domingo, 30 de septiembre de 2018

Servicios Sociales


La secretaria de Oliver había interrumpido la junta del playboy de Star City porque decía que era muy importante según la persona que llamaba, cuando se enteró que hablaban de la escuela de Roy se dio cuenta que no sólo era importante, sino que Roy se había metido en problemas... DE NUEVO.

Como si no fuera suficiente, había tenido que esperar a Moira para que lo relevara en la junta... Y del sermón no se salvó.


Llegando a la oficina de la directora, lo primero que hizo fue dirigirle una mirada de muerte al muchacho.

-Buenos días- saludo a la mujer haciendo uso de su habitual carisma- ¿Me llamó?-

-Sí, lo que pasa, señor Queen, es que su hijo viene en una situación deplorable, apestando a alcohol y claro que no lo permitiré en esta institución, no sé qué suceda en casa pero no puedo creer que lo deje venir así-

-Yo no lo dejo venir así- se defendió, pero al echarle un vistazo mejor a Roy se dio cuenta de que no estaba tan mal como la mujer decía... No se veía más que algo desvelado pero sí lo rodeaba el hedor a alcohol y tabaco.

Se acercó y se sentó junto a Roy frente al escritorio.

-¿Entonces no se dio cuenta que su hijo salió así?-

-Señora-

-Señorita-

-Perdón, señorita directora, yo llegué de un viaje de negocios esta mañana y me fui directamente a la oficina-

-¿Y con quien dejó al niño, señor Queen?-

-Con... Mi hermana paso un rato en mi casa ayer en la tarde-

-Bueno, pues como no es la primera vez, Señor Queen, Roy estará suspendido tres días y  a la siguiente con la pena señor deberé llamar a servicios sociales-

-¡¿Servicios sociales?!- eso ya era otro nivel- Claro que es la primera vez. Aparte, de seguro hay alguna explicación, ¿o no, Roy?- gruñó viéndolo por el rabillo del ojo.

Roy lo miró y no dijo nada, le dolía la cabeza.

-Claro que no, señor Queen, no es la primera vez, le mande un citatorio a su hijo, y como no vino supuse que no le importaba, así esta vez no lo dejé pasar y le mandé llamar-

-Pero yo no... Señorita, créame que yo ni enterado estaba. Le aseguro que... Mire, yo sé que mi hijo sale a reuniones de vez en cuando, pero no es algo habitual. No es necesario llamar a nadie-

-Bueno, señor Queen, es la última que le paso, sino como directora debo llamar. Que tenga bonito día. Cuídate Roy-

-Sí, gracias- contestó seco Roy.

Oliver no sabía que decir. Ahora no era cuestión de perder o no una junta, sino de perder o no a su hijo...

-Espera afuera- le ordenó hoscamente a Roy- Tengo que hablar con la directora-

Roy rodó los ojos.

-Mejor ya vámonos, esta señora solo exagera-

Oliver volteó a verlo con cara de quererlo matar.

-Discúlpate ahora mismo con la señora-

-Señorita-

-¿Perdón?- diciendo eso Roy salió de la oficina azotando la puerta.

Oliver sólo deseó que se lo tragara la tierra y maldijo internamente su suerte.

-Escuche por favor, las cosas no siempre son así-  comenzó de nuevo un momento después de que Roy salió- Roy es un buen chico, además, no estaba ebrio-

-Señor Queen, su hijo apestaba a alcohol y los dos bien sabemos que eso no es por una cerveza, lo cual tampoco es aceptable porque tiene catorce años, es menor de edad. Aparte, de un tiempo para acá Roy es más grosero con todos sus maestros y su calificaciones están bajando. También ha faltado mucho-

-Mire, borracho no estaba, quizás tomado sí pero no es motivo para llamar a Servicios Sociales. En cuanto a lo de las calificaciones y las faltas, le doy mi palabra que me encargaré de ello, sólo por favor no llame-

-Ya le dije que es la última vez, señor Queen-

Oliver exhalo derrotado.

-De acuerdo. Gracias por llamar-

-Gracias a usted por venir, y suerte- respondió.

Oliver forzó una sonrisa educada antes de salir al pasillo y echarle una mirada más fija a Roy... Deveras parecía que sólo hubiera llegado a la casa por su mochila antes de irse a la escuela.

-¿Ya nos vamos?- preguntó Roy enojado.

Oliver le soltó un zape.

-¿Qué te pasa?- se levantó enojado.

-¡¿Qué te pasa a ti?! ¡¿En qué jodidos piensas?! ¡Apestas a cigarros y alcohol! ¡Ni siquiera tienes permiso de salir cuando no estoy!-

-Sólo fue un par de horas, papá, tranquilo-

-¡¿Tranquilo?! Sí escuchaste que quieren llamar a servicios sociales, ¿no?-

-Sí, papá... lo lamento, ¿ya?-

-Mejor cállate. Y vamos que dejé la oficina a mitad de una reunión importante-

Estaba furioso, hace como tres días que no veía a Roy y la primera vez que lo hacía desde entonces era en esas circunstancias.

-Sí, ya sé que es lo único que te importa, Oliver- rodó los ojos- Igual yo no iré a tu oficina-

Oliver puso los ojos en blanco. Típico, chantajes de pubertos.

-Pues no te pregunté, sólo eso faltaba-

Lo tomó del brazo y lo comenzó a jalar por el pasillo.

-No me jales o yo mismo hablaré a servicios sociales- le gruñó enojado.

-No sigas diciendo tonterías o yo mismo te callaré-

-Pues cállame- le retó Roy.

Y Oliver le soltó un manazo lo bastante fuerte como para hacerlo. Roy se contuvo de llevarse la mano a la boca, e iba decirle algo para no darle el gusto pero es que no se le ocurría nada.
Oliver lo siguió jalando hasta que salieron de ahí y pudo hacerlo subir al auto.
Roy iba muy enojado, le dolía la cabeza por la cruda y Oliver con sus estupideces.
Oliver no le dijo nada para no soltar una estupidez, pero ciertamente el más enojado ahí no era Roy.

-¿Podemos ir a la casa? o aunque sea llevarme a mí-

-No, ya voy tarde-

-Pues entonces yo me puedo ir solo a la casa- respondió Roy.

-Ya deja de discutir-

-No quiero, y si no me llevas ni me dejas ir, me voy a ir yo solo-

-A ver, deja de decirme lo que vamos a hacer. Deberías estar avergonzado de cómo te comportas en lugar de andar discutiendo conmigo-

-Lo que yo voy a hacer. Tú te vas a ir a tu estúpida junta, pero a mí me duele la cabeza y en cualquier momento le podría vomitar a mi adorable abuela-

-Debiste haberlo pensado antes-

-Uy sí uy sí, como si tú nunca hubieras tenido una cruda ¿no? Ya te dije, podemos ir pero igual me saldré-

Oliver le soltó un golpe en el muslo, de esos que te dejan la mano marcada.

-No me hables de ese modo- lo regañó- Ves en el lío en que estamos metidos por tu culpa…-

-¡AU! Mierda...- se quejó- Pues si sólo te causo problemas, deberías dejar que esa señora llame a servicios sociales y deshacerte de mí-

-Ya te dije que basta-

-Ya te dije que me lleves a la CASA-

Oliver ya ni le contestó, no tenía caso.

-Deja de ignorarme, Oliver- le gruñó enojado.

-Pues deja de decir idioteces- respondió manejando y sin voltear a verlo.

-Tú siempre las dices y yo tengo que escucharlas- le dijo bastante ofendido.

Oliver de nuevo no le contestó.

-Jódete...- dijo entre dientes y se recargó en la ventana.

Oliver le soltó otro manazo en el muslo.

-A mí no me hables así, ya te dije-

-Ahora sí me contestas, ¿no? -Le dijo enojado.

-Dios, no empieces. Mejor compórtate que estás en muchísimos problemas ya-

-No me importa lo que digas, Oliver- le respondió Roy.

Pero él no le contestó. Tenía cosas más importantes en qué pensar. Roy estaba muy enojado porque Oliver lo estaba ignorando COMO SIEMPRE. Y aparté de todo, enserio le dolía mucho la cabeza y quería tomar un baño e irse a la cama. 
Oliver estacionó el auto en Industrias Queen y sé bajó.

-Vamos-

-No voy a bajar- le respondió Roy.

-¿Entonces te bajo yo?-

-Déjame en paz, Oliver- le gruñó enojado.

Oliver no le contestó y mejor fue hasta la puerta de Roy y lo bajó jalándolo del brazo.

-¡ODIO QUE ME JALONES!- le gritó frustrado- Ya déjame en paz-

-¡PUES CAMINA TÚ!- le gritó perdiendo la calma. Hasta pareciera que Roy no había escuchado a la directora amenazándolos con llamar a Servicios Sociales- ¡¿Enserio te vale tanto que te quieran sacar de la casa o qué?!-

Eso le pegó a Roy, él no quería eso en verdad.

-No Oliver...-

-Pues no parece…- contestó tranquilizándose un poco- Vamos- lo soltó, pero no se movió de ahí para que caminara solo.

Roy lo miró muy enojado y comenzó a caminar.

Oliver puso los ojos en blanco, pero también echó a andar hacia la sala de juntas. No le parecía la mejor idea del mundo hacer a Roy entrar con él, pero tampoco quería que se saliera como había amenazado.

Roy enserio estaba de mal humor y quería largarse de ahí, pero claro, a Oliver sólo le importaba su estúpido trabajo, ¿de qué le servía tener una empresa y pagarle a mil idiotas si no podía dedicarle un día a su hijo?

1 comentario:

  1. Esta historia esta muy linda espero que la continúen pronto
    Lindo Blog
    Exito en todos sus proyectos

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