domingo, 30 de septiembre de 2018

De Traqueto a Niñera, capítulo 6


Apenas vio el principio de moretones en el trasero del niño, el cual por cierto estaba ya casi rojo, el hombre se sintió la peor basura del mundo.
Estaba bien que el peladito ese ya lo tenía cansado con toda esa actitud de majadero, pero él también tenía el brazo muy pesado y se veía aparte que a ese niño nunca le ponían la mano encima. Sin darse cuenta muy bien de lo que hacía, lo movió de su regazo hasta tenerlo otra vez en sus brazos, sintiéndose el mayor imbécil de todos cada que sentía al chiquillo sollozar como desesperado.

-Oiga, tranquilo que tampoco es para tanto- se levantó para intentar seguir tranquilizándolo, y esque el chiquillo no se calmaba ni un poco.

El niño, sin embargo, no hizo mas que negar con la cabeza y empezar a llorar más fuerte, logrando que el Titi maldijera para sus adentros. Enserio que cómo gritaba el crío ese, no sabía de dónde había salido tan escandaloso… y aparte él ya se estaba cansando, estaba bien que podía cargar al chiquillo, pero tampoco todo el día, si un peladito tan alto pesaba muchísimo. El hombre intentó bajarlo en algunas ocasiones, pero Gabriel nada más se agarraba más fuerte de su camisa.

-Ay, no puede ser…- se quejó por lo bajo mientras seguía caminando como idiota por la casa para ver si así el crío se calmaba un poco. Ojala hubiera dejado que la Diabla se 
quedara cuando ésta se había ofrecido.

Un lloriqueo aún más fuerte que los anteriores lo sacó de sus pensamientos. Si pudiera, se hubiera tapado los oídos.

Harto de estar deambulando por la casa sin rumbo, se dio por vencido y aún con todo y niño echó a andar escaleras arriba rumbo a su habitación. En ese punto, ya tenía la camisa empapada de lágrimas, mocos, baba y quien sabe qué más, pero en ese punto ya no le importaba demasiado, no es como que tuviera mucha dignidad que mantener de todos modos. Daba gracias al cielo por haber enviado a los de seguridad a hacer guardia afuera esa noche, porque la humillación no la hubiera soportado.

Se sentó en la cama con la esperanza de que el niño se fuera a dejar caer en el colchón, pero no tuvo tanta suerte, más bien el pelado se le arrimó aún más.

-A ver, niño, ya que no fue para tanto- trató de bajarlo de su regazo, pero éste no se dejó y empezó a sollozar mucho más fuerte, logrando sólo que el dolor de cabeza del Titi comenzara a volverse jaqueca. El tipo se pasó la mano por el rostro y volvió a acomodar al niño para levantarse de nuevo. Aparentemente estaba condenado a caminar y caminar como imbécil hasta que el chiquillo ese se durmiera- Ya, papito, cálmese- prácticamente comenzó a rogarle- Mire que si deja de llorar…- no sabía ni con qué sobornarlo para que se tranquilizara. Ni siquiera debería de estar preocupado al respecto, es decir, todos los niños lloraban y por un rato así no era el fin del mundo… pero ah como eran de escandalosos- Si deja de llorar, puede venir su tía la tipa esa-

Y aparentemente eso hizo el truco, porque el esfuerzo que el niño hizo por dejar de llorar al escuchar la mención de su “tía” fue notorio.

El Titi maldijo por lo bajo, porque vaya que no quería ver a la suripanta esa pero menos tenía ganas de seguir batallando…

-¿Ve qué fácil cuando se hablan las cosas?- se atrevió a decir cuando, a pesar de seguir llorando, el crío había dejado de berrear.
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Mientras que el Titi había estado muy seguro de sí mismo al afirmarse que no sería la burla de ningún mocoso, en ese momento realmente si estaba planteando el simplemente dejarse pisotear la próxima vez... Y esque le estaba saliendo más cara la cura que la enfermedad.

Resulta que después del numerito, Gabriel no le había bajado a su escándalo hasta escuchar que la diabla iría a llevarlo de paseo al día siguiente, así que aparte de los berridos se tuvo que aguantar la humillación y llamarle a Yessica para pedirle que fuera a su casa al día siguiente... Como si eso fuera poco, se le había ocurrido la grandiosa idea de poner caricaturas en su celular para entretener al niño y ahora llevaba casi tres horas sin teléfono porque ni cómo quitárselo al pelado sin arriesgarse a una rabieta peor, y para colmo sin moverse porque Gabriel se había quedado recargado en el hueco entre su brazo y su costado, aparentemente muy cómodo porque no se había movido ni para ir al baño.

Al principio no había estado tan mal la cosa, el peladito no era tan pesado cuando no hablaba y pues le daba chance al hombre de ver la tele un rato. Sin embargo, todo se había ido al carajo cuando por accidente el niño había descubierto que con tocar un sólo botón lo que fuera que estaba viendo en el celular aparecía en la tele, y desde entonces ya había quedado claro que el niño tenía control de la cama, la televisión y hasta el teléfono del Titi.

-Vea, mijo- el capo se animó a hablar después de más de una hora de estar viendo caricaturas diferentes cada cinco minutos- ¿Y no cree que estaría bien que usted vea las caricaturas en el teléfono y yo la tele?-

El chiquillo no se molestó en dar una respuesta verbal, pero al menos se dignó a negar con la cabeza mientras buscaba qué video poner ahora... Y esque estaba cambiándolo cada tres malditos minutos.

El Titi resopló, tratando de idear una manera civilizada de decirle que le devolviera su recámara.

-No, bueno, al menos para con eso, déjale en algo o quédate viendo la tele y me prestas el celular- el estar escuchando las diferentes vocecillas a cada rato lo tenía cansado.

Gabriel negó con la cabeza pero volteó y como si nada le dio un beso en la mejilla al tipo antes de volver a acurrucarse muy campante, y fue cuando el Titi supo que se había jodido la vuelta y que le hiciera como le hiciera, al menos esa noche se podía ir olvidando de su teléfono y su televisión.

1 comentario:

  1. jAJAJAJA Este Gabriel es un caso dolor de cabeza para el Titi, esperemos a ver como sigue esto y si el Titi tiene la paciencia para controlar a ese travieso.

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