Oliver normalmente hubiera replicado, pero ya no tenía mucho
tiempo antes de la reunión, así que se echó la mochila de Roy al hombro.
-Bueno, ve a lavarte los dientes y ya vámonos-
Roy obedeció, seguro Felicity sabía algo y le contaría...
Al llegar al edificio, Oliver tuvo la suerte de encontrarse
con Felicity justo en el elevador. Diggle ya iba con ellos, aunque no muy
contento con la idea de vigilar la puerta de la oficina de Oliver para evitar
la fuga de un niño de tan sólo 7 años.
-Hola Felicity- le saludó con una sonrisa sospechosamente
alegre- Resulta que Roy quería preguntarte algo-
-No, no es cierto- contestó Roy. Roy no quería separarse de
su papa, ni que estuviera loco. Quizás le quedaban pocas horas con el
-Sí, sí es. Quedamos en que tú le ibas a preguntar o si no
te quedabas con Moira, ¿recuerdas?- lo persuadió Oliver, tratando de mantener
la fachada tranquila para que Felicity accediera.
-¿Por qué presiento que no saldré ganando?- preguntó la
joven. En realidad, la experiencia que tenía con Roy no lo favorecía mucho...
menos con sus preguntas.
-Porque así será- respondió Diggle, aún no muy conforme.
-Anda, Roy- lo instó Ollie.
-Que no- contestó enojado- Yo no dije que lo haría- Roy se cruzó de brazos, si su papa no lo preguntaba, lo llevarían
con su abuela pero siempre podía correr.
Oliver ahora sí se frustró y pulsó el botón de emergencia
del elevador.
-Bien, llamaré a Moira-
-Ollie, soy claustrofóbica.-
-Ahora no, Felicity- se quejó el hombre- No sé qué le pasa,
está actuando tan extraño desde ayer en la noche..-
-Pero mi claustrofobia…-
-¿Acaso parezco niñero?- explotó también Diggle
-Todo menos niñero- contestó Roy entre dientes.
-Roy, pregúntale ya, y más te vale que seas educado-
-Me falta el aire...-
-Nooo- gimoteó Roy- Si me llevas con Moira, encontraré la forma de
escapar- se cruzó de brazos- Ya deja que salga la claustrofóbica-
Roy se fue a un rincón del elevador y se sentó. Oliver era odioso cuando se lo proponía, pero
no quería que lo cuidara nadie, el quería que lo cuidara su papa. Y que quedara
claro que no era un berrinche... bueno, eso decía Roy.
-Sí, déjame salir- lo apoyó Felicity.
-O le preguntas o créeme que esta será la última vez que te
sientes en mucho tiempo- le advirtió Oliver bastante molesto. ¿Qué le pasaba a
Roy? Había estado actuando mucho más raro que de costumbre.
-Déjame en paz, Queen- fue lo único que contestó Roy. Roy ya no aguantaba a Oliver, ¿Cómo se atrevía a amenazarlo antes
de regalarlo? Él sí que era desalmado.
-¡Sí!- gritó de pronto Felicity con los ojos fuertemente
cerrados- ¡Mi respuesta es sí a lo que sea que Roy vaya a preguntar, pero por
favor déjenme salir!-
Oliver miró a Roy muy feo, pero no quiso cumplir su amenaza
con Diggle y Felicity ahí, así que en lugar de eso volvió a aplanar el botón y
el elevador continuó su camino hasta el piso de su oficina.
Al entrar, sonó el teléfono de la oficina y Oliver lo
contestó.
-Nooooo,
Oliveeer!- le gritó enojado Roy.
-Hola, THEA- aclaró antes de que Roy se volviese loco y
arrojase también ese aparato. De pronto sonrió- Sí, vamos a vernos a la 1-
Roy, recordando la una, empezó a lagrimear y corrió fuera antes de que alguno lo pudiera
agarrar, se metió al elevador y apretó todos los botones. ¿Por qué Oliver no
cambiaba de opinión? Quizás si se portaba bien, Oliver no lo querría regalar…
tan sólo de pensar eso, Roy se arrepintió enseguida de haberse portado mal
antes.
De pronto las puertas del elevador se abrieron, mostrando lo
que el niño menos quería ver....
Tan tan tan tan...
A su querida abuela, de pie y muy campante.
Sin notar al anonadado crío en lo absoluto, entró y pulsó el
número del piso de la oficina de su hijo. Las puertas se cerraron y ambos
comenzaron a avanzar.
¿Qué se creía esa señora? Así que sin importarle que
estuviera ahí, apretó de nuevo todos los pisos pero fingió que ni estaba
enterado de que su abuela estaba ahí.
Por primera vez ese día, Moira Queen reparó en la presencia
de su "nieto"
-Ay, no, tú no- exclamó, aplanando el botón de emergencia.
Después, casi al instante reanudó la marcha del elevador y pulsó el piso de la
oficina de Oliver, cubriendo el tablero con su cuerpo hasta que llegaron y la
puerta se abrió.
-¡ROY!- se escuchó a Oliver muy molesto. Sin siquiera darse
cuenta de Moira, tomó al chico del brazo y comenzó a descargar fuertes palmadas
sin siquiera contarlas. Se había enojado mucho con su hijo por haberse ido así,
ya sabía lo peligroso que era y aun así lo había hecho!
-Oliver, cariño- lo quiso saludar su madre, ignorando por
completo a Roy, pero lamentablemente para ella, Oliver también la ignoró.
-¡Auuuu!- se quejó Roy sin esperarse eso -¡Déjame! ¡Auuuuuu!- Roy comenzó a llorar, las palmadas le picaban y aparte
estaba muy enojado porque todo iba bien hasta que Moira había llegado.
Oliver no dijo nada pero tampoco lo soltó sino que comenzó a
llevarlo del brazo hasta la oficina, seguido de Moira, quien no dejaba de
llamarlo, bastante molesta por ser ignorada.
-¡Eres una idiota!- le gritó a la mujer tan fuerte como
pudo. Sabía que eso era una grosería muy fea y que no debía decirla, menos a
los adultos, pero la situación lo ameritaba. Él no ignoraba la presencia de
Moira, porque gracias a ella le habían pegado.
Antes de que Roy pudiera preverlo, Oliver le soltó un golpe
un poco más fuerte de lo necesario en la boca.
-¡AUUUUUUUUU!- soltó
un alarido Roy y lloró tan fuerte como pudo- Déjame en paz, me quiero ir...-
-¡Te dije que no podías salir de la oficina y mucho menos
solo! ¡Ya pórtate bien!-
-Bueno, eso debiste hacerlo hace mucho- acordó finalmente
Moira.
Pero como que Oliver ni la había notado aún. Si el manotazo
se lo había dado a Roy, había sido por la palabrota, nunca reparó en a quien la
dirigía.
Roy estaba forcejeando con Oliver, no le gustaba que le
pegaran (¿y a quien sí?), y la presencia de Moira no era de ayuda en lo
absoluto.
-¡Pues ahora te quedas y te comportas!- sentenció al niño- Y
escúchame bien, si recibo aunque sea una queja tuya, me voy a quitar el
cinturón- lo amenazó a ver si eso funcionaba.
Roy lloró más fuerte, pero Oliver no esperó respuesta y lo
cargó bajo el brazo, caminando entonces hacia la oficina. Claro, Moira no dejó
de seguirlos....
-Noo, no quierooooooo- comenzó a patear- Déjame, déjameeeeeeeee-
gritaba histérico.
-OLIVEEER- gritó Moira- ¿Podrías dejar a ese mocoso de una
vez y hacerme caso?- estaba harta de los gritos de Roy y de que su hijo no le
hiciera caso.
-Bien, ya tuve suficiente- declaró, dejándolo sentado en el
escritorio y haciendo ademán de sacarse el cinturón. Claro que no lo haría pero
a Roy un pequeño susto no le vendría mal.
-Noooooo- gritó Roy muy asustado, empezó a llorar pero dejo
de berrear- No quiero que me dejes aquiiii- dijo en un tono lastimero.
-Oliveeeer- insistió Moira, aunque éste la ignoró aun
entonces.
-¿Por qué no? Sólo tengo que ir a esa reunión y vuelvo, Roy,
no pasa nada- lo quiso calmar, poniéndole las manos en los hombros para que le
hiciera caso- Dime la verdad, ¿te sientes mal?- le cuestionó, algo preocupado
ya por tanto cambio de humor. En un momento Roy lo abrazaba y al siguiente
lloraba, ¿qué le estaba pasando?
Roy lo miró sin dejar de llorar, no quería decirle nada pero
entonces mintió. Si él se sentía mal, Oliver no lo dejaría ni con Felicity ni
con Moira ni con nadie.
-Siii- contestó en un
balbuceo.
Moira se quedó en el umbral de la puerta muy molesta cruzada
de brazos. Esperando el momento de dejar de ser ignorada
-Me lo hubieras dicho desde en la mañana que te pregunté- se
tranquilizó Oliver. Al menos eso tenía un poco de sentido- ¿Qué te duele?-
Roy se quedó mudo un segundo, ¿Qué le dolía? Se quedó pensando
unos segundos y cuando iba a contestar, lo interrumpieron.
-Oliver, este niño no tiene nada, solo está haciendo
berrinche- declaró Moira.
-Cállateee- le gritó Roy ofendido.
-Roy, no le grites a tu abuela- Oliver contestó casi por
instinto, esa era una frase que había utilizado ya tantas veces…
-Ella no es mi abuela- se quejó enseguida.
-No es como si me muriera porque fueras mi nieto, mocoso-
-Oigan, ya basta- interrumpió el hombre, pero pasando el
brazo por los hombros del pequeño niño y acercándolo a él. Como que de pronto
reaccionó y se le quedó viendo a Moira detenidamente- Mamá, ¿en qué momento
llegaste?-
-Cuando tu hijo- dijo con tono resentido- Paseaba por el
elevador como si fuera juguete- miró feo a Roy.
-Bueno, ¿qué se te ofrece?- inquirió tratando de sonar
educado.
-Vi que me hablaste, pero no contestabas el celular- respondió
medio tajante.
Oliver
exhaló pesadamente.
-Sí... mi celular se... rompió-
-Ya te puedes ir- dijo de repente Roy,.
-Mira,
mocoso malcriado...-
-Roy,
¿tú no me ibas a decir qué te dolía?-
Roy miró con ojitos de perro medio muerto a Oliver.
-Me duele... la cabeza -y se abrazó fuerte a su papa- Pero
no quiero que me lleves al doctor- lloró un poco.
Oliver le sintió la frente.
-Pero no tienes fiebre ni nada- se extrañó, pero de todos
modos abrazó al niño- Está bien, tan sólo deja llamo para que envíen a alguien
a la reunión en representación mía-
Oliver levantó el teléfono de la oficina y dejó las
instrucciones con una secretaria antes de colgar, encontrándose con un
complacido Roy y una atónita Moira.
-No puedo creer que caigas en un berrinche así, por eso éste
mocoso es como es, porque tu caes en sus jueguitos- le dijo muy molesta a su
hijo.
Roy se abrazó muy fuerte a su papá, hundiéndose en su hombro,
y casi podía sonreír y reírse en la cara de esa tonta.
-Mamá, no sé porque dices eso. Si Roy se siente mal, no puedo
dejarlo con Felicity, ¿qué tal si empieza a vomitar o algo y ella entra en
crisis nerviosa?- intentó razonar, acariciando la espalda de Roy- Ya que estás
aquí, ¿por qué no te quedas con nosotros hasta la una? Vamos a ver a ya sabes quién-
le hubiera gustado decir "Dinah" pero ahí estaba Roy y no quería
adelantarse.
Roy se separó enseguida y lo vio feo, su papá seguía con sus
estúpidos planes mientras él se sentía tan mal… Bueno, quizás lo último no era
cierto pero Oliver no lo sabía.
-¿Y crees que él se comporte? ¿No te dará vergüenza que haga
uno de esos berrinches?-
-Mamá, no
seas así. Claro que Roy sabe comportarse. Estoy seguro de que ya sabes quién
va a quedar encantada... En fin, ¿vienes o no? A todos nos encantaría tenerte
ahí-
-Bájame- le dijo Roy, y eso era entre una orden y una petición.
-Umm… No,
hijito, la verdad es que tengo cosas que hacer, sólo venía a ver si se te ofrecía
algo, pero si no es así, me voy- contestó Moira viendo feo a Roy.
-Pues gracias, y que pena que hayas venido hasta acá por
nada- se disculpó Oliver, aunque muy apenado en verdad no estaba- De todos
modos nos vemos mañana para cenar como habíamos quedado-
Pues claro iban a celebrar que Roy ya no estaba con ellos.
Roy empujó un poco a Oliver.
-Que me bajes-
-Sí, cariño. Suerte con tu mocoso y ya sabes quién-
-Gracias- contestó Oliver, un tanto incierto acerca de si
eso era en verdad más un buen deseo o un insulto. No pudo evitar sentirse más
tranquilo al ver salir a su madre. Vaya que eso hasta le calmaba los nervios.
-¡Deja que me baje!- le gritó Roy enojado. Si algo odiaba es
que Oliver lo ignorara.
Oliver volteó a verlo ahora sí confundido. ¿De qué demonios
se trataba todo el asunto?
-¿Qué te pasa a tí? Hace menos de dos minutos estabas todo
tranquilo y ahora mírate, ¿enserio te sientes mal o debo asumir que mi madre
tenía razón y es sólo un berrinche?-
-Sólo quiero que me bajes- contestó el niño enfurruñado
Oliver puso los ojos en blanco y lo bajó. Tomó el teléfono
de la oficina y comenzó a marcar un número.
-Hola de nuevo... ¿sabes qué? No creo aguantar hasta la una,
este niño está insoportable y a lo mejor el problema es que ya se aburrió de mí,
quizás estar con nuevas personas lo tranquilice... Sí, ¿nos vemos ahí en 15
minutos?... De acuerdo, adios- enseguida colgó y se asomó un poco por la puerta
de la oficina- Felicity, Diggle, voy a salir con Roy, tómense el día que al
cabo no hemos tenido casos últimamente-
¿Estar con personas nuevas? ¿Aburrirse de Ollie? Roy soltó
un sollozo muy alto y comenzó a llorar muy fuerte. Ya no iban a regalarlo a la
una, sino en quince minutos.
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