Miraba y miraba el estúpido examen que tenía enfrente, no lo quería contestar tenía mucha pereza, jamás he sido bueno para los exámenes, ni para nada de la escuela, y eran doscientas preguntas, ya sé, teníamos todo el día pero yo no quería contestarlo... Así que solo lo veía y lo hojeaba pero eso solo me daba más sueño. La tarde anterior Bruce y yo la pasamos entrenando, me gustaba mucho dijo que en vacaciones ya podría acompañarlo de vez en cuando y que teníamos que buscarme una identidad secreta, pero no lo había pensado mucho. Lo único horrible de practicar con Bruce, era que no tenía piedad de mi, y eso hacía que al día siguiente amaneciera con un horrible dolor de cuerpo que hacía que ni siquiera quisiera levantarme, en la mañana Alfred había tardado, veinte minutos en despertarme, y él termino despertándome fue Bruce, le molestaba que lo hicieran esperar y le molestaba más que yo hiciera esperar a Alfred, le explique que me sentía adolorido, y el dijo que con el baño me sentiria mejor y si, pero gracias a dios Alfred me dio una pastilla para el dolor, aunque todavía me dolía.
Regresando al examen solo lo podía ver, y lo intentaba leer pero luego renunciaba al intento contestaba cinco preguntas al azar y luego me tiraba en la banca, no contaba el examen, solo era de esos donde valoran el ¿Como se dice? Umm... Él... Potencial de los alumnos, o no sé como demonios se dice.
En lo único que podía pensar era en el sueño que tenía, bostezo tras bostezo, entre cinco y cinco llegué a la ciento noventa y cinco, por fin terminé tooodoo el examen, y me salí del aula muy tranquilo. ¿Qué es lo peor que podría pasar? Era de opción múltiple, tendría que tener algunas buenas ¿No?
Bruce paso por mi, eso significaba que haríamos algo importante.
-Richard, tendremos visitas.-Me anunció, de pronto.
-Ayy... ¿Y no me puedes disculpar con las visitas?-Pregunte esperanzado aunque ya sabía la respuesta.-No me siento bien.
-¿Qué tienes?-Pregunto en un tono tranquilo, pero alarmado-¿Quieres que vayamos al doctor?
-No... Solo quiero dormir.-Me queje, Alfred y Bruce, siempre suelen ser muy exagerados.
-Entonces no Dick.-Contesto firme.-Cuando se vayan las visitas y termines tu tarea podrás dormir todo lo que quieras.
-Pero papá... Son tus visitas no las mías. -Respondí.
-No, eres mi hijo, vives ahí, entonces también son tus visitas, y a las visitas se les trata bien.-Yo rode los ojos y me recargué.
-Como sea.-Quizás si no estuviera de malas por el exámen, y todo el sueño que tenía no hubiera contestado así.
-Mejor ve cambiado tu mala actitud, o verás, Richard.-Me advirtió Bruce.
-¡¿Que mala actitud?!-Hahaa si, ya había notado mi "Mala actitud" lo admito, pero tenía sueño y estaba de malas, en otra ocasión no le hubiera contestado así pero hoy si que quería tentar mi suerte.
-No me contestes así.-Bruce me dio un golpe muy fuerte en el muslo, bueno no tan fuerte pero me dolía por el entrenamiento de ayer. Justo nos estacianamos en el patio de la mansión, no me había dado cuenta de que ya estuviéramos en ella.
-¡Auuu! ¡Carajo, me duele!- Me baje muy molesto, y huyendo de ahí.
Cuando estaba en mi habitación me di cuenta de lo estúpido que había sido, Bruce me iba a matar y no lo culpaba, digo seguía enojado con él por no entenderlo, pero sabía que había hecho mal y que iba a tener consecuencias mi actitud, pero por lo mientras quería refugiarme en mi cuarto.
Tocaron a la puerta y enseguida abrieron sin esperar respuesta, yo mire enseguida pero era Alfred, no Bruce, para mi buena suerte, aunque sabía que quizás solo esperaba por las visitas. Alfred me dejo unas ropas en la cama, eran asquerosas, bueno a mi no me gustaban, las mire feo, y luego me cruce de brazos.
-Vamos, joven Grayson, póngase esto, su padre no está exactamente contento con su comportamiento, ¿Sabe?-Menciono Alfred.
-De todas maneras no quiero ponerme eso, no quiero bajar, Alfred, me quiero dormir, y me duele el cuerpo, ¿Cómo le explico eso a Bruce?-Dije furioso.
-Pues no con esa actitud, Joven, no me haga enojar también a mí, sabe que odio los caprichos, y también que haga esperar a las visitas.
-¿Tu también, Alfred?-Pregunte desilusionado-¡Porque nadie me entiende en esta estúpida casa!-Grite enojado, y me levante y me encerré en el baño.
Ya sé, ya sé, estaba buscando que me colgaran. Pero es que ustedes no entienden lo frustrantes que podían ser, grr… quiero dormir. Aparte quien es la famosa, “Visita” ¿Y para que me quiere ahí?
Alfred toco la puerta del baño bastante paciente, a veces me sentía tan mal por hacer renegar a Alfred, pero es que a veces no me podía contener, estaba muy enojado, y en ese momento no me sentía mal, solo enojado y frustrado.
-Joven Grayson, salga de ahí, y abandone su berrinche, no quiero que el señor Bruce suba.-No sabía si era una amenaza o un consejo para salvarme.
-Ya, Alfred, déjame en paz, no quiero bajar, y no me importa que suba Bruce, no bajare.
Antes de nada, escuché como Bruce (Porque no podía ser nadie más) entraba a la habitación.
-¿Qué pasa, Alfred? –Le pregunto, sonaba algo enojado.
-Al señor Grayson no le agrado la ropa, aparte dice que se siente mal, y no quiere bajar.-Oí como suspiro enojado.- Quizás podría quedarse arriba, tal vez no deba entrenar con él los domingos, no es como si fuera cualquier cosa, Amo Bruce, ¿Se lo dije, no?
-Sí, me lo dijiste-Bruce contesto serio. Y en ese momento sonó el timbre.
-Iré a abrir, por favor no mate al joven Grayson.
Bruce dijo algo que no pude escuchar, y luego oí la puerta de mi habitación cerrarse.
-Bueno Richard, no bajes, pero al rato, tu y yo tendremos una conversación bastante seria, porque a mí este tipo de actitudes no me agradan.-Bruce sonaba furioso, nada que ver con el tono serio y calmado con el que le había contestado a Alfred.
Salí enseguida ofendido, no era justo que me amenazara así.
-¿Por qué? no es justo, ¿Qué jamás tienes días malos, y jamás estas de malas?-Dije cruzándome de brazos muy molesto.
-Sí, pero jamás te trato mal a ti, o a Alfred, ¿O sí?-Me quede callado.- Duérmete, y espero que cuando despiertes tengas un mejor humor, porque hablaremos de esto.
-No puedes esperar que después de que me amenazas, quiera dormir así como así.
-No te amenace.
-Claro que si, Bruce.-Replique, empecé a quitarme la ropa para ponerme la que me había traído Alfred.
-¿Qué haces?-Me pregunto.
-Cambiándome para bajar, ¿No es lo que querías?
-O sea lo único que quieres es llevarme la contraria, Richard.
-¡Joder, Bruce!-Cinco segundos sentí que la boca me punzaba. Bruce me había dado un manotazo en la boca, y si, admito que me lo busque, pero baaah.
-Basta ya, a mi no me hables así.-Me dijo bastante enojado, y ahora sí que ya me había espantado y los ojos me empezaron a picar.
Me quede en el cuarto haciendo mi tarea, y estudiando, porque no pude dormir, pensé en bajar para no tener tantos conflictos con Bruce, pero al oír la voz de la odiosa de la “Visita” Selina Kyle, preferí los problemas. Si pensé en la manera en que me comporte, pero tampoco es que él tuviera toda la razón del mundo, bueno quizás sí, pero es que porque Bruce siempre era tan estricto.
A las ocho de la noche en punto Alfred entro con una charola, tenía un sándwich y un vaso de leche, yo que estaba acostado y avergonzado por lo que le había hecho pasar a Alfred, cerré los ojos para que pensara que estaba dormido, sin mucho éxito.
-Deje de fingir, joven Grayson, y mejor coma.-Me dijo Alfred dejando la charola en mi escritorio.
-Alfred…-Fue lo único que dije.
-¿Si, Joven?
-Perdón por lo de hace rato.-Me disculpe sonrojándome.
-No se preocupe joven Grayson, no es el único adolescente berrinchudo en el mundo, y creó que no pasa nada, lo perdono.-Alfred me sonrió y antes de salir del cuarto.-Aunque el amo Bruce no es el padre más contento sabe.-Y salió de mi cuarto.
Cuando Alfred salió sentí un nudo en la garganta, no quería que Bruce estuviera enojado, ¿Y si no subía y me aterrorizaba hasta mañana? O peor me aplicaba la ley del hielo, bueno no es algo que Bruce haría pero... No me gustaría que lo hiciera, me escondí en las cobijas de mi cama y me tape por completo, no quería comer y no quería que Bruce me castigará ni nada por el estilo, mi estomago era un manojo de nervios, y decidí que debía enfrentarme a mi destino. Me levante y empecé a caminar a la puerta, pero justo cuando iba a salir, Bruce entro y toda esa valentía se esfumó, lo mire nervioso y retrocedí un poco.
-¿estás de mejor humor?-Me pregunto tomando asiento en la cama.
Asentí con la cabeza y me quede mirándolo, no sabía que decir, aunque quizás una disculpa sería buena idea, pero no lo hice solo lo mire.
-Lo lamento, Richard, lamento haber sido poco paciente contigo, porque quizás te sentías bastante cansado, y mal, pero eso no quiere decir que me puedas hablar como quieras, porque eso no te lo voy a permitir ¿Entendido?-Yo volví a decir que si con un gesto afirmativo.-Habla.
-Si...-Conteste con un hilo de voz.
-Eso espero, porque la siguiente te voy a castigar.-Me advirtió.- ¿Por qué no haz comido?-Dijo mirando la Charola que me había traído Alfred.
-No tengo hambre.-Conteste con un gesto.
-Vamos, Richard tienes que comer, por eso te cansas tan rápido.-Me dijo Bruce medio serio.
-Pero...
-Pero nada, come por favor.
Comí y luego me puse hacer la tarea en la oficina con Bruce, odiaba hacerla ahí porque no me podía distraer ni un segundo, cuando por fin la termine, me mando a ponerme la pijama ¿Pueden creerlo? A las nueve y media de la noche, ¿Qué era? ¿Un bebé? Pero aún así obedecí, no tentaría mi suerte ya que de por si hoy había sido muy buena.
Al siguiente día en la escuela mi buena suerte acabó, primero tuve que tomar una como vitamina que Bruce me dio según que para no me canse tanto y para que no sea tan distraído pero sabía a diablos, ¡Qué asco! Casi la vomito, y luego de eso me obligaron a comer mucha fruta, y huevos con jamón después de la porquería esa no me gustaba nada, luego me distraje en tonterías y llegué tarde a clase, luego pasó lo peor, una hora antes del receso. Bruce vino por mí, y estaba muy serio, pero no enojado fuimos a una cafetería quería que comiera pero dije un No rotundo todavía tenía toda la comida hasta la garganta.
-Richard, hoy me hablaron de tu escuela para decirme...-Se sobo la frente antes de decirme.-que te quieren regresar un curso antes.
-¿Qué? ¿Y eso por qué?-Pregunte con los ojos como plato.
-Porque en tu examen de de desarrollo académico, sacaste dos aciertos.-Dijo como si no se lo pudiera creer.-Pero bueno te ayudaré... Y te puedo enviar a clases después de la escuela, tú no tienes porque preocuparte.
Sabía que había contestado ese estúpido examen al azar pero ¿Enserio? ¿DOS ACIERTOS? no podía creerlo, eso sí era mala suerte pero ¿Por qué? ¿Por qué? No rompí ningún espejo, ni pase por ninguna escalera, ni gatos negros, no tire sal, ¿Entonces?
Sabía que tendría muchísimos problemas pero tenía que decir la verdad, o pasar la humillación de que me bajaran de grado.
-No, Bruce... Es que lo conteste al azar.-Dije de repente jugando con los cubiertos limpios que estaban de mi lado.
Bruce no decía nada, así que me digne a mirar, y pude ver como su preocupación se volvía ira contenida, de repente me hice pequeño y quería salir huyendo.
-Papa... Yo...-Intente excusarme.
-Vámonos a la casa.-Me ordeno levantándose y aventando un billete de cien dólares a la mesa, ni siquiera espero a que me levantará y me tomo del brazo y me llevo arrastrando casi al auto, por un momento pensaba que me iba a pegar, pero solo me hizo entrar al auto.
No dijo nada en el camino, y yo tampoco quise decir algo porque me podía meter en más problemas, quería soltarme a llorar y empezar a pedir perdón pero en vez de eso me quede callado y con un nudo en la garganta.
Cuando llegamos enseguida se bajo y me abrió la puerta como diciendo "No me hagas esperar" y en cuento pase a su lado sentí una de muchas palmadas.
-¡Ouch, noo!-Me queje.
-Camina.-Me ordeno, sin dejar de pegarme.
-Papá deja que te explique...-Ponía las manos en el trasero pero aún así las nalgadas aterrizaban en mis manos, y me dolía.
Justo me llevo a su despacho, y justo cerró la puerta, y comenzó a quitarse el cinturón.
-¿Que me vas a explicar?-Me dijo furioso-¿Qué te valió el examen y lo contestaste a lo idiota?-Me regaño, mientras doblaba en dos su cinturón.
-Noo, no me pegues con eso.-Comencé a llorar y me hice un poco para atrás.
-No estás en posición de pedirme nada.-Me tomo del brazo y con facilidad me puso dándole la espalda.
-Na, por favor...-Seguí rogando.
Y ZAAAS llegó el primero, al principio picaba, pero luego me empezaba a escocer el trasero, y lloré un poco más fuerte, y llegaron solo otros dos más, otro en el trasero y uno en los muslos, y luego me dijo algo que no creía.
-Te bajas los pantalones y te inclinas sobre el escritorio.
-Pero papá...-Lloré por su petición tan humillante.-Así no...
-Haz lo que te digo o te daré otros tres cinturonazos.
Yo obedecí entre sollozos y me incline sobre el escritorio, el camino hacia el otro lado del escritorio y saco del cajón la regla, por lo menos ya no me pegaría con su estúpido cinturón.
Solo sentí el primer reglazo y seguí llorando, y continuaron así no los conté porque no podía pensar más en el pobre escozor de mi trasero, y lo mucho que me arrepentía haber hecho mal el examen, no era justo, solo era ese, y ni siquiera contaba.
-YAAA, lo siento, no lo haré de nuevo, papá.-Rogué por fin de mil horas
-Pues eso espero Richard, porque si lo vuelves hacer esto te parecerá broma.-Me advirtió y azotó la regla en el escritorio y ahí la dejo.-
-Auu, Auu ¿Ya me puedo levantar?-Pregunte.
-No así te quedarás hasta que yo te diga.-Me ordeno.
Pasé por lo menos veinte minutos así Bruce entraba y salía y apretaba cosas en su máquina, pero no me dedicaba una mirada, no yo a él, sólo me dedicaba a llorar y a sentir el calor que se desprendía de mi trasero.
-Ya te puedes levantar.-Dijo después de unos veinticinco minutos, yo me levante y me frote fuerte el trasero, y me subí los pantalones.-Enserio Richard estoy muy molesto, ¿Cómo puedes tomarte a la ligera un examen, eh? O cualquier cosa de la escuela, no te mando a que contestes cosas a lo tonto, o al azar te mando a que pongas atención y aprendas.
-Pues... Es que esos exámenes ni cuentan.-Dije yo limpiándome con la manga de mi suéter.-Aparte no pensé...-Bruce me interrumpió.
-exacto no pensaste, y eso esta mal, espero y no vuelva a ocurrir, pero me alegro que haya sido eso, y no lo de no saber nada.-Se levanto y me ahogo contra su pecho.-Dick, yo se que eres un chico muy bueno, y muy listo, pero no te dejes llevar por la flojera no te llevará a nada bueno, ¿De acuerdo?-Se alejó para mirarnos y me beso la frente.-Pero falta un castigo, te sentaras y en mi computadora contestaras un examen de ciento veinte preguntas y enserio te tienes que esforzar porque por cada mala que tengas te daré tres reglazos, ¿entendido?
-Pero papá...-Conteste asustado.
-Nada, ahora siéntate.-me ordenó y yo me senté enfrente de la computadora, y enseguida el trasero me ardió y me revolví en el asiento.
-Tienes tres horas, Dick.
Y así se fue dejándome, yo empecé el fastidioso examen estaba muy pesado y para la primera hora ya me estaba durmiendo, y no pensaba bien, pero cuando me daba cuenta de que contestaba algo a lo tonto, lo repetía, gracias a dios podías cambiar tu respuesta, para cuando por fin acabe, faltaba media hora.
-¿Listo?-Entró Bruce cinco minutos luego de que acabe.
-Si.-Contesté levantándome.
-Bueno, vamos a comer algo, ahora si ya es tarde o bueno para que almuerces.
-Noo, vamos a ver primero mi resultado, por favor...-Rogué.
-No, vamos a comer.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario