Jason iba muy feliz ahora que su padre no estaba molesto. Estaba cantando canciones típicas de viajes, ya saben, las clasicas, pero no lo hacía tanto porque le gustara sino porque veía la furia en la cara de su hermano, a quien no lo calentaba ni el sol.
Dick, por otro lado, apretaba los puños y sus ojos contenían lágrimas. Su padre era muy injusto y lo peor es que ni siquiera le importaba verlo tan molesto, y, para acabar, su estúpido "hermano" cantaba en son de burla.
-Cállate- musitó, hundiéndose aún más en su asiento.
-¿Por qué?- preguntó Jason, quien iba como en el elefante #43 columpiándose en esa ridículamente resistente telaraña.
-Porque no cantas... graznas- escupió Dick
Jason se fingió ofendido y puso una cara de "Mírame, tengo 10 años y acaban de herir mi autoestima". Se aferró al respaldo del asiento de Bruce y apoyó su barbilla en éste.
-Papá, ¿canto feo?- preguntó con fingida inocencia.... una fingida y descarada inocencia.
-Claro que no hijo- le contesto Bruce a su pequeño hijo, mas prefirió no amonestar al mayor porque podía observar como Dick tenía la cara casi morada de enojo. Mejor cuando llegaran hablaría con él.
-Pero él dice que si...-Jason siguió en su intento porque castigaran a Dick.
-Es que soy sincero- respondió Dick.
-Cierra la boca, cerebrito. Prefiero cantar feo a ser un amargado- dijo Jason.
-Pues prefiero ser un amargado a ser un invasor- declaró Dick.
Ahora Jason pasó a otro nivel y apoyó su barbilla en el hombro de Bruce en vez de en el asiento.
-¿Papá...-
Oh, no. No iba a hacerlo. Sería el colmo...
-...soy un invasor?-
¡Y lo hizo!
Dick tuvo que abstenerse de darle una buena bofetada a Bruce para que reaccionase.
.
* Mientras tanto, en el auto de Oliver....
-Agh! ¡Suéltame, bruja!- jadeó Roy, tratando de quitar con sus manos las de su "hermana", pero esta lo tenía atrapado como si sus dedos fuesen cadenas.
-Jamás- respondió Artemis
Roy se desesperaba y enserio no quería usar la fuerza, pero se hartó y la aventó con toda la fuerza bruta que su cuerpo adolescente tenía.
-¡Joder!- respiró por fin.
Oliver intentaba ignorar, ignorar, concentrarse en el camino, y no interponerse.
-¡ME LASTIMASTE, IDIOTA!-Se quejó Artemis. Quizás eso alertaba un poco al millonario...
-Pff...- bufó Roy, cruzado de brazos mientras trataba de ignorar los posibles moretones que se formarían en su cuello- Ni te dolió-
Artemis comenzó a llorar como en telenovela.
-¡Claro que sí!- espetó- y no puedo creer que me llames mentirosa-
-¿Y por qué no?- inquirió- ¿Acaso ya todos en el equipo saben que eres hija biológica de Sportsmaster y Huntress?-
-Bueno, no, pero...-
-Entonces aun eres una MENTIROSA- aclaró, remarcando cada letra de la última palabra.
-¡Cállate!-
Pero Roy no se calló, más bien empezó a cantar "mentirosa, mentirosa" una y otra vez
-Oliveeer- sollozó la niña muy afligida- No puedo creer que me recuerde todo eso, ¿No crees que es más que suficiente vivir con esta culpa?- Y lloró más fuerte- No puedo creer que seas tan malo-
Ayy, ya cierra la boca- le dijo muy molesto Roy- Oliver jamás caerá en tus estúpidos chantajes baratos...-
-¡BASTA, YA! No te quiero escuchar, Roy. Deja en paz a Artemis. Tú no eres nadie para juzgarla y quiero escuchar que te disculpes con ella-
-Pues no lo haré- Roy estaba furioso, ¿Cómo Oliver se ponía de SU lado?
-Es una orden-
-Pues no me interesa...- se envalentó Roy- Al fin que Oliver estaba conduciendo.
-¿Seguro? - preguntó peligroso Oliver.
-Nunca había estado tan seguro...- respondió sin siquiera mirarlo.
Oliver dejó caer su puño en el volante, bastante enojado.
-Mira, Roy, no tienes razón alguna para tratar así a Artemis- Ollie intentó razonar para al menos darle una última oportunidad.
-¿Para tratar cómo a la MENTIROSA de Artemis?- se regodeó él, con una pequeña pero malvada sonrisa dirigida a la joven.
Ahora sí Artemis se había hartado, por lo que decidió darle a su querido "hermano" un pequeño empujoncito...
-¿Ollie, Entonces cómo debo tratar yo al DROGADICTO de Roy?-
Eso había sido un golpe bajo…
-¡¿POR QUÉ DIABLOS NO CIERRAS TU ESTUPIDA Y MENTIROSA BOCA?!- exploto Roy.
-¡No quiero! Yo podre ser mentirosa, pero tuuuu eres peor-
-¡QUE TE CALLES! ¿No entiendes?-
CALLATE, TÚ!-
- Las verdades duelen, ¿no Roy- continuó Artemis.
-¡MALDITO SEA EL DIA EN QUE LLEGASTE!- despotricó Roy- ¡¿Por qué no puedes largarte y ya?!-
Artemis no pensó que Roy fuera tan extremista por un simple contraataque, pero él se había alterado demás, así que ella solo se pudo hacer chiquita y sentirse un poco mal.
Oliver se detuvo en seco. Si no fuera por los cinturones de seguridad del auto, probablemente ambos pasajeros hubiesen salido volando del vehículo.
Sacó la mano del auto y le hizo una rápida seña a Bruce para que él siguiera con sus hijos. Justo estaba por decirle algo a Roy cuando otra voz lo interrumpió.
-¡PUES MALDITO SEAS, TU Y LA ZORRA DE MI HERMANA, QUE DEBE ESTAR CIEGA PARA ACOSTARSE CONTIGO!- gritó Artemis, recuperando el valor.
Desde pequeña Artemis había aprendido que si algo te lastima, no debes demostrarlo, sino defenderte... y Artemis era una experta usando el poder tan hiriente de las palabras.
-¡ADEMÁS NI DINAH NI OLIVER QUERÍAN QUE REGRESARAS A CASA!- mintió- ¡Jo! ¿y quién los culpa, si no eres más que un maldito parásito que gasta su dinero en drogas estúpidas?-
Eso era todo. Fue lo único que Roy necesitó para tratar de abalanzarse desde el asiento del copiloto.
Oliver jalo de la oreja a Roy antes de que tocara a Artemis y lo hizo regresar a su asiento.
-¡AUU! -Aulló y le dedico una mirada de odio a Oliver.
-¡BASTA, LOS DOS! Escúchame Roy, y escúchame bien: no debiste ni empujar a Artemis ni llamarla mentirosa, porque tú no eres nadie para juzgar sus acciones, NADIE. Ella tendrá sus razones y así la apoyaremos, y basta de tonterías porque como te encanta estar picando la herida pero no te gusta cuando te lo devuelven ¿Verdad?- desde la parte de atrás, Artemis sonrió levemente.-Y tu Artemis, también basta, lo que dijiste es una mentira, claro que queríamos que Roy regresara a casa y es un golpe bajo atacar así. Entiendo que quieras defenderte pero no de esa manera. Si te hace algo Roy, para eso estoy yo. No busques justicia por tu propio pie y menos de una manera tan... sucia-
-Lo lamento, Ollie- se disculpó Artemis, bajando la mirada y, quizás, un poco arrepentida. Ella era lista.
-A mí no, Artemis, a Roy. Pídele una disculpa- ordenó Oliver.
-Perdón, Roy- Artemis obedeció enseguida.
-Y tu discúlpate con ella- espetó Oliver ,mirando furioso a su hijo, que solo batallaba con la mirada de su padre- Anda, te estoy esperando-
-No- fue lo único que dijo Roy.
Oliver abrió los ojos de par en par, ¿enserio veía el chico que estaba por hacerle perder la paciencia y lo seguía retando? Bueno, quizás no debería de sorprenderle del todo. Roy jamás había sido muy prudente que digamos y eso no iba a cambiar si de Artemis se trataba...
-Estoy así- le advirtió, mostrándole el pulgar a punto de tocar su dedo índice- de darte la paliza de tu vida-
Roy tan sólo le sostuvo la mirada.
Artemis, por otro lado, trataba de hacerse la que no estaba ahí. Vaya que Roy y su estúpida falta de auto preservación hacían mal juego.
-Bueno, Roy, te estoy esperando- quiero que te disculpes... o si no...-Remarco esa última frase.
-¿O si no qué?- retó Roy a Oliver.
Aun así, Artemis quería hacer lo posible por no ver como Oliver le daba la paliza de su vida a Roy.
-Vamos, Ollie, lo perdono. Súper amigos por siempre, hermanos felices- instó algo nerviosa Artemis.
-No, Artemis.-repuso muy serio Oliver- Discúlpate, Roy-
-Oblígame- pronunció lentamente para que Oliver leyera sus labios.
-Yo me bajo- fue lo último que dijo Artemis antes de salir apresuradamente del auto y adentrarse en los bosques junto al camino. Suerte que llevaba su carcaj...
Ver a la chica alejarse hizo a Oliver reflexionar un poco. Todos estaban cansados ya de tantas horas de viaje, quizás tan sólo necesitaban un poco de aire fresco para aclarar las ideas...
-Vamos- le ordenó, saliendo del auto sin mayor explicación.
El joven, por su parte, no lo siguió. Aún estaba furioso con lo que había dicho esa intrusa... lo peor es que Roy sabía que era verdad; Dinah y Oliver no podían realmente haberlo querido de vuelta. Lo más probable es que lo hubieran recibido sólo por lástima, pero, siendo sinceros, ¿cómo podría alguien querer a un parásito que para colmo...
Roy negó rápidamente con la cabeza. Daba igual; el reemplazo tenía razón, por eso Oliver había hecho a Artemis su compañera tan pronto él renunció (antes no había hecho una fiesta).
De pronto alguien abrió la puerta del coche y Roy levantó la vista para encontrarse de frente a Oliver.
-Vamos, Roy- le repitió- quiero hablar contigo, pero creo que primero deberíamos calmarnos-
Roy frunció el ceño de nuevo, pero igual salió y siguió a su mentor... a él también lo tenía harto el estúpido coche... llevaban ahí más de dos horas.
En todo el camino no se escuchó una sola palabra. Roy tan sólo iba siguiendo a Oliver sin prestar atención a su paso. En cualquier otra circunstancia le hubiese animado estar en los bosques, pero no en ese momento.
De pronto su padre se detuvo y dio media vuelta para quedar cara a cara con el jóven.
-Ahora sí, ¿vas a decirme por qué estás actuando así con Artemis?-
¡Pero claro! Artemis, Artemis, Artemis... ¡Todo siempre era ahora acerca de Artemis!
La poca calma que el entorno y la caminata habían brindado al adolescente se desvanecieron de inmediato, abriéndole paso a la furia contenida que no llegó a expresar hace unos momentos.
-¿Sabes qué?- comenzó, preparándose para soltar la respuesta más hiriente que pudiese formular así de alterado... Quizás él y la joven no fueran tan distintos después de todo- ¡No tuviera que actuar de ningún modo con la maldita recogida de Artemis si no la hubieras llevado a casa!- espetó y, antes de que Ollie pudiese interrumpirlo, agregó- Pero claro, a ninguno de sus padres le importa y como tú a Robert le estorbabas y a Moira le averguenzas, te sentiste identificado-
Oliver conocía perfectamente a su hijo y quería llamar esto como "Rabieta tipo Roy" así que solo frunció el ceño y declaró mientras se sacaba el cinturón:
-Ya estuvo bueno, Roy, no te permito que me hables así, y si lo que necesitas es un incentivo para calmarte y dejar tu rabieta, te lo voy a dar- para entonces Oliver tenía ya el cinturón en la mano.
Tomó a su hijo por el brazo, lo hizo voltearse un poco y ¡ZAS! directo en el trasero de Roy… y fue el primero de muchos.
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