-Jason, ¿Sólo una broma? Pusiste en peligro la salud de tu hermano y de Artemis y Roy, ¿eso te parece un juego? ¿Te parece gracioso?- le regañó Bruce.
Bruce lo miro muy molesto, tenía ganas de ahorcar a su hijo menor.
-Una broma…- repitió aún incrédulo.
-Pues sí- contestó, zafándose de Bruce, quien aún lo sostenía por los hombros- Eso fue-
-No pensábamos que nadie pudiera salir lastimado- se atrevió a agregar Connor, aún bajo el brazo de Oliver.
-¿Y qué pensaban que podía suceder, entonces?- inquirió Oliver, molesto.
-No sé- confesó Connor- Quizás que las ardillas los seguirían y que iban a oler del asco...-
-¡No es nuestra culpa que los "superhéroes" le tengan miedo a unos pequeños roedores!- bufó Jason, aun furioso con todos por exagerar tanto por una simple travesura infantil.
-Por si no los viste, eran demasiados- intervino Dick mientras aguantaba las ganas de abalanzarse sobre él y demostrarle quién era el miedoso ahí.
-Y tenían expresiones de psicópata- agregó Roy- Parecían aprendices de Artemis-
-Basta, muchachos. Jason, quiero que te disculpes y ya- le ordenó Bruce.
-Sí, Connor, pídele a Dick y a tus hermanos una disculpa- concordó Green Arrow.
-Pero papá...- replicó Connor- De verdad que...-
-Nada, Connor; discúlpate ya- ordenó firme.
-Pero…-
-Te estoy esperando-
-Lo lamento, chicos- se disculpó el menor de los Queen.
-Jason...-dijo Bruce.
-¿Qué?- contestó el niño alzando una ceja.
-¡Que te disculpes, ¿No entiendes?!- explotó finalmente.
-¡Sí, sí entiendo pero no lo voy a hacer!- contestó del mismo modo.
-¡¿Ves?!- instó Dick- ¡Siempre hace lo mismo y...!-
-Richard, cállate que no estoy hablando contigo- le interrumpió Bruce, mirándolo por encima del hombro.
-Sí, claro, yo me callo porque si no me va a ir mal pero Jason casi nos mata y lo único que consigue es ofrecernos una disculpa- reclamó indignado.
-No los iban a matar- aclaró Connor, rodando los ojos- eran sólo ardillas-
-Te dije que ya, Richard- Bruce ignoró a Connor.
-Es que, papá, él siempre hace lo que quiere... y no le dices NADA-
-¡YAA!- gritó Bruce.
Jason sonrío levemente para sí mismo.
-Grrr...- gruñó Dick
-Discúlpate, Jason-
-¡QUE NO!- gritó Jason.
-¡Sí, no te disculpes! ¡Y yo tampoco lo siento, trío de... torpes!- gritó Connor rebelándose.
Los dos superhéroes y sus hijos mayores se quedaron anonadados. Oliver y Bruce querían matarlos, en especial el Caballero de la Noche que enserio ya estaba perdiendo paciencia que ni siquiera tenía
Artemis no pudo evitarlo; se acercó y le dio un fuerte zape a Connor.
-¡¿A quién le llamas torpe, niñato?!-
Roy no veía la situación nada bien. Por un lado, Connor NUNCA antes le había dicho nada así; por el otro, Artemis y Connor nunca peleaban... normalmente eran Artemis y él los del pleito.
-Vamos, reemplazo, calmémonos- le instó, tratando de tomarla del brazo.
-¡No me digas que me calme, hippie drogadicto!- replicó, furiosa- ¡Nos acaba de jugar sucio y aun así no lo siente, eso no es típico de Connor! ¡Por fin has influido en él!-
-¡BASTAAA!- les gritó Oliver- Nos vamos a casa-
Oliver tomó a su pequeño por el brazo y comenzó a caminar. Roy y Artemis comenzaron a seguirlo aún inseguros de que rayos pasaba con Connor.
Con una mirada Bruce le ordenó a Dick caminar, el cual obedeció cruzado de brazos y con mala cara. Bruce iba a echar a andar también, pero el más pequeño se quedó ahí aun rojo de furia y con los brazos cruzados.
Bruce espero a que todos se alejaran solo un poco y agarró a Jason del brazo y le regaló unas fuertes palmadas en su trasero. Después lo tomó de la muñeca y lo hizo caminar.
-¿Qué te pasa, Jason?- despotricó mientras avanzaba- ¿No fue suficiente ayer o qué?-
Jason luchaba por soltarse , incluso golpeando la mano de Bruce con el puño.
-¡Jason, te estoy hablando!-
-¡Déjame ir!- exigió, aun forcejeando.
Bruce jaló de nuevo a Jason hasta tenerlo frente a él y después le propinó aún más palmadas.
-¡Ay!- se quejó, tratando de protegerse con la mano que Bruce no estaba sosteniendo- ¡Noooo!-
-¿Cómo que no? Ya me estoy cansando, Jason. Lo único que te pido es que te comportes ¿y qué haces? Te metes en problemas a la primera oportunidad-
-¡Ya!- lo ignoró Jason, tratando inútilmente de alejarse del alcance de su papá, quien no dejaba de pegarle.
-¿Qué se supone que haga contigo, eh? ¿No quitarte los ojos de encima?-
-¡Que me dejes!- lloriqueó el niño forcejeando.
Bruce se puso a su altura y lo sujeto fuerte.
-Escúchame, Jason, o me dices que tienes o me quitare el cinturón igual que ayer. Yo intento hablar contigo y tú te pones en tu plan de rabietas… van dos veces que hasta rojo te pones, ¿qué te pasa, eh? ¿qué te pasa?-
Jason miró con un puchero a su papá y se puso a llorar.
-Ya, suéltame, me lastimas...-
-¡JASON! te estoy hablando-
-¡NO TENGO NADA!- gritó, pero al instante comenzó a llorar enserio.
Bruce pocas veces había visto llorar así a su segundo hijo, por lo que encontrarse en esa situación lo intimidaba un poco... bien, lo aterraba en verdad.
Por un par de segundos se quedó sin hacer nada en lo que Jason seguía llorando como nunca, pero después más o menos reaccionó y lo atrajo contra sí.
-Ya, tranquilo, Jason- le quiso calmar, acariciándole la espalda con una mano mientras que con la otra lo sostenía.
Jason lloraba tanto que ni siquiera se había dado cuenta de donde estaba.
-Hijo, yo quiero entender, pero sería mucho más fácil si me ayudas y me dices qué tienes- trató Bruce.
-No es justo que yo tenga que estar aquí sin Alfred- articuló dificultosamente.
-Pero Alfred no podía venir y...-
-No me importa!- alegó- siempre que estoy sólo contigo y con el cirquero de Dick es lo mismo: "Jason, mira cómo Dick hace esto, mira qué tan bien hace lo otro, mira que perfecto es tu hermano, ¿cuándo vas a ser cómo él?...-
-Jason, Jason- lo cargó Bruce- Eso no es cierto, tú eres perfecto como eres-
-No es cierto...-
-Claro que sí. Jamás he querido que seas como Dick, lo único que intento pequeño, es que se lleven bien, no me importa que sean distintos- lo abrazó- Cálmate por favor, Jason...-
-No quiero estar aquí- siguió llorando, recargando su mejilla en el hombro de Bruce- quiero ir con Alfred-
Bruce suspiró, aun acariciando la espalda del niño. No podía dejar todo y regresar a la Mansión, ¿qué ejemplo les estaría dando a los chicos?
-Hijo, no vamos a regresar antes- le avisó- Vinimos aquí para que Dick y tú convivan más como los hermanos que son, no podemos tan sólo dejar la idea y permitir que sigan siendo casi extraños el uno para el otro, ¿o sí?-
-Sí-
-No, Jason, no podemos y no va a pasar- declaró el hombre, tratando de mantener la compostura. Algo le decía que ponerse a gritar en ese momento no era una buena idea.
-Pero Dick ni me quiere cerca- se desesperó el crío- Siempre me está diciendo cosas y ya me harté. Cuando los demás me llaman "Rata de Callejón" o cosas así normalmente puedo golpearlos o hacerlos tragarse sus palabras, ¡pero con Dick no porque siempre te enojas!-
-Ya tranquilo, Jason. Hablaremos con Dick, ¿de acuerdo?-
-Ya que- se hundió en el hombro de Bruce.
Bruce caminó hacia la casa con su hijo menor en sus brazos.
.
Mientras tanto en la casa, Oliver había apartado a Connor de los demás chicos.
-¿Y cómo en qué estabas pensando tú cuando decidiste que era buena idea jugarles a los muchachos una broma tan pesada?- le interrogó.
-Pues no en que iba a haber tantas ardillas, ciertamente- respondió aun algo molesto con el zape que Artemis le había dado.
-Connor, no estoy jugando- le advirtió.
-¿Y ese milagro que tú te estás tomando las cosas enserio?- replicó el chiquillo sarcásticamente, cruzándose de brazos.
-¿Y eso qué quiere decir?-
-Interprétalo- le retó.
Oliver lo miro furioso y le regalo varias palmadas.
-Mira, Connor, en primer lugar no me hables así- le exigió- Y en segundo, en verdad lo que hiciste estuvo mal y no me hace gracia. Espero que pienses muy bien en lo que hiciste-
-¡AUU!¡Me pegaste!-
-Sí, y si no quieres que te una paliza enserio, espero que le bajes dos rayitas a tu tono-
-¡No es justo!- le gritó.
Oliver alzo una ceja.
-¿Que no es justo?
Connor parecía listo para comenzar una discusión pero justo en el momento en que repasó sus argumentos mentalmente, se dio cuenta de que no eran realmentetan buenos como pensaba.
-Connor- le llamó Oliver muy serio- ¿Qué no es justo?-
-Pues... pues... ehh.. pues que Artemis y Roy puedan hacer lo que quieran y decir lo que quieran y nadie les diga nada. En cambio yo no puedo levantar la voz ni tantito porque ya estás escupiendo furia-
Oliver rodó los ojos. Claro que no iba a caer con semejante excusa.
-Mira, hijo...-
-Además, tú y tu largo historial delictivo juvenil no son nadie para criticarme, señor rey de las fiestas de Star City- continuó con mucho más valor que antes.
Oliver se sintió tomado por sorpresa.
-Eso no tiene...-
-¿Y por qué yo soy el único regañado aquí si Artemis se perforó el ombligo y Roy se tatuó... de nuevo?- reclamó con muchísimas agallas.
-No, ni creas que eres el único regañado; ya sabe Roy que tenemos una plática pendiente. Y escúchame, Connor, si los regaño o no, a ti no te importa, porque yo estoy hablando contigo… y no me quieras chantajear que sólo me haces enojar más-
-Pues tu a mí, porque eres muy injusto conmigo- dijo enojado y con un puchero.
-No es cierto, Connor. Para empezar, si hablamos de regaños, ni creas que se me ha olvidado que te escapaste del campamento-
-Pero ya te dije...-A connor de repente se le hicieron interesantes sus zapatos.
-Pero nada de que me dijiste. Tenías que estar ahí, ¿sí o no?-
-Pero, papá...-
-¿SI o NO?- repitió más fuerte Oliver.
-Sí, ¿y qué?- le contestó de muy mala manera, frunciéndole el ceño- Cuando era más pequeño y vivía solo con mi mamá, tenías que estar ahí ¿sí o no?-
Ahora sí Oliver sintió como si le hubiesen abofeteado con guante blanco en toda la cara... bueno, quizás no con guante blanco, sino con un pesado trozo de plomo...
-Connor, ya hemos hablado de eso; De haber sabido que tu madre se había embarazado, yo...-
-¿Tú qué? ¿Le hubieras pagado para que se desapareciera?- escupió con rabia contenida- Da igual, ella ya está muerta, disculpa si entonces llegué a arruinarte la diversión con Artemis y Roy justo como ayer llegué del campamento a arruinarte el viaje-
Oliver suspiró bastante molesto.
-No me quieras chantajear, Connor, ¿de acuerdo? Entiendo lo que estás pasando, y no, no hubiera hecho nada de eso. Yo no sabía que tu madre estaba embarazada, y sabes lo feliz que estoy de tenerte con nosotros. Aparte, yo no quería que fueras a ese campamento, ¿recuerdas? tú quisiste, ¿entonces por qué te tenías que escapar? Fue tu decisión, no la mía, nada más acuérdate-
-Pues sí, pero ni siquiera te da gusto verme-
-Eso es mentira, claro que me da gusto pero eso no significa que puedas hacer lo que se te venga en gana-
-Pues soy el único- se volvió a quejar, ignorando deliberadamente todo lo que no le ayudaba en su defensa.
-Nadie en esta familia va a hacer lo que se le venga en gana- lo corrigió Oliver.
-Jajajaja, que te lo crea Dinah- se mofó Connor, molesto de que nada estaba saliendo como quería. Normalmente el juego de la culpa era su especialidad.
Sin embargo, pronto se arrepintió cuando sintió la mano de Oliver apresarle el brazo. Antes de que pudiese procesar todo por completo, su padre ya lo llevaba a rastras a la habitación que Connor y Roy estaban compartiendo (al parecer eso de estar juntos el mayor tiempo posible iba muy enserio).
-¿Papá? -habló Connor al fin algo asustado- ¿A dónde me llevas?-
Sin embargo, Oliver no contesto. Ahora si estaba cansado, sus hijos querían que fuera un padre estricto, él lo sería sin ningún problema. Él jamás quería llamarles la atención, trataba de ser un padre de esos que lo resuelven con una charla pero al parecer sus hijos solo se le subían a las barbas, y se reían de él.
-¡Papá! - le llamó más fuerte Connor- Dejame... No me pegues- rogó.
-Pues sí, Connor, sí lo voy a hacer- repuso, sin siquiera detenerse a mirarlo- ¿No me acabas de dar a entender que no me tomo nada enserio y que siempre te trato diferente que a tus hermanos? Pues bien, date por enterado que cuando Roy hace "lo que le viene en gana" como tú dices, él casi siempre se las ve con mi cinturón-
Connor abrió mucho los ojos. Eran contadas con menos dedos de los que hay en una mano las ocasiones en las que le habían pegado con un cinturón... generalmente él era un buen chico y rara vez se llevaba más de unas cuantas palmadas.
-Lo siento, todo lo que dije fue muy grosero y...- comenzó una vez que llegaron a la habitación.
Oliver rodó los ojos y cerró la puerta.
-Tú aún no correrás con esa suerte porque eres mucho más joven, pero te advierto que a la próxima, eso no me va a importar en lo absoluto- le advirtió mientras se sentaba en la cama, prácticamente arrastrando a Connor tras él.
-Pero aun así no me pegues. Por favor, papá, no volveré a ser grosero. Por favor...- comenzó a lloriquear Connor.
-Yo te di una, no, demasiadas oportunidades antes y no las aprovechaste- le aclaró, intentándolo dejar quieto.
-Ya, papá, lo siento. No me pegués, no quiero- Connor se tiró al piso.
-Connor, levántate-
-NOO, no quiero que me pegues- lloró con fuerza el niño.
-Pues eso hubieras pensado antes de ser tan malcriado-
-No lo volveré a hacer papá...- prometió Connor entre llantos.
Oliver reunió fuerza y lo levantó del piso, depositándolo sobre sus rodillas y rodeándole el torso con un brazo antes de que pudiera escapar.
-¡NO!- gritó Connor, tratando de patearlo- ¡Ya! ¡Prometo no volver a hacer nada malo nunca más y...-
"Sí, seguro", pensó Oliver, comenzando a descargar palmadas a la diestra y siniestra. En ese momento, Connor prometería hasta lo imposible con tal de librarse del castigo.
-¡Papá, por favor!- siguió llorando... Oliver no dejaba de pegarle y ya comenzaba a dolerle.
-Quédate quieto- le ordenó Oliver, golpeando también los muslos del chiquillo, quien comenzó a gritar más fuerte.
-Papi, escuchame...- rogó Connor, desesperándose cada vez más.
-No, hijo, tú escúchame- repuso Oliver, sin dejar de repartir golpes a la pobre parte trasera del crío, quien no dejaba de retorcerse- Tú normalmente no te comportas así y no quiero que se vuelva una costumbre, ¿entendido?-
-S..sí..sí- contestó sin dejar patear y llorar. Le dolía mucho y seguía sin ser justo estar en esa situación- Ya no me pegues-
Oliver continuo unos segundos más y luego dejó levantar a su hijo poniéndolo frente a él, pero Connor no dejaba de llorar y por más que parecía que iba a intentar calmarse no lo hacía.
-Haremos esto, Connor , irás a ese rincón y te calmarás. Cuando lo hagas, hablaremos, ¿de acuerdo?- Connor se tallaba los ojos y luego miro a su padre- Vamos-
Connor caminó resignado hasta el rincón y siguió llorando tan fuerte como pudo a ver si su papá iba a sacarlo de ahí y le pedía una disculpa… pero eso no paso, así que lloro hasta que ya no pudo más y su llanto se volvió un ligero hipo.
-Ven, Connor- se escuchó después de un momento.
Connor no lo pensó ni dos segundos y corrió a los brazos de su padre donde se hundió en su pecho y comenzó a llorar de nuevo.
- No, Connor, tranquilo. Mira, escúchame- Olivero lo alejó un poco y lo hizo verlo a los ojos- Lo que hiciste hoy con Jason estuvo mal y lo de escaparte también. Además, la manera en la que me hablaste no fue correcta, lo sabes, ¿verdad?- Connor quería esconderse de nuevo en su padre pero cuando lo intento, éste lo detuvo- ¿Lo sabes?-
-Sí...- respondió casi inaudible Connor.
-No quiero que suceda de nuevo, ¿entendido?-
De los ojos de Connor volvieron a brotar lágrimas, pero se las arregló para asentir dos veces con la cabeza.
-Bien-
Entonces fue Oliver quien lo acercó a él de nuevo. Connor no lo dudó ni un instante antes de rodear el cuello de su padre y apoyarse completamente en él.
Oliver lo abrazó también. ¿Por qué no podían ser sus otros dos hijos así también y querer abrazarlo después de recibir un regaño? Normalmente cuando reprendía a Roy o a Artemis, ellos o seguían discutiéndole o buscaban como hacerlo enojar más.
Y hablando de…
-¡Ollie!- se escucharon los gritos de Roy a la vez que éste tocaba la puerta como si no tuviese nada que hacer más que sacar a otros de sus casillas- ¡Ollie, no mataste a Connor, ¿verdad?!-
Oliver rodo los ojos y pensó frustrado "Ay, Roy" aunque luego recordó, “Aunque él sí que me debe una plática”.
-Pasa, Roy- contestó con Connor en su regazo.
Roy entró casi al instante, con Artemis unos cuantos pasos detrás de él. Vale que estaba molesta por la broma de Connor pero aún se trataba de su hermanito.
-Sólo queríamos saber si Connor necesitaba nuestra ayuda. Cuando nos dimos cuenta, ninguno de los dos estaba ya allá abajo- se excusó Roy.
-¡A buena hora aparecen!- no se pudo contener Connor.
-En eso, pequeño, tienes mucha razón- concordó Oliver, dejando a Connor en la cama y levantándose- En primer lugar- se acercó a Artemis y le alzó la blusa hasta un poco arriba del ombligo.
-Ya cicatrizó, ¿cierto? ¿Ya no hay riesgo de infección?-
Artemis asintió lentamente, un tanto precavida.
-Entonces quítate eso- le ordenó.
-Pero Ollie...- se quejó Artemis, a lo que Oliver enseguida alzó una ceja- Ay... de acuerdo- comenzó a quitarse el piercing.
-Ahora, Connor, ve con Artemis a que te dé un poco de agua. Roy y yo bajaremos en un momento-
Roy puso una cara que no era seria pero no llegaba a una media sonrisa tampoco. Oliver reconoció la expresión como la que el chico utilizaba cuando no sabía cómo proceder.
-Yo mejor voy con Dick, lo dejamos solo mientras se quejaba de su hermanito y si no vuelve alguien a escucharlo, de seguro que se trauma- protestó, echando a andar hacia la puerta.
-No, Roy, te quedas- le ordeno algo serio Oliver- Tú y yo tenemos una plática pendiente y lo sabes, así que no te quieras hacer el chistoso conmigo-
Roy puso los ojos en blanco, pero se detuvo.
El chico esperó hasta que Connor y Artemis salieron de la recámara antes de cruzarse de brazos y adoptar una postura a la defensiva.
-Mejor saltémonos el monólogo y ya dime de una vez "Que no vuelva a suceder, Roy, estás castigado"- se quejó, haciendo gestos.
-Prefiero el monologo, de hecho, y no te estoy preguntado. ¿Qué te dije de otro tatuaje, Roy?- lo miró fijamente bastante molesto.
-Que no podía hacérmelo- respondió- ¿Pero qué crees? que sí pude porque ya me lo hice-
-No me refiero a eso, Roy. Me consta que pudiste pero ¿Qué te advertí si lo hacías?-
Roy se pasó la mano por el rostro para no perder los estribos. Estaba harto de que Oliver siempre lo tratase como a un niño pequeño, ¡tenía 16 años, no 6!
-Esque no entiendo porque te importa una mierda lo que haga con mi cuerpo- replicó de malas- No es como si fuera a ir a hacérmelo en un local todo antihigiénico donde no cambiaran agujas ni usaran guantes esterilizados. Además, ni cuenta te hubieras dado si la arpía de Artemis no te dice y...-
-Eso no fue lo que te pregunte, ¿O sí?
Oliver lo miro fijamente. Él no planeaba discutir, planeaba sacar las repuestas que quería, no caer en el juego de Roy de haber quien podía más, porque no era eso: él era su padre y lo tenía que obedecer.
-Pues no pero esque la estupidez que me preguntaste no la planeo contestar- espetó finalmente- Ni para qué armas todo este teatro Oliver, mira, si alguien pregunta eres muy buen padre y así... hace un par de años ni te importaba lo que hacía con mi vida, no veo porque ahora sí-
-Eso tampoco te lo pregunté, Roy, y hasta que no me contestes no saldremos de aquí, así que tú decides-
-Si no planeas salir de aquí hasta que te conteste, yo que tú me ponía cómodo- replicó no muy cordialmente, acercándose a la ventana y abriéndola- Porque yo sí me voy- le informó, preparándose para saltar de la ventana a las ramas de un árbol cercano.
-Dije “saldremos”, Roy, en plural- Oliver apresó fuertemente el brazo de Roy y lo hizo sentarse en la cama. Lamentablemente para el muchacho, Green Arrow era mucho más fuerte que él- Ahora contéstame- dijo poniéndole seguro a la ventana.
-Oblígame- bufó, sumamente molesto con Oliver.
-Okay- Oliver lo tomó del brazo fuertemente y lo llevo hasta el rincón en el que había dejado a Connor hace rato, haciéndolo quedarse de pie cara a la pared- Ahí te quedas hasta que decidas abandonar tu berrinche y contestarme. Si te mueves de ahí, verás, Roy- le advirtió firmemente Oliver.
-¡¿Qué?!- se indignó profundamente, dando la vuelta y recargándose en el muro con bravuconería- No sé de cuántos años me viste o si me estás confundiendo con Connor, Oliver, ¡pero no soy un niño pequeño!- gritó, casi tan rojo como su cabello.
Oliver, sin dedicarle una sola palabra, lo tomó fuertemente del brazo y con un solo movimiento lo hizo voltearse de nuevo hacia la pared, claro, regalándole unas cuantas y duras- muy duras, a decir verdad- palmadas.
-¡Au!- se quejó Roy, cubriéndose con las manos de manera inconsciente- ¡No hagas eso, Oliver! ¡Y déjame ir!- le exigió con más autoridad de la que realmente tenía.
-¿Me responderás?-
-¡Cuando la gorda de Artemis vuele!- escupió, bastante molesto por la necedad de Oliver.
Oliver tomo el cepillo de Artemis que estaba en la cama y le regaló unos muchos cepillazos a Roy.
-Entonces cuando eso pase te dejaré salir de aquí- le informó sin parar.
-¡Ay! ¡Ya! ¡Me dijiste que me iba a arrepentir! ¡¿Ya?!- gritó como pudo entre los quejidos de dolor. Ese maldito cepillo como dolía... y luego como Oliver ni tenía fuerza...
-Así es, hijo mío- repuso jalando en medio de la recámara, tomándole ambas manos con una suya y dejando el cepillo en la cama para dedicarse a sacarse el cinturón- Sí te vas a arrepentir Roy, porque YO no doy órdenes a lo imbécil ni hablo con las paredes como para que no me hagan caso- y así comenzó a pegarle con el cinturón directamente en su ya adolorido trasero- Porque cuando yo digo que no es NOOOO, no es un tal vez, ni un haz lo que se te venga en gana, sino un NO-
Roy no pudo contener el grito de dolor con el primer cinturonazo, aunque trató de no hacer ruido después. Sabía que Oliver iba para largo, así que lo único que le quedaba era intentar soltarse.
No tuvo tanta suerte.
-¡YA DÉJAME EN PAZ!- gritó entre uno que otro sollozo una vez que estuvo completamente desesperado. Estaba muerto de rabia- ¡TE ODIO, ODIO A TODOS, ODIO A ARTEMIS! ANTES NI TE FIJABAS EN LO QUE HACÍA O NO, ¡¿QUÉ TE IMPORTA AHORA?!-
Oliver le dio tres cinturonazos particularmente muuuy fuertes y lo volvió a poner en el rincon donde había estado minutos antes.
-¿Esta es tu solución? ¿Una rabieta, Roy?- le regañó Oliver- ¿Decirme que me odias para que me sienta culpable y te deje? Pues no, yo te advertí una cosa y te la estoy cumpliendo. Hay muchas cosas que me puedes echar en cara pero eso no te salva de lo que hiciste-
-No es una rabieta, es la verdad- replicó, dando media vuelta y fulminándolo con la mirada. Estaba tan iracundo que las lágrimas no lo hacían lucir menos amenazante- ¿Por qué no te vas de fiesta con Dinah, Thea y Tommy y te olvidas del jodido tatuaje?-
De un solo movimiento, Oliver lo hizo mirar a la pared nuevamente y le regaló una palmada.
-Cálmate- le ordenó- Cuando lo hagas hablamos, mientras no, y pobre de ti si te mueves, Roy.
Roy estaba más que furioso pero también estaba sumamente adolorido, así que no se movió de ahí pero sí que le pegó muy fuerte a la pared con el empeine del puño derecho, apareciéndole así unas cuantas grietas.
-A mí no me molestaría irme 5 años a una isla desierta si con eso me aseguran que no voy a escuchar tus irritantes gritos- comentó.
-Me avisas cuando estés calmado sin pegarle a las cosas, y podremos hablar- le avisó Oliver, sentándose en la cama tranquilamente.
Bien, si había algo más irritante que Artemis era Oliver cuando se ponía en el plan "No te oigo, soy de palo..."
Roy decidió quedarse callado ya. No valía la pena hablarle al tipo cuando estaba así y además, quizás si juntaba algunos puntos podría salir con su dignidad intacta... bien, con lo que quedaba de ella.
Oliver también se quedó callado. Sacó su celular para entretenerse, la verdad no iba a cerder con Roy porque a Roy no le gustaba que lo trataran como a un pequeño pero se comportaba como uno.
Después de casi una hora, Roy ya estaba aburridísimo, ¿qué va aburridísimo? ¡fastidiado! Y Oliver jugando con su celular de mierda...
-¿Ya me puedo ir?- preguntó entre dientes y con un tono de "preferiría estar en cualquier otro lado menos aquí y con cualquier otra persona menos contigo".
-¿Ya dejaste tu rabieta y podemos hablar?-
-No era una rabieta- musitó. Cómo quería golpear algo de nuevo...
-¿No? ¿Entonces que era?- preguntó Oliver guardando su celular.
-Mi opinión- contestó el adolescente, esbozando una arrogante pero sarcástica sonrisa.
-¿Así? Hay mejores maneras de expresar tu opinión, ¿no crees? Porque gritando y golpeando las cosas es más bien una rabieta, sólo te faltaba tirarte al suelo como cuando tenías siete y no querías dormir en tu cuarto-
-No es verdad, no tenía ningún problema con mi cuarto- replicó apenado, aun sin voltear a verlo.
¿Quién diría que sus... experiencias lo perseguirían durante tanto tiempo?
-Jajaja, bueno, Roy, soy tu padre; tengo mil recuerdos de porque te tirabas al suelo a llorar como por ejemplo no querer dormir solo, no querer dormir, no querer comer, querer comer dulces antes de la cena, no querer bañarte...- suspiró- Puedo continuar si quieres…-
-Haz lo que quieras- respondió, rodando los ojos. Aún estaba molesto con Oliver y recordar cuando era pequeño no ayudaba en nada, aquello había sido antes de que Artemis llegase y Oliver comenzara a alabar el suelo que ella pisaba- Pero ya me quiero ir-
-Pues si no cambias tu actitud de niño de tres años, no te moverás de ahí-
Roy gruñó por lo bajo. Si la expresión "fulminar con la mirada" fuese literal, la pobre pared ya ni existiría.
-¿Puedo irme ahora?- preguntó, tratando de sonar tan inexpresivo como pudo para evitar sonar "irrespetuoso"... pero que sensibles que estaban todos ahora.
-No, y ya te dije: cambias la actitud o mejor no me preguntes porque me voy a parar de nuevo con el cepillo y no te va a gustar-
Roy puso los ojos en blanco y dejó caer su frente contra la pared. Ya no aguantaba estar ahí parado sin hacer nada y sin tener nada interesante a la vista más que ese odioso muro.
-Por favor- articuló como si la palabra fuese algo sumamente repulsivo
Oliver sólo respondió con un “no” para evitar perder la paciencia y darle el cepillazo prometido. Se levantó de la cama y se estiró.
-Bueno, como yo no veo que tú quieras salir de aquí, yo si quiero. Bajaré a ver a tus hermanos- se acercó a la puerta-Y más te vale que no te muevas de aquí-
-¡Papá, no!-
Bien, en ese momento la idea de quedarse ahí quien sabe cuánto tiempo le preocupaba más que su orgullo.
-¿No qué Roy?
-¿No te vayas?- la verdad es que él tampoco estaba seguro de a qué se había referido al decir "no"
-¿Y para que quieres que me quede?- Oliver alzó una ceja, pero muy dentro de él sabía que quizás estaba ganando-
Roy, por otro lado, no estaba tan content. ¡Mierda! ¿Por qué para todo Oliver tenía que salir con preguntas? Él no sabía ni qué decir.
-Porque... ¿porque no quiero estar solo?-
Patético...
-Porque te voy a extrañar?-
Más patético aún...
-Mira, Roy, yo no viviré en una pelea eterna contigo- le aclaró- Sé que hay muchísimas cosas en las que me equivoque y te pido perdón, ¿de acuerdo? pero que yo cometa mis errores no significa que me los puedas echar en cara cada vez que te quieras salvar de un castigo o un regaño, porque conmigo eso no va-
Roy bufó. Últimamente no, pero lo de la culpa casi siempre había funcionado en Oliver.
-A los tres les encanta estarme chantajeando pero se equivocan porque de ahora en adelante se hace lo que YO digo, no lo que quieran. Y eso no sólo va para ti, sino también para Artemis y Connor-
¡Ja! Eso Roy quería verlo, porque en lo que a él respectaba, al menos Artemis siempre se salía con la suya.
-Y ahora, Roy, sé que parece que jamás te entrara en esa cabezota dura que tienes, pero yo te amo muchísimo y en verdad que no le tengo preferencia a ninguno de tus hermanos- le dijo muy serio pero tranquilo y no exasperado como en otros momentos que sólo lo quería hacer entender- Tienes razón, antes no me preocupaba tanto, no lo veía como debí verlo, me faltaba más pensar en ustedes que son mis hijos, pero si ahora pongo atención, no es sólo por Artemis; los amo a los tres igual y los tres me preocupan, y justo por mis errores pasados no quiero seguir cometiendo más, así que me obedeces porque soy tu padre y así es, te guste o no. Cuando necesites, quieras y estés dispuesto a hablar conmigo, ten la seguridad que estaré para escucharte-
Oliver le paso la mano por la mejilla a Roy y le dio un beso en la frente. Para sorpresa de ambos, Roy se dejó.
-Ahh, pero escúchame bien, Roy, NO quiero más tatuajes, ni UNO, ni MEDIO. Y más te vale porque si hay otro, te daré una paliza sin pantalones y tendrás suerte si te dejo mantener tu ropa interior-Y así salió Oliver.
Roy se recargó un poco en el muro a su derecha. Igual y no le había agradado mucho aquella última amenaza (o "advertencia", como Oliver la llamaría...) pero como que lo demás que había dicho su papá...
Se sentía raro, como ya no taaaaaaaaan enojado y sentía algo como oprimiéndole un poco en el pecho y la garganta… ¿Sería esa la dichosa culpa que Connor tanto mencionaba? Roy negó con la cabeza, lo más probable es que fuera sólo alivio de que ya no tendría que estar viendo a esa estúpida pared durante otra eternidad.
No obstante, lo que hizo a continuación sólo sucedió. Si alguien le preguntase razones, lo más seguro es que diese evasivas pues ni él estaba seguro de sus motivos.
Roy salió de la habitación sin importarle lo que Oliver hubiese dicho de buscarlo hasta después y apresuró el paso para alcanzarle antes de que bajase las escaleras.
-¡Papá!-
-¿Mande?- respondió Oliver, deteniéndose y volteándose para verlo de frente… y claro, notando que Roy no le había hecho mucho caso... como si fuera novedad.
Roy, como casi siempre, ignoró el tono molesto del empresario de Star City y fue directo hasta él. Cuando lo tuvo enfrente, no lo dudó ni un segundo antes de envolver sus brazos alrededor de él y hundirse contra su pecho tan sólo porque sí, como no lo hacía desde hace mucho.
-No es cierto que te odie- masculló, sin mirarlo a la cara.
Oliver sonrió y abrazó fuerte a su hijo más grande.
-Qué bueno es saberlo- le acaricio el cabello algo más tranquilo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario