucho la cabeza, la garganta, y creo que hace rato tuve fiebre...-
Después de revisarlo, el doctor llegó a una conclusión no muy agradable.
-La garganta está muy mal-
-¿Que tiene doctor?- preguntó Chema preocupado.
-Presenta inflamación, probablemente por la exposición inadecuada a corrientes de aire frío. Incluso es probable que en el mismo momento haya atrapado algún virus que haya infectado la garganta-
-¿Y? ¿Qué nos recomienda?-
-Lo más práctico son tres dosis de antibiótico vía intravenosa- con eso se refería a tres inyecciones, pero nunca le había dado buen resultado el decirlo así.
-Pos eso haga, ¿le falta algo?-
El muchacho palideció.
-No mames, no- lloriqueó- ¡Esta loco!-
-¡Leonardo!- eso sí que el hombre no se lo esperaba. Pinche huerco grosero.
-Pues no voy a dejar que me inyecte-
-¡Bueno, ¿qué tiene?!-
-¿Como que, que tiene? Pues me va doler un chingo- sin contar que el doctor le iba a ver todo el trasero lleno de las marcas del cinto.
-Claro que no, no se siente nada-
-¡Claro que sí! No voy a dejar que me inyecten, ya te dije-
-Primero que nada, te calmas. Segundo, ya te dije que sí-
-Nooo- dijo Leonardo muy asustado.
-Podría dar medicamento- intervino el doctor- Pero sería
mucho más lento y podría agravarse la situación-
-No, ya me oyó- el Chema no iba a saber qué hacer con un huerco enfermo.
-¡Ya te dije que no!- gritó Leo- Me va a doler muchísimo-
-¡Oh, que no!-
-¡Claro que sí!-
-¿Puedo hablar con mi hijo a solas?- el doctor salió inmediatamente, tampoco quería problemas- Ahora sí, cuál es el problema?- el Chema no se creía eso de que "le iba a doler".
-Pues que ese doctor me quiere inyectar, ¿Que pedo? Ni siquiera me siento tan mal como él lo pinta-
-¿Sí oíste que te puedes poner peor si no?-
-No, ya me oyó- el Chema no iba a saber qué hacer con un huerco enfermo.
-¡Ya te dije que no!- gritó Leo- Me va a doler muchísimo-
-¡Oh, que no!-
-¡Claro que sí!-
-¿Puedo hablar con mi hijo a solas?- el doctor salió inmediatamente, tampoco quería problemas- Ahora sí, cuál es el problema?- el Chema no se creía eso de que "le iba a doler".
-Pues que ese doctor me quiere inyectar, ¿Que pedo? Ni siquiera me siento tan mal como él lo pinta-
-¿Sí oíste que te puedes poner peor si no?-
-Pero no mames, odio las inyecciones, aparte no voy a dejar
que ese doctorsucho me vea el trasero-
-No, pos entonces no sé cómo pretendes que haga su trabajo-
-Pues mejor que se vaya-
-Claro que no, no pasa nada con una inyección-
-¡Son tres!-
-Pero nomás una hoy-
-¡Ya te dije que no!-
-¿Pero cuál es el bendito problema? ¿Por qué no?-
-Porque duele un chingo-
-Leonardo, claro que no-
-Claro que sí-
-Pues mira, lo siento porque es lo que está diciendo el doc y eso se va a hacer-
-No-
-Te estoy explicando que eso se va a hacer porque es lo que dijo el doctor-
-Que no, no puedes decidir en todo caso, es mi cuerpo, no el tuyo-
-Yo decido sobre él hasta que tengas 18, y además es para que no empeores-
-Pues no, y ya déjame, igual él dijo que me podían dar medicamento
-Pero puede que no jale-
-Pues lo intentamos, no voy a dejar que me inyecten-
-No, esque te estoy avisando, y ya te expliqué por qué. No voy a andar discutiendo ni jugando con eso-
-¡Pero no es justo! ¡No me gustan las inyecciones, y en todo caso todo es tu culpa!-
-No, pos entonces no sé cómo pretendes que haga su trabajo-
-Pues mejor que se vaya-
-Claro que no, no pasa nada con una inyección-
-¡Son tres!-
-Pero nomás una hoy-
-¡Ya te dije que no!-
-¿Pero cuál es el bendito problema? ¿Por qué no?-
-Porque duele un chingo-
-Leonardo, claro que no-
-Claro que sí-
-Pues mira, lo siento porque es lo que está diciendo el doc y eso se va a hacer-
-No-
-Te estoy explicando que eso se va a hacer porque es lo que dijo el doctor-
-Que no, no puedes decidir en todo caso, es mi cuerpo, no el tuyo-
-Yo decido sobre él hasta que tengas 18, y además es para que no empeores-
-Pues no, y ya déjame, igual él dijo que me podían dar medicamento
-Pero puede que no jale-
-Pues lo intentamos, no voy a dejar que me inyecten-
-No, esque te estoy avisando, y ya te expliqué por qué. No voy a andar discutiendo ni jugando con eso-
-¡Pero no es justo! ¡No me gustan las inyecciones, y en todo caso todo es tu culpa!-
-Pues lo siento mucho, es lo que vamos a hacer, pero no te apures, no pasa nada-
-Igual no me puedes obligar- claro que le iba a doler y aparte iba a pasar la humillación de su vida, ¿Qué tal si el viejo hacia alguna observación de su trasero?
-No, sí puedo y va a pasar. Ya te expliqué y lo siento si no te parece-
-Pues no-
-No quiero una escena... Pásele, doc-
-Que no...-
-¿De pie o acostado?- preguntó el doctor lo más profesional que le fue posible.
-No me va a inyectar-
-Leonardo, nomás contéstale-
-Ya te dije que no quiero-
-¿Voy a tener que agarrarte?-
Leonardo no dijo nada,
pero ni siquiera se movió, estaba loco si creía que lo iban a inyectar.
El Chema lo tomó del brazo y se sentó en la cama.
-Nooooo- se empezó a jalar- Por favor-
-No pasa nada- lo tiró sobre sus rodillas.
-Nooooo- se siguió retorciendo, maldito Chema- Suéltame, suéltame...-
-Espérate-
-No, no- comenzó a lloriquear- No quiero...-
El Chema bajó un poco el pantalón del muchacho y el doctor comenzó a limpiar la zona.
-AUUUU- gimoteó el muchacho- Déjame-
El Chema se abstuvo de poner los ojos en blanco. Ni le hacían nada todavía.
-¡Ya sueltame! Noooo- se seguía retorciendo.
El Chema lo agarró más fuerte mientras la jeringa entraba.
-AUUUUUU, YAAAA- chilló, eso era humillante y doloroso, claro que dolía.
-Cálmate-
-No, ya suéltame-
El Chema le subió el pantalón.
El Chema lo tomó del brazo y se sentó en la cama.
-Nooooo- se empezó a jalar- Por favor-
-No pasa nada- lo tiró sobre sus rodillas.
-Nooooo- se siguió retorciendo, maldito Chema- Suéltame, suéltame...-
-Espérate-
-No, no- comenzó a lloriquear- No quiero...-
El Chema bajó un poco el pantalón del muchacho y el doctor comenzó a limpiar la zona.
-AUUUU- gimoteó el muchacho- Déjame-
El Chema se abstuvo de poner los ojos en blanco. Ni le hacían nada todavía.
-¡Ya sueltame! Noooo- se seguía retorciendo.
El Chema lo agarró más fuerte mientras la jeringa entraba.
-AUUUUUU, YAAAA- chilló, eso era humillante y doloroso, claro que dolía.
-Cálmate-
-No, ya suéltame-
El Chema le subió el pantalón.
-¿Algo más, doc?-
-Nada más que no salga mucho, y si lo hace que se cubra bien y repose, ¿Mañana a qué hora quiere que venga, Don Chema?-
-Ya déjame levantar- gruñó Leo
El Chema lo dejó levantarse.
-Nada más que no salga mucho, y si lo hace que se cubra bien y repose, ¿Mañana a qué hora quiere que venga, Don Chema?-
-Ya déjame levantar- gruñó Leo
El Chema lo dejó levantarse.
-¿A esta hora puede?-
-Claro, aquí nos vemos, con permiso- salió del cuarto.
-Sí, gracias-
-No voy a dejar que me inyecte otra vez- refunfuñó.
-Mijo, no pasó nada-
-Ya déjame en paz- a él todavía le dolía y faltaban dos.
-No te pongas en ese plan-
-Pues no es justo- se tiró por fin en su cama.
-Pero es lo mejor-
-Sí claro, como a ti no te meten esa chingadera-
-Si estás enfermo, es lo que hay que hacer-
-¡Estoy enfermo por tu culpa!-
-Perdón?-
-Que si me enfermé, fue por tu culpa- se tapó la cara con la almohada, no había dicho mentiras.
-¿Mía? ¿Yo te hice ir a emborracharte?-
-Ay ahora resulta, tú me metiste a la regadera-
-Claro, aquí nos vemos, con permiso- salió del cuarto.
-Sí, gracias-
-No voy a dejar que me inyecte otra vez- refunfuñó.
-Mijo, no pasó nada-
-Ya déjame en paz- a él todavía le dolía y faltaban dos.
-No te pongas en ese plan-
-Pues no es justo- se tiró por fin en su cama.
-Pero es lo mejor-
-Sí claro, como a ti no te meten esa chingadera-
-Si estás enfermo, es lo que hay que hacer-
-¡Estoy enfermo por tu culpa!-
-Perdón?-
-Que si me enfermé, fue por tu culpa- se tapó la cara con la almohada, no había dicho mentiras.
-¿Mía? ¿Yo te hice ir a emborracharte?-
-Ay ahora resulta, tú me metiste a la regadera-
-Pues sí, porque venías cayéndote de pedo-
-Ya déjame tranquilo-
-Mira, lo más práctico y seguro es la inyección, lo siento, y las otras dos también te las van a poner-
-Bueno, ya déjame en paz-
-Tampoco me estés hablando así, ¿en qué habíamos quedado?-
Leonardo gruñó enojado.
-Pues me quiero dormir-
-Pues eso se dice, escuincle majadero-
-Ya...-
-Bueno, pues no sé, ponte un suéter o algo- en la noche sí estaba fresco y pues no podía andar como si fuera pleno verano si estaba enfermo.
-Ahorita- ya no se quería mover de su cama.
El Chema se abstuvo de poner los ojos en blanco. Ese huerco era un necio, pero tampoco lo quería presionar si no se sentía bien.
-Que descanses entonces-
-Gracias- suspiró bastante triste y se recargó.
Mientras tanto, Victor y Chacorta recién llegaban, tan sólo para encontrarse con la sorpresa de que ahí estaba el Aurelio. Victor resopló y rodó los ojos, no estaba del todo contento con el tipo.
-¿Qué onda, carnal?- dijo Chacorta.
-Ay con permiso- el muchacho se quiso pasar de largo.
-¿Qué pasó, mijo? ¿No saludas o qué?-
-Gracias- suspiró bastante triste y se recargó.
Mientras tanto, Victor y Chacorta recién llegaban, tan sólo para encontrarse con la sorpresa de que ahí estaba el Aurelio. Victor resopló y rodó los ojos, no estaba del todo contento con el tipo.
-¿Qué onda, carnal?- dijo Chacorta.
-Ay con permiso- el muchacho se quiso pasar de largo.
-¿Qué pasó, mijo? ¿No saludas o qué?-
-A ti no-
-Victor, no estés de mal educado- le advirtió su padre- Saluda a tu tío-
-¿Para qué? Otro rajón como Rutila-
-Ya, Victor-
-Es la verdad, como si no hubiera sabido que no tenía permiso tuyo-
-Victor, no estés de mal educado- le advirtió su padre- Saluda a tu tío-
-¿Para qué? Otro rajón como Rutila-
-Ya, Victor-
-Es la verdad, como si no hubiera sabido que no tenía permiso tuyo-
-¿Y yo qué culpa tengo de que andes de mentiroso, chamaco?-
-Así es, así que ya bájale, Victor, que tú sabías en lo que te metías al mentir-
-Ahora muy crédulo e inocente tú- le rodó los ojos a su tío.
-Bueno, no te lo repito- lo regañó su padre- Mejor ya vete a tu cuarto que no quiero groserías-
-Pues mejor- pasó de largo al otro.
-Así es, así que ya bájale, Victor, que tú sabías en lo que te metías al mentir-
-Ahora muy crédulo e inocente tú- le rodó los ojos a su tío.
-Bueno, no te lo repito- lo regañó su padre- Mejor ya vete a tu cuarto que no quiero groserías-
-Pues mejor- pasó de largo al otro.
-Ah que caray con estos escuincles, hombre- renegó Aurelio.
-Ni me digas, que hoy estuve con este y el del Chema, y pinche chamaco malcriado eh, nos acompañó a la vuelta, y todo el día de jeta-
-¿También qué esperabas, carnal? Es del Chema-
-Pues eso sí- se encogió de hombros- De tal palo tal astilla-
-¿Y el vato este no le dijo nada? Digo, el Chema a su huerco-
-Pues no, sólo tenía una cara… Yo le hubiera volteado la cara, pero cada quien sus hijos-
-Pos mis respetos, que pinche hueva andar aguantando pubertos-
-Ni me digas, que se ve más fácil de lo que es, eh-
-No me imagino al Chema con un escuincle-
-No da una, carnal, te lo juro, se andaba quejando conmigo que ya no sabía qué hacer con el huerco, que se le quería ir a vivir con la Ruti y que estaba pensando en dejarlo, y le dije que de pendejo lo deja-
-¿Y con la Rutila para qué si está igual de desubicada?-
-Es lo que le ando diciendo, pero es que según lo que me dijo el chismoso del Victor es que el morro este se escapó y se quedó ahí con La Ruti hasta que el Chema fue por él-
-¿Y el Victor cómo sabe o qué?-
-Pues porque le tocó conocer al hijo del Chema cuando iba con la Rutila-
-Esto es un desbarajuste-
-Ya sé, pinches escuincles-
-Pos esque yo digo, les explicas cómo está el pedo y si les gusta, bien, sino pos igual-
-Pues eso hago, vato, la verdad es que yo problema con mis morros no tengo-
-Pos esque hasta eso son bien tranquilos los tuyos-
-Qué bueno, porque así como he visto, luego salen muy atrabancados los huercos-
-¿Crees que al Chema se le componga el chamaco?-
-Pues sí si no quita el dedo del renglón, sino no creo-
-Además, ¿Rutila también qué se anda metiendo?-
-Pues eso digo yo, pero el mocoso la fue a buscar creo-
-Estos chamacos, pendejos- comentó Aurelio.
-Ya sé, no dan ni una-
-Hablando de huerquillos desubicados, la Rutila quiere que vayamos a su casa mañana, que para el cumpleaños del Humbertito-
-Pues vamos, ¿no? Ahí vas a ver al Leonardo y vas a ver que tengo razón-
-¿Tú crees que la niña esta invite al Chema?-
-Pues es su chamaco, ¿no? No le va a quedar de otra-
-Esa fiesta sí va a estar buena-
Chacorta se empezó a reír.
-Creo que sí-
-Nada de creo, si vas a ver que ahora sí el Chema paga toda. El chisme va a estar bueno-
-Ni me digas, que hoy estuve con este y el del Chema, y pinche chamaco malcriado eh, nos acompañó a la vuelta, y todo el día de jeta-
-¿También qué esperabas, carnal? Es del Chema-
-Pues eso sí- se encogió de hombros- De tal palo tal astilla-
-¿Y el vato este no le dijo nada? Digo, el Chema a su huerco-
-Pues no, sólo tenía una cara… Yo le hubiera volteado la cara, pero cada quien sus hijos-
-Pos mis respetos, que pinche hueva andar aguantando pubertos-
-Ni me digas, que se ve más fácil de lo que es, eh-
-No me imagino al Chema con un escuincle-
-No da una, carnal, te lo juro, se andaba quejando conmigo que ya no sabía qué hacer con el huerco, que se le quería ir a vivir con la Ruti y que estaba pensando en dejarlo, y le dije que de pendejo lo deja-
-¿Y con la Rutila para qué si está igual de desubicada?-
-Es lo que le ando diciendo, pero es que según lo que me dijo el chismoso del Victor es que el morro este se escapó y se quedó ahí con La Ruti hasta que el Chema fue por él-
-¿Y el Victor cómo sabe o qué?-
-Pues porque le tocó conocer al hijo del Chema cuando iba con la Rutila-
-Esto es un desbarajuste-
-Ya sé, pinches escuincles-
-Pos esque yo digo, les explicas cómo está el pedo y si les gusta, bien, sino pos igual-
-Pues eso hago, vato, la verdad es que yo problema con mis morros no tengo-
-Pos esque hasta eso son bien tranquilos los tuyos-
-Qué bueno, porque así como he visto, luego salen muy atrabancados los huercos-
-¿Crees que al Chema se le componga el chamaco?-
-Pues sí si no quita el dedo del renglón, sino no creo-
-Además, ¿Rutila también qué se anda metiendo?-
-Pues eso digo yo, pero el mocoso la fue a buscar creo-
-Estos chamacos, pendejos- comentó Aurelio.
-Ya sé, no dan ni una-
-Hablando de huerquillos desubicados, la Rutila quiere que vayamos a su casa mañana, que para el cumpleaños del Humbertito-
-Pues vamos, ¿no? Ahí vas a ver al Leonardo y vas a ver que tengo razón-
-¿Tú crees que la niña esta invite al Chema?-
-Pues es su chamaco, ¿no? No le va a quedar de otra-
-Esa fiesta sí va a estar buena-
Chacorta se empezó a reír.
-Creo que sí-
-Nada de creo, si vas a ver que ahora sí el Chema paga toda. El chisme va a estar bueno-
Pobre Leo cómo quiere el Chema que se lo explique con señales de humo me está gustando mucho la historia siguela pronto jeje
ResponderBorrarLindo capítulo, como siempre!!! Leo tiene toda mi simpatía y la verdad es que espero que Chema deje de ser un estúpido y piense más como papá. Continúa, por fa!!!
ResponderBorrarJajajaja que risa con Leo y la inyección, jajajaja no se salió con la suya, se la pusieron a huevo.... jajajaja no puedo más esta historia está muy buena, me causa gracia que siempre meten a la Ruti en el baile llamandola desubicada o como en capis anteriores que chacorta le dijo al Chema que el hijo le iba a salir como ella y cuando el Chema se imagino lo dramático que podía llegar a se el pinche huerco si lo dejaba irse con ella. jajaja la conversa al final muy buena como se ríen el tío de Victor y Chacorta del Venegas jajajaja
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