Un pequeño pelirrojo se encontraba tras la puerta de la
habitación de su padre, se suponía que tenía que llevar ya por lo menos una
hora dormido, porque eran las diez y su papá lo había acostado a las nueve
, pero sus planes era llegar hasta la cama de su padre, porque quería dormir con él. Pero antes de eso escuchó algo que definitivamente... no le agradaba mucho.
, pero sus planes era llegar hasta la cama de su padre, porque quería dormir con él. Pero antes de eso escuchó algo que definitivamente... no le agradaba mucho.
-No sé, Dinah, ¿Crees que ya sea el momento?-Se escuchó la
voz del arquero mayor.-No, no es eso, es que... no sé cómo reaccione Roy... ¿Tú
crees?-
¿Con quién diablos hablaba su papá?
-Dinah, es que no estamos hablando de un niño cualquiera de
siete años-
Roy no escuchó más que silencio por un instante y no podía
evitar que la curiosidad le carcomiera las entrañas.
-Bueno, podría presentarlos y ya después, depende de cómo reaccione,
vemos la manera de decirle-
Roy hizo una mueca. No e gustaba cuando los adultos trataban
de hacerlo tonto valiéndose de ser como cien años mayores...
-No, no me preocupa que no le agrades, sé que con el tiempo
todo se va a dar muy bien-
Roy casi gruñía de frustración, ¿A qué se refería Ollie?
¿Qué se iba a dar muy bien?
-...Sí, la primera reacción es lo que me da pendiente pero
quizás tienes razón, lidiará con ello-
-¿Lidare? ¿Lidarie?
¡Bah! como sea... ¿de qué diablos está hablando?- decía el chiquillo para sí
mismo, ¿Y con quién hablaba? Estaba fastidiado, así que sin más entró a la
habitación.
-Papá...- puso la cara más adorable que pudo.
-Espera- le pidió Oliver a quien fuera que estuviese al otro
lado de la línea- Roy, ¿qué haces? ¿No deberías estar dormido?- le preguntó sin
estar realmente enojado pero tampoco muy contento.
El día en la oficina había sido largo para el heredero de
Industrias Queen y con muchas reuniones. Gracias a Dios Thea lo había ayudado a
cuidar a Roy después de la escuela un par de horas en lo que él llegaba a casa.
Lo último que necesitaba eran problemas con Roy por no quererse dormir.
Roy lo vio con una mirada lastimera, se paseó un poco por el
cuarto, y se tallo sus ojitos como si quisiera llorar.
-Es que... no puedo dormir- se quejó.
Oliver no supo muy bien que hacer; por un lado, tenía que
ponerse deacuerdo con Dinah acerca de cuándo se verían y en dónde para que ella
y Roy se conocieran, pero tampoco le gustaba mucho la idea de mandar a Roy a su
cuarto como si nada.
-Bueno, ¿qué tal si vas a ver la tele en lo que acabo esta
llamada? Pero pon canales de niños-
-No...- dijo Roy- Ya tengo sueño- se quejó -¿Puedo dormir
contigo?- quizás lo de ver la televisión era demasiado tentador, pero Roy no
quería que siguiera esa odiosa llamada
-De acuerdo- accedió Oliver, poniéndose de pie- Espera aquí
en lo que yo acabo de hablar, ¿sí?-
Claro que el "¿sí?" era de pura cortesía porque ni
siquiera había terminado de decirle eso aun cuando ya había echado a andar en
dirección a la puerta.
-¡No!- exclamó Roy, tomándolo del pants con el que dormía-
Ya vamos a dormir...- dijo muy molesto. ¿Por qué no colgaba? Era de mala
educación estar hablando tan tarde.
-Ya voy- le contestó, aun sin colgar- Sólo tengo que acordar
unos detalles con... -
-¡Que no!- gritó enojado. Estaba irritado por la llamada y
porque tenía sueño. Por si aquello fuera poco, la necedad de Oliver no
funcionaba -Ya no quiero nada, iré a ver la tele, pero no iré mañana a la
escuela- declaró el chico con muchos pantalones y se fue muy ofendido a la
sala.
-¡Pues la ves sólo en lo que acabo de hablar y claro que
mañana vas a la escuela!- le gritó también. Claro que Roy sólo lo ignoró, pero
Oliver no le presto mucha atención, no tenía ganas de comenzar una pelea a esas
horas.
-...Ay, perdón, Prettybird, lo olvidé- se disculpó por
haberle gritado al teléfono.
Roy se fue al sofá de mala gana, prendió el televisor, y subió
todo el volumen que se podía para molestar a Oliver, no era justo, quería que
colgara ya.
-Bien, ¿entonces mañana a las 2:30? Perfecto, ahí te veo,
pero sólo recuerda lo que te advertí... Está bien, buenas noches-
Una vez que colgó el teléfono fue hasta donde estaba Roy y
apagó el televisor.
-¡OYE! Lo
estaba viendo- le dijo muy enojado y con los brazos cruzados.
-Te dije que sólo en lo que hablaba- repuso, tratando de
tomar su mano para irse a dormir.
Roy jaló su mano enseguida, ¿Qué se creía? ¿Que lo podía
ignorar? Pues no… Roy se levantó y prendió de nuevo el televisor.
Oliver la volvió a apagar, no muy conforme con la actitud
del niño.
-Vamos, Roy, a dormir-
-No quiero- contestó Roy, cruzándose de brazos muy enojado.
Su papá no le hizo caso y lo cargó, dirigiéndose a las
escaleras.
-¡Suéltame! - le exigió Roy, moviéndose como lombriz para
que lo dejara.
-Mañana tienes escuela y te tienes que dormir, si ya no
quieres dormir en mi cuarto pues te vas al tuyo y se acabó-
-Ya te dije que no iré- declaró Roy- Y ya suéltame, tu
llamada era más importante...- dijo con los ojos llenos de lágrimas. A Roy
siempre se le había dado el drama con facilidad, había hecho que intentar
finalizar una llamada se hiciera toda una novela.
Oliver se sintió algo mal al verlo así y comenzó a
acariciarle la espalda.
-Sí irás, no puedes estar faltando. Y créeme que para mí
nada es más importante que tú-
-Claro que sí, tu estúpida llamada te importa más- y comenzó
a llorar.
-Oye, no digas esas palabras, y ya te dije que no, es sólo
que tenía que acordar ciertos... datos- quiso poner las cosas de un modo que ni
mintiera ni hablara de más.
Roy lloró
más fuerte.
-Me quiero dormir- gimoteo, haciendo todo un teatro a
Oliver.
Oliver exhaló con cansancio y apoyó la cabeza de Roy en su
hombro.
-Que bueno, así no batallamos, ¿no?-
-Hmm...- Roy se abrazó a su papá- No quiero que hables por teléfono-
-¿No? ¿Entonces prefieres que vaya de casa en casa cada vez
que tenga que hablar con alguien?- le dijo de buena gana- Porque justo tenía
que hablar con mi madre mañana, entonces podemos ir hasta su casa y...-
-¡NOO! No
quiero, sólo puedes hablarle a ella- dijo Roy ofendido
-Bueno, eso nos deja el día de mañana libre para hacer algo
divertido-
-Sigo enojado contigo- aclaró Roy.
-¿Por no ser grosero y colgar el teléfono sin despedirme?
Discúlpame- se rio Oliver, entrando a su habitación.
-Deja de reírte- le dijo Roy de mala gana, ¿cuál era la
gracia, eh Oliver Queen?
-Pero que mal humor, ya mejor vamos a dormir- respondió,
dejándolo en la cama.
-Pero no
ire a la escuela, eh...- se acomodó en la cama de Oliver.
-Claro que
vas- sentenció, cubriéndolo con la cobija y acostándose también él- Ya verás
que sorpresa te tengo cuando vaya a recogerte, te va a agradar-
-No iré- dijo
sin importarle lo prometido.
-Sí, sí, ya
duérmete Roy- se rindió. Claro que Roy iría pero no quería discutir a esa hora.
No iría, era definitivo y Oliver no lo podía evitar, pensaba Roy ya en sus sueños,
Al día
siguiente, Ollie se levantó sin muchas ganas pero de todos modos lo hizo. Tomó
una ducha y se cambió, antes de regresar a su cama y sacudir el hombro de Roy
-Roy, ya
levántate que sino vas a llegar tarde a la escuela-
Roy se
escondió bajo la almohada y susurró algo que Oliver no pudo escuchar.
-Roy,
despiertaaaaaaaa- le sacudió el hombro con un poco más de fuerza.
-¡NO
QUIERO!- gritó desde las profundidades de las almohadas.
-¿Te
sientes mal?-
-Tal vez...-
Oliver,
oliendose la mentira, lo soltó y comenzó a fingir que buscaba un número en el
directorio de su celular.
-Entonces
no te levantes. Pobrecito de mi hijo, no tienes que ir a la escuela si no
quieres-
-Bueno- dijo
Roy, asomandose a ver su papa, ¿Qué planeaba? Vio como jugaba con ese bendito
celular- Deja tu celular,yaaaaa...-
-No, como
crees, si necesito llamar a tu abuela para que venga en este preciso instante-
le contestó como si fuera lo más natural del mundo- Ya sabes que Thea está en
la escuela y ni Felicity ni Diggle te pueden cuidar porque trabajan conmigo.
Además de que Tommy no es confiable. Le llamaré a Moira para que venga a
cuidarte, es más, le diré que ni siquiera salga de la habitación en la que
estés-
Roy le
aventó una almohada a Oliver.
-No le
hables, deja tu celular ya- dijo muy molesto levantándose, arrebatándole el
celular y,no feliz con eso, aventandolo. No quería que hablara con nadie, y
menos con quien hablaba ayer. Eran celos medio irracionales.
Oliver
frunció el ceño y recogió el aparato.
-Pues a
alguien le tengo que hablar para que venga a cuidarte, ¿no? Nimodo que te lleve
a la oficina si estás enfermo-
-No vayas a
la oficina- dijo Roy, sentándose en la cama.
-Lo siento,
tengo una reunión importante hoy y un compromiso a las 2:30. No puedo faltar,
así que si me disculpas debo llamar a mi madre para que venga lo más pronto
posible-
-¡Que no!-
le arrebató de nuevo el celular y lo aventó una vez más. Para mala suerte de Roy,
ahora se había estrellado con la pared-Upss…-
Oliver lo
tomó pronto del brazo y le soltó tres palmadas, después fue a levantar el
celular y se lo metió al bolsillo.
-Además,
ahora tengo que ir a cambiar este celular- Oliver tomó
el teléfono de la casa y volteó a ver a Roy-¿Ya te
sientes bien o le llamo a tu abuela?-
Roy todavía
sentía las palmadas en sus posaderas y estaba realmente enojado por la llamada
tan importante de anoche. Vio a Oliver fijamente y le brillaron los ojos, luego
se tiro a la cama boca abajo y empezó a llorar.
Oliver
revisó su reloj antes de ir a sentarse en la cama junto a Roy.
-Ya Roy, no
llores- le pidió, acariciándole la espalda- No puedo dejarte solo en la casa. Vamos, métete a bañar para que te lleve a la escuela-
-No, no quiero...
sólo te importa tu celuar, pues vete con él y dejame en paz-
-¿Por qué
dices eso? Lo necesito por el trabajo. Ya, deja la rabieta y levántate- le
pidió, aun con paciencia- No puedes quedarte aquí-
-¡Sí
puedo!- gritó Roy sin levantarse- ¡Te dije que no iría!-
Y en ese
momento la alarma comenzó a sonar, anunciando que ya faltaban tan sólo 45
minutos para que las clases comenzaran.
-Bien-
cedió- Pero me vas a acompañar a la oficina, te vas a portar bien y además te
vas a llevar un buen castigo llegando a casa- se levantó. Al menos ya era
viernes...
Roy lloró
un poco más fuerte.
-¿Castigo,
por qué?-
-Por
berrinchudo y desobediente- le contestó- Y tú mismo le vas a pedir a Felicity
que si puede cuidarte en lo que dura la reunión- le avisó, sacando ropa para
que el niño se pusiera y metiendo unas cuantas cosas en una mochila de Roy,
como juguetes, cuadernos, su caja de lápices y libros para colorear.
Roy se
sentó satistfecho.
-No es
justo...- respondio bajito- Y no necesito quue me cuiden-
-¿Qué parte
de "tienes 7 años” no has entendido? Y no puedes salir solo de mi oficina
tampoco, ya lo sabes así que ni lo vayas a intentar. Tendré a Diggle vigilando
la puerta- agregó la última parte entre dientes.
-Báñate y
cámbiate ya, que la reunión empieza en dos horas-
Roy bajó de
la cama y se dispuso a ir al baño.
-Eres
grosero- soltó antes de cerrar la puerta.
-No tanto
como para ir por ahí arrojando teléfonos ajenos- musitó, dirigiéndose a la
cocina a preparar el desayuno.
Cuando Roy
por fin estaba bañado y cambiado, fue a la sala a prender la telvisión, pasaban
buenos programas a esas horas. Su padre estaba haciendo de desayunar, cosas
nutritivas seguro, eugh.
Pasado un
rato, Oliver fue y apagó la televisión. Tomó la muñeca de Roy y comenzó a
jalarlo hacia la cocina, donde lo esperaba un plato de fruta, otro de avena y
otro de huevos revueltos.
-Humm...
¡Oye! Yo quería seguir viendo la tele- se quejó Roy cuando Oliver lo hizo
sentarse a la mesa- No tenías que traerme a la fuerza-
-Roy, ya
basta que no me tienes muy contento que digamos. Come para que te laves los
dientes y podamos irnos-
-Pero no
hice nada- se quejó Roy- ¿Y qué como?-
-¿Cómo que
no hiciste nada? Desde ayer en la noche estás insoportable. Te comes los
huevos, la avena y después la fruta-
-¡Tú eres
el insoportable!- contestó indignado Roy y tomó el tenedor- Y no me comeré todo-
Oliver
comenzó a marcar un número en el teléfono de la casa.
-Lo harás a menos que quieras que te de las nalgadas que te mereces- le
advirtió, levantándose de la mesa.
-¡Que no
hables!- le gritó muy enojado. Eso era lo que lo tenía tan irritado, Roy no
quería que volviera a hablar con la persona que hablaba anoche- Si no cuelgas
no comeré, nunca jamás de los jamases-
-Es
enserio, Roy, si cuando regrese no estás comiendo vas a ser un niño muy triste-
le dijo muy serio, saliendo a la sala de estar-¿Hola?... Sí, sé que quedamos a
las 2:30 pero Roy no va a ir a la escuela hoy y estarémos libres como a la
1.... No, no está enfermo, tan sólo anda de berrinchudo-
-¡OLIVER!-
le gritó, bajándose de la silla- No quiero...-
Roy se
imaginaba las peores cosas con la llamada; que lo llevaría con su abuela, o el
medico pero con trampas, o que se lo quería dar a los extraterrestres… se
imginaba tantas cosas, y él no quería.
-¡Roy, ya
me estoy enojando! ¡Come ya o voy a llegar tarde a la reunión!-
-Pues
cuelga- le reclamó Roy- No quiero que hables por telefono-
Oliver rodó
los ojos y continuó con su llamada.
-...¿Entonces
crees poder a la 1?... Muy bien, te vemos ahí... Claro, hasta entonces,
Prettybird- colgó lo
más pronto que pudo, pero fue para apurar a Roy, no para darle gusto.
Cuando
regresó a la cocina, encontro a un Roy llorando afligido, ¿Y si su papá lo quería
regalar? Lo haría a la una de la tarde,
no a las dos... Pero él no había hecho nada malo, seguro era otra cosa… O claro
que no lo era, porque sino ¿por qué lo ocultaría?
Al verlo
así, Oliver no pudo evitar pensar que a lo mejor Roy sí se sentía mal después
de todo.
-¿Qué
tienes, Roy? ¿Te duele algo?- le preguntó, cargándolo y observando la comida
intacta.
Roy se
abrazó de su padre como si la vida dependíera de ello y siguío llorando, porque
Roy ya se había hecho su novela sin saber qué iba a pasar.
Oliver se
preocupó aún más y lo sostuvo cerca.
-¿Te
sientes mal? Quizás podría llamar a alguna doctora y...-
Roy nego
con la cabeza.
-N…n…o
quiero que hables por telefono- rogó llorando todavía más fuerte.
-¿Por qué?
¿Qué tiene de malo?-
-Porque no
quiero- Roy se hundió en el pecho de Oliver.
-Bien, ¿y
si prometo no hablar por teléfono a menos que sea Thea o el trabajo, comerás,
te lavarás los dientes y te portarás bien en la oficina?- de acuerdo, Oliver
sabía que estaba pidiendo demasiado pero Roy estaba tan raro que quizás
aceptase.
Roy asintio
más tranquilo sin soltar a su padre.
-Bueno...-
Oliver se
sintió tan aliviado que no pudo evitar sonreír. Besó la cabeza de su hijo
y lo dejó en la silla.
-Entonces
no se diga más. Vamos, Roy que tenemos que ir a la oficina, después a cambiar
mi celular y a la una tengo una sorpresa-
Roy de
pronto abrió mucho los ojos y empezó a llorar de nuevo con la mención.
Oliver
también se le quedó viendo muy sorprendido, ¿acaso había dicho algo malo?
-Roy,
enserio, ¿qué tienes?-
Roy negó
con la cabeza y empezó a medio comer. Por lo
menos no hablaría con esa persona y podrían llegar tarde.
-Bieeen-
fue lo único que dijo el joven hombre, bastante extrañado por el comportamiento
de su pequeño hijo.
Pero a la
mitad del desayuno Roy dijo:
-Ya no
quiero-
Oliver
normalmnete hubiera replicado pero ya no tenía mucho tiempo antes de la
reunión, así que se echó la mochila de Roy al hombro.
-Bueno, ve
a lavarte los dientes y ya vámonos-
Roy
obedecío, seguro Felicity sabía algo y le diría...
Que lindo! Te sigo de fanfiction.net. haha. Adoro esta historia!
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